Etapa 6: Almargem - Ribolhos | Recorrido

Distancia: 
23,5 km
Duración: 
6 h
Dificultad: 
4
Paisaje: 
3

0,0

4,6 km

Donde concluyen las casas comienza una pista de tierra, por momentos intercalando sendas sobre la roca, que ascienden por un pinar. El trayecto, que fatiga, concluye en una carretera municipal, con tenues marcas pintadas en el suelo para que vayamos a la derecha.

Entre los estragos causados por la procesionaria, al final de una recta nos desviamos a la izquierda por un camino de tierra que prosigue por el medio del monte, ahora un eucaliptal, precipitándose en fuerte bajada hasta la aislada aldea de Cabrum, con providencial fuente.

4,6

4,1 km

Una bonita senda se encaja en un desfiladero, tapizado por un frondoso bosque mixto, cruzando sobre unas piedras el arroyo Cabrum (pozas para el baño). Al lado de un tajo granítico procede de nuevo subir sin tregua hasta la solitaria casa del guardia forestal.

Poco después encontramos una pista asfaltada que avanza hacia un monte con eólicos. Enseguida tomamos otro camino forestal que, entre peñascos graníticos erosionados (granja de pollos), llega a una encrucijada desde la que ya bajamos hasta Vila Meã. La aldea, de apariencia serrana, se encuentra rodeada de maizales y viñas, y posee capilla con blanca torre.

8,7

2,2 km

La Rúa Principal, cuesta arriba, pasa ante antiguas casas y acoge dos fuentes con lavadero. Junto a una cruz continuamos por la Rúa do Bairro Novo, bajando hasta un stop inmediato a otra cruz. Aquí, con defectuoso balizado, es necesario ir a la derecha por una carreterilla 550 m. Al divisar un parque eólico nos desviamos a la izquierda por una frondosa y bella vaguada que se prolonga hasta Moledo.

10,9

6,5 km

Dejando a la izquierda la iglesia y con muchos bosques alrededor, recorremos la vecina aldea de Balteiro por su Rúa Central, y de nuevo sobre un camino de tierra iniciamos el ascenso hasta cota más elevada del día. Tras una granja de aves, las rampas se empinan cada vez más hasta el Alto da Maga.

3,5 Alto da Maga. Desde la cumbre, a 787 m de altura (vértice geodésico), divisamos las sierras de São Lourenço y São Salvador, y al frente el valle del río Paiva. Por ella también discurre el GR-52 (Dão-Lafões), descrito como gran ruta de trashumancia. El terreno está desolado, en gran medida por lo ventoso del lugar y la acción recurrente del fuego.

El descenso es igual de impetuoso que la subida, con el firme de la pista forestal socavado por las escorrentías. Ya en el valle, enlazamos con una carreterilla que, al lado del bar Ari’s conduce a Mões, pueblo con servicios que supondrá algo así como una vuelta a la civilización.

3,0 Mões.

17,4

1,7 km

Desde la iglesia vamos a la izquierda por el centro del pueblo, pero tras el supermercado Pingo Novo giramos a la derecha por la adoquinada Rúa de São Sebastião, que asciende con ganas. En lo alto y a la vista de Castro Daire, capital del municipio, vamos 20 m a la derecha e inmediatamente a la izquierda, atención, para bajar por una pista de tierra en zigzag hasta Vila Boa. Esta aldea, también grande, la recorremos por la Rúa de São Pelágio hasta la capilla homónima y su fuente.

19,1

4,4 km

Por la Rúa da Corredoura, al lado de una antigua casa con jardín, dejamos atrás el núcleo por las rúas da Seara y das Eiras, ambas alusivas a la cultura agraria tradicional. A continuación, tomamos otra pista de tierra similar a la que nos trajo a Vila Boa. El descenso nos deja ante la A24, infraestructura que ha venido a reemplazar a la N2. Bajo ella accedemos a la compacta aldea de Grijó, que recorremos por la Rúa Vale Martinho.

Tras cruzar un regato hacemos lo propio con la N2, con un fuerte repecho posterior hasta Ribolhos siguiendo las rúas da Cerca y das Marinheirinhas. De este modo nos situamos ante la antigua escuela primaria, ahora albergue de peregrinos.

23,5