La etapa de hoy, la más solitaria de todo el Camino del Norte y sin apenas servicios intermedios, es un duro y bellísimo recorrido por montaña que nos regala preciosas estampas de los característicos valles rurales vascos, con caseríos, bosques, praderas... A partir de la ermita del Calvario nos alejamos de la costa; no volveremos a ver el mar Cantábrico hasta Portugalete. El ascenso más fuerte de la jornada es partir de Olatz, el Monte Arno; ganamos 250 metros de desnivel en 2,6 km, en un ascenso en zigzag largo, aunque progresivo.