Relato del Camino de Tours y del Camino de Baztan

Autor: 
Carlos Sanjuan
Fecha: 
Agosto 2016

Camino Turoniensis o de Tours (agosto 2016)

En este documento, voy a relatar algunos de los momentos vividos en el Camino Turoniensis o de Tours, en agosto de 2016 y de paso dar a conocer a algunos, está Vía que, a pesar de ser uno de los cuatro-cinco caminos más estables que hay en Francia, no suele llevar casi nunca mucha gente, pudiendo servir para que, el que no lo haya hecho se informe a través de estas líneas y a nosotros para recordar parte de lo vivido.

Introducción y consideraciones previas

Este “Chemin de Saint Jacques”, es en la actualidad, algo conocido como Vía de Tours y en menor medida, por el Camino de París, punto desde dónde hace siglos comenzaba más gente, aunque en realidad, este camino venía a enlazar a los que salían desde Flandes, Países Bajos, etc, en ese punto, así como a aquellos que tras pasar en barco desde las Islas Británicas, hacían pasar su peregrinaje por Paris.

Desde Paris este camino tenía dos opciones, una era la que pasaba por Orleans, Blois y Amboise, siendo la otra la que atravesaba Chartres, uniéndose ambas en Tours, motivo por el cual, nosotros comenzamos en Tours, auténtico quilómetro cero de esta vía en la actualidad y desde donde se puede decir que está “marcado” y tiene infraestructuras.

En lo relativo a la señalización, se debe recordar que al ser Francia, es marca de GR número 65, sin flechas amarillas, ahora bien, aunque no es excelente el marcaje, puede servir, y eso que hay entre más de 25-30 tipos de señales distintas cómo describiré.

Sobre el trozo de Paris a Tours, aquellos que lo quieran hacer, deberán buscar por otras vías información, ya que nosotros lo hemos obviado, salvo en aquellos puntos en lo que al visitar los cinco días previos a comenzar este peregrinaje, la zona de los Castillos del Loira y algunas ciudades relevantes, hemos visto alguna placa o señal del GR-655, o Vía Turoniensis, por ejemplo al pie de las catedrales de Chartres o de Orleáns, así como en una placa en el corazón de Blois.

Por lo descrito en alguna página francesa o alemana, la salida desde París, bien por una u otra variante, son 100% asfaltadas y totalmente urbanas, siendo por lo que he leído en alguna reseña, llevaderas cuando van en paralelo al río Loira y sus senderos para bicis, con su correspondiente alquitrán o pista hormigonada, el resto es por carreteras, polígonos industriales, ciudades dormitorio, etc.

A la vía de Tours, se le debían unir en su momento aquellos peregrinos que cruzando el canal de la Mancha desde el Reino Unido, desembarcaban en el Monte Saint Michel y llegarán a Tours, así como los que, saliendo del Finisterre francés en la Punta de Saint Mathieu o Brest, entroncarán con éste, a la altura de Tours o Poitiers, cómo más adelante se leerá.

En el año 2016, a la vía que saliendo del Monte Saint Michel, se une con la vía de Tours en París, la llaman en una guía, de hace seis años, que estuve hojeando La Voie de Plantagenet, aunque no sé sí contará con peregrinos e infraestructura, sobre todo con lo que hemos visto y vivido mi amigo Reyes y yo en este de Tours.

La Vía Turoniensis, por los datos que nos han facilitado en algunos sitios, debe ser la cuarta o quinta en cuanto a número de gente, que se anda en Francia, ya que nos han dicho en varios puntos, que un año normal, lo andan entre 200 y 400 personas (algún tramo), citando que algún año puntual, han andado cerca de los mil peregrinos al año.

En este punto, adelanto que un peregrino francés, que venía haciéndolo “al revés”, nos informó el tercer día lo que había visto en varios caminos franceses este año, dato que os ilustrará más sobre el nivel de afluencia.

Por sí ese dato no sirviera para que no se suela ver gente, indicar que esta Vía, una vez entra en la parte cercana a Burdeos (Bordeaux), tiene dos sub-ramales, en los que se divide a su vez, llamando a uno de ellos el litoral y al otro el de la Costa de Arcachon o Atlántico que comienza justo en la desembocadura del Garona.

Sí alguien consulta en el mapa, podrá ver por donde se supone que van ambos, lo que sí podemos indicar es que tanto en la etapa anterior a acabar nosotros en Dax (Taller), cómo la siguiente, tienen a su vez subdivisiones para poder ir hacía la costa, dicho lo cual, sí pasan 300 peregrinos de media al año por el ramal principal, por las citadas variantes, deben pasar dos o tres algún año, ignorando sí estará marcado o “a medias”, cómo el ramal principal.

Los que salimos en este diario (Reyes y Juan Carlos), ya hemos andado en el 2009 el del Piamonte Pirenaico en Francia, que tiene pocos “clientes”, el GR-34 en el 2011 por Bretaña (no entero) y el del Puy o Podense el 2014, que es el único que se puede comparar a algunos de los españoles, con una media de entre 34 y 40.000 peregrinos al año y de momento tenemos pendientes el de Vezelay y el de Arlés, que parece ser el segundo en la actualidad en cuanto al número de caminantes.

En Francia, aunque lo hemos comentado en algunos puntos, no expiden un documento al final de alguno de sus tramos, por ejemplo en Conques (lo que podría ser la Conquesiana), o en St. Jean Pied du Port, motivo por el cual, no tienen de ninguno de sus caminos ningún dato fiable, cómo mucho el de credenciales vendidas en algunos puntos de inicio “estándar” o importantes, tipo Le Puy en Velay o en otros, a título de ejemplo indicar que los de la oficina de Turismo de Tours, me contaron que con las dos que les compramos, este año habían vendido unas 60 en total.

Vaya por delante, aunque lo describiré en las distintas etapas, que a pesar de los pocos peregrinos que suele llevar, “sale más barato que el Podense” y tiene algo de infraestructura “peregrina”, a pesar de tan baja cifra de caminantes, ahora bien, lo que sí anticipo es que en un 70-75% es puro y duro asfalto en sus distintas variantes, con lo que aquellos que lo quieran preparar con antelación, pueden entrenarse andando por asfalto con algo de peso y servirá con llevar calzado playero o deportivas, no siendo necesario botas, al menos en época no invernal.

Para los ciclistas es un camino fácil, al ser casi todo alquitranado y para todo tipo de peregrinos, ya os indico que es totalmente llano con lo cual los tiempos netos de andar que leeréis, son debido a esa horizontalidad del recorrido, el cual sólo al llegar a la parte de Las Landas, es arena de playa en la que se hunde uno, pero que los ciclistas podrán  evitar por alguna carretera local o sí no llevar la bici, practicando el “empujing”.

En gronze.com o en otros sitios en internet, se podrán ver los distintos libros o guías que sobre este camino se han publicado, por supuesto en francés, pero dado el poco volumen de demanda, su actualización, no es anual, y al revés que para otros Caminos franceses, la guía Miam-Miam-Ma-Do-Do, que para mí es la que más ayuda en el tema de reservas, dormir, planos, etc, no existe, teniendo que acudirse a una de la editorial Rando (creo del 2012, la última versión), o a las que la editorial Lepere publica sobre la Vía de Tours, pero que lo hace en tres libros distintos, con lo cual a vuestro criterio dejo el comprarlas o no.

Lo que sí os puede servir, aunque sólo como orientación ya que no es del todo exacta, es la información que hay en la página www.xacobeo.fr/ZE1.04.Tours_Lepere.htm único punto en el que he encontrado todos los pueblos de paso, distancias (ojito), y en entrando en ella, sale también una hebergement o albergues, pero que están tan desactualizados los datos, que raro era el día que cuatro o cinco teléfonos, me decían que  no existían.

Otra página en la que se puede ver algo de este camino es en www.compostelle17.fr, así mismo hay algunos relatos de algunos peregrinos franceses, cómo en Saint Roch, pero sólo de la primera parte y por supuesto algo atrasada.

Para ayudar a aquellos que aún a pesar de todo se planteen hacer esta vía, aparte de ver dónde hemos parado y lo que hemos utilizado, recomiendo ir, bien a las oficinas de turismo de cada pueblo grande o medio grande por dónde se pase y pedir sí se tienen datos de albergues, o sí no ir a los ayuntamientos, o iglesias “principales” y preguntar, aunque cómo veréis en lo que indico en algunas etapas, a veces no hemos conseguido información en donde lo esperábamos, si no en algún lugar inesperado.

Esta vía de Tours, al igual que otros caminos, no tiene un fácil, o directo acceso al inicio, motivo por el cual, Reyes y yo nos hemos planteado con nuestras parejas un periplo previo de llegar a París, alquilar un coche y trasladarnos a Tours, sitio en el que establecimos nuestro campamento base durante cuatro días (igual repetimos un esquema parecido con la costa azul, cuando pensemos en el de Arles).

En esos días, visitamos a nuestro aire los cuatro tanto: Chartres, cómo Orleans, Amboise, Blois, así como ocho o nueve de los más de ciento cincuenta castillos del Loira que existen, con lo cual el día 9 por la mañana, nuestras señoras, se volvieron a Paris y vuelo a Madrid, mientras Reyes y yo a las 10 de la mañana comenzamos nuestro peregrinaje a pie, de los 750 quilómetros que, según algunas fuentes, hay desde Tours hasta la frontera española.

En los días que estuvimos en Tours, intentamos en la Oficina de Turismo obtener  información de este camino y sólo logramos una pequeña relación de hoteles, albergues turísticos o lugares de acogida de la zona de Touraine (final de Île de Paris hasta Poitou-Charente), a fecha abril del 2014, ya que lo tienen subdividido y no se consigue de toda la Vía.

Asimismo en las oficinas de Turismo de las otras grandes ciudades que he citado por las que pasa algún ramal de la Vía de Tours, cómo Chartres, Orleans, Amboise, etc, no fue posible, o nos miraron como “marcianos”, incluso algún presbiterio de alguna Catedral.

Tanto en la zona de librería de algunos grandes almacenes, como en la Oficina de Turismo de Tours, pudimos observar que, no era conveniente el comprar tres, cuatro o más guías sobre esta vía, porque entre que no es posible en un solo tomo y que no está actualizada, de poco servía el gasto para lo que íbamos a obtener, dicho lo cual, cómo se puede deducir, con pocos datos salimos a la aventura de Tours, dicho martes para recorrer hasta Sorigny la primera etapa.

A agosto del 2016, sólo vimos actualizada por dicha editorial Lepere, la parte entre Paris y el final de Touraine, ósea hasta Ingrandes, población cercana a Chatellerault.

Debo indicar que en la iglesia-catedral de San Martin de Tours, que están este año celebrando su 700 aniversario, hay un panel indicando que facilitan sólo información de peregrinaciones, el primer martes de cada mes, de 17 a 18 horas y sí no nos cuadra, que acudamos a Turismo, cosa por la cual hemos optado.

Advierto a los que lean esto que en los sucesivos días, a veces logramos dar con algún punto en los que decían facilitar información para peregrinos, pero cuando lo leíamos era relativo a caminos en España o cómo mucho a la Vía Podense en Francia, ósea nada de la Vía de Tours

Sin más paso a detallar lo sucedido en cada día, del ramal principal desde Tours hasta Ostabat, dónde se une con otros dos caminos de Santiago en Francia, aunque ya os adelanto que nosotros llegamos hasta Dax y desde allí, ya que era poco lo que quedaba por andar, antes de repetir lo que hemos andado en otros caminos, hemos “saltado” a Bayona para andar el del Baztán, ya que la vuelta a Madrid nos convenía mucho más desde Pamplona que desde Saint Jean de Pied du Port o de Roncesvalles.

1ª etapa, martes 9 de agosto de 2016, Tours a Sorigny, 24 kmts en 4h26’

Entrando en “materia”

A las 10 de la mañana tras dejar a nuestras “respectivas” en la estación del tren para que vuelvan vía Paris a Madrid, comenzamos a caminar, por la calle que recorre el tranvía que atraviesa de norte a sur la ciudad, para llegar en menos de media hora al puente sobre el río Cler y Loira, que se juntan por allí.

Esta salida nos lleva al cruce de Verdum o rotonda con ese nombre y allí cómo no localizamos lo que nos han comentado de un paseo al lado del río, seguimos de frente buscando las señales del GR-655, o de carretera hacía Saint Avertín.

Cuando hemos pasado ese momentillo de duda en el cruce de Verdum con el Loira, y tras pasar una rotonda, giramos a la izquierda y entramos por la calle principal de Saint Avertín, a los 45 minutos de haber comenzado en la estación de tren de Tours, en pleno centro.

A la entrada en Saint Avertín, vemos que por la izquierda debía venir el paseo fluvial del que nos hablaron, y  asimismo de frente vemos dos pegatinas redondas que en la parte superior son azul en la parte de la concha y en la parte baja, dónde aparece una bici y la orla que remata toda la pegatina, son amarillas.

Dos minutos más adelante, nos aparece una especie de cartón-pegatina, rectangular, que es azul en la parte del tronco de la flecha y la punta amarilla, teniendo a continuación a otros dos minutos de dicho punto una placa metálica de color totalmente azul, que pone Chemin de Compostelle-Saint Avertín y los quilómetros que hay desde Veigne, siguiente población (1.445), hasta Santiago de Compostela.

Cómo podréis observar, es una tónica que se suele repetir, dónde no te hace falta hay profusión de señales, y donde las necesitas cómo en el cruce de Verdum, no había, ahora que tal como relaté, en un mismo punto, ya hay cuatro o cinco distintas, ya que ambas se alternaban con las marcas blancas y rojas del GR.

Son las 10:45, al llevar 45 minutos desde Tours, cuando por una calle en ligera cuesta salimos a una zona industrial de St.Avertín, llamada Les Aurais, donde no vemos indicaciones y preguntamos a un señor para ir hacía Chambray siguiente punto de paso.

Tras seguir nuestra lógica, ya que el señor, no lo tiene claro, pero nos ha indicado  hacía donde esta ese pueblo, vamos hacía las líneas del tren de alta velocidad, en francés TGV.

Nada más pasar por un puente sobre el TGV, vemos la placa indicada de metal de Veigne 1.445 kmts a Compostela, y que no hacen atravesar dicha población, ya que nos desvían por un camino a la derecha de asfalto,  también, durante dos quilómetros hasta entrar por un puente en la localidad de Montbazon.

A la salida de dicha población, por falta de señales claras, hacemos una subida por un bosquecillo hasta que a los 700 metros al encontrarnos a un señor con un perro nos indica que no es por allí, sí no por una pequeña bifurcación, poco clara que nos hemos pasado, distancia que retrocedemos, para yendo por una carretera, llegar a la entrada de Montbazon, en donde no se entra,  si no que se gira justo antes a la izquierda.

En ese punto, llevamos 17 kmts en 3h15, dato que conocemos ya que Reyes ha puesto una “tablet” que lleva en la mochila en marcha con un programa llamado Endomondo, que está controlando los metros que andamos.

A la 1h12 de haber girado en la entrada de Montbazon, llegamos al centro de Sorigny y su ayuntamiento, donde pensamos establecer nuestro primer final de etapa al haber comenzado algo tarde a caminar y ser las 14:26 del día, hora en la que en Francia, ya la “cuisine est ferme”, vamos que sí no hay súper cerca, toca esperar a las 19 horas para cenar.

Hemos andado 4h26 desde Tours, para 24 kmts y haciendo caso de la información en papel que nos han dado en Turismo, entramos el Auberge La Marie de Sorigny, tfno. 0247260723 (falta el prefijo que es +33 en Francia y hay que quitar el cero al marcarlo), dónde preguntamos sí tienen sitio y el precio, ya que el papel está desactualizado.

El coste es 35 euros por dormir una persona en individual o 45 los dos en habitación, CON DOS CAMAS, remarco en grande lo de dos camas, ya que aquellos que no quieran sorprenderse, tendrán  que recalcarlo, ya que sí no te dicen que hay plaza para dos, pero te dan una de matrimonio de 1,40 en Francia.

Asimismo el señor que tutela el albergue-hotel, nos dice que igual nos interesa mejor 75 euros los dos la media pensión, es decir la habitación, cena y desayuno, cosa que aceptamos.

En otros diarios de andar por Francia, ya lo he comentado pero por si acaso, reitero que en este país, el dormir tanto de dortoir (colchonetas), cómo de albergues, la media en los caminos, está entre 10 y 25 euros, en hostales dependerá de sí tienen algo concertado, la cena que siempre es a las 19 horas o así, unos 17 a 25 euros por persona, lo que se conoce como un menú, que en Francia es un formule, completo o incompleto.

El desayuno suele oscilar, por barba, entre 4 y 5,50 euros. Generalmente la comida al ser cómo en casi toda Europa, salvo en España, pronto, es decir entre 12 y 13:30, o se hace de pic-nic de lo que compres en marcha o algún bocadillo, fruta, etc en medio de la jornada o a pasar apetito y esperar a la cena-merienda cómo la califican algunos españoles  (más adelante sale uno llamado Micael que lo llevaba fatal).

Subimos a la habitación, a ducharnos ya que ha hecho calor y tras ese trámite, lavamos, tendemos ropa, etc, y descansamos mientras picamos algo de fruta y cosas hasta que den las 19:30, hora en la que nos ha indicado se servirá la cena.

A las 18 horas salimos a dar una vuelta a este pequeño pueblo que no tiene nada, y aprovechamos para hacer un par de llamadas y reservar el punto de parada de mañana y de pasado.

Tras tomar un refresco en la terraza del albergue, ya que el pueblo no merece mucho más, el señor nos facilita una información en papel, idéntica la que nos han dado en Tours, tal vez con una hoja más, pero …………….., actualizada al 14 de julio del 2016.

Desde luego, ya tiene “delito”, ósea que en Turismo de Tours, en dónde se suponen dan información en vigor, y dónde hemos entrado tres o cuatro veces, tanto para eso, cómo para comprar entradas para los castillo del Loira, credenciales de peregrinos, etc, nos la dan del 2014 y en un pequeño hotel, accediendo por internet a páginas que ellos tutelan, del 2016, ¿???????, lo dicho lo de Tours, es de traca, aunque ya veréis que más adelante aún fue más surrealista como en Poitiers o en St. Jean de Angely.

Con esa nueva hoja, nos volvemos a replantear lo de los próximos días y es cuando vemos que el probable final, que nos hemos “pintado” en Draché a 29 kmts, no es posible, pero sí puede ser en Celle St. Avant a 34 kmts, aunque nos tienen que ir a buscar ya que quien acoge está a otros cinco quilómetros de Celle en una granja en medio del campo.

Tras llamar a ese punto en Celle St. Avant, ya tenemos cerrado lo de mañana y luego hacemos lo del día siguiente en un hotel en Chatellerault, porque no hay albergues, ni acogida, aunque no lo hemos intentado en un camping, ya que vemos en internet que está en las afueras y además no llevamos tienda.

A las 19:30 pasamos a cenar y le sirven a Reyes, que no tiene problemas de sal, un plato de embutido y pollo picantón de segundo con pasta (coditos), mientras a mí me han preparado sin sal, una ensalada y después un filete a la plancha con los coditos de pasta, siendo el postre para ambos una tarta de fresa casera que estaba todo ello bastante bueno o había apetito.

A las 21 horas estamos en la habitación recogiendo todo lo colgado y acostándonos para estar a las 7, abajo para desayunar.

Sobre el recorrido de hoy, y cómo casi todo el camino, llano, asfalto y al menos hemos superado la salida de Tours, sin perdernos, así como “entrar en materia” y comenzar nuestro peregrinaje.

Sirva el dato, que charlando con el señor y señora de este hotel, nos han dicho que somos los primeros de este año que hemos parado allí, y que tal vez, caso de haber pasado algunos más, hayan optado por St. Catherine de Fierbois, que lo  pasaremos mañana.

2ª etapa, miércoles 10 de agosto de 2016, Sorigny a La Celle Sant Avant, 34,9 kmts en 6h50’

“Saturación” de asfalto

A las 7:10 bajamos a desayunar al comedor del hotel, donde hay otras 6 personas que también han pernoctado y tras un fenomenal desayuno con más de 8 diferentes mermeladas y mucho pan, bollos, mantequilla, embutido, etc, a las 7:35 arrancamos a caminar, hacía la incógnita del final de etapa de hoy, ya que hemos quedado “como los novios o espías”, a una hora concreta y en un punto determinado en Celle St.Avant, en llamar a quienes nos vienen a buscar.

Debo recordar que en Francia, es costumbre “prevenir a l´avance”, ósea llamar uno o dos días antes, con lo cual tienes asegurada la plaza, pero a veces no es en el punto final, y la hora no es cómo en España, ya que puede oscilar o depender de la voluntad del que cede el espacio.

Esto no es en los casos de albergues, hoteles, hostales, etc, pero no siempre toca eso, sí no lo que hay, además está el sitio de acogida que suelen tener otro tipo de mecánica que conviene conocer para no sorprenderse mucho

Por tanto nosotros a las 7:35 comenzamos a caminar en un primer momento por asfalto de la carretera general, pero esta vía de Tours, está trazada en gran medida por pequeños caminos o sendas agrícolas que al ser Francia, ya están “bitume où goudronne”, es decir alquitranadas o asfalto más grueso y menos fino que por las generales, con lo cual, sí o sí, te toca asfalto, pero además, al sacarte de la general o línea recta, haces numerosos “cuadros de ajedrez”, ya que cuando llegas a cualquier finca o explotación agrícola, lo más normal es que cómo caballo del ajedrez, vayas por tres de los cuatro lados del rectángulo.

Así que tal cómo describo en el párrafo anterior, sin poder ir por la hipotenusa, hacemos varios cuadros del tablero de ajedrez durante varias fincas y horas, llevando 13 kmts, en 2h20’ cuando entramos en Sante Catherine de Fierbois, pueblo en el que suelen parar algunos peregrinos que nos han precedido y dónde hay un albergue que en su momento nos recomendaron, llamado de Juana de Arco, pero que a nosotros al comenzar ayer tarde, no nos cuadró ni este pueblo, ni la distancia para el día de ayer.

No paramos en dicho pueblo, que atravesamos siguiendo señales del GR, que son las que hoy nos acompañan, y haciendo más movimientos de “caballo” de ajedrez por asfalto, llegamos en 4h15, a las 11:45 al centro de Sante Maure de Touraine, punto casi final de esa comarca o región.

Precisamente, a la salida de Ste, Catherine de Fierbois, nos hemos cruzado con un peregrino francés, que iba con la concha rota, el cual se ha sorprendido tanto cómo nosotros de encontrarnos y con el que paramos a hablar 5 minutos, y nos cuenta, que ha salido de su casa, cerca de Lyon, y comenzando en Le Puy en Velay, se ha hecho el Podense, hasta S.J:PIed du Port, no habiendo este año muchos peregrinos, aunque claro él comenzó a finales de mayo y puede ser por eso.

Después de dormir allí, en lugar de ir para Roncesvalles, está haciendo la Vía de Tours al revés, (¡que mérito tiene eso, para encontrar el recorrido y señales!), y desde Ostabat, hasta hoy que nos ha visto, no se ha cruzado con más de cinco o seis peregrinos.

Asimismo nos cuenta que nos espera casi todo asfalto, salvo en Les Landes, y que es muy llano, salvo Poitiers que está en alto.

No nos habla muy bien de la entrada y salida de Bourdeaux, y en cambio de la de Poitiers, no le pareció muy horrorosa, y tras ese ratito se despide de nosotros ya que quiere llegar mañana a Tours donde acaba su camino desde mayo a mediados de agosto.

Al llevar ese tiempo, sin parar, procedemos en la plaza central del pueblo de Touraine a quitarnos las mochilas, comprar algo para picar a media mañana y de paso descansar, viendo lo que nos queda de andar.

Nos compramos ambos un bollo en una panadería y un refresco que nos tomamos en menos de 10 minutos en un banco en la plaza del ayuntamiento de esa localidad, viendo cómo a eso de las 12 cierran algunos comercios para su descanso de media mañana.

Ojo a ese dato, aquellos que no hayan caminado en Francia, hay que picar dónde y cuándo se pueda, y cada pueblo, súper, comercio, tiene un horario que puede sorprender, ya que hemos visto sitios que cierran a las 12, otros a las 12:30, algunos a las 12:45, pero luego no abren hasta las 14 horas o 14:30, con lo cual puede tocar en vez de algo ligero, sentarse pronto en algún restaurante o bar y mirar lo que ofrecen de plat du jour.

Nosotros a las 11:55 volvemos a ponernos en marcha, saliendo por asfalto y atravesando dos rotondas, viendo que de frente hay una indicación de 9 kmts a Celle St. Avant, mientras a nosotros las señales nos llevan a la derecha por una zona tipo polígono industrial que al cabo de un tiempo se acaba y nos encamina hacia la aldea de Draché, donde no hay posibilidad de pernoctar.

A las 13:50 tras un pequeño lío por un camino que se acaba y retroceder, campo a través hacía una carretera que vemos más adelante, pasamos por Draché, donde llevamos 5h44 de andar desde el inicio.

Afortunadamente, la entrada a Celle St. Avant, se hace durante un quilómetro más o menos por tierra, lo primero de hoy, y así llegamos al ayuntamiento, iglesia, centro de dicha localidad, a las 14:45 tras 6h50’, netas de andar, para 35 kmts a 24 grados de media, que nos han permitido ir rápido y sin mucho agobio, aunque dan previsiones de calor más fuerte para próximos días (¡como acertaron!).

Al llegar al ayuntamiento, nos paramos en el punto convenido con los señores de dónde vamos a dormir, que es una casa o gîte a 5 kmts, en Grignon (tfno. 0686 506 192), o algo así, creo que era el nombre de la zona.

En ese momento, vemos al lado a cuatro, que alguno podría calificar de “perro-flautas”, con rastas, perros, etc, en la “pelouse” de la iglesia y ayuntamiento, que aparentan, podrían ser también peregrinos, pero no lo sabemos con certeza, ya que ni ellos se acercan ni nosotros estamos seguros, aunque llevan unas mochilas muy grandes, algo sucias y que parece van a “monear” toda la tarde allí, para cuando anochezca echarse a dormir en sus sacos en el atrio de la iglesia o a la intemperie.

Al ser antes de la hora convenida con Nicole Chuit, señor con el que hable ayer que me dijo que él se acercaría a eso de las 16 horas, ya que calculo que  no podíamos llegar antes, o sí no a las 17 horas, procedo a llamarle para indicarle que ya estamos allí, por sí le viene bien acercarse antes o sí está comprando en el pueblo, por sí se puede evitar un paseo.

Con cara de sorpresa y no creerse que ya estemos allí, aparece a los cinco minutos en un Citroën C5 a recogernos y nos lleva hacía su casa en la zona de Grignon, granja a unos 5-6 kmts, fuera del camino.

En ese pueblo, según la relación tanto de Tours, cómo de xacobeo.fr, hay al menos otros cuatro lugares para dormir, pero dos de ellos, llevan cerrados tiempo y el otro es un “relais”, de esos de ensueño o lugares con encanto, que sí ya es duro tener que pagar más que un albergue, sí te piden una “borriquería”, pues no es plan, motivo por el cual vamos a la Chambre de Hôtes de Mr Chuit en Grignon, que nos ha pedido 57 euros a los dos por la media pensión, ósea unos 24 euros menos la pareja que ayer, ya que no es hotel, ni está en el mismo pueblo, aparte de hacer “una gracia”, según su relato a los peregrinos.

En cinco minutos nos lleva a su casa, este señor, que era parecido físicamente al actor Fernando Chinarro que salía en los payasos de la tele, mientras su señora, que está muy mal de salud, nos recibe en el salón de su casa sobre cojines y tumbada alegando que está fatigada.

Nosotros tras sellar las credenciales, subimos a la habitación que nos ha reservado que era una cama de matrimonio y un sofá cama que se convertía en otra de 1,05 de ancho, con sus pertinentes muelles o barras al ser sofá cama que se abre poco, y procedemos a las tareas habituales de ducha, lavar, tender, etc., quedando en bajar a  cenar a eso de las 20 horas.

En ese pueblo tal cómo se puede adivinar, no había internet, ni wifi, por lo que Reyes, no puede actualizar la tablet con el recorrido, aunque sí nos ha medido bien la distancia, pero no puede bajar el mapa y tras todas las tareas, procedemos a estirar, tumbarnos, etc, y esperar a la hora de cenar.

A las 19 horas sube Nicole, indicando que podemos bajar a cenar, que su señora “no se aguanta” y quiere cenar y acostarse pronto, con lo que a las 19:20 estamos sentados en la mesa, donde nos ponen melón de cantalupo con tomate para mí al ser sin sal, mientras a Reyes, le ponen algo de embutido con el tomate, siendo el segundo plato para los tres chuletas de cerdo hervidas con pasta, fruta en mi caso y ellos tabla de queso de tres variedades, al ser Francia.

A eso de las 20 horas estamos ya en la habitación, sin poco más que hacer, por lo que tras tumbarnos, escuchamos la radio, miramos la planificación de días sucesivos y poco más, ya que al estar en un gîte en un sitio lejos de todo y tipo “acueil”, poco más se puede hacer.

Sobre el recorrido de hoy, lo narrado, llano, llano, llano, con asfalto,  muchos rodeos a parcelas agrícolas (“finquear”), tipo ajedrez y lo único por sí alguien se quiere ahorrar 5 kmts, a la salida de Ste. Maure de Touraine hay 9 por la “recta” a Celle y 14 por la actual Voie Touroniensis, eso sí en ambos casos “atracón” de alquitrán.

3ª etapa, jueves 11 de agosto de 2016, La Celle Sant Avant a pre-Chatellerault, 29,9 kmts en 5h38’

“Emboscada” del ajedrez, rodeando fincas

A las 7:30, previendo una etapa corta, sobre el papel (xacobeo.fr) 24 kmts al centro, centro de Chatallerault, bajamos a desayunar al salón del gîte, tal como habíamos quedado con Nicole que nos pone al menos unos 11 tarritos con distintas mermeladas que hace su señora, ¿????, más alguna rebanada de pan, queso, melón y café con leche o té, cosa que tomamos en unos 20 minutos para a continuación subirnos a su coche, y que nos deje, donde ayer nos recogió en el ayuntamiento de Celle St. Avant a eso de las 8;15 de la mañana.

A las 8:20 comenzamos a caminar, haciendo los 2,2 kmts que hay hasta Pont de Pilés, donde debía estar el hotel du Gare que viene en la relación, pero que cerró hace cinco años, según nos contó anoche Nicole, así que para que veáis la información tan guay de xacobeo.fr y de turismo de Tours.

Esos 2,2 kmts han sido en línea recta por asfalto, pero a partir de ese momento “Murphy” o el actual trazado de este Camino, nos empieza a meter distancia emboscada que no viene reflejada, ya que nos empieza a tocar giros y contragiro tipo movimientos por tablero de ajedrez, en los que damos a varias fincas, un rodeo por los tres lados de su “casilla”, hasta pasar por Montbusson, comunne o ayuntamiento de Les Ornes, dónde en teoría debía haber sólo 3,9 kmts entre esos puntos.

A nosotros, siguiendo las marcas roja y blanca del GR, desde Pont de Piles, cerca de la vía del tren, nos llevo por unas carreteras hacía la izquierda para salir de frente a una gran muralla o finca que tiene dentro cultivo de girasol, dónde nos toca rodearla durante más de media hora, para tras varios giros más a izquierda y derecha, bajar a la estación de tren de Les Ormes.

En ese punto no controle la hora, ni lo que llevábamos, pero los supuestos 11 kmts, nos parecían ya más distancia y además, a los 10 minutos de ir paralelos a la vía del tren a la altura de una fábrica con una especie de silo o gran almacén, nuevamente las marcas nos hacen subir hacía la izquierda en ligera subida y “ala a finquear de nuevo” (ósea recorrer dos o tres lados de muchas fincas, pero sin ir en línea recta).

Es decir hacer tres de los cuatro lados de numerosas fincas, que nos hace recorrer por asfalto, entre maizales, llegando nuevamente en bajada a la derecha a una bifurcación que nos parece extraña a esas alturas de la mañana, ya que para la derecha indica GR48 a Descartes y para la izquierda GR655 a Dange St. Roman.

Cómo nuestra chuleta de pueblos indica Dangé St. Roman, para la izquierda, seguimos y llegamos al río o puente de Les Cabreuses, a las 4h30, siendo las 12:50 del día, para unos supuestos 24 kmts en ese punto (y no era el final).

Al llegar a ese puente sobre el arroyo o río Les Cabreuses, de frente marca una concha del camino, que no sabemos a santo de que aparece por allí, cuando las señales del GR65 van para la izquierda, por donde nosotros continuamos, que es luego de frente y aparecemos en S. Ustré, km. 21,8 de la chuleta y posteriormente un cruce que indica Ingrandes o Sur Vienne.

Optamos por no ir hacía el otro lado de la gran carretera indicada, que es la D910, sino de frente por la D161, km 6 de la misma, yendo por esa vía hasta el km 10 en el que toca cruzar un puente y aparecer en el polígono industrial y la rue Roland Garros o Amazonía, desde donde vemos a lo lejos el hotel al que hemos llamado hace dos días y que es nuestro final de hoy a la entrada de Chatellerault.

Tras otros 5 minutos por ese polígono industrial, llegamos al hotel Nouvelle Classe, donde tenemos reservado una doble con dos camas, por 36 euros, siendo de ese tipo de hoteles de carretera, tipo Formule 1, Campanille, Ibis, Acord, etc., que no son de lujo, pero nos sirven para nuestros fines, aunque estamos aún a cerca de 3 kmts de llegar al centro de Chatellerault.

Entramos en la recepción del Nouvelle Classe (tfno. +33549214914), a las 14:15 tras haber andado 30 kmts en 5h38, sin haber llegado aún al centro de Chatellerault, en lugar de los 24 que ponían en las distintas fuentes.

Según la relación de sitios posibles en Chatellerault, al margen que nos hayan metido distancia de más, tal y como he relatado, todos ellos están al lado de este en el que hemos parado, y la única excepción es un camping que veremos mañana a la salida de esa ciudad, por lo que aviso a aquellos que lean esto, que salvo que dispongan de algún otro sitio para dormir, tipo accueil, en alguna familia en el centro, tocará pararse antes de llegar a una ciudad que, por lo que vimos al día siguiente tampoco es nada del otro jueves.

Al haber llegado con calor y algo “quemados” por las vueltas, rodeos, etc, y quilómetros de más que han tenido a bien “obsequiarnos” hoy en esa emboscada de ajedrez que ha sido la etapa, toda ella por alquitrán, procedemos a dejar la mochila en la habitación 6, que nos han asignado, y vamos al lado a un súper Intermarché para comprar algo de bebida y de comida para aguantar hasta la hora de la merienda-cena.

Compramos ensaladas preparadas, melón, pavo, tomate, pan, etc, y volvemos a unas mesas que tienen en el exterior del hotel, donde procedemos a comer, antes que se nos haga más tarde y dé el sol en la misma, que se empieza a notar, está aumentando la temperatura tal y como pronosticaron, de hecho hablan de “canicule” de calor para 5-6 días.

Tras la comida, procedemos como de habitual a las duchas, lavar, tender, etc, y plantearnos al tener internet y wifi en los aparatos que lleva Reyes a comprobar con la relación la etapa de mañana y sucesivas porque se acerca el fin de semana y el megapuente “sagrado” en Francia del 15 de agosto.

Tras un buen rato tumbados, reservamos para mañana viernes en Poitiers, gran ciudad, a la que en teoría tenemos 34kmts, más los tres que nos quedan para llegar a Chatellerault, en pleno centro en un albergue tipo peregrinos, según indican en los papeles y dónde me atiende al teléfono un señor al que medio entiendo porque habla a toda velocidad y algo extraño.

En ese rato, también aprovechamos para “cerrar” lo del día siguiente en Lusignan, pero bien porque es fin de semana, o porque hemos llamado sólo con dos días de antelación, de los cinco sitios a los que llamo, dos teléfonos no valen y en otros nos dicen que está todo completo, con lo que toca llamar a dos pueblos más adelante aunque la distancia es tremenda pero no podemos salir sin asegurar nada de nada.

En el primero tras Lusignan, llamado La Martinière, es una aldea sin servicios y el siguiente llamado Saint Sauvant, nos atienden dos amables hospitaleros y peregrinos que no nos ponen ninguna pega, es más, estarán pendientes de nosotros por sí necesitamos ayuda, ya que pronostican 35 a 40 grados para el sábado y nos va a tocar andar 43 kmts.

Con ese tema medio resuelto aunque preocupados por la distancia de pasado mañana, salimos en el polígono industrial de Chatellerault a cenar, ya que mañana al final también va a ser un día cálido en una etapa muy larga con la circunstancia que encima tenemos la entrada a una gran ciudad como Poitiers, cosa que temo nos coloque algunos quilómetros de propina.

En el entorno del hotel dónde estamos, entramos a las 19 horas en Le Poivre Rouge (ver en internet), una cadena o franquicia, de la cual hay varios por Francia, dónde tienen un menú muy ajustado para lo que es Francia, ya que son 14,90 euros el menú o formule complet, es decir primero, segundo y postre con lo que elegimos este para cenar, cosa que fue un gran acierto.

El primer plato es tipo buffet, siendo de unos 20 platos a elegir, con lo cual nos levantamos en varias ocasiones, sobre todo en mi caso, ya que tengo que ir probando un poco de cada cosa, para ver sí lleva mucha sal o no, mientras Reyes va a tiro hecho y le pega “duro” a aquello que le apetece, habiendo pedido los dos de segundo, que sí es de encargo, pescado a la pimienta o al limón, descubriendo que el pescado del día, es dorada que está muy buena.

De postre tomamos mousse de chocolate o helado y volvemos los dos para el hotel, bien repletos tras haber rellenado el depósito de lo que hemos gastado en el día de hoy.

A las 20 horas más o menos estamos los dos tumbados en la habitación charlando sobre la incógnita de mañana, ya que nos salen 37-38 kmts con calor hasta la entrada de Poitiers, y además hasta las 17 horas no nos dejan entrar en el albergue y que al día siguiente será un “etapón” de 43 kmts, más la posible propina, con lo cual, poco de Poitiers, vamos a poder visitar mañana.

Sobre el recorrido de hoy, todavía sigue siendo para mí un misterio, ya que a la tarde cuando Reyes ha pillado el wifi, ha actualizado la ruta que hemos andado por el Endomondo que nos ha indicado lo de los 30 kmts, y hemos visto que hemos hecho por lo menos un montón de cuatros, cincos, sietes, sobre el mapa, habiendo venido en todo momento por señales del GR65, así que no sé, de donde se han sacados los 24 kmts de los papeles, aunque tenemos una ligera sospecha.

La sospecha que tenemos es que, quien haya sido, ha medido eso por la D910, por la que sí nos pone otra aplicación que hay esa distancia, con lo cual, bien siguen los datos de cuando la vía de Tours iba por las actuales carreteras nacionales, o por evitarnos ese trazado, lo han pintado por rutas locales, en las que se da mucha más vuelta, el caso es que esto es lo que hemos andado, “ojo futuros caminantes a la emboscada”.

4ª etapa, viernes 12 de agosto de 2016, pre-Chatellerault a Buxerolles (Poitiers), 37/38 kmts en 6h46’

Dando algunas vueltas absurdas, quilómetros de más, bajo un día caluroso para atajar y llegar a una gran ciudad

A las 7:05, previendo una etapa larga, dura y con mucho calor, arrancamos sin desayunar, hacía el centro Chatellerault, a dónde llegamos a los 33 minutos de andar, por lo que deducimos que teníamos tres quilómetros cómo ayer sospechábamos.

Al atravesar Chatellerault, lo único que vemos abierto es una panadería, donde compramos un pain aux rasins y otro aux pommes (caracola y napolitana de manzana) por 1,30 cada uno, que nos vamos tomando según andamos, porque hoy queremos avivar ya que nos tememos lo peor para el final de etapa.

Afortunadamente los primeros metros a la salida de esta ciudad, que dejamos a la izquierda, son por la rivera del río Vienne, un tramo bien bonito hasta llegar a un puente y una rotonda en los que toca pasar al otro lado del río y entrar en Cennon sur Vienne a las 9:15 de la mañana, tras 1h52 para 9,5 kmts u algo más, contando los que teníamos desde el polígono industrial.

Al estar todo cerrado también en esta población, seguimos sin poder tomar un café con leche, por lo que continuamos andando, tocando uno de los pocos momentos del día, que se anda por tierra, en las inmediaciones del antiguo asentamiento y ruinas de Poitiers, llamándose este punto Poitiers Le Vieux, donde hay unos paneles explicando la zona.

A eso de las 9:40 tras dejar atrás las ruinas y el lugar de la famosa batalla de Poitiers, que tuvo lugar en el siglo VIII, entramos en un pequeño bosque, con lo cual no notamos aún el sol y calor que para hoy han anunciado.

Cuando llevamos 3h20, en esta ocasión bajo el sol por pistas agrarias entre maizales, aparecemos en una de las sorpresas del día, cómo es el campo de golf de Traversiers, que dura una media hora a nuestra derecha hasta que yendo recto aparecemos en lugar de en Calvaire, según la chuleta de pueblos a pasar, por Saint Cyr, dónde son las 11:20 del día y llevamos 4h2’ para unos 23-24 kmts, la mayoría de asfalto.

En Saint Cyr, localizamos una panadería, donde compramos los dos unos bollos así como unos refrescos de bote, al no haber café, y nos sentamos a descansar y comer.

En ese rato que estamos allí, cómo unos 10 minutos, se produce otra de las sorpresas del día, y es que surge de pronto un ciclista que se dirige a mí en una mezcla de francés e inglés, preguntándome sí somos peregrinos.

Al creer que me entiende en francés, le contesto y se me queda perplejo, por lo que a continuación dice por lo bajo “no me he enterado de nada (en castellano-gallego), y me vuelve a preguntar pero sólo en inglés.

Al haberle oído la frase por lo bajini, le pregunto, pero de dónde eres y me dice, anda pero sí entiendo el francés, (le he hablado en español), y nos dice que es de Ourense y se llama Micael, ciclista que no sabe hasta dónde va a andar en ese periplo pero que ha salido el día 10 de Tours, ósea que lleva un día menos que nosotros en el Camino.

Tras charlar con él otro rato, en el que nos cuenta lo de una aplicación que lleva él en el gps, llamada HERE, y que le va muy bien, nos narra, que hoy está perdido de la leche, que está dando muchas vueltas y no le cuadra nada de nada, cosa que a nosotros tampoco.

El caso es que por no demorarnos más, quedamos en que a lo mejor nos vemos en Poitiers, aunque él no sabe sí llegará allí o seguir y nosotros al ser las 11:45, nos ponemos nuevamente en marcha, que nos queda mucho aún por andar y hace ya calor.

Al poco de salir pasamos por Dissay y la hora por St. Georges de Boillargeaux, os puedo asegurar que ninguno de esos pueblos viene en la chuleta que los de xacobeo.fr, indican, pero las marcas nos llevaban por ahí, por lo cual para nosotros a pesar de la perplejidad, íbamos siguiendo el supuesto trazado válido.

Desde St. Georges de Boillargeaux, el camino no da tregua y nos mete por lo alto de una especie de media ladera en una pista agraria, todo amarillo a ambos lados, en los que nos va “castigando” el sol, de lo lindo, viendo incluso a tres “scouts” en bici tumbados a la sombra de unas grandes cantidades de paja apilada a un lado del camino, medio derrotados por el clima y a la derecha en una ladera de enfrente el parque de ocio llamado Futurscope de Poitiers, por lo que pensamos no nos queda mucho.

Nosotros continuamos, racionándonos el agua, que se empieza a beber sin sentir y llevar 5h20 de calor, cuando entramos en una Voie Romain, dura con piedras en el suelo y donde el calor “azota” por los dos lados.

A las 13:15, en ese zona de la vía romana, aparece en su bici Micael que  nos cuenta pincho ayer y otros temas de mala colocación de pedales en su medio de transporte por lo que perdió tiempo en repararlo cuando pudo, pasándonos en cinco minutos y preguntándonos sí no habíamos visto a una pareja de brasileños que habían dormido con él, el día de antes.

Cuando Micael nos deja en la recta amarilla, vamos deprisa, ya que el  solazo nos va haciendo sudar de lo lindo, acercándonos hacía una hondonada en la que hay algo de sombra y que es la entrada a Buxerolles.

A la entrada de Buxerolles, dejan de aparecer las marcas roja y blanca del GR, justo cuando pasamos ante una parada de bus, que me hacen dudar, ya que esto es el pre-Poitiers, y me hacen echarme a temblar por lo que nos puede caer a esas horas tanto de calor, cómo de vueltas por aceras, asfalto, etc.

Ante la hora que es (14:48) y que no llevamos mucha agua, entramos en el Intermarché que está en esa parte de Buxerolles, dónde procedemos a comprar litros de agua y zumos de naranja para bajar la temperatura corporal y reponer.

En ese momento llevamos desde St. Cyr, ósea la panadería donde hemos encontrado a Micael, 2h46, lo que sumado a lo anterior nos hace 6h46 para 37-38 kmts que en ese momento le dice a Reyes, la “chica” o voz de la aplicación de Endomondo que llevamos.

Cuando estamos pagando en la caja, preguntamos a la cajera, cuánto nos queda para el centro, de Poitiers, ya que vamos al albergue junto a la catedral, y nos dice que unos 5-6 kmts, pero todos de aceras, asfalto y que la parte final es en cuesta.

Nosotros salimos nuevamente a caminar, tomándonos el zumo o agua, sobre la marcha, cuando a los dos minutos en la rotonda de delante, en una parada del bus, vemos que pone que el próximo pasa a los cinco minutos, con lo que para no darnos la paliza del día y andar por una entrada a una gran ciudad, toda urbana, subimos a las 15:08 al bus que por 1,40 euros nos deja en 20 minutos en pleno centro de Poitiers, tras haber hecho un recorrido de unos 7 kmts, entre Buxerolles y Poititers, distancia que no nos pesa nada, habernos saltado.

A estas alturas de la Vía de Tours, ya estamos viendo que de bonita, bonita, bonita, no tiene nada, vamos que no se parece ni al GR 34 en Bretaña, ni al Podense, ni al del Piamonte Pirenaico, por lo que 5 quilómetros más o menos, nos da lo mismo y menos con la temperatura que estamos notando.

A las 15:40 vamos hacía la zona de la catedral, al bajarnos del bus, y vemos el albergue Emaus, en el que hemos reservado en la 28 rue Cathedrale (tfno., 0549416166) y para hacer tiempo ya que aún no es la hora, visitamos la Catedral, que está más abajo y luego nos tumbamos en unos bancos a hacer tiempo, estirar, descansar, etc, a la sombra

A eso de las 16:55 vamos al albergue y tras recibirnos, nos instalamos en dónde buenamente dan acogida, ya que en lugar de sólo albergue de peregrinos, es más bien un lugar de indigentes o transeúntes, pero no nos ponen ninguna pega y a pesar de ser gratuito nos ofrecen la cena o lo que haga falta, cosa que les agradecemos aunque vamos a cenar fuera por lo de mí tema sin sal, aparte que no hemos comido.

Nos instalamos en una habitación con dos colchones, uno en el suelo, tocando al otro en el somier, ya que no era colchón, y tras ducharnos al ser un poco tarde, para ver algo damos una vuelta por la parte central de esta ciudad grande, en la que sobresalen la Catedral, que hemos visto antes y la Basílica de San Hilario y el Porche de Notre Dame, que están muy cerca.

Justo enfrente de la Iglesia de Notre Dame, que por dentro es interesante visitar, está la Maisonnette de Turismo, en la que entramos y vivimos uno de los momentos, que aunque lo narré de la manera más aséptica, cuesta trabajo creer.

En el momento de entrar, al decirles que somos peregrinos hacía Compostelle, se nos quedan medio “helados” o alelados y lo único que nos pregunta, a las 7 de la tarde, es sí necesitamos sitio para dormir, ante la respuesta, que no, que ya estamos instalados, parecen aliviados y nos cuentan que tienen una relación de sitios, pero que no nos pueden dar copia, ni facilitar los datos, ¿????, eh???, nos muestran “a distancia” la relación que es la misma que hemos venido utilizando desde Tours, pero del siguiente tramo, ósea desde la parte final de Touraine, hasta finalizar Le Poitou-Charentes que es la región en la que está Poitiers.

Le pregunto, cómo es la “política” o forma de actuación, caso de necesitar alojarnos en algún sitio y sí nos pueden dar una copia de la relación que tienen, y aunque sorprenda, nos indican que sólo la tienen para su uso y que en el supuesto que tengamos que pernoctar, ellos llaman al primer o segundo sitio de la relación y preguntan sí nos quieren acoger, ¿????,

Bueno, cómo nosotros no tenemos ese problema, ya que lo hemos resuelto por nuestra cuenta, le solicitamos, sí tienen posibilidad de darnos copia, aunque sea parcelada de lo que ellos manejan para los siguientes pueblos, y nos indican que lo tienen expresamente prohibido, y que tampoco tienen ningún folleto o mapa, o información sobre lo que tenemos pendiente de recorrer, es más que cómo mucho en la Catedral, podemos preguntar y algo nos podrán facilitar.

La realidad es que entre que no lo necesitamos, al menos por disponer de algo y que lo he visto en la Catedral, era los días y horas para recibir una charla de lo que es el peregrinaje y lo que se “recorre” en el Camino Podense o en el Francés, en España, sellamos la credencial, que a eso no nos ponen muchas pegas, aunque el sello tardaron en encontrarlo y tuvieron que consultar con alguien para podernos sellar y salimos de esta oficina de turismo, habiendo un momento que aún fuera, nos hace dudar de, sí lo hemos soñado o es realidad.

Debo decir en honor a la verdad, que de todo lo demás, relacionado con Turismo, ósea Futurscope, zonas a visitar en las inmediaciones, Villes Fleuries de la zona, etc, sí tenían folletos y datos, pero de la Vía de Tours, nada de nada, es más uno le pregunto a otro, sí por allí pasaba la Voie Touroniensis.

En todo lo anterior y párrafo posterior, que me he extendido, lo indico, para que no sé piense que esta vía, es súper-conocida, ni dan información, así como así, al menos en Poitiers.

Ante nuestra pregunta, de por dónde sale el Camino, ya que hemos saltado desde Buxerolles y allí hemos perdido las marcas, nos contestan que cómo no lo sepan en la Catedral, ellos no lo saben.

Asimismo, aunque sea algo de “trampa”, les preguntamos sí hay alguna manera de que mañana no hagamos 41-43 kmts hasta St. Sauvant, que es dónde hemos logrado encontrar para dormir, al ser sábado y el mega-puente más turístico que hay en Francia en todo el año, y al estar todo lleno en Lusignan a 30 kmts, pero nos recalcan que no hay nada de nada, incluso una de las chicas que nos atiende es de Lusignan y se queda muy extrañada que la Vía de Tours, pase por su localidad (¿????).

Con cara de perplejidad, salimos de Turismo y cómo no nos ha aclarado, nada, seguimos con nuestros planes, que son lo primero ir a cenar, cosa que hacemos en la Rue Carnot, justo en el centro, en el restaurante Said-Carnot, dónde al no haber comido, procedemos a una buena cena, o formule, que es para Reyes, de primero Oeuf-pochè, cerdo a las 7 horas de cocción y micuit chiclòs de postre, o algo parecido, con fruta y helado, todo ello por 25 euros, mientras yo, por lo de sin sal, pido una ensalada (muy adornada cómo es habitual en Francia), filete de ternera con frites  y helado de chocolate, con agua, por 23,50 euros, acabando a las 20:15 de cenar.

En el rato que hemos estado sentados en dicho restaurante, hemos bajado la aplicación Here al móvil de Reyes, y hemos puesto el primer pueblo a pasar mañana que es St. Hilarie de Poitiers y Chaumont que es el segundo, con lo cual, ya sabemos la dirección hacía la que tenemos que salir mañana.

No obstante cuando volvemos al auberge Emaus, charlamos con tres o cuatro personas que nos indican somos los primeros peregrinos que ven en dos años y nos indican también  hacía dónde es la orientación de salida para esos dos pueblos, incluso, un chico de Senegal, nos lo ratifica en español, porque ha trabajado seis meses en Tarragona y le apetece traducirnos la conversación, (lo dicho, disponen de más información que los de turismo).

A las 21:15 nos subimos a la habitación y repasamos los apuntes que llevamos, ya que no hemos visto ninguna marca del GR por el centro de Poitiers, y eso que alrededor de las dos grandes iglesias y basílicas, lo hemos mirado varias veces.

A las 21:30, estamos tanto Reyes en el colchón el suelo, que nos han facilitado, como yo en el somier-cama, de la habitación donde nos han instalado.

Hay que decir en honor a la verdad, que a pesar de ser “algo precario”, dónde paramos, tenía lo suficiente, es decir, ducha, techo, cama, colchón, almohada, etc, nos ofrecieron cena que podríamos haber participado a hacer con los demás que fueron llegando , la mayoría transeúntes, y todo ello gratuito, así que como es norma en los peregrinajes, quien te da lo que tiene, no está obligado a más, por lo que agradecemos mucho todo lo que nos ofertaron.

El lector que pase por aquí, deberá ponderar, sí ir primero a turismo y demandar algún otro sitio, o el ir de hostal, hotel, foyeur du jenneuse, camping, en las afueras, etc., o dónde nosotros estuvimos, aunque sí no se llega un fin de semana tan especial, cómo este del puente, no tendrá problemas, imaginamos.

A las 22 horas, más o menos, nos quedamos dormidos con la idea de madrugar mucho mañana, ya que dan unos 36-39 grados y tenemos más de 40 kmts, por la ubicación de los pueblos y demás, de la etapa de mañana.

Sobre el recorrido de hoy, resaltar nuevamente que principalmente por el calor, la distancia y la llegada a Poitiers, fue duro, siendo la mayoría de tierra, ya que no hemos andando los entre 5-7 kmts de Buxerolles a Poitiers, ciudad que queda en alto, por lo que el final, “se puede atragantar”.

Durante el rato que estuvimos dando una vuelta por el centro de Poitiers, no vimos a Micael y su bici, ni tampoco a los dos peregrinos brasileños que nos indico el gallego.

5ª etapa, sábado 13 de agosto de 2016, Poitiers a Sant Sauvant,, 42/43 kmts en 7h57’

Andando muy deprisa por la distancia  y calor, con final muy agradable

A las 6:50, previendo la etapa larga, dura y con mucho calor, estamos en la cafetería Ma Calie (conocíamos esta franquicia de Tours), a tomar un café y bollo, ya que hemos tenido la suerte que hayan abierto tan pronto.

A las 7:10 comenzamos a andar, hacía Saint Hilare de Poitiers (todo desierto, ni un alma) y luego la calle de salida llamada, Avenue Libertade, hacía el pueblo de Chaumont, viendo por esa zona o polígono industrial, la indicación en el barrio de Couronnieres, de albergue de juventud para menores de 30 años, dónde sorprendentemente, volvemos a ver una pegatina cómo el primer día, redonda con una bici abajo y arriba la concha de peregrino, en tonos azules y amarillos.

Desde ese punto, a 2,5 kmts de la Catedral, en las siguientes columnas, farolas, etc, no aparecen las marcas roja y blanca del GR, sí no dos rayas o pegatinas horizontales, siendo la de arriba amarilla y la de abajo azul oscuro, casi morado, o dicho de otro modo, parece ser que es “la simplificación” de la pegatina u orla redonda que hemos visto hace unos metros.

Cómo observará el lector, una simple forma de marcar, no hay, sí no que hay que ir deduciendo que esas pueden ser las tuyas, con la dificultad que entraña en aquellos puntos que se separan unas y otras que te hacen dudar.

Cuando nosotros hemos tenido dudas de sí seguir las pegatinas de Compostelle o marcas nuevas, sí había cerca una de GR-65 roja y blanca, hemos optado por esta última, ya que parecía siempre la más exacta y recta, aunque cómo veréis a veces da vueltas.

A la salida de Chaumont, en seguida se entra en Fontaine le Conte, unos 9,5 kmts cuando son las 9:30 del día y llevamos 2h20 de andar, siempre por asfalto o aceras.

Tras Fontaine son pistas hasta Coulombiers, durante 10 quilómetros y a eso de las 10:30 del día pasamos por La Verrie, llevando unos 22 kmts, aunque nos parece que eran menos, ya que a las 12:30 ósea 7 kms, después llegamos a Lusignan, haciendo la entrada en esta Villa Fleurie, precisamente por dónde están dos de los hoteles-hostales a los que hemos llamado, pero por haber bodas y ser fin de semana, están llenos.

Al ser las 12:30 y llevar 5h38 para 29 kmts a buena velocidad, buscamos la salida, de la misma hacía la que anuncian un súper Intermarché, sin subir a la parte histórica de Lusignan, que queda a la derecha, sobre nuestras cabezas.

Localizadas a la salida, nuevamente las marcas roja y blanca del GR, llegamos a la rotonda final del pueblo, donde está el supermercado en el que compramos fruta, agua, etc, para reponer y descansar un poco, ya que nos queda, con calor, los últimos 12-13 kmts, que pueden hacérsenos muy largos.

En unas mesas de madera que hay frente al súper, nos instalamos para tomarnos un melón de cantalupo, plátanos, nectarina, un zumo de naranja Reyes y a las 13 horas arrancamos nuevamente, sin demorarnos más, para que no se nos haga eterno.

La salida es por tierra hacía unas torres de alta tensión, en dónde nos cruzamos con unos excursionistas de fin de semana, que nos cuentan vienen desde Chenay, pueblo que está después del que vamos.

Siendo las 13 horas, el calor anunciado, hace su aparición, y vamos los dos tratando de no demorarnos nada, lo más deprisa que podemos echándonos crema para el sol, agua por el cuerpo, sombrero y cabeza, ya que hay pocas sombras.

En un momento dado, incluso para hacerme más sombra, abro el paraguas y lo pongo sujeto con la mochila, para que me haga de parasol, y proteja algo más, ya que la solanera es buena.

A eso de las 15 horas llegamos a una pedanía de St. Sauvant, llamada l´eglise dónde hay un punto limpio, por cierto que tenía que estar en medio, “algo” llamado Lamartinière, ni lo hemos visto, y tras continuar otro poco a las 15:38, tras 7h57’ netas de andar para 43 kmts, llegamos a la plaza central de St. Sauvant, dónde hay una tienda abierta y dónde compramos unos refrescos (orangine) y vemos lo que tienen para comprar algo para la cena, aunque es un tema que está sin concretar del todo con nuestros formidables alojadores de hoy.

A los dos minutos, al doblar una esquina, en la calle Four, número 4, está el albergue o casa de acogida de estos peregrinos de Bretaña, que este año han decidido probar lo de hospitaleros y están en este pueblo hasta finales de Septiembre u octubre y con los que hablamos antes de ayer, indicándonos que tenían sitio para 10 ó 12, sin problemas y que paraba muy poca gente.

Charlamos un buen rato con Jean Claude y Monique, que son sus nombres y nos cuentas numerosas cosas tanto de sus andanzas, cómo de lo que han andado por España y Portugal, y en ese rato concretamos que no compremos nada en el súper, ya que ellos nos van a dar aparte de dormir la cena, sí nos parece bien, aunque para mí intentarán que sea todo sin sal.

Subimos a la habitación y nos instalamos, estando todo muy bien, hay plazas para más de 15 personas, y a eso de las 18 horas bajamos, tras descansar a estar un rato con ellos y preparar entre todos la cena.

En ese segundo rato, nos cuenta, que se han sorprendido mucho que llegáramos tan pronto con ese calor, y que seamos españoles, ya que normalmente este camino de Tours es muy solitario y sólo lo andan franceses.

Son los primeros que nos indican que entre 300 y 500 es lo que se estima, lo pueden hacer cada año, aunque claro no todo entero, ya que la mayoría, comienza en Burdeos para hacer hasta Santiago y que eso son más de mil quilómetros, tanto por el Francés, cómo por el de la Costa o del Norte.

Los dos han andado en Francia el Podense, y J.Claude ha andado el de Arles, ella no, mientras Monique ha hecho el de Vezelay, pero ninguno de los dos, se ha planteado el del Piamonte Pirenaico.

Por lo que se trasluce de su conversación, los franceses, en cuanto hacen “su Podense”, cómo mucho luego andan otro en Francia, para a continuación liarse con los caminos españoles o portugueses.

Estos dos peregrinos-hospitaleros, han andado los dos del norte de España, el francés, y ahora han puesto sus miras en la Vía de la Plata, de la cual les cuento algo.

Curiosamente, Jean Claude ha andado el camino de Madrid, que a mí me parece feísimo a él también, salvo un par de etapas, y el Portugués de la Costa, desde Lisboa.

En ese rato aprovechamos para que nos indiquen o nos mejoren los planes que tenemos sobre nuestro recorrido, tanto en los etapas, como lugares para dormir en dichos finales, comentándonos que sí vamos a Bayona para hacer luego el del Baztán, podríamos un poco antes desviarnos por el litoral, sin necesidad de llegar hasta Dax y ver cómo recorremos los 62 kmts entre Dax y Bayonne, a dónde llegará ese día mi hermano con una de sus hijas, para andarlo.

A las 19 horas procedemos a comenzar con la cena, así como con un “brebaje” tipo poción mágica de Panoramix, que nos cuentan estos dos amables hospitaleros, consistente en medio vaso de vino tinto, agua muy fría, pan que se desmiga en el líquido y azúcar, supuestamente tonificante y que proviene de los agricultores bretones en época de calor.

Nosotros hacemos los honores a esa tradición y tras la misma continuamos con la cena que, al ser vegetarianos, fue una ensalada de champiñón, lentejas de plato contundente para ellos dos y Reyes, porque la habían cocinado con sal, y por último, pero sólo para Reyes y para mí, unos filetes de pollo más fruta y a la cama.

Tras agradecerle todas sus atenciones, sellamos, pagamos, que es la voluntad, y les preguntamos sí 25 euros por persona, les parecería correcto, “de peregrino a peregrino” y nos dicen que está muy bien y que se limitarán a ponerlo en la caja de recogida de dinero y quedamos en bajar a las 7 a desayunar, ya que nos van a acompañar unos pocos quilómetros por la mañana.

Entre las cosas que nos cuentan, nos indican que hace al menos 10 días que no había parado allí ningún peregrino y que la mayoría, hacen de Poitiers a Lusignan (nuestra segunda idea), y luego a Chenay, para después ir a Melle, distancias, que nosotros vamos a recorrer en dos etapas en lugar de en tres, ya que sigue siendo todo muy llano.

Sobre el recorrido de hoy, lo relatado, algo de tierra pero predominando el asfalto, un día muy caluroso y aunque no hemos visto el castillo e iglesia en lo alto de Lusignan, estamos muy contentos de haber llegado a buena hora y no muy machacados por la temperatura a St. Sauvant, tras 43 kmts.

6ª etapa, domingo 14 de agosto de 2016, Sant Sauvant a Melle, 27 kmts en 4h43’

Recorrido “corto” y agradable final de etapa, coincidiendo con más peregrinos

A las 7, tras una noche fantástica en este pueblo pequeño, bajamos a desayunar con nuestros amables anfitriones, tomando una buena cantidad de viandas y saliendo a las 7:20 a caminar, acompañándonos 3 kmts hasta un cruce hacía Chenay, dónde ellos se dan la vuelta y nos despedimos de esta amable pareja que nos ha dado más y mejor información que muchas de las oficina de Turismo que hemos pisado.

Continuamos por asfalto, hasta la siguiente bifurcación, que es en la entrada a Chenay, pueblo que no se pisa y queda a la izquierda, dónde nos cruzamos con un corredor dominguero que nos saluda.

Llevamos en ese punto para 9,7 kmts, 1h47 y seguimos de frente hacía Cheinguin y luego de frente otra vez hacía Sepvret, dónde ha vuelto el corredor a su casa y nos ha indicado que vamos bien pero que va a hacer mucho calor, a las 3h16 de haber comenzado a caminar.

Tras otros 4,8 kmts, a las 11:45 y 3h55’ llegamos a Le Martiniére, una pedanía, que al menos tiene en su centro un parque con fuente, mesas con bancos de madera, todo ello en sombra, dónde procedemos a hacer el primer alto del día, ya que vemos vamos a llegar a muy buena hora, pero no a tiempo de pillar abierto turismo antes de la pausa de medio día, por lo que tendremos que esperar a su reapertura vespertina.

En dicha plaza de Martinière (es una pequeña aldea), comemos fruta, reponemos líquidos y a las 12 horas volvemos a caminar por asfalto hacía Melle.

Cuando estamos entrando en Melle, por la zona de la piscina-camping, aparece por detrás una voz en gallego-español que nos saluda, es Micael, al que no hemos visto desde la entrada a Poitiers y que también va a parar hoy aquí, ya que hay albergue y se ha enterado de su existencia y que es barato.

A las 12:41 tras 4h43’ para 27 kmts, llegamos a la plaza central de Melle, dónde están recogiendo el mercado de ostras y frutas callejeras del día, los súper hace 11 minutos que han cerrado hasta el martes 16, y nos sentamos con Micael que está en un bar, tomando una cerveza, momento en el que nos cuenta que le han “sangrado o rajado” 4 euros por una caña pero que lo ha pagado con gusto porque está muerto por las distancias y el calor.

En ese rato que estamos los dos con él allí sentado, también nos dice que “él no se afrancesa con el horario” y que en lugar de ir a comer de 12:30 a 13:30, llega casi al final, para comer algo y que con la cena, lo mismo en lugar de estar a las 19 horas cómo hacemos nosotros, va casi a las 20:30, porque él sigue con el ritmo y horario gallego.

Tras un rato de charla, en la que enseña a Reyes la aplicación Here que se descarga para futuros días, ya que a él le está yendo “de cine”, a las 14 horas vamos Reyes y yo a Turismo (Micael, sigue allí sentado, quiere ir contra-corriente), y nos identificamos cómo los peregrinos que llamamos antes de ayer, por lo del puente, y nos indican dónde está la casa-albergue en un alto en la salida de Melle, dónde hay también dos holandeses que hoy han hecho  un descanso y no han salido a caminar-andar.

Esta casa de turismo de Melle o Maisonette (tfno., 0549291510), es todo lo contrario que la de Poitiers, la atiende una chica que es la amabilidad y afabilidad personificada, de hecho cuando le pedimos algo de información de los siguientes pueblos y albergues, nos fotocopia sin ningún problema, la hoja que en Poitiers, tenían guardada cómo Gollun en el señor de los anillos: “mi tesoro, es mío, nos lo quieren quitar”, y sin más historias ni zarandajas, nos facilita una copia, así como la clave para entrar en el albergue que cuesta 9,30 euros cada uno.

El auberge que está en 22 Rue Roger Aubin, es una casita en medio de un bosque,  justo a la salida Melle y tiene dos pisos, estando en la parte baja la cocina y una sala para bicis, donde los dos holandeses tienen las suyas y una parte superior, donde hay una sala para dos personas (ocupada por los holandeses), y otra grande con 5-6 camas, donde se nota calor al estar haciendo fuera más 36 grados.

Al ser las 14:25, fuera de horas de comidas y que nosotros picamos algo pero aguantamos hasta las meriendas-cenas de Francia, a las 18:30 o 19 horas, procedemos a las duchas, lavar, tender, estirar, descansar, etc., viendo los planes para los próximos días.

Desde hace tiempo ya venimos temiendo este puente tan especial en Francia, y aunque tenemos reservado para mañana en Aulnay de Santonge a 32 kmts, según los papeles, intuimos que lo de mañana puede ser complicado para la logística, pero aquí ya está todo cerrado para comprar algo, así que procederemos a darnos una buena cena por si acaso.

Tras un buen descanso a las 18 horas bajamos a la parte del jardín del albergue y charlo un rato con los Neerlandeses que han venido desde la punta más al norte de los Países Bajos, en bici, y llevan un mes de pedalear a una media de entre 80 y 90 kmts, diarios, por lo que hoy se han tomado un día sabático para recomponerse.

En ese rato me preguntan muchas cosas de la parte española, ya que no tienen aún claro sí van a ir por la costa, sí por el primitivo, o el francés, y de paso me cuentan que a priori, ni tienen ningún plan de llegada ni de nada, salvo que mañana quieren hacer una distancia similar y llegar a Saintes, pueblo al que nosotros tenemos tres etapas de las nuestras.

A media tarde, tras charlar otros cinco minutos con Micael que se va a instalar abajo,  volvemos al centro de Melle y tras tomarnos un refresco vamos a una terraza del jardín, que es un burger, dónde Reyes se cena pollo asado con patatas fritas y mousse de chocolate por 18,60 euros con cerveza y yo me tomo un plato combinado que lleva canard confitado también con patatas y otra mousse, todo ello por 18.90.

Cómo podéis observar, cuando no hay lo que en Francia llaman formule o menú, los platos salen parecidos a todo el menú, pero es que al ser sábado, domingo o festivo, la cosa se complica.

A eso de las 20:30 volvemos al albergue y procedemos a intentar pasar de la mejor forma posible una noche que se prevé toledana por el calor que hace arriba a lo que se une que los colchones tienen fundas de plástico que se pegan por todos los lados.

Tras varias vueltas a eso de las 21:30 nos quedamos dormidos pensando en los 33 kmts de mañana, en un día que podría ser complicado, cómo así fue.

Sobre el recorrido de hoy, subrayar nuevamente que se nos hizo corto a pesar de ser casi todo por asfalto, ya que cómo el día anterior, por la logística tuvimos que pegar los últimos quilómetros de Lusignan a St. Sauvant, que podrían haber sido para hoy, pues se nos ha quedado en un “semi-aperitivo” lo que hemos andado, no habiendo nada relevante que contar, cómo de casi ninguno de los días anteriores, en cuanto al paisaje.

Al margen de todo lo anterior, se considera que Melle o en sus inmediaciones, podría ser el punto de unión con la vía Bretona que debía venir del Finisterre francés y pasaría por Nantes, aunque ya os indico que dado el poco volumen de personas que anda el de Tours, no sé sí tendrá constancia de sí eso sigue siendo así.

7ª etapa, lunes 15 de agosto de 2016, Melle a Aulnay de Santonge, 37/38 kmts en 6h44’

Se cumple la ley de “Murphy” en toda su extensión, sí algo se podía complicar, así sucedió, en ese día súper-festivo en Francia

A las 6:30, tras tomar un café de “sobre” los dos a la vez que Agnes y Hans preparan sus bicis para los 90 kmts, comenzamos a caminar, casi a oscuras para intentar evitar algo de calor.

Las marcas nos llevan por el camino de la Decouverte durante unos dos quilómetros, pero luego bien porque no está bien indicado o que vamos “empanados”, andamos una media hora en una dirección hasta que vemos nuevamente que estamos entrando por otro lado en Melle, con lo cual, a jorobarse, darse la vuelta y tirando de la aplicación Here, ver hacía qué punto es la zona que tenemos que localizar.

Quiero en este punto indicar una cosa sobre esta aplicación llamada Here que se ha instalado Reyes, y es que aunque no es infalible y te lleva siempre por carreteras, al menos te señala la dirección, y no siendo un wikiloc o track del camino a nosotros nos salvo en algunos puntos, así como sacarnos de algunas dudas cómo esta que acabo de relatar.

Según la aplicación de Here, son unos 30 kmts hasta Aulnay, ya que sin ir por carreteras de peaje, sí va por las locales o por dónde se le “redirija”, no coincidiendo a veces por donde nos llevan las marcas del GR.

Tras desandar la pérdida del principio, localizamos bien las marcas y vamos poco a poco hacía Brieux sur Botonne, a 13 kmts del inicio a dónde llegamos en 2h38 a las 9:35 de la mañana, vamos que no hemos perdido mucho el tiempo y además hemos ido deprisa por sí las moscas

En Brieux compramos unos bollos en una panadería y luego vamos a un bar donde nos ponen café a 2,50 euros cada uno, esto es una tónica habitual en Francia, no suelen tener bollería en las cafeterías, pero no ponen ninguna pega para que te tomes allí lo que traigas para desayunar.

En ese rato que estamos tomando el café con el bollo, reaparece Micael, que nos cuenta algunas de sus aventuras de ayer, “porque él no se afrancesa” y le paso que, por un lado no se pudo bañar con su bañador español, ya que no sabía que en Francia, son muy especiales en ese tema y debe ser uno con una largura y textura en concreto, es decir el llamado culotte, no vale ningún otro en piscina.

Otra de las aventuras que nos cuenta, es que ha charlado con los holandeses que llevan cada uno entre 20 y 22 kg de equipaje en 4 ó 5 bolsas en sus bicis, y le han dejado “ojiplático” ya que él va sólo con una mochila y está matado con ella y eso que pedalea sólo durante 35-40 kmts cada día, vamos que le han desmoralizado.

Tras un rato más de charla, le dejamos, contándole que vamos a Aulnay, donde hemos reservado, aunque él duda de dónde parara.

A las 9:50 volvemos Reyes y yo a caminar por pistas, haciendo eso que denomino “finquear” es decir tres de los cuatro lados de las mismas, en dirección hacia Villers sur Chize.

Justo a la hora de haber comenzado, se empieza a notar un calor que me hace ir “agobiado” y en lugar de entrar hacía Villers, dado que pensamos que evitaremos algo de distancia, porque suele ser habitual lo de entrar a una villa para pasar por la iglesia y luego salir más adelante, continuamos por la D950 sin hacer caso de esa señal.

Durante 13 kmts vamos por dicha D950, que se nos hacen largos, y eso que lleva poco tráfico, pero es que el día es tórrido y además no corre nada de aire, con lo que cuando entramos en la población llamada Villedieu, Reyes que va delante, escuchando a la chica del Endomondo cómo le canta los quilómetros y a la velocidad que vamos, me indica donde hay una fuente en una iglesia, en la que casi me baño.

Tras rebajar un poco la temperatura corporal, seguimos avanzando y poco a poco vamos hacía Aulnay, pasando antes por un snack-bar de carretera en la que sólo despachan refrescos y perritos pero nosotros viendo al fondo Aulnay, seguimos sin parar.

Se entra en Aulnay, ya por señales por una zona semi-polígono industrial, bien largo de unos dos quilómetros en los que vemos a la derecha un Intermarché, pero al ser el día que es, sólo ha abierto de 10 a 13, con lo cual está ya cerrado a esas horas.

A las 13:15, llegamos a la oficina de turismo de Aulnay, en la cual, para que Murphy, comience a reinar, hoy está cerrado, incluso sabiendo que veníamos ya que ayer llamé para corroborarlo y dónde no hay ningún cartel.

Al lado de turismo está la iglesia del pueblo que es grande y rodeada de un cementerio, por lo que vamos hacía un restaurante que está detrás, abierto y dónde pensamos que puede estar el albergue.

Entramos en ese restaurante que nos indica que no es allí, sí no hacía el otro lado del pueblo y despidiéndonos vamos al centro del pueblo que está a un quilómetro en la otra dirección, en ese restaurante, ya nos informado que hoy tarde-noche, no abren.

Cuando llegamos al centro de la villa en la plaza central hay un solo bar abierto llamado Le Coulombier, hacía el cual vamos para tomarnos un refresco y preguntar por la señora de 85 años que tutela el albergue y que es la que se queda de “guardia” cuando turismo cierra.

Definitivamente a las 14:40 tras 6h44 para 38 kmts, no los 32 de los papeles, medidos por Endomondo “en la chepa” de la mochila, hemos acabado de caminar y estamos tomando el refresco, cuando nos anuncia que van a cerrar hasta mañana pero que nos acompañan a la casa de Mme Bourau, 14 place Arrudy Grillón, tfno. 0546331010, donde conocemos a esta amable “hospitalera” a tiempo parcial.

La señora tiene unos 85 años, pero está aún bien de salud y tras sellarnos y cobrarnos 8 euros por persona, nos acompaña a la calle de detrás, dónde está el albergue de Les Haltes Jacquaire, que tiene dos plantas y en la parte superior cuenta con cuatro literas, dónde nos instalamos.

Tras ducharnos, tender, descansar, etc, a las 18:30 salimos a dar una vuelta al pueblo y localizar, sí podemos encontrar algo para cenar, ya que de momento no hemos ni comido.

En otra pequeña plaza del pueblo hay un hotel anunciado llamado Dojon, al cual vamos a preguntar, sí dan cenas, y en un primer momento nos dice que sí, pero luego al saber que no estamos alojados allí, nos indica que no, que sólo desayunos y con las mismas  nos vemos en la calle con una primera negativa.

Miramos por la plaza donde está el bar al que entramos al llegar y al lado hay uno que abre todos los festivos menos precisamente hoy, por lo que la única opción que de momento vemos es volver al de Turismo a la entrada, cuando vemos que no ha abierto y posteriormente andamos dos quilómetros hacía la zona por donde hemos entrado a media mañana y vemos el intermarché cerrado, por lo que sin nada que nos solucione volvemos nuevamente al albergue y centro de Aulnay.

El 15 de agosto en Aulnay, no cenáis, parecía sugerirme “Murphy” al oído, todo el rato, por lo que “echándole cara”, volvemos a la casa de la señora hospitalera, a la que le contamos nuestro problema y que no hay nada abierto, por sí nos puede facilitar algo que al menos nos permita aguantar hasta mañana.

Mme. Bourau, nos da 4 huevos, 2 tomates, una loncha de jamón york, algo de pan, arroz y con eso y el microondas del albergue apañamos una pequeña cena, ya que es todo lo que tenemos, precisamente uno de esos días que a ninguno de los dos, nos queda ni frutos secos, chocolate, fruta o alguna otra cosa en la mochila.

¡Ay, cómo se lo ha olido Micael y ha seguido de largo con la bici de este pueblo!, pero nosotros entre el calor y que han sido 5-6 kmts más de lo que pone en los papeles, ya no nos da el cuerpo para andar más, así que a pasarlo cómo mejor podemos.

Tras la medio-cena, a las 21 horas nos acostamos en la parte superior del albergue, notando el calor que no baja la temperatura, porque seguimos bajo una canícula de temperaturas anómalas para lo que es Francia, según nos dicen todos.

En cuanto a la etapa, indicaros que el recorrido es llano por cualquier lado, sin atractivos, que a mí se me ha hecho largo y agobiante por el calor, puede que notemos también la distancia de ayer, y hemos tratado de ir por la “recta” de la carretera desde Brieux sur Butonne, sin hacer caso de las señales, para no andar de más, aunque al final, lo hemos hecho por la tarde para intentar encontrar cena, pero eso fue lo que nos pasó ese día en el que “la grand fête du France”, nos hizo pasar apetito, al coincidir tres o cuatro circunstancias.

8ª etapa, martes 16 de agosto de 2016, Aulnay de Santonge a Saint Jean d´Angely, 24kmts en 3h58’

¡Cómo la noche y el día!, de la nada de ayer al todo de hoy

A las 6, bien por el hambre, o por el calor en la zona de dormir, estamos los dos arriba y a las 6:35 estamos los dos en la calle, observando que a pesar de ser tan temprano, ya hay 24 grados de temperatura y eso que aún esta amaneciendo.

Casualmente, mientras que ayer estaba todo cerrado, ya hay una panadería a esas horas abiertas, en las que compramos cuatro bollos para los dos que tienen en una bolsa, aunque al ser de ayer las cuatro caracolas, estaban un poco secas, pero dada la “gazuza” que sentíamos, yo me comí las dos y Reyes una.

A los cinco minutos cuando estamos para irnos, abre en ese momento el bar Coulombier, al que entramos ayer para beber el refresco y nos da un café a cada uno por 1,40, con lo que el día de momento ha pasado del negro de ayer a blanco, ya que podemos empezar pronto a caminar, y con algo de comida en el estómago, lo cual unido a que va a ser una etapa corta, nos viene de “perlas”.

Salimos de Aulnay, recordad dónde no cenáis, y nos toca andar por alquitrán y asfalto 7,2 kmts, en 1h12’ hasta cerca de un gran silo que domina la zona y el chateâu de l´eau, es decir un depósito de agua, alto elevado de hormigón armado que es la denominación que dan a esas instalaciones.

Tras pasar el depósito, son otros 4 kmts a Les Eglises d´Argentuil, en dónde estamos en menos de dos horas desde el inicio, y siguiendo por más asfalto, (definitivamente, este camino se debe entrenar en asfalto), se accede a Courcelles y su puente, km 17 del día, en 2h55, todo ello por carreteras locales.

Tras pasar Courcelles, son unos 2 quilómetros de acercamiento hacía un camping que no se atraviesa y una gran rotonda en la Dxxx de turno, que es la entrada general hacía St. Jean d´Angely, en bajada.

Se pasa la vía del tren y estación de St. Jean, girando a la derecha hacía l´Abbaye Royal, que es el centro del pueblo y dónde está nuestro albergue de hoy, en pleno corazón de esta coqueta ciudad.

A las 11 de la mañana, tras 3h58 para 24 kmts, hoy sin ningún problema de temperatura, ni engañarnos con la distancia, estamos precisamente en el punto final de nuestra etapa, que no debemos prolongar, porque aparte de servirnos para reponer de los dos últimos días, nos deja en la distancia prevista el final de mañana en Saintes a unos 35 kmts, sobre el papel.

Hemos mirado para prolongar desde St. Jean d´Angely, sobre todo al llegar tan pronto, aunque sería un error, porque  esta villa tiene de todo y además un magnífico albergue cómo todo el mundo nos ha dicho y que ahora vamos a visitar, viendo que no teníamos ninguna solución mejor.

Entramos en Turismo, que es dónde nos han reservado la plaza para pernoctar hoy,  y amablemente nos indican por dónde se entra a la Abadía Real, que está detrás y dónde nos recibe una chica muy amable que se sorprende que estemos allí tan pronto, además, nos indica que  curiosamente ayer, llego otro español en bici, llamado Micael.

¡Cómo acertó el orensano!, se quito de las penurias que pasamos en Aulnay, y aparte de estar genialmente en este albergue, disfruto de una ciudad, que al ser inmensamente más grande que la de ayer, seguro que algo tuvo abierto y no pasó hambre.

Bueno, sabiendo que el Camino es así, vamos a las 11:35 a nuestra habitación, que está genial, y sobre todo porque fue 12,80 euros cada uno, estando a la altura de los mejores hoteles de la ciudad, con sus sábanas, almohadas, etc, en una habitación con tres camas, aunque no llego nadie en todo el día.

Al ser un punto de paso y parada obligado en Angely, corroboramos tanto en la abadía, cómo en turismo que de 300-500 personas al año, no suele subir la cifra de caminantes y que para mañana, tenemos una buena etapa hasta Saintes, a dónde vamos a ir a dormir.

A las 12:30 tras habernos duchado, instalado, lavado ropa, etc, vamos a dar una vuelta y pensar, sí comemos fuerte cenando algo más ligero, o al revés, viendo que lo más práctico ya que hay un SuperU al lado de la abadía, es comprar para la comida, cosa que hacemos.

Tomamos en el albergue, una ensalada cada uno, así como algo de fruta, agua, algún zumo, etc, por 9,10 cada uno, habiendo aprovechado para traernos también algo de chocolate, fruta para llevar mañana y algo de frutos secos, procediendo a descansar hasta las 17 horas.

A esa hora salgo a dar una vuelta mientras Reyes, aprovecha para actualizar, ya que hay wifi, los mapas en su tablet del Endomondo y comunicarse con su familia mediante “guasap” y demás cosas.

A las 19 horas vamos los dos al sitio que me han recomendado en la vuelta que he dado hace un rato, que es una pizzería a dos minutos llamada Les Jacobins, dónde nos instalamos en su interior ya que fuera hay 32 grados a pesar de la hora.

Reyes se pide una fabulosa pizza a la leña, tamaño familiar con chorizo, pimientos, huevos, y otros cuatro ingredientes, más un helado doble y cerveza por 17,10 euros, mientras yo me “lanzo” a por un menú que es sopa de pescado (algo salada a pesar de lo que me contaron) y filete con salsa de champiñones y tagliatelle, más una copa de dama de noche de helados por los 19,40 del menú.

Desde luego, sí ayer pasamos hambre y el pueblo no tenía de nada, hoy ha sido todo lo contrario, aparte que la etapa ha sido cortísima para lo que venimos ya haciendo, pero nos viene al pelo, ya que mañana apunta a 35 kmts y ………., algún quilómetro más que nos meterán de propina.

Ésta, aparte de Poitiers, podría decirse que ha sido una de las pocas ciudades que al menos tiene algo que ver, en este camino  para pasar la tarde.

9ª etapa, miércoles 17 de agosto de 2016, Saint Jean d´Angely a Saintes, 38kmts en 6h47’

¡Por fin una etapa sin asfalto!, con sorpresas casi al final y gran ciudad

A las 6:45, estamos en la puerta de la panadería de al lado de turismo, que ya está abierta y nos pedimos un fabuloso croissant aux pommes, para Reyes y yo con amandes, que están geniales, por 1,50 cada bollo.

Justo enfrente están limpiando en el único bar que está abierto, dónde nos ponen un café con leche, pero 3 euros cada uno, vamos que clavan pero bien, aunque a nosotros nos sirve para arrancar entonados y pronto porque hoy dan calor.

A las 7 vamos bajando hacía el río La Boutonne y al pasarlo en dirección a Ferroiux, el GR, nos saca del asfalto y disfrutamos de uno de los tramos más agradables de todo el camino, ya que son diez quilómetros hasta esa población por pistas de tierra, bajo la sombra de mucho árboles en un día que además está ligeramente nublado.

A la 1h40 llegamos a Ferroiux y desde allí hasta La Friediere son otros 3 kmts de tierra y bosques, para seguir por un terreno similar hasta Juncq, nuestro km 20 del día en 3h31’ que de momento no nos hacen parar, yendo a buen ritmo y escuchando la voz de “Lola”, la chica del Endomondo que le va cantando a Reyes el paso por cada km entre 9’50” y 10’30”.

Al poco rato, siempre por bosque, pasamos por Le Douhet, km 24 (3h55’) dónde pedimos agua en el único bar que se pasa en todo el día y continuamos de momento andando hasta el siguiente lugar con casas llamado Fontcouverte, dónde al llevar 5h12 y ser las 12:15 paramos en la iglesia del pueblo a tomar la fruta que en mi caso llevamos para comer y Reyes un bocadillo de atún preparado, de ayer del SuperU.

A lado, de la iglesia, localizo una panadería, en la que compro dos minute maid de bote, por 2 euros cada uno, fríos y que nos sirven para que repongamos líquidos, ya que a pesar de la sombra y bosque que llevamos todo el día, se nota algo de calor.

Volvemos a las 12:30 a caminar, viviendo una las tres sorpresas que nos va a deparar la parte final de esta etapa, que de momento sigue toda por tierra, ya que aparecemos tras bajar por un pequeño talud, junto a las marcas del GR, en un campo de golf, concretamente entre los hoyos 6 y 7, por donde van las indicaciones de la vía de Tours.

Lo más anecdótico de esa parte y de otra que viene luego, es que vemos carteles de “atención peregrino bolas y campo de golf”, vale, genial el cartel de advertencia pero ¿y que podemos hacer nosotros para que no nos dé una pelota?, ¿ponernos un casco, la mochila de parapeto, agachar la cabeza, eh, eh, qué  podemos hacer?

Tras ir detrás de una pareja que va con su carrito o “cadie” con ruedas, hacía la salida del hoyo 7, nos toca una rampa por la que accedemos a la otra parte del campo de golf, yendo hacía el hoyo 5, 4, etc., y así sucesivamente hasta que salimos de esa zona surrealista para un camino de Santiago y llegamos a un puente de madera y zona aún más boscosa y umbría que la anterior, en una especie de cornisa elevada sobre el río de la derecha, durante unos 3 kmts.

En esos 3 kmts, hemos cambiado de la zona de campo de gollf a ZONA DE TIRO CON ARCO, eso sí con un cartelito que pone “pasen con precaución”, pero bueno, es que no paramos de sorpresas, ¿Qué podemos hacer para evitar las flechas, por dónde vienen los indios, nos ponemos a cuatro patas y nos arrastramos con la mochila de protección?, lo dicho surrealista a más no poder.

Tras andar medio mosqueados esos quilómetros del tiro con arco, menos mal que era laborable y no había nadie, llegamos a una señal, que pone 3,5 kmts a Saintes, y tras pasar por detrás de una depuradora, dónde huele fatal (lo único feo de todo el día), salimos campo a través a la rivera del río Charente que circunvala toda la ciudad.

Nosotros tras pasar la depuradora, andamos por la rivera del río y allí vivimos otro de los tres momentos sorprendente del día, es que en una zona cercana al puente de acceso a Saintes, hay instalados en un campamento medio gitano-nómada unos “perro-flautas”, los cuales no ven a Reyes que va 50 metros delante de mí, pero cuando me huelen a mi cuatro perros bien grandes, vienen a la carrera y me rodean con muy malas intenciones, de hecho tengo que repartir algunos bastonazos, ya que me van acortando el espacio.

Menos mal, que Reyes ha empezado a chillar y llamar a los dueños que están por allí tumbados y “fumando” cigarritos de la risa, y han hecho además de llamar a los perros, que al menos con esas voces y las de los dueños, me dejan pasar, pero mostrándome los dientes y pasando un buen apuro en ese momento.

Por fin tras subir al puente, entramos por la parte del río y zona baja de Saintes a esa localidad, en la que nos indican que la iglesia de Sant Eutrope, en la que está el albergue, está en todo lo alto de la ciudad, cerca del anfiteatro a otros 2 kmts, de este punto.

A las 14:05, tras 6h47 para 38 kmts no los 35 de los papeles, llegamos a la parte alta e iglesia de St. Eutrope, monumento declarado de la Unesco, dónde está el albergue tfno.. 0673569404, que abre a las 16 horas, tal y cómo me indicaron ayer, por lo que toca esperar.

Miramos en un restaurante que hay allí al lado, pero nos indica que no da comidas, sí no pequeños desayunos a esa hora, ¿??????, vamos a una tienda que está al lado dónde compramos un refresco que tomamos con unos frutos secos mientras esperamos a que llegue el hospitalero y nos abra, cosa que sucede a las 16 horas, cuando aparece un amable hospitalero “manco”, que nos trata genial y encima es peregrino por lo que nos va a contar cosas para los días sucesivos, ya que turismo de Saintes, está en la parte de entrada, aunque cierra por la tarde.

Tras pagar a este amable señor, los 8 euros que son cada uno, nos instalamos en el albergue-salón-cocina-duchas, que es el cuadrado en el que estamos, aunque no echamos en falta nada más, porque estaba bien, y además nos fue contando donde teníamos comidas o cosas, por sí las queríamos usar, que eran a cargo de la asociación de Saintes.

Este señor se sorprende también, como ayer, que aparezcamos españoles por aquí y tirando del registro nos dice que ayer llego un gallego llamado Micael, en bici, es decir nuestro habitual acompañante, que cómo no coincidimos en Aulnay, sí no que él siguió los 24 kmts a St.Jean d´Angely, va haciendo las mismas etapas que nosotros, vamos poquito para un ciclista.

Charlamos bastante con él y nos cuenta que casi todo el mundo, va desde allí a Pons, unos 22 kmts, pero que al quedársenos, a nosotros cortos, nos subraya que más adelante en Belliure, sólo hay un sitio en plan “dépannage”, por lo que tendremos que optar por dónde hemos pensado días antes en Genis de Saintonge, aunque tendrá que ser en hotel.

El concepto “dépannage” a la hora de peregrinar en Francia, es una mezcla entre “abrigo”, chamizo, local para salir del paso, arreglo momentáneo, “buscarse la vida”, etc., con lo cual salvo que no haya nada más, conviene buscar algo distinto, al menos en nuestro caso que podemos andar un poquito más.

Tras llamar al hostal de S.Genis de Santonge al que iremos mañana, vamos a eso de las 18 horas a la parte baja de Saintes, para comprar algo que llevar en marcha y tomar mañana, así como cenar, cosa que a las 19 horas hacemos en un café en el centro, cerca del río y arco romano de entrada en el Café Les Remparts, dónde tomamos el menú que eran 14 euros, un chollo para lo que es este país.

El menú, era tipo el de Chatellerault en la pimienta roja, es decir un buffet de unos 25 platos de entrada a escoger, cosa que vamos haciendo, y de segundo me pido sin sal un maquerau, ósea caballa a la plancha, mientras a Reyes le preparan un guiso llamado onglet de boeuf, más postre variado tipo buffet otra vez, con el agua  y pan por los citados 14 euros.

Definitivamente, nos hemos “afrancesado” cómo diría Micael, y hacemos un desayuno rápido y corto, comida sobre la marcha de algo que llevemos y merienda-cena fuerte, ya que aquí no es cómo en España que tienes que esperar a cerca de las 21 horas para poder cena, o cómo mucho a las 20:30, incluso en el camino francés.

Volvemos a las 20 horas al albergue, dónde descansamos de maravilla y a eso de las 21 horas estamos pensando en la etapa de mañana que apunta a larga.

Sobre el recorrido de hoy, debo decir que ha sido la primera etapa integra, por marcas y siempre con tierra, en la que gracia al arbolado y las nubes no hemos pasado calor aunque dan para dentro de dos días una semana seguida de temperaturas muy altas en esta zona de Francia.

Sí alguien lee la descripción de esta etapa, que cuando la haga no se sorprenda mucho por lo del campo de golf y tiro con arco, pero sí puede, que no le coincida con fin de semana para evitar algún pelotazo y algún flechazo, no precisamente del dios Cupido.

10ª etapa, jueves 18 de agosto de 2016, Saintes a Saint Genis de Saintonge, 40kmts en 6h56’

¡Otra emboscada de distancia!, con nueva señalización por carreteras locales y nuevamente “finqueando”

A las 6:45, salimos del albergue y ya tenemos el primer problema, porque las señales hasta allí han llegado de maravilla, pero luego las siguientes no aparecen, por lo  que preguntamos a un señor tras ir a un lado y a otro, hacía dónde es la dirección del siguiente pueblo a pasar.

Un señor que pasa por allí a esas horas nos indica que por la zona del río, él ha visto a gente con mochila algunas veces, por lo que vamos hacía el río La Charente y localizamos por allí nuevamente las marcas del GR, aunque en un primer momento nos equivocamos y estamos viendo que volvemos para el punto de llegada de ayer.

Esto tiene una explicación, cómo en Francia, los caminos están con las marcas de GR, que son validas para ambos lados, salvo que se sepa hacía dónde se debe ir, puedes ir para el sitio del que viniste ayer, sobre todo porque nosotros al llegar a la entrada preguntamos por la iglesia y albergue de St. Eutrope, hacía dónde sí que había alguna marca.

Una vez vemos para dónde “bajan las aguas del río”, que es hacía la derecha, el sur y  comenzamos a caminar, viendo de vez en cuando más marcas, hasta que vamos acercándonos a la zona de Thermac y aeródromo militar que rodeamos en dos de sus tres lados, ósea “finquear” y a las 8:02, en una rotonda llegamos al final de ese aeródromo dónde hay una cafetería en la que vamos a desayunar, ya que no hemos podido tomar nada en Saintes.

Tras un café por 1,25, de máquina y un bollo de la panadería anexa, arrancamos nuevamente hacía unas pista-maizal en plan ondulante, unas veces arriba otras abajo, en las que aparecen unos “meños” o grandes piedras, marcando el camino, siendo una especie de monolito con una concha de peregrino y una flecha debajo roja que a veces no marca bien (tampoco la concha), y que van jalonando el recorrido de hoy.

Desde la rotonda de Thermac hasta Boissouchaud en el km. 17, vamos pasando constantemente esas grandes pilastras, en las que a veces la concha está marcando para Finisterre, otras al revés, y las flechas pues más de lo mismo, aunque un par de veces Reyes, enciende su móvil y mira en la aplicación Here, hacía dónde es el sentido correcto del recorrido, por dudas que no despeja alguna pilastra.

Durante ese rato, al estar próximo el fin de semana, voy a la vez que, siguiendo a Reyes, llamando al sitio de mañana que es en Sant Aubin de Blaye, porque es la hora a la que me indicaron ayer que llamará, en el que a la primera cerramos la reserva y en cambio la del sábado con final en Margaux, zona vinícola, se nos va resistiendo durante más de dos horas de llamar a uno y otro lado.

El siguiente final, del domingo, que es en Burdeos, no es problemático, ya que hay un albergue específico y numerosos hoteles, y donde también a la primera nos reservan plaza para los dos.

Entramos por zona industrial en Pons a las11:15, tras 3h45 para unos 22 kmts y nunca mejor dicho lo de entrar, ya que esta población, alargada, que es final para muchos y de la que intuimos al fondo a la derecha, hacia la torre almenada de la iglesia y ayuntamiento, por dónde suponemos que esta el cogollo, pero al ir por señales, nosotros de momento lo hemos evitado.

A los 500 metros, de descender a la parte baja de la muralla, y eso que hemos ido con marcas de GR, nos hace girar en medio de esa parte de las murallas y remontar por una escalera empinada, para subir a la torre cuadrada con almenas que hemos visto al ir entrando, ósea que hemos regalado un quilómetro, por lo que recomiendo a futuros caminantes que cuando se entré, se opté por ir directo hacía la Marie y torre almenada a dónde llegamos a las 11:55, tras 4h45 para unos 25 kmts que nos “canta Lola del Endomondo”.

Bien en ese punto al ser esa hora y hacer calor, paramos a picar fruta y descansar un rato, ya que de momento nos “han clavado” 3 kmts sobre los de la chuleta de xacobeo.fr.

Tras 15 minutos para tomar un bocadillo de atún Reyes con fruta y yo sólo fruta con algunas almendras sin sal, a las 12:16 volvemos a caminar, saliendo en cuesta abajo por lo que llaman la ronda de los conventos, saliendo a los 10 minutos, ¡cómo no!, al final de la parte baja de las murallas, ósea que sí no hubiéramos ascendido los escalones, habríamos salido al mismo sitio.

Pasamos por el último convento que hace también de hospital de peregrinos a la salida de Pons, siendo concretamente un arco-puerta por la que se pasa y se llega a una rotonda con unas estatuas de peregrinos de piedra bastante grande.

Es de resaltar que aunque la vía Plantagenet se podría unir cómo la de Bretaña en Melle, tiene en este punto otro de sus lugares de unión o paso obligado, así como que es una ciudad que por sus conventos debió ser muy importante en épocas pasadas para los peregrinos.

A la salida de Pons y tras la rotonda de estatuas citadas, nos toca nuevamente “jugar” al ajedrez y emular los movimientos del caballo o lo que he denominado cómo  “finquear”, ya que a Belluire llegamos a las 13:25 tras haber ido unas veces, una “casilla a la izquierda y dos de frente”, luego otras tres de frente y dos a la derecha.

En la salida de Belluire, 13:40 del día, adelantamos a una pareja “talludita” de franceses que parecen peregrinos de fin de semana, ya que él lleva una mochila mediana y ella una muy pequeña, contándonos al pasar que han salido pronto de Pons, ¿???, y van hasta Mirambeau, a los que dejamos enseguida atrás.

En el tramo de Belluire a Saint Genis de Santonge, nos toca nuevamente los movimientos del ajedrez, y en uno de ellos estamos los dos tentados de salir hacia la izquierda a una carretera ya que vemos una señal parecida a un súper y una estación de gasolinera, pero como quiera que las grandes piedras e hitos van a la derecha, las seguimos y continuamos haciendo zetas por las fincas de esa zona, hasta que llegamos a un cruce dónde señala a la izquierda para S.Genis y de frente a Mirambeau.

Giramos a la izquierda y salimos a la carretera por en medio de S.Genis de Saintonge y nos toca retroceder 500 metros hasta ese cartel que pensábamos era del súper, pero que en realidad, es parecido, aunque es el cartel del hotel al que vamos llamado Relais de Saintonge, tfno. 0546706950.

Dicho de otro modo, cuando se sale de Belluire, sí en cuanto se intuye una salida a la izquierda hacía la carretera, se sale, se ahorra uno algo de distancia, ya que la “chica de Endomondo”, nos canta en la puerta del hotel 40 kmts en 6h56, menos mal que todo el día ha sido llano, que sí no hubiéramos podido pinchar.

Entramos en el hotel que, según los papeles, son 45 euros la doble, sólo por dormir y 65 cada uno la media pensión, pero al llamarles ayer, diciéndoles que somos peregrinos, me contestaron que entonces, era 82 euros los dos por la habitación con dos camas (recalco nuevamente ese punto), la cena y desayuno del día siguiente, que a nosotros nos es aceptable.

Son las 14:35 del día, y estamos bastante contentos por habernos “zampado” esa distancia y estar ya en el sitio dónde vamos a descansar, por lo que subimos a la habitación número 6, maravillosa, grande y espaciosa, incluso con chimenea (apagada, claro está), que da al parking de este hotel-gasolinera, dónde paran numerosos camiones, y procedemos al tema de duchas, lavar, tender, descansar, etc, y esperar a la hora de la cena.

El pueblo no tiene nada de nada y a eso de las 19 horas bajamos a cenar, aunque, curiosamente, dan comidas y cenas todo el día, cosa rara en Francia, porque el tema de camioneros así lo demanda, y  nos sentamos en una mesa a que nos indiquen lo que podemos cenar.

Una chica muy, muy amable, nos indica que el primero es de buffet, habiendo más de 18 platos a elegir de los que vamos probando unos u otros y de segundo los dos pedimos lo mismo que fue carne con judías verdes a la plancha, patatas fritas y arroz tomando luego de postre copa de helados o macedonia de fruta, por lo que a las 21 horas estamos ya en la habitación, para caer en los brazos de Morfeo y pensar en la etapa de mañana hasta otro pueblo parecido de tamaño al de hoy, al que tenemos 32 kms, ¿se cumplirán?

Sobre el día de hoy, indicar que ha sido variado, la primera parte desde Saintes al aeródromo, fea, luego hasta Pons, más interesante con algo de tierra, no mucha, y luego de Pons a S.Genis, de las que no se recordarán por su vistosidad.

11ª etapa, viernes 19 de agosto de 2016, Saint Genis de Saintonge a St. Aubin Blayé, 35/36 kmts en 6h16’

¡De Santo a Santo!, en una etapa que lo único que sobresale algo es Mirambeau

A las 7 bajamos a desayunar entre muchos camioneros que están ya preparándose para irse (unos 35 camiones llego a haber) y a las 7:28 salimos a caminar, tocando desandar el último quilómetro que ayer hicimos para salir de la Vía de Tours para llegar al hotel, hacia la bifurcación que indica Mirambeau.

Son 16 kmts de fincas y más fincas, con movimientos, nuevamente, tipo caballo del ajedrez, con algo de bosque, y se pasa por un lateral de Mirambeau, concretamente por una especie de muro-valla que hay por la izquierda del pueblo, dejando a la derecha la torre alta y puntiaguda de la iglesia y zona central del ayuntamiento, por lo que no pasamos, al no ir específicamente para ese pueblo a las 3h10 de comenzar a andar, siendo las 10:38 del día, en las que recibo dos llamadas desde el pueblo de Margaux, ya que ayer no contacté con nadie.

Sin pasar por el centro de Mirambeau, toca ya todo el rato carreteras locales o asfalto a tutiplén, hasta que pasamos la marca de final de la región de La Charente y entrar en la región de La Gironde en Pleine-sur-selve, dónde en una granja pido un poco de agua, porque se nota calor y me he bebido el tercio de agua que llevo.

A las 13:30 llegamos a Saint Palais, desde luego hoy es el día de Saint a Saint, pero todos ellos sin nada digno de mención, hasta que a la salida de Saint Palais, km 25 del día en 4h12’ entramos en una zona de viñedos, sin marcas en los que nos sentimos desamparados y sin nadie a quien preguntar

En ese punto Reyes tiene que encender un par de veces la pantalla del móvil y su aplicación Here, para orientarnos, localizando al poco rato entre los viñedos una nueva marca de GR al salir a una carretera por la que vamos durante unos 3 kmts desde Les Babinots a Saint Aubin de Blayé, a dónde llegamos a las 14:38, tras 6h15 para unos 35,6 kmts, según la muchacha del Endomondo y nos dirigimos al gîte de Mme. Lucas Dominique, tfno. 0631338708, a dónde hemos llamado para pernoctar.

Ese pueblo, que está entremedias de dos puntos que suelen ser los finales de etapa estándar, es decir Pons y Mirambeau, no tiene ningún otro punto de pernoctar, con lo cual no hemos tenido mucha elección, aunque nos vale, porque nos pide 23 euros a cada uno por una habitación individual con cama de 1,35 ó 12 más, sí compartíamos los dos la misma habitación, pero en una cama estrecha para los dos.

Sobre el tema de cenar no hay ningún restaurante en el pueblo, ni bar, y menos mal que, aunque es viernes por la tarde hay una carnicería-súper, que abre hasta las 19 horas que vende un poco de todo y eso nos va a salvar de otra posible noche in albis.

Tras ducharnos, lavar, tender, etc, salgo a las 17:30 a la carnicería-súper para ver lo de la cena, teniendo que llevar paraguas, porque la tarde se ha metido en llovizna.

A las 19 horas vamos Reyes y yo a la carnicería, comprando ambos tomates, ciruelas, ensaladas de patatas con mahonesa, puerro y col que venden al peso, así como algún san Jacobo, patatas rebozadas, judías vedes, ensalada de gambas con champi etc., más pan por 9,10 euros cada uno, con lo cual el día ha salido barato a pesar de no haber albergue.

A las 20 horas cenamos lo comprado y a las 21:30 estamos acostados tras concretar con la señora Lucas, a las 7 el desayuno.

Sobre el recorrido de hoy, creo que con el antetítulo de cada etapa, está suficientemente explicado, etapa sosa, sosa, sosa, donde las haya, vamos que Mirambeau es lo único que puede valer algo, asimismo indicar que hoy, no nos han clavado muchos quilómetros, pero sí es mejorable la señalización desde St. Palais.

12ª etapa, sábado 20 de agosto de 2016, St. Aubin Blayé a Margaux, 31 kmts en 5h9’

Carril ciclista, aventura-travesía del caudaloso Garone y viñedos a mansalva para un final genial

A las 7 desayunamos lo que Mme. Lucas nos ha preparado, que básicamente aparte del café con leche, es: fruta, mermelada y tostadas, saliendo a las 7:20 a caminar, tomando a los dos quilómetros el carril bici, por dónde van las señales del GR, hacía Blayé, dónde está el muelle de embarque para cruzar el Garona, nuestra aventura y una de las dos incógnitas de hoy.

Tras hacer los dos quilómetros primeros, hasta La Lande,  allí comienza o acaba el trazado de un antiguo tren que ahora han convertido durante 18  kmts en un agradable carril bici, en el que se pasa a los 5 kmts por Les Etaliers, luego La Pointet, y más adelante St. Seurin de Coursac, para llegar a la parte de la ciudadela o zona antigua de Blayé.

Como quiera que el día está nublado, nublado, de color tierra y que vamos entre árboles y por terreno muy  llano, vamos los dos muy deprisa, llegando a “cantar Lola”, la voz de Endomondo algunos quilómetros entre 8’50” a 9’30”, ya que el terreno no tiene nada y vamos viendo que va a caer una somanta de agua.

El caso es que, cruzándonos con algunos ciclistas y corredores, entramos en Blayé, a las 10:57 del día, tras 3h37 para 21 kmts, en los que hemos “volado”, justo cuando vemos que está empezando a chispear y casi  no nos da tiempo a refugiarnos bajo un toldo en el mercadillo que está montado al lado de la muralla, ya que rompe a llover torrencialmente.

Según el horario que tenemos de ferrys, que pasan al otro lado del estuario del Garona, había uno, al ser sábado a las 10:30 y el siguiente es a las 12, por lo que a pesar de la prisa que  nos hemos dado, vamos a poder descansar un poco hasta que salga el próximo.

Durante el rato que está lloviendo, unos 15 minutos a base de bien, compramos algo de fruta en el mercadillo, unos refrescos, etc, y nos sentamos a esperar, tras dar una pequeña vuelta a Blayé, a que sea la hora del siguiente barco.

Este pueblo suele ser final de etapa, dejando para el día siguiente el cruce del Garona, aunque he leído que hay algunas personas, que en lugar de cruzar por este punto el estuario de este caudaloso río, siguen toda la rivera, es decir unos 35 kmts hasta llegar a Burdeos, sin pasar al otro lado.

La realidad, es que parece tener más tradición lo que nosotros vamos a hacer, al pasar a la rivera izquierda,  ya que además por  ese otro lado, pasa  una nueva variante o alternativa que arranca justo del puerto más septentrional de este estuario, lo que no recuerdo es el nombre de la población totalmente al norte de esa desembocadura del Garona, creo que era Soulac sur mer o algo similar.

A las 11:45 llega el ferry, procedente del otro lado y tras bajarse unas 50 personas y unos 25 coches o camiones, entramos los que estamos esperando para pasar a la rivera izquierda del Garona, en la que están  aparte de Margaux, numerosas playas, algunas de ellas famosas por esta zona, y más abajo, como luego indicaré la bahía de Arcachon.

El río es ancho y caudaloso, lo cual unido a la tormenta que ha caído, le da un color chocolate o marrón, ya  que arrastra mucha tierra, aparte de tener numerosos remolinos.

El ferry, al llevar Reyes encendida la tablet con la aplicación Endomondo, nos “canta” 5 kmts de cruce  o ancho, aunque es realidad es algo menos, ya que no ha ido en línea recta, cuando nos deja a las 12:20 en el otro lado, tras haber  pagado 2,20 euros cada uno por el pase al otro lado.

He de advertir al lector, que tanto ahora cómo antes, esto era algo que harían también antes los peregrinos, pero en los medios que hubiera, circunstancia que por ejemplo en el Camino del Norte en España, justo el que va siempre por la vera del mar Cantábrico, hay que hacer en tres o cuatro veces, dependiendo de la época del año en que se camine dicho recorrido.

Nosotros tras bajar en Lamarque, que es la población del otro lado, tenemos que girar enseguida a la izquierda por el primer camino de tierra, entre cañas y el río, justo por dónde hay, primero una placa del Chemin de Compostelle a Margaux, y otra nueva señalización, de una especie de caseta sobre palos y elevada del agua, de color rojo sobre fondo blanco, que aquí denominan La Ruta del Estuario (la route de l´estuaire), yendo ambas en un primer momento alternándose.

En ese punto, mando un mensaje a la persona que nos va a alojar, tal y cómo me ha pedido, ya que a veces tiene que ir a buscar a la gente a la salida del ferry, para llegar a Villabord, que es el sitio al que al parecer nos toca dormir.

He de advertir en este punto, que ya que la mayoría de los peregrinos pernoctan en Blayé y hay otra variante, no suele parar nadie en Margaux, y nos ha costado más de tres días y unas 15 llamadas, localizar a alguien que en dicha localidad, o cerca, nos pueda dar acogida, ya que así, nos quedarán luego unos 35 kmts hasta Burdeos, previendo alguno de más, al tener que entrar y atravesar un gran casco urbano, del que ya nos ha hablado regular, más de tres personas.

Nosotros acometemos esos 8,2 kmts que son en realidad desde Lamarque o muelle hasta Margaux, siendo a veces por la ruta del estuario hasta que en un punto se separan, pero están allí unas placas muy bien colocadas, del Camino de Tours, por lo  que tras ir por entre medio de muchos viñedos (está es la zona del famoso vino de Burdeos), llegamos a la entrada de Margaux, a las 13:58, tras 5h9 para 31 kmts que han sido muy fáciles y llanos, habiendo resuelto ya la primera incógnita del cruce del Garona.

Nos paramos en una esquina de dicha localidad, en un bar-kebab, dónde Reyes se toma un perrito caliente, mientras esperamos a que “supuestamente” nos vengan a buscar desde Villabord, o algo así, que es lo que me dijo la persona con la que hablé, y le vuelvo a mandar un sms a la señora que nos va a alojar, al que no me contesta.

Tras estar allí  un rato, no vemos venir a ningún coche, procedente de ningún pueblo cercano, para ir al punto dónde esté el gîte, pero a eso de las 14:·30, se nos acerca una chica morena, joven, que entre francés y español, nos indica que es la señora que nos va a alojar y que el sitio es el bar de al lado del kebab, llamado Vilabord.

¡Qué ridículo y que chasco nos hemos llevado!, hemos quedado como paletos, sobre todo yo, ya que cuando me llamó, días atrás, di por supuesto que al ser una zona de viñedos, sería en alguna granja o casa rural cercana, parecido a lo de Celle St. Avant, por lo que esperábamos que nos vinieran a buscar en coche para ir al pueblo de Villabord, cuando en realidad es el bar-mesón llamado Villabord-oh! y no una población.

Subimos, al menos en mi caso (cada vez entiendo menos el francés por teléfono), con un corte tremendo, ya que la chica nos dice que, no entendía, nada de nada, porque nos veía esperando y no nos acercábamos, aunque lo comprende cuando más o menos le explico lo que anteriormente he narrado, lo cual le cuadra, con que estuviéramos esperando en la esquina a menos de 25 metros de su casa-bar sin acercarnos.

Tras instalarnos en una maravillosa habitación que tiene encima del bar con tres camas, por 15 euros cada uno, procedemos a lavar, tender, etc, y descansar hasta que sea la hora de la cena.

Por sí a alguien le hace falta, anotar que el bar-mesón-pub Villabor-oh, tiene en  teléfono +33628234345, y la persona que lo atiende es una chica morena, encantadora (no recuerdo el nombre), que casualmente su padre era un salmantino emigrado a Francia para vendimiar y su madre una turolense, por lo cual habla algo de español y hemos podido deshacer la confusión de hace un buen rato.

Esta chica, a la que llamaremos Marie, nos cuenta que hay un súper en el pueblo pero que al ser sábado está cerrado hasta el lunes y aparte del kebab en el que ha tomado Reyes el perrito, sólo hay un restaurante de muy altos vuelos que abrirá a las 20:30 pero que sus menús son algo caros, no obstante que lo vayamos a ver y sí no, ella nos podría preparar una quiché o embutido pero todo tendría sal.

A las 18 horas damos una vuelta a esta población, algo fantasma, ya que no tiene ningún comercio “normal” en el que podamos comprar, salvo una panadería en la que tomo una caracola para aguantar hasta la cena, o las 15 ó 16 bodegas que expenden y ofertan sus caldos de Bordeaux, a precios prohibitivos.

Damos una vuelta a la población, viendo incluso cómo cierra la panadería a las 19 horas y echo un vistazo a la carta del restaurante de muy altos vuelos que hay en la localidad y  que da cenas a partir de las 20:30.

Ese restaurante-rural, de unos tres o cuatro tenedores, tiene el menú más barato de 39 euros hasta los 98 euros que vale uno que llaman de degustación  du terroir con vino de la zona, vamos un “palo”.

Ante esa tesitura, vamos los dos al kebab, y exponemos mi problema de tener que cenar sin sal, salvando la papeleta con una tortilla francesa con champiñón en su interior, más patatas en el exterior, algo de ensalada de acompañamiento y agua de bebida por 10,70 euros, mientras Reyes se pide un kebab, patatas fritas y tortilla con una cerveza por 13,40 euros, terminando los dos de cenar algo de fruta en la habitación cuando volvimos de ese bar.

En ese bar, aparte de lo que hemos pedido, es muy demandado, unas pizzas que la gente llama para encargar y recoger en media hora, pero a nosotros no nos cuadraba, al menos en mi caso, ya que todas llevaban sal, así que ha tocado salvar la pitanza del día, con esos platos descritos.

A las 21 horas regresamos y charlamos con Marie, sobre que nos podrá y donde dejar, para desayunar mañana a las 7 y sin que ella se tenga que levantar, ya que será domingo y hoy acabará en su negocio tarde.

Sobre el recorrido de hoy, ha sido variado, me ha gustado y lo reiterado, es muy plano y tiene como aliciente lo de cruzar en ferry el río y conocer a la maravillosa “Marie”.

Por lo que he leído a dos franceses, distintos, en otras épocas del año, a veces el servicio es menor y te puede dejar tirado, por eso el motivo por el cual algunos se andan por el otro lado, el “atracón” de distancia que hay hasta Burdeos.

13ª etapa, domingo 21 de agosto de 2016, Margaux a Bordeaux 35 kmts en 6h30’

La etapa más fea de todo el camino de Tours y peor marcada con final “español”

A las 7:20 desayunamos lo que “Marie” nos ha dejado en una mesita en la parte baja de su local y que estuvo genial, incluso café en un pequeño termo y a las 7:50, justo en el momento que nos cruzamos con ella, comenzando a caminar hacía Burdeos, etapa que yo, hoy temo, teniendo en cuenta lo que nos han contado tres personas más, pueda ser algo parecido a lo que nos sucedió en la entrada a Poitiers.

Andamos los 7 kmts hasta Arzac, la mayoría  por asfalto, en 1h19, llegando a dicha localidad, justo hasta una gasolinera donde deja de haber señales, así de sopetón, a las 9:20 y delante de una iglesia.

Tras mirar por aquí y por allí, preguntamos y nos indican la dirección hacía Le Plan Médoc, aunque no encontramos claramente ninguna marca del GR, ni de otro estilo del Camino de Compostelle.

A eso de las 9:52, por fin tras atravesar por un par de caminos, tirando de la intuición, salimos de Arzac hacía Le Plan  Médoc, dónde debido a la nula o mala señalización,  comenzamos a andar a lo tonto, sin saber sí vamos bien.

Lo curioso del asunto es que en un primer momento reaparecen las placas del Camino del Estuario, y entre dos de ellas una tablilla de madera amarilla y en la punta azul, es decir, cómo otras anteriores.

Más adelante, desaparecen estas y son sustituidas por una tablilla con una hoja de oliva, luego una pegatina azul, más adelante una tablilla sólo azul, y para más remate, de repente en medio de un bosque de eucaliptos, un gran cartel que dice así: “camino bien indicado y balizado a través del bosque”, por supuesto en francés, por lo que sin dudarlo entramos hacía ese bosque confiados.

En ese recorrido por el eucaliptal, de buenas a primeras dejan de haber las anteriores señales, y de vez en cuando aparece una flecha en fosforito rojo en un árbol o en el suelo, luego una amarilla, más adelante alguna azul, etc., y tras unos 50 minutos atravesamos una carretera, concretamente la D1, pero sin indicaciones.

Al pasar al otro lado, como llevamos más de una hora y eran 6 kmts a Médoc, Reyes enciende el móvil y ve que vamos al revés, por lo que paramos a un ciclista que pasa por allí  y nos indica que vamos hacía Arzac o Margaux, ósea un desastre de marcaje.

Volvemos sobre nuestros pasos a la carretera que hace menos de 10 minutos hemos pasado y sin dudarlo, sobre todo porque comienza a llover y tenemos que proteger las mochilas, seguimos por la D1, hasta aparecer en la iglesia y zona antigua de Le Plan Mèdoc, tras 1h55 para sólo 7 kmts, según el papel.

Cómo podéis deducir, aparte de que no eran suficientes quilómetros los que teníamos hoy, las señales son confusas y hemos perdido casi una hora porque, cómo luego sabremos, nadie ha repasado esa etapa por ese lado.

Con gran frustración en nuestro interior, ya  que querríamos visitar a la tarde algo de Burdeos, vamos los dos medio “mosqueados” por la carretera y con señalización que en Mèdoc ha reaparecido hasta Blanquefort, tardando una hora en ese tramo que ha sido totalmente asfaltado.

A la salida de Blanquefort, menos mal que es domingo y esta todo desierto, nos toca por una pista ciclable, pegada a la carretera de cuatro carriles, de entrada y salida de Burdeos, hacia la siguiente ciudad dormitorio de Burdeos que es Eysiades, más adelante Le Bouscat.

Tras otra recta de unos 5 kmts, en ligera pendiente, de postre los cinco quilómetros finales de callejeo y entrada en la zona de Burdeos-Catedral, dónde vamos a quedarnos en la Maison du Pelerin.

Afortunadamente, a las 14:10, tras 6h30 para 35 kmts y un ligero mosqueo por la mala señalización y el recorrido de la etapa, hemos llegado a la zona de la catedral y cómo hasta las 16 horas no nos abren, vamos a comer ya que no hemos parado en toda la etapa.

Comemos en la terraza de Saint Georges, casi al lado de la catedral, tomando los dos un “combo vegetariano”, que llevaba un cuscús, melón, berenjena a la plancha, calabacín, pimiento verde, rojo, por 14,50 cada uno, al ser domingo y en zona de turismo y compras.

Una vez pagado, vamos al albergue y tras esperar un rato aparece la hospitalera francesa y Pepe, un hospitalero de Salamanca que, casualmente, me atendió en abril del 2009 en su ciudad cuando hice la Vía de la Plata y que este verano ha venido a colaborar a Burdeos por segundo año.

Charlamos un buen rato con Pepe y la otra hospitalera, Jacqueline, y tras pagar 13,50  nos instala en ese magnífico albergue, en el que están también dos alemanes que hoy acaban aquí, una coreana que llega para comenzar mañana a caminar hasta Santiago, y una transeúnte, ya que el ayuntamiento se la ha enviado por sí hubiera plazas.

Una vez duchados, tendida la ropa y algo de descanso, charlamos nuevamente con Pepe, que nos sugiere por dónde dar una buena vuelta en Burdeos, para ver algo, así como indicarnos la hora de la cena, por sí queremos hacerla allí con todos, cosa que declinamos, y la de cierre.

En ese momento también comentamos, lo malamente que está marcada esta etapa, desde Arzac, cosa que desconocen, ya que “controlan” la etapa siguiente, pero no la previa que hemos andado hoy, aunque sí que nos recalcan que para mañana,  los 10-11  primeros quilómetros hasta Grandignan, son de salida por la ciudad totalmente urbanos, asfaltados, con aceras y por ciudades dormitorios, totalmente perdonables.

Ante ese comentario, cómo a partir de mañana vuelven a pronosticar una “ola” de calor en toda esa zona, con temperaturas de entre 35 y 40 grados, y tenemos, sobre el papel, 37 kmts hasta Le Barp, comentamos la posibilidad de ir en bus esa primera parte hasta Grandignac-prieure Cayac, que es el nombre completo y andar entonces unos 25-26 a Le Barp, entre otros motivos porque tras esa etapa tenemos otras dos o tres de otros 35 kmts.

Tras investigar el tranvía y bus que tenemos que usar para mañana, nos ponemos a la delicada tarea de llamar por teléfono para reservar mañana en Le Barp, en el sitio que varios nos han recomendado que sea el gîte comunale del Ayuntamiento, que tiene buena prensa.

Después de cuatro o cinco llamadas, nos enteramos que dicho albergue municipal, está cerrado desde hace un año, cosa que por aquí desconocían, así como un hotel que había en dicha población, una casa rural también ha dejado el negocio, por lo que nos toca llamar al último que es un “depannage”, que tutela Mme. Elisa Vigne (tfno. 0556886396), en el antiguo club hípico de Le Barp, dónde nos reservan un cuarto con dos camas.

Con ese tema resuelto nos ponemos con el del día siguiente, que también se complico y hubo que cambiar el final previsto y sin más damos una buena vuelta a Burdeos, que por dónde hemos entrado estaba desierto, pero por esta parte que está el comercio abierto a pesar de ser domingo, así como la zona del río Garona, el bulevar del río, y la zona de los jardines Quincoces, está lleno de gente.

En ese paseo, también  visitamos la catedral, zona de claustro, puerta de la misericordia, etc, y volvemos hacía donde hemos comido para cenar a eso de las 19 horas en una terraza-restaurante en la plaza de Camille Julian, en un restaurante llamado Cajou-café, dónde tiene menú o formula por 14 euros, a pesar de ser domingo que nos cuadra bastante.

En dicho restaurante, tomamos los dos ensalada de germinados, bavette a la plancha con patatas fritas de segundo y de postre dulce de chocolate por la citada cantidad de 14 euros, desde luego debe ser por la competencia, pero a mediodía, nos ha costado lo mismo un simple plato y ahora a la tarde, más cantidad y más platos, lo mismo, ¿??

A las 20:45 volvemos a la Casa del Peregrino, dónde Pepe, la hospitalera francesa y los demás peregrinos están allí cenando, y nos detenemos un rato a charlar y preguntar por el número de gente que puede pasar en un año, tipo de recorrido que nos queda por hacer, sugerencias para dormir o parar, etc, y dónde coger la variante hacía el litoral ya que aún valoramos la idea de llegar a Bayona andando, al desviarnos antes, de Dax.

Con todo eso y cosas que nos preguntan sobre lo que hemos andado, a las 22 horas, se hace el silencio y hasta mañana a las 7 que nos darán el desayuno.

Cómo resumen a este día, recalcar que Burdeos en lo único que merece la pena de la etapa, tanto por su tamaño, cómo por lo que se puede ver, pero la etapa es la más fea de todo el periplo de Tours, y además, está muy mal marcada, por lo menos hoy hemos visto unas 9 señales diferentes, y algunas de ellas liosas y confusas, vamos que, salvo que por la otra rivera este mejor, los que anden desde Margaux, que tengan suerte.

Por lo relatado por Pepe y Jacqueline, aquí en Burdeos es donde empieza la mayoría de gente que hace la Vía de Tours, para llegar hasta Santiago de “tirón”.

14ª etapa, lunes 22 de agosto de 2016, Burdeos-Grandignan a Le Barp, 29 kmts en 4h52’

Etapa que se atragantará a más de uno, sí la hace entera con final algo “acido o agrio”

A las 7 desayunamos con los hospitaleros, los alemanes que se vuelven a su tierra, no tienen más días, y la coreana que se siente a mi lado y me pregunta cosas de la parte española, contándome que es su primer día y primer camino, llevando en su mochila un peso de unos 12-14 kg en total, sin el agua y un tentempié, siendo de una altura de 1,60 y pesando unos 51 kg, con lo que os podéis hacer una idea de la cantidad de cosas, que en mi opinión, le sobrarán de lo que lleva.

En ese rato nos cuenta que sólo va a andar los 11-12 kmts hasta Grandignan-prieure-Cajac, y que ya verá cómo va los días siguientes.

Tras el desayuno a las 7:35 salimos hacía la zona del bulevar, pegada al río, a través de la puerta de Saint Jacques y en dicha “corniche”, subimos al tranvía C que nos lleva hasta la Gare de Saint Jean, dónde bajamos y montamos posteriormente en el bus línea 10, siendo el billete combinado de cada uno 1,50 euros, en dónde recorremos los barrios dormitorios de salida de Burdeos y llegada a Grandignan.

A las 8:40 nos bajamos en la iglesia de Grandignan y comenzamos a poner el contador de la tablet a cero para medir la distancia y tiramos hacía Grandignan-prieure que es a dónde va la primera señal que hemos encontrado.

Después de 20 minutos llegamos a la estatua que está delante del priorato de Grandignan, y a dónde debe llegar hoy la coreana, lugar dónde hay un albergue y que a la tarde sabremos han dormido cuatro peregrinos que hoy veremos varias veces.

En la rotonda de salida de Cajarc, dónde llevamos dos quilómetros, las marcas nos llevan, siempre por asfalto, por la D214 hasta Merignac y posteriormente por la D211 hacia Peyon, estando siempre las marcas del GR, en las farolas de la carretera por lo que hoy no hay pérdida posible.

Esta parte de entre la D214 y D211, es una carretera local, con poco tráfico llegando a Peyon, quilómetro 14-15 de la etapa en 2h25 a las 11:10, aunque ha sido fácil, ya que hay  toda una fila de arboles por la izquierda que nos ha ido protegiendo del sol.

Después de pasar Peyon, en un lateral por dónde hay un camping, nos han saludado con la mano dos parejas de peregrinos franceses, que nos miran alucinados al ir deprisa y que a la tarde sabremos, son los que han dormido en Grandignan.

Nada más salir de Peyon, los 14 kmts que hay hasta la granja-hipódromo, dónde vamos a dormir, son los primeros 7 por una recta inacabable, siempre con sol, pero de tierra, en la que nos vamos dando relevos para tratar de acabar antes que el calor vaya en aumento.

Cuando se acaba la recta de tierra, se hace un giro de 90º al llegar al asfalto hacía la derecha e inmediatamente otro del mismo estilo a la izquierda pero en esta ocasión por otra recta interminable de otros 5,9 kmts, en los que vamos poco a poco entre bebiendo agua, buscando sombras cuando hay algún árbol y con los auriculares de la radio puesta en mi caso, ya que es “toca-moral”, dicho perfil.

Afortunadamente, cómo no nos hemos parado, para llegar cuanto antes, al final de dicha recta se gira a la derecha otra vez y se anda 1,8 kmts, esta vez por tierra, para acceder antes de llegar al pueblo de Le Barp, a la finca-hipódromo de Mme. Elisa, dónde figura también la placa de gîte, llegando a las 13:52, tras 4h52 para 29 kmts, en lugar de los 26 que ponen en los papeles de xacobeo.fr.

Entramos en el negocio de esta señora, no olvidar la placa de gîte de france, y nos recibe la tal Elisa Vigne, que lo primero que nos dice, es: huy!!!!, que pronto han llegado, no les esperaba hasta la tarde y no he terminado de hacer la habitación, ni las camas.

Para ganar tiempo, esta “señora”, nos ofrece algo de bebida por lo del calor y nos comenta, que sí fuera posible, “ella está muy mayor y malita, con lo que sí podemos hacernos la cama, pues la vendría bien”.

Viendo el cariz que van tomando las cosas, nos ponemos ligeramente en guardia, aunque no hay otra cosa en esta población, pero lo más grave viene cuando nos enseña el cuarto, que es en una chambre o casa baja, con suciedad desde la misma época que el calendario que tiene en la pared de abril del 89.

Las camas son de somieres de muelles, el colchón de los que se hunden y encima la que le toca a Reyes es del tipo de cama turca, con lo que parece un barco más que una cama.

Ahora bien, lo más grave del asunto es cuando, tras intentar pagarle los 25 euros que  pone en los papeles por la media pensión, nos indica que no, ya no hace media pensión, que está muy mayor, y que son 20 euros por dormir cada uno en el “chamizo-cuchitril” que ofrece, todo ello haciéndose la “victima” o señora venida a menos, pero con su cartel de Gîte de France a la entrada.

Medio cabreados por la jeta de esta señora y lo mentirosa que ha sido ayer y hoy cuando hemos hablado y reservado con ella, y tras tenernos que aguantar porque no hay nada más, nos instalamos cómo mejor podemos, aunque desdeñamos los refrescos que nos ha ofertado, porque enseguida ha recalcado que son 2,50 euros cada bote.

Lo dicho, esta señora tiene más cara que “un buey con disípela”, cosa que a la tarde contaremos a Pepe, de Burdeos y Jacqueline, para que lo vayan sabiendo por sí algún peregrino puede obviar esta parada y además sepan que el albergue del ayuntamiento ha cerrado y no sé sabe sí abrirá de nuevo.

La señora, tratando de hacerse melosa y agradable, nos habla de un “fenomenal” desayuno que nos va a preparar mañana, y que cómo luego veréis no tomamos, ya que  no queríamos ponernos malos de la tripa.

Una vez instalados en este “súper-cutre” sitio, para lo que cobran, procedemos a la ducha, lavar, tender, etc, y descansar un poco para luego ir a Le Barp a medio quilómetro y cenar.

A las 17:30 salimos de la habitación-chamizo en el que estamos y justo en la terraza de al lado y en otra habitación más o menos similar, están las dos parejas de franceses que nos han saludado y que acaban de llegar, rojos, rojos, rojos y sofocados cómo tomates.

Uno de los hombres y una señora, no parecen muy agotados pero los otros dos, parecían que los habían dado una paliza y se están tomando con la guarri-guarri  de Elisa unos vasitos de agua con unas gotas de menta, que imagino les saldrían por algo más de un euro, yendo nosotros a intentar ver el pueblo y pensar en la cena y logística para mañana, ya que hemos detectado problemas al llamar a dos sitios.

Tras dar una  vuelta a este pequeño pueblo, vemos la pizzería en la que Elisa nos ha “sugerido” cuatro o cinco veces que podemos ir a cenar (imaginamos que tendrá intereses), sobre todo cuando vemos que ninguna pizza baja de los 14-15 euros y de ahí para arriba, pero al otro lado del pueblo hay una panadería en la que tomamos un bollo y pared con pared un bar-restaurante llamado el delfín azul, dónde vamos a poder cenar mucho mejor y pronto que en la pizzería que ha dicho Elisa.

A las 19 horas nos sentamos en dicho bar y pedimos el menú de cuatro platos que es por 15 euros el siguiente; de primero Reyes toma charcuterie, luego crudites, a continuación ensalada y de plato fuerte trucha o faux filet, más helado de postre, mientras para mí por lo de sin sal, me ponen crudites, ensalada y pato confitado con île flotant de postre, poniéndonos los dos las botas a pesar de no haber comido a medio día más que unos frutos secos.

A las 20:15 volvemos para el gîte de la cutre Elisa, y vemos a los cuatro franceses preparando unas ensaladas y algo de embutido que van a cenar en la puerta de su habitación, presentando ya en ese momento tras las duchas mejor aspecto.

En ese rato, nos cuentan que uno de ellos  ha sido el presidente de la asociación de peregrinos de Burdeaux, y que ha andando unos 6-7 caminos en España, pero los otros tres son novatos y están andando desde Burdeos hasta Roncesvalles, sí llegan, la vía de Tours.

Le preguntamos a ese señor, ya que parece conocerlo bien, cosas y nos llega a dar información sobre la etapa de mañana y poco más, pero no nos da muchas pistas para un problema que hemos detectado y es que habíamos pensado andar 28 kmts hasta Le Muret, pero el único hotel que hay allí de dos estrellas, tiene mañana boda y está completo, por lo que nos toca “saltar” otros 10 kmts más hasta Moustey, en dónde tendremos que reservar y llegar cómo mejor podamos en un día de mañana que va a ser tórrido.

Alrededor de las 21 horas, volvemos a la cutre habitación de ese gîte, dónde vemos lo que es el “superdesayuno” de Elisa, que es dos rebanadas de pan de molde, algo “revenido” y blando, dos frascos de mermelada casera, pringosas tanto por el borde cómo por la tapa, dónde campan a sus anchas dos moscas, una jarra y dos bolsas de café liofilizado o te para que nos hagamos lo que queramos.

Los terrones de azúcar, tienen pinta de ser de la época de la hoja del calendario que está al lado, de abril del 89, así como varias telarañas.

Pasando de lo que nos ha puesto, procedemos a acostarnos y al poco rato nos quedamos dormidos, pensando en la etapa de mañana.

Debo resaltar, que entre que el final, tiene que ser a la fuerza Le Barp, y lo cutre del sitio, no sé cómo se lo montaran los que por allí pasen, pero lo tienen crudo y máxime sí encima “se comen” los 9-11 kmts que parece haber entre Burdeos y dónde nosotros nos hemos bajado del bus en Notre Dame de Grandignan, lo dicho ¡suerte!, con el asfalto, las aceras, el asfalto, la orientación, y las dos largas rectas entre Peyon y Le Barp.

15ª etapa, martes 23 de agosto de 2016, Le Barp a Moustey, 38,5 kmts en 6h34’

Agobiante calor en una etapa en la que nota que entras en Les Landes

A las 7, sin desayunar nada de lo que ha puesto la “impresentable” de Le Barp, Mme. Elise Vigne, salimos en dirección al centro del pueblo, dónde hemos localizado ayer tarde que la panadería, está abierta desde esa hora, y lo del café, dónde ayer cenamos.

Dicho lo cual, vamos a la panadería, felices de dejar atrás la guarri-guarri de Le Barp, y compramos dos croissant a las almendras, 1,20 cada uno, que tomamos en le dauphin blue, es decir dónde ayer cenamos, siendo 2,80 el café, de cada uno, para que comparéis precios.

Ya entonados a las 7:34 comenzamos a caminar, yendo desde el primer momento notando que la temperatura hoy va a ser superior a la de ayer, y además tenemos más distancia, saliendo por asfalto hacía Belin que está a 14 kmts de dónde hemos dormido y en dónde estamos en 2h20’, con lo que vamos rápido para intentar llegar antes que apriete el solazo.

De Belín, que es un punto dónde muchos hacen final de etapa (no sabemos desde dónde vendrán), hay que andar otros dos quilómetros hasta Beliet que está muy cerca aunque en la hoja de distancias de los de xacobeo.fr, pone Belin-Beliet, pero ya os digo que al primero hay 14 y al segundo 16 kmts, al que hemos tardado 2h51, desde el inicio.

A la salida de Beliet, no vemos las señales bien, y consultando la aplicación de Here, vamos hacía Mons que esta a nos 4 kmts a nuestra derecha, ya que cómo hemos optado por hacer caso a la aplicación de Here, por lo de la falta de señales, vamos una carretera local, y no llegamos a entrar en Mons, aunque vemos el campanario, cómo he indicado a la derecha.

Estando a la altura de la entrada de Mons, punto en el que recomiendan un albergue municipal, en el que ayer pensamos, pero era prolongar muchísimo desde Le Barp al ver lo horroroso de Mme. Vigne, decidimos seguir por la carretera por la que veníamos, ya que pensamos que se nos unirá enseguida el camino por la derecha, cosa que efectivamente hace cuando tras seguir 7 kmts por esa carretera, vemos las señales, antes de pasar a la derecha de la autopista por un puente elevado.

Nada más pasar sobre la autopista, pasamos por delante de Babette y Liliaire, dos aldeas en las que suele haber algunas personas que acogen y a las que también he llamado al saber que Le Muret estaba completo, pero casualmente una tiene unos primos en su casa y no cabemos, resultando que el otro me dice por el contestador está fuera de Francia, hasta mañana, precisamente (¡gracias Murphy!).

Dejando esas aldeas atrás, hacemos entrada en el pueblo-fantasma de Le Muret, que era nuestro final previsto hasta ayer tarde, cuando al llamar a los otros cinco sitios que salen en las informaciones que llevamos, sólo nos han contestado en el hotel le Grandgousier, indicándonos que está completo y al que estamos llegando justo en esos momentos, cuando se nota ya bastante calor.

Llevamos 28 kmts para 4h49’, sin parar, en la puerta de ese hotel en Le Muret y  son las 12:15 del día, por lo que decidimos tomarnos un respiro y volver a preguntar por sí hubiera suerte y pudiéramos pernoctar allí.

Nuestro gozo en un pozo, ya que la señora que está en recepción, abre con llave la puerta, ya que estaba cerrada y cómo mucho accede a darnos agua porque sabe que va a hacer mucho calor y nos vende también unas oranginas por 2,30 euros cada una, que nos saben a gloria, comenzando de nuevo a las 12:30 a andar, y teniendo por delante la parte más dura de la jornada.

Al salir del hotel y siguiendo las señales, que por cierto, ya nos indican que hemos entrado en Las Landas, nos hace pasar por un tubo-canalón por debajo de la autopista, para pasar al otro lado y justo cuando salimos el terreno cambia bruscamente y de asfalto o alquitrán rural, pasa a ser arena de playa, con unos 30 ó 40 centímetros de altura, con lo cual comenzamos a hundirnos a la vez que entramos en un pinar en el que ha subido la temperatura unos cinco o seis grados, todo ello a la vez.

El caminar por el parque natural de Las Landas, por dónde hay nuevos carteles y postes de madera con la concha de peregrino, es lento y pesado, comenzando los dos a sudar, debido a la concentración de calor que los pinos que tenemos por encima, emiten en todo momento.

Caminamos unos 4,5 kmts por esa arena de playa, bueno lo de caminar es un decir, más bien es un ir y venir a un lado y otro para intentar encontrar por dónde se hunde uno menos y poder ir mejor, sin lograrlo en ningún momento, hasta que llegamos a un puente sobre un río en Saumeq, en 47 minutos de padecer la arena de playa.

En Saumeq, pasamos sobre el río Leyre, por un puente ya asfaltado, y al menos desde ese punto hasta el final de la etapa, ya no nos abandona el asfalto que ante lo pasado en la arena de playa, hemos llegado a añorar.

Desde el río Leyre, son unos 4 kmts, por una recta de asfalto sin sombras, con chalets a la derecha, en los que  no hay nadie, por lo que no podemos pedir agua, ya que la que hemos cogido en el hotel de Le Muret, se nos está acabando, llevándola yo concretamente como caldo, aunque Reyes al llevar un termo de medio litro, la lleva más fresca y va un poco por delante de mí.

Tras andar esa distancia desde el río leyre, las marcas nos hacen un giro de 90º y vemos el primer cartel de Gîte Arial de Lavigne, al que nosotros llamamos ayer, al encontrarnos colgados con lo de Le Muret, y que nos ha reservado plaza para hoy.

Cuando hemos girado ante el cartel, Reyes me “canta” que faltan 2,3 kmts, distancia que se me hace eterna, ya que aunque vamos muy bien de hora, el calor es impresionante, lo cual unido a que vamos a pleno sol, por asfalto con arena amarilla a ambos lados y que no se ve nada habitado por delante, me hace la situación algo angustiosa ya que precisamente para mi válvula y corazón, lo peor que me viene es el calor y este es clima, llevando además poco agua y más bien caliente.

Sin decaer en ningún momento, “Lola”, la chica de Endomondo que lleva Reyes en la tablet, nos indica que vamos a 12 minutos el quilómetro, con lo que vamos los dos deseando llegar ya.

Afortunadamente cuando menos se lo espera en el segundo giro a la izquierda de esa carretera, hay una entrada, también a la izquierda y allí está la finca Arial de Lavigne, dónde llegamos, al menos yo, muy justito, tras 38,5 kmts en 6h34, a las 14:20 del día y a más de 38º según nos cuenta el señor cuando nos recibe.

Sin poder casi ni hablar por el calor, el señor nos lleva por la zona que tiene de hipódromo, parecida a la de ayer, pero todo lo contrario, limpio como una patena y muy organizado y correcto, a la casa, dónde tenemos la habitación con dos camas, que es un lujo en toda regla.

Para nuestra suerte, la casa dónde nos aloja es de esas de piedra, con paredes de un metro de ancho, con lo que, en cuanto se entra, es como pasar del infierno al paraíso, ya que no debe haber más de 25 grados y es un contraste agradabilísimo, lo cual unido al medio litro de agua que me tomo del grifo en la cocina, me hacen revivir.

La gîte Arial de Lavigne, que recomiendo encarecidamente, es atendida por una familia, que no sólo se dedica a los caballos o alojar gente allí, como es nuestro caso, ya  que aparte del centro ecuestre, hace descenso de piraguas, paseos en calesas, teniendo además una zona de cerdos, otra de patos y gansos, y esta todo impecable, con lo que ya podría aprender la señora de ayer de este sitio.

El señor, amabilísimo, nos cobra 17,50 euros a cada uno y por sí os puede servir, anotar el teléfono 0558077560, siendo muy recomendable.

Tras la agobiante llegada por el calorazo reinante, procedemos a la ducha, lavar, tender, etc, aunque casi según has acabado de tender, puedes empezar a recoger lo primero que has colgado del día que hace, y a tumbarnos un buen rato que nos lo hemos merecido.

Hoy ha sido uno de esos días que por lo de mí válvula y el calor, aunque tengo muchos quilómetros en las piernas, me he asustado un poco, ya que he llegado muy justo y eso que he ido dosificando el agua, menos mal que estaba la señora del hotel de Le Muret, porque sin ese repostaje, no sé cómo hubiéramos acabado.

A las 18 horas vamos hacía el pueblo que está a 1,5 km., más adelante, ósea que aún no hemos llegado, lo cual advierto para que veáis que la información de xacobeo.fr, es algo engañosa.

Llegamos a la iglesia del pueblo y allí vemos en la puerta que, está la piedra-hito que  informa al peregrino, que le quedan 1.000 kmts hasta Compostela, muy emblemática de esta Vía.

Enfrente de la iglesia hay un súper en el que compramos fruta y agua para mañana y luego vamos a la terraza-restaurante Le Gascoigne que está abierta y aunque no son las 19 horas, ya nos puede dar de cenar, cosa que hacemos sin más demora.

El menú de 18 euros, es: ensalada de Gèsiers de primero para los dos y Bavette a la plancha para ambos, que se completa con un gâteau de apricot, no dejando ni el dibujo del plato, del apetito que traíamos.

A las 19:30 volvemos a desandar el quilómetro y medio hasta el centro ecuestre de l´Arial y allí charlamos un poco con el amable señor que nos ha acogido y recibido llamado Mr. Olivier.

Cómo aún no es muy tarde, en lugar de llamar mañana según vamos andando la etapa, llamamos al posible final de mañana, que podría ser por un lado Lebouheyre a 24 kmts, punto en el que hay dos opciones, una continuar por la izquierda hacía Chemin de l´Epervier y otra por la derecha hacía Escource, que nos podría cuadrar mejor.

En ese rato, hablo con le frère Serge de Escource (encantador), que me cuenta está de viaje fuera de Europa, pero me da el teléfono de un señor de su confianza en Escource que posiblemente podrá alojarnos, al cual llamo y para mí sorpresa habla un correcto castellano y quedamos mañana en llegar a su casa, ya que me indica que mejoramos el recorrido yendo por Escource y no por el otro lado, andando sólo un quilómetro más.

Sin más tareas que realizar, a las 21 horas nos quedamos “fritos”, en la fenomenal habitación que Mr. Olivier nos ha preparado en Moustey, no oyéndose ni el relincho de un caballo de esta genial granja-hipódromo.

Sobre el recorrido de hoy, lo indicado, primero asfalto y paso de varios pueblos, pero al entrar en la, antiguamente, insalubre Las Landas, arena de playa que nos ha castigado aparte del agobiante calor que ha hecho, al punto que Mr. Olivier nos habla de 41 grados que han dado en Burdeos en la jornada de hoy.

16ª etapa, miércoles 24 de agosto de 2016, Moustey a Escource, 39 kmts en 6h40’

Otro día agobiante de calor en una etapa “hundidora” en la que me salto los últimos 5 kmts

A las 6:35 salimos hacía el pueblo que está a 1,5 por delante, y dónde afortunadamente hay abierta una panadería en la que compramos dos bollos que comemos inmediatamente y cómo quiera que enfrente el súper Spar, está abriendo, pedimos unos cafés, que por 1,50 nos dan, al ser de máquina, con lo que de momento la cosa comienza muy bien.

A las 7:20 empezamos a andar, tocando 3 kmts de asfalto hacía la aldea de Le Ridut y luego 7 kms de pista con agujas de pino en el suelo, con lo que no nos hundimos, tanto, hasta Pissos.

Debo subrayar, que a la salida de Moustey había indicado un cartel de vía ciclista de 6 kmts hasta Pissos, en lugar de los 10 que hemos andado, ya que hemos ido por dónde van las marcas.

Al llegar a Pissos a las 9:15 de la mañana, pasamos a cuatro peregrinas alemanas que acaban de comenzar y que llevan unos mochilones de unos 12 ó 13 Kg, que asustan por detrás.

Saliendo de Pissos, en un Carrefour-express que hay a la derecha, entramos ante la temperatura que ya vamos notando a comprar un litro y medio de agua fría cada uno por sí nos hace falta en los 15 kmts que hay hasta Lebouheyre.

La primera hora nada más salir de Pissos, es por una pista “hundidora” de arena de playa en la que no sabemos en ningún momento por donde se puede pisar mejor, ya que, bien por la derecha o por la izquierda, la bota penetra 10 centímetros pero es que por en medio, se hunde uno, el doble, con lo que avanzamos más lentamente de lo que desearíamos, recibiendo además sobre nuestras cabezas, ya la visita del sol que nos va atizando de lo lindo.

En esa recta vemos al fondo una peregrina por delante que va medio dando tumbos por el calor y a la que alcanzamos cuando nos faltan 3 kmts para llegar al pueblo de Lebouheyre.

Esta peregrina al no llevar agua, se ha tenido que refugiar en unos pocos árboles que hay en ese punto en el que la hemos alcanzado y a la que preguntamos sí se encuentra bien, porque iba fatal, al menos visto por detrás.

Cómo nos contesta que sólo le queda esa distancia para finalizar el día de hoy, nos despedimos y tras un rato llegamos a Lebouheyre a las 11:57 tras algo menos de cinco horas para 28 kmts, con lo que paramos en Leclerc a comprar algo, sobre todo agua y acometer los 10-11 kmts que parece haber hasta Escource, cómo mejor podamos.

Comemos y bebemos una ensalada, zumo de naranja, un melón de cantalupo, agua, etc, y a las 12:30, aún contra nuestros deseos, volvemos a salir a sol y asfalto para andar lo que nos queda.

Pasamos bajo la vía del tren y enseguida hay que coger en el primer cruce el desvío a la derecha para ir a Escource, siendo una recta inacabable de asfalto de unos 12 kmts, en los que no se ve nunca el final.

Los primeros 6/7 quilómetros, entre que hemos repuesto algo con el rato parados, la fruta, el zumo y el agua que nos vamos echando por el cuerpo, no lo llevamos mal, al menos en mi caso, pero a partir de ese séptimo quilómetro, ósea llevando 34-35 kmts en 5h54 a las 13:58 del día, casualmente me pregunta un señor en una pick-up, sí queremos que nos lleve a Escource, ya que según me cuenta el termómetro marca 42 grados, con lo que vamos “cociditos”.

Reyes, prefiere continuar, ya que indica que va bien, y yo al acordarme del agobio y mal final de ayer, que estoy empezando a notar, me subo a la camioneta y en cinco minutos me deja en la plaza central de Escource, dónde espero a Reyes que llega a las 14:40, tras 6h40 para 39 kmts, los doce últimos a más de 37 grados de media, con lo que al menos de momento hemos logrado el objetivo y vamos a ir hacía la casa del señor que nos va a alojar.

El señor se llama Christian Dorfourq, tiene una concha de peregrino en la puerta, y su teléfono es 055802433, dándose la circunstancia, cómo ya adelante, que habla un buen español, ya que lo tuvo que aprender para su trabajo y además porque es muy taurino y le gusta mucho los toros, al punto que de vez en cuando va a Madrid, Bilbao, Pamplona, etc, y lugares de Francia, dónde hay corridas de toros, casi todos los años.

Nos instalan en una preciosa y coqueta casita tipo los tres cerditos, de madera o de camping, en su jardín al lado de la piscina y en ese momento nos dejan a nuestro  aire para que nos instalemos, duchemos, etc, eso sí, con dos litros de agua fresca para que nos repongamos de la solanera que hace.

Debo decir, que hacía tanto calor dentro de la casita de madera, dónde íbamos a estar, y en la parte exterior, que unos obreros que tenía pintando la casa, iban cada media hora a refrescarse bajo una manguera y a beber constantemente.

Mr. Dorfourq, nos cobra sólo 12 euros a cada uno y a eso de las 17 horas viene a contarnos cosas de la zona, cómo donde cenar, comprar, etc, y que él y su señora se van a la playa que está muy cerca, ya que tanto esta zona, cómo la de ayer y antes de ayer, tienen la bahía de Arcachon y la Duna de Phyla a menos de media hora de sus casas.

A las 19 horas volvemos a la plaza central, dónde he esperado a Reyes y vamos a cenar a la pizzería que hay en la misma, llamada Plaisirs de Mets, en la que entré al haber llegado a las 14 horas a pedir agua y me indico de muy mala gana, una chica algo malhumorada, que había una fuente en el parque.

Cómo no hay otro sitio para cenar, nos sentamos en dicha pizzería y le solicitamos el menú del día, a lo que la malhumorada de la mañana y de la tarde, nos indica que es sólo a mediodía, y que es a la carta.

Ya nos había advertido Christian que no era muy sociable, su señora la denominó “nariz de loro”, confirmándose punto por punto sus malos modos, con lo que ante los precios de la carta optamos por pedir algo más comedido que consiste en una pizza de champiñón para Reyes, 17 euros con jarra de agua, y yo una provenzale por 14 euros en la que quito alguna cosa que lleva sal, así como dos bolas de helado cada uno.

A las 20:30 volvemos a la casita de madera del jardín, y aunque está muy caliente, poco a poco va perdiendo temperatura, teniendo que llegar a dormir hasta con colcha porque refresco bastante, estando alojados de maravilla por esta encantadora pareja que nos ha ofrecido todo lo que tiene y a la que agradecemos mucho su gran hospitalidad.

En el rato que hemos tenido entre la ducha y descansar, dado que nos están metiendo todos los días cuatro o cinco quilómetros, y después de los tres últimos “agobios” y que además anuncian va a seguir el calor hasta el domingo, nos replanteamos todas las etapas que nos quedan.

Mañana, en lugar de meternos otro atracón de unos 35 kmts, y al siguiente o al otro lo mismo para salir sin pasar por Dax en Capbreton o variante a la costa y luego a Bayona, pero a base de ir dos días de hotel en hotel, volvemos al plan original que traíamos desde casa y que tocaba para mañana sólo 25 km hasta Lesperon a dónde llamamos y nos facilitan todo para alojarnos.

Reiterar que el recorrido de hoy aunque ha sido llano, cómo todo el camino, entre el calor, la arena de playa en la que se hunde uno, el triángulo que nos ha tocado hacer al comenzar hasta Pissos, etc, para olvidar, vamos que este camino, salvo por mucha gente agradable, no es cómo el Podense o el del Piamonte que casi todos los días son bonitos.

17ª etapa, jueves 25 de agosto de 2016, Escource a Lesperon, 25 kmts en 4h35’

Etapa “aperitivo” con un buen y un curioso final de día

Tras una fenomenal noche, en la que hemos tenido incluso que taparnos con una colcha, quien lo hubiera pensado ayer, desayunamos lo que esta encantadora pareja nos ha dejado en la salita de al lado, y a las 7 estamos en la calle buscando la salida hacía Onesse por dónde nos ha sugerido ayer Christian.

Al parecer según nos contó ayer, las señales en el centro de Escource van hacía una zona de pinar y arena de playa durante unos 6 kmts, para luego salir en un cruce, a la carretera local por la que él nos indica que vamos mejor y más rectos hacía Onesse.

Haciendo caso a él que se conoce el terreno e incluso ha hablado de marcarlo con el padre Sèrge, que es con el que hablamos hace dos días, tomamos la carretera de salida de Escource en dirección a Onesse-Laharie, que es una recta de 11 kmts que  nos ventilamos en 1h55 ya que es de las que cunde bastante.

Al pasar Onesse nos toca un camino “hundidor” durante unos cuatro quilómetros de arena de playa, típica de Las Landas hasta que nos reincorporamos nuevamente al asfalto que es el suelo de los 7 últimos quilómetros de la etapa de hoy que no tiene nada relevante ni que contar, salvo que cuando llegamos a las 11:43, después de 4h35 para 25 kmts al centro de Lesperon, se empieza a notar que el día también va a ser fino, luego  veréis que no sólo a nosotros nos pareció tórrido, por una visita sorpresa que tuvimos al final de la tarde.

Entramos en el bar del centro de la plaza, dónde tienen la llave y el código del albergue del ayuntamiento y dónde sellamos la credencial y pagamos los 6 euros que cuesta el alojarse aquí, siendo un chalet de dos alturas que está muy bien, salvo que arriba hace bastante calor y el techo es de madera.

Hoy, al haber dejado la etapa en el final que debía ser, y que hemos acabado antes que empiece el calor, nos ha parecido un aperitivo de etapa, motivo por el cual a las 15 horas vamos al súper que abre a esa hora a comprar para la cena, ya que salvo un bar-snack que da aperitivos no parece haber nada más.

Entramos en el súper y compramos un poco de todo para la cena entre los dos, es decir lechuga, tomate, cebollas, pasta para hacer algo más contundente, melón, jamón de york, queso e incluso una botella de vino de burdeos que nos vamos a cenar a las 20 horas.

A eso de las 19 horas cuando aún hay 38 grados aparecen dos en moto que por las pintas y voces nos parecen españoles, los cuales entran al albergue, ya que son dos melillenses que han salido ayer de Melilla, haciéndose el primer día de Málaga a Madrid y hoy hasta Lesperon, ya que tienen la idea de llegar mañana a Paris y pasado al Monte de Sant Michel para una vez allí, luego darse una vuelta por Bretaña, más tarde los castillos del Loira y finalmente volverse para Melilla.

Estos dos moteros, Juan que tiene una cafetería en Melilla llamada bocatas y José, han llegado con un calentón tremendo en su cuerpo y desde que han salido hoy de Madrid, su idea era comer en Irún y luego pasar a Francia, para hospedarse en algún hotel, pero bien porque no se han orientado o que el calor, cómo ellos dicen, ha nublado sus mentes, han aparecido en este diminuto pueblo al ver que el google les daba un hotel en su zona.

Efectivamente, justo al lado del albergue pero oculto por otro edificio hay un hotel al que nosotros ni nos hemos acercado pero ellos al llegar han ido para allá y les han dicho que está completo, pero que podrían cenar.

En ese punto nosotros hemos estado torpes, ya que al haber llegado tan pronto, no hemos mirado para cenar y por eso y el comentario de los del bar, hemos comprado lo que arriba he indicado y que nos vamos a cenar ahora, cuando podíamos haber ido al restaurante del hostal

Cuando acabamos de cenar, vienen el dúo melillense de cenar en el hostal y comentan que les han “dado un palo de 19 eurazos”, por una ensaladita y un filete, muy bien presentado, pero que no era nada del otro jueves, así como un platito de queso de postre, ¡cómo diría Micael el peregrino de Ourense que salió en las primeras etapas, aún no se han afrancesado!, pero tienen días para aclimatarse.

A las 22 horas les dejamos en la parte de abajo y nos subimos a dormir en una noche que fue un poco “toledana”, porque el calor no dejaba conciliar bien el sueño.

Sobre el recorrido, lo citado, olvidable y con pocos atractivos, aunque sigue siendo llano, menos mal que ya nos queda poco para llegar a Dax y saltar a Bayona para hacer el precioso del Baztán, donde bajará la temperatura y mejorará el paisaje.

18ª etapa, viernes 26 de agosto de 2016, Lesperon a Saint Paul de Dax , 35 kmts en 5h59’

Etapa “final” de la Vía Turoniensis con dosis de intriga y un buen final

Tras una noche agitada por el calor, en la que Reyes ha llegado a ponerse a dormir al lado de una ventana, bajamos a las 6:45 a desayunar a la planta baja, dónde han montado su campamento los melillenses sobre dos colchones, y dónde han dormido mejor de lo que esperaban de una “comuna”, como dicen ellos del albergue de la Comunne (ayuntamiento).

A las 7:05 nos despedimos de ellos y acometemos los 12 kmts de asfalto que tenemos hasta Taller, pueblo en el que hay otra variante o división para ir hacia la derecha a la costa, cosa que teníamos prevista hasta que, debido sobre todo al calor, hemos optado por seguir a Dax, ya que al fin y al cabo es el ramal principal de la Voie du Tours.

En 2h12 nos hemos plantado en Taller, dónde compramos algo de agua, porque ya se empieza a notar también calor, y seguimos por dónde marcan las señales que es de frente hacía un terreno de 4 kmts de arena de playa, ósea a hundirse sí o sí, aunque hemos visto a la salida de Taller que había una carretera que en 18 kmts se llegaba a Dax y por el camino vamos a andar unos 23 más.

Tras esos 4 kmts de “playa”, nos toca “finquear” o jugar al ajedrez, entre maizales, fincas de pollos y patos a la altura de Gourbera dónde vemos saltar a un ciervo entre la vegetación.

Seguimos hasta el km 25 de la etapa en dónde vemos un cartel que indica que a la izquierda se va a Saint Paul de Besoure, santo famoso por la zona o a la derecha hacía Saint Paul de Dax, que es para dónde vamos, quedando 9 kmts al albergue.

A los 15 minutos de ese cartel paramos en una zona de verde entre dos granjas cuando son las 11:20 de la mañana y llevamos 4h20 sin parar de andar.

Después de comernos algo de fruta, unos pocos frutos secos, etc, al poco volvemos a caminar y nos toca un “callejeo” por entre maizales y granjas algunas con arena de playa, por la zona del molino de Pouirberat.

Esta zona la hemos tenido presente desde que ayer tarde, en el albergue de Lesperon, vimos un papel PLASTIFICADO, indicando a todos los caminantes que tengan mucho cuidado al pasar por el molino de Pouirberat ya que hay “un chien très mechant et sauvage”, dicho en roman paladino, tiene guasa que sepan todos que hay un “fulano” que tiene un perro suelto agresivo y en lugar de hacer algo del tipo de obligarle a tenerlo recluido o educarlo, se limiten a hacer una nota y plastificarla.

¿Qué podemos hacer nosotros, sí el perro nos sale y nos ataca?, desde luego me recuerda lo de la etapa que acabamos en Saintes, de “peligro campo de golf”, o “cuidado zona de tiro con arco”, ¡vale!, y aparte de advertirnos, eh???????

En esa zona, extremamos el cuidado y sin salirnos de los caminos marcados, vamos mirando de vez en cuando a nuestro alrededor y muy atentos (mosqueados) a sí oímos alguna carrera o ladrido, para tratar de poner la mochila y los bastones de parapeto, pero afortunadamente no tenemos ningún contratiempo y la dosis de intriga decae cuando aparecemos en la entrada a Dax en una especie de zoológico que tienen con ciervos, corzos, etc, pegado al camino por dónde vamos andando.

Salimos al cruce de la D140 a las 12:16 y desde allí nos quedan 4,7  kmts de asfalto hasta llegar a la rue Victor Hugo de Saint Paul de Dax, dónde en la abadía dan las llaves del albergue y dónde tenemos el final de etapa que  nos ha llevado 5h59 para 35 kmts y a dónde hemos llegado a las 13:14, en muy buena forma ya que la etapa de ayer fue corta y pudimos descansar bastante.

Esperamos un rato hasta que nos vienen a abrir el albergue que está al lado y es de donativo y procedemos a instalarnos viendo que no pasan más de 250 personas pro este albergue al año.

La amable hospitalera, nos comenta dónde está todo y se va, indicándonos dónde dejar mañana la llave en el buzón de la abadía.

Tras la ducha, lavar, tender, etc, voy a un Carrefour, que tenemos cerca y compro algo para aguantar hasta la hora de la cena, dedicando el resto de la tarde hasta que vayamos a cenar al centro de Dax-catedral que está a dos kmts y por dónde sí no vamos ahora no pasaremos mañana, a concertar lo de dormir mañana en Bayona, ya que se incorpora mi sobrina y un conocido de su urbanización allí para andar el camino del Baztán.

Me toca hacer más de cuatro llamadas y enviar varios sms a Catherine, una alemana que vive en Bayona y dónde me aloje hace tres años, pero que no tiene libre para cuatro.

A todo lo anterior, se une que aún es época estival en Bayona, fin de semana y que numerosos vascos se mueven por esa coqueta y preciosa localidad del sur de Francia.

Por fin localizo para dormir cuatro plazas en La Maison Diocesanne en Bayonne, aunque está a 2 kmts del centro y eso será una distancia que nos incrementará la ya de por sí larga primera etapa, tal y cómo he pensado que la andemos los cuatro.

A eso de las 18:30 vamos Reyes y yo al centro de Dax en la zona de la catedral, habiendo pasado primero por la estación de tren para ver los horarios para mañana sábado para ir a Bayona, ya que tras darle muchas vueltas, sobre sí andar otros 19 kmts, más de la vía de Tours, jugándonos el no llegar a tiempo, a un tren que pasa en Peyreorade, directo hasta Bayona, hemos optado por no andar y llegar cómodamente a Bayona.

Cómo hemos visto que hay un tren cada 50 minutos, vamos relajadamente al centro de Dax, visitando la catedral, zona céntrica y procedemos a cenar en la zona del puente y aguas termales junto al río Adour, en un restaurante llamado Les Thiers.

Tomamos moules al gratin de primero, pave de saumon de segundo y de postre Reyes mousse de chocolate y yo île flotant por 13 euros cada uno, volviendo a las 21:30 sin prisa al albergue.

Debo decir para que no quede “cojo” el tema de la vía de Tours, que la siguiente etapa sobre el papel, que teníamos planteada, era de Dax a Lèren de 28 kmts, más o menos, y al siguiente día eran 41 kmts hasta Ostabat.

Como quiera que, desde la mitad de esa etapa, a la altura de St. Garris y St. Palais, ya hemos andado cuando la vía Podense, en realidad dejamos de andar desde Dax hasta Garris, lo cual no creo que sea la octava maravilla.

La última de esas etapas, que también andamos hace poco cuando el camino Podense, sería la de Ostabat a Saint Jean de Pied du Port, con la circunstancia de tener que elegir más adelante entre volver a Madrid a través de Bayona, Irún y tren a Madrid o caso de seguir andando, pasar hasta Roncesvalles y bien un taxi a Pamplona o hacer noche y esperar al día siguiente para el bus que sube por la mañana, e  ir a Pamplona y posteriormente tren a Madrid.

En algunos papeles traía un recorrido de lo que había desde Dax hasta Bayona, sin pasar ni por Capbretón, ni por Soustons, que es por dónde nos sugirieron la variante hacía Bayona, pero al final entre el calor y lo quilómetros que nos han hecho andar cada día de más, damos por finalizada aquí la vía de Tours, que ya os reitero no es nada del otro jueves, para mí es la menos bonita de las cuatro que llevo andada en Francia.

En cuanto al tema de la etapa de hoy, la mejor forma que tendría de resumirla, es: fincas mil desde Taller y obviando el encuentro con el perro asesino que anunciaban.

Sábado 27 de agosto de 2016, traslado a Bayonne

Día de transición y algo de descanso para recibir a “nuevos clientes”

Tras una noche tranquilísima en el agradable albergue de Dax, dejamos la llave en la abadía antes de las 7:30 de la mañana y vamos a la estación de tren de Dax, subiendo al tren que a las 7:55 arranca para Bayona, por 6,50 euros cada uno, costando el siguiente casi el doble, ya que también el precio de los trenes en Francia, varía según la hora.

En menos de una hora estamos en Bayona y vamos los dos con una sensación rara, al no andar hoy mucho hacía el centro de la ciudad y zona de la Catedral, que también conozco de hace tres años cuando estuve en esta localidad casi tres días, al hacer varios recorridos por allí.

Visitamos la zona que llaman la Vieja Bayona o casco histórico, así como la Catedral, zona de Les Halles o mercado de metal, estilo Eiffel, el mercadillo sabatino que está también montado en las inmediaciones y vamos finalmente hacía la Maison Diocesana, 10 avenue Jean Darrigaud, tfno. 0559 584 747, dónde tenemos reservadas dos habitaciones con dos camas, por 29 euros la pareja con desayuno incluido.

Dejamos las mochilas Reyes y yo, volviendo al centro para hacer turismo y esperar a mi hermano que, desde San Sebastián, dónde ha estado dos días con su hija Gloria, va a venir, para dejarla y que ande con nosotros el camino del Baztán.

Cuando en su momento nos planteamos Reyes y yo la vía de Tours, pensamos que debido al final “rollo” y complicado, que es salir de Roncesvallés y que ya conocíamos las dos últimas etapas, podíamos “salir” por Bayona y el valle del baztán, motivo por el cual, al comentarlo con mi sobrina Gloria ha decidido incorporarse, así como un conocido de ella de su colonia en Majadahonda, llamado Santi, que llegará a la tarde.

Mientras esperamos a que aparezca mi hermano en coche, nos vamos Reyes y yo en bus a la zona de la playa, en Biarritz para visitarla y dónde hemos quedado con ellos ya que les pilla de paso y no lo conocen.

A eso de las 12 aparecen el paseo marítimo de Biarritz (sugiero ver en internet alguna foto); y tras darnos una vueltas por esa parte y ver algunas de las bellezas de esta coqueta localidad marítima, vamos los cuatro a Bayona, para comer y esperar a Santi que está de camino en bus desde Madrid.

Comemos en la parte central de Bayona, cerca de la catedral, concretamente en Au 2 airs, dónde no recuerdo con exactitud lo que nos pusieron ya que no fue de menú, sí no más bien de plan picoteo y teniendo en mi caso algunos problemas para poder encontrar algo sin sal.

A las 15:30, más o menos, mi hermano, que tiene más de 500 kmts de coche hasta su casa, nos deja y emprende su regreso, yendo nosotros con Gloria hacía el albergue para que deje su mochila y volvemos a esperar a Santi a la estación de autobuses.

Santi llega “doblado”, por la paliza del bus a las 16:35 a la plaza de los navarros, dónde está la estación central de buses de Bayona y vamos los cuatro para el albergue, procediendo a ducharse, instalarse, relajarse, etc, hasta que a las 18:30 volvemos al centro para que lo conozca y así mismo cenar los cuatro.

Cenamos en un restaurante-terraza llamado L´Ours; tomando Gloria plato nórdico de primero, “costillazo” de carne a la parrilla y gateau vasco de postre, siendo para Santi, que no ha comido casi en el bus, un entrante de embutido, picada de canard de plato contundente y tarte de citrón.

A Reyes, le traen también un asiette de embutido, pescado a la vasca en cazuela y gateau vasco, siendo para mí sin sal, una cazuela de chipirones y boeuf a la parrilla más pastel de limón, pagando cada uno el precio del menú que a pesar de ser sábado por la tarde, era de 18 euros, bastante menos que el picoteo de la mañana que pagó mi hermano.

Bien alimentados andamos nuevamente los 2,5 kmts hasta el albergue y procedemos a instalarnos ya que para mañana tenemos una etapa algo larga, pero que pretendemos andar, para pasar desde Francia a España, a su primer pueblo en ese trazado que es en el monasterio de Urdax.

Con una sensación rara de no haber andado con la  mochila, aunque sí de dar vueltas y más vueltas por Biarritz y Bayona, nos acostamos Reyes y yo, comentando la incógnita de cómo responderán nuestros nuevos acompañantes.

19ª etapa, domingo 28 de agosto de 2016, Bayonne (Bayona) a Urdax, 40 kmts en 7h32’

Etapa larga y de contrastes, entre dos países, con ligero “pajarón” de Santi en el final

A las 6:50 bajamos a desayunar y tenemos la gran suerte que aunque abren a las 7, ya está todo dispuesto y podemos comenzar el fenomenal desayuno que en este albergue preparan.

Hay que decir, que al haber llegado ayer sábado, hasta las 12:00, había personas en el albergue, pero luego el sistema de llegada era por código y no se veía a ningún “humano”, por lo que hasta hoy no teníamos más contacto que el telefónico o el físico que tuvimos Reyes y yo, ya que llegamos antes y pagamos lo de los cuatro.

A las 7:05, tras desayunar de fábula, comenzamos a caminar, haciendo los dos quilómetros de “propina” que nos han colocado al estar en ese albergue, hasta el puente de salida de la localidad, en dónde comienza el carril bici que va al lado del río todo el rato durante 15 kmts hasta llegar a la localidad de Ustaritz, dónde se producirá el primer contraste de la etapa larga que hoy hemos planificado.

En la primera parte, hemos visto las cuatro señales que allí coinciden de caminos de Santiago, a saber el del Baztán hacía Pamplona, el que lleva directo a Roncesvallés, la vía del litoral por Hendaya y la vía del Nîve, río que llevaremos durante esos 15 kmts a nuestra mano izquierda todo el rato por un agradable y llano discurrir, que nos hace llegar a Ustaritz en 2h55 para los 17 kmts que llevamos andados.

En la salida de Ustaritz, el camino cambia totalmente y tras salir por una parte de urbanizaciones nos adentra por un camino medio boscoso en ligera subida y bajada, con alguna piedra suelta hasta llegar a la desviación a Espelette, km 25 de la etapa, dónde hay un albergue aunque nosotros no lo usaremos ya que ni siquiera entramos y vamos directos a Souriadë que está al otro lado de una carretera.

En Souriadë al llevar 4h45 para unos 26 kmts y ser las 11:55 del día, voy hacía un súper que hay abierto, hoy hasta las 13 horas, y procedemos a picar algo, ya que ahora viene la parte, que es más montañera en la etapa de hoy, aparte del paso de la frontera y la llegada, algo tardía al Monasterio de Urdax, dónde no sé sí llegaremos a tiempo de la hora de comida, que aunque es España y es más tardía, puede ser que esté cerrado.

Comemos en el súper algo de fruta, quiché de queso Santi, Reyes y Gloria, aparte de unos refrescos, algún bollo y agua, arrancando a las 12:20 nuevamente a andar.

En este punto quiero indicar que lo más lógico es plantear el camino del Baztán en cuatro etapas, de una forma algo más equilibrada, pero entre que Reyes y yo, llevamos más de 700 kmts ya en las piernas, las ganas de volver a casa, aparte que tanto Gloria que está en buena forma porque corre, hace fútbol, tiene 17 años, cómo  Santí, que anda todos los días de dos a tres horas con el perro, y con sus 19 años y más 1,90, nos han llevado a plantear ese recorrido en tres etapas, algo desequilibradas pero que nos parecen asumible, motivo por el cual, aún nos quedan algunos quilómetros hasta pasar la frontera y llegar a Urdax.

A la salida de Souriadë, toca una ligera cuesta hasta llegar al punto dónde se une al punto de confluencia con el que viene directo desde Espelette, población anterior por la que no hemos tenido que pasar y los dos ramales ya unidos aceden hacía la zona del Col de Pinodieta.

En esa subida, veo justo el punto dónde hace tres años por la niebla y lluvia me perdí durante más de hora y media y girando a la derecha por una zona entre caminos agrarios y de caballos, vamos los cuatro ascendiendo hacía dicho collado.

En esa parte de ascenso, empiezo a ver a Santí algo congestionado de cara y medio atrancado, mientras Reyes y Gloria, empiezan a irse fácilmente en esa subida, sin llevar ningún síntoma de cansancio tras la reciente parada en Souriadë.

A los cinco minutos cómo Santi se me va parando, dejando la mochila en el suelo, andando de lado a lado del camino y con un “pajarón” del quince, les mando un mensaje para que me esperen el pueblo de más adelante que es la frontera con España en Dantxarinea o Ainhoa, según el país, hasta que lleguemos.

Santí, bien por el mazazo de lo que ha comido, la distancia, el peso, etc, o que no está realmente acostumbrado a andar tanto, hace crack completamente, incluso con un dolor en aumento en una de sus rodilla, y me veo en la necesidad de irle esperando, animando, incluso le hago andar con mis bastones para que descargue peso y vaya pensando en otra cosa, aparte de aligerar la presión al caminar sobre la rodilla.

Por fin tras 15/20 minutos algo angustiosos, en los que va “zombi”, y yo algo preocupado, pero dándole conversación, para que no piense, logramos llegar a la altura de dónde Gloria y Reyes en una granja, nos están esperando, dónde descansamos unos 5 minutos para que recomponga su respiración y figura, porque va totalmente “cruzado”.

Tras esa ligera pausa, que intento no sea muy larga, porque sé que aún nos queda un rato y ahora mismo no podemos retroceder, seguimos adelante, hasta dar con una carretera, dónde “Murphy” hace su aparición y ante la no visualización de alguna flecha, vamos a la izquierda por la carretera durante unos 50 metros hasta que me mosqueo ya que no me suena de hace años y además vienen coches con matrícula de Francia en lugar de española.

Reyes, va para el otro lado de la carretera y nosotros tres, tras esperar cinco minutos nuevamente a que Santi, “vaya algo católico”, hacemos lo mismo, ya que hemos preguntado a un coche y nos ha indicado que para la frontera es para el otro lado.

Ha debido ser que al salir de la granja donde nos esperaban Reyes y Gloria, alguna señal, no la hemos visto bien, y al llegar a la carretera nos hemos equivocado, pero aunque sólo han sido 500 metros, ha sido lo suficiente para complicar algo el momento.

El caso es que tras preguntar al coche que he indicado, hemos retrocedido los tres y a los dos minutos hemos visto a Reyes, que nos estaba esperando justo cerca del paso fronterizo, ahora inexistente, por el que se sale de Dantxarinea-Ainhoa y se accede a la zona franca o fronteriza donde abundan las gasolineras y grandes superficies, que al ser en la parte española, están todas abiertas y dónde para hacer más llevadera la etapa y el momento por el que pasa Santi, vamos a comer y descansar.

Durante esos 2 kmts hasta la zona dónde vamos a comer, hemos tenido incluso que irnos alternando su mochila, para que se la haga más llevadero, llegando al final a la conclusión que lo mejor es parar a comer.

Así lo hacemos, entramos en el área-restaurante de servicio de madera que está a la izquierda, creo que era el Bonarea, y dónde tienen un menú por 12 euros (¡ya se nota el contraste de países!) y nos sentamos para que Santi se reponga y poder comer.

Tomo con poca o sin sal, queso con mozzarella y tomate, más pavo a la plancha con patatas y pastel vasco, mientras ellos tres, que no recuerdo lo que pidió cada uno, fueron plato de pasta, paella y profiteroles con chocolate para uno, ensalada, filete de pavo y arroz con leche para otro y para el tercero pimientos rellenos, pollo asado y arroz con leche también, terminando a las 16 horas de comer.

Tras esa parada, acometemos los tres quilómetros finales hasta Urdax, trayecto en el que tengo que ir llamando a la hospitalera, la cual me indica que por motivos de trabajo (es enfermera y está de guardia), no va a poder estar y me cuenta las claves y dónde nos ha dejado una llave escondida ya que no habrá nadie para recibirnos al ser domingo.

Durante ese trayecto Gloria y yo, sobre todo al ir pendiente del teléfono, vamos por el camino indicado y marcado llegando a las 16:50 al albergue y monasterio, dónde al no habernos dado cuenta ninguno de los dos que no venían, nos hemos adelantado sin haberles esperado.

Llamo a Reyes, que me cuenta están accediendo por la zona del ayuntamiento y zona de la carretera, llegando 10 minutos más tarde con una cara de agonía por parte de Santi, que nos hacen dudar de sí podremos andar mañana.

A las 17 horas, tras 40 kmts en 7h32, subimos los cuatro al albergue, dónde curiosamente hay una familia de españoles, 4 gallegos, que están allí alojados y que están en pleno proceso de lavado, ya que han llegado antes pero no contando con la humedad y lluvia que está empezando a caer, no lo habían hecho antes y un francés, que a pesar de la hora, está tapado con una manta y durmiendo.

Tras instalarnos, ducharnos, tender la ropa, etc, vemos cómo llueve fuera mientras tendemos en el interior nuestras prendas con la duda sí se secaran para mañana.

La familia que tienen una hija de 10 años y un chico de 8 están discutiendo porque ayer por el calorazo (36 grados en Bayona el sábado), no lavaron por agotamiento en Espelette y hoy, aunque han andado sólo 15 kmts hasta Urdax, no lo habían hecho por la lluvia, con lo cual están con su último juego de ropa y nada seco.

Mientras Gloria se relaja del arranque de este camino y Santi, se “desparrama” en su litera, Reyes procede a su ducha, lavar y tender, cosa que hago yo a continuación, comentándoles a la familia de españoles, cómo secar alguna cosa que sea urgente en el …………., microondas, pero controlando los tiempos y la temperatura para que no les haga agujeros en la ropa, tarea a la que se ponen media tarde, momento en el que me comentan que también ayer coincidieron con ese francés que está durmiendo en Espelette.

Después de un rato descanso y comentar la jugada, Santi reconoce que aunque se apunto “alegremente” porque creía que esto era “pan comido”, mañana no va a poder caminar, sobre todo porque tenemos un “etapón”, de más 42-43 kmts ya que pretendemos llegar a Lantz, para que al tercer día nos quede sólo 29-30 kmts a Pamplona, para poder pillar uno de los dos trenes que mejor nos vienen.

Dándole vueltas a la estrategia, en la mitad de la etapa está Elizondo capital del Baztán, quedamos en que lo mejor va a ser que una vez veamos a la tarde-noche y mañana cómo se levante, lo decidamos, aunque siempre quedará la opción de que se salte algo.

A las tarde vamos a la zona de al lado del Monasterio, dónde no hay el bullicio de cuando llegamos y vemos que en un restaurante, muy pinturero, piden 25 euros por cualquier menú de cena a partir de las 21 horas, otro es de picoteo, que no me vale por lo de la sal y en una taberna-restaurante intermedia, creemos que aparte de bocadillos nos podrán hacer algo distinto, por lo que se lo comentamos a Santi, para que se mueva y pueda cenar algo para reponer.

Santi, que está medio “muerto” en la cama, nos pide que le traigamos un plátano, ya que no va cenar, sí no descansar y pensar en lo que puede hacer mañana.

Entramos los tres en la taberna-restaurante donde al comentarle lo de que los bocadillos tienen sal, acceden a hacernos tres tortillas francesas, que Reyes y Gloria, rellenan con queso, así como algo de postre y con un plátano para Santi, volvemos los tres al albergue, para comentar con él las opciones de mañana.

Tumbado en el albergue Santi, ha estado recapacitando y pensando en lo de Elizondo o Lantz, a dónde tenemos intención de llegar, y entre que hemos conseguido el teléfono de un taxista de Elizondo y que no se ve capaz de andar nada mañana, convenimos en que a primera hora, él se quede hasta que a las 8 llamé al taxista para que le lleve a Elizondo, junto con la mochila de Gloria, que ha empezado a tener dudas, sobre sí aguantará todo o no mañana.

Una vez en Elizondo, y a la vista de cómo haya ido su pierna y cansancio, bien andar hasta Lantz o plantearse un autobús, que mirado por internet, parece que sí que hay hasta el cruce con esa población.

A las 21:30, tras charlar con la familia de gallegos que mañana van a ir hasta pasado Elizondo, a Lezcaroz o Berroeta, según las fuerzas, me comentan que han logrado secar casi toda la ropa y que mañana al no haber nada abierto a las 7, van a desayunar de lo que han comprado el bar del picoteo, mientras nosotros lo vamos a intentar al otro lado del puerto de Otxondo en Maya-Amaiur, dónde hay dos bares y albergue que este año está cerrado o en obras.

Sobre el recorrido de hoy, reiterar que es todo lo contrario de lo que hemos andado Reyes en el de Tours, entretenido, nada caluroso, boscoso, llano en la primera parte, luego con subida al col de Ponodieta y su bajada con el cruce de frontera y llegada final a Urdax, todo ellos por un precioso entorno, en el que no nos ha hecho calor, escapando de la lluvia por poco, lastima del “pajarón” de Santi, para que la jornada hubiera sido redonda.

20ª etapa, lunes 29 de agosto de 2016, Urdax a Lantz, 46 kmts en 7h54’

“Etapón” largo, duro, rompepiernas, con incertidumbres y algo decepcionante por la aparición final de “Murphy"

A las 7 estamos listos los tres y charlamos con Santi, que definitivamente, está “roto” y no puede casi ni andar: entre lo de la pierna, cansancio, mentalidad, etc, habiendo decidido que llamará al taxista a las 8 para que le venga a buscar tanto a él, cómo a la mochila de Gloria, que definitivamente se anima a andar aunque sin peso, y que le deje en Elizondo, donde quedamos en reunirnos y que nos cuente lo que va a hacer.

La salida a las 7:10, es de esas que al conocerla, por haberla andado hace tres años, impone, ya que aparte que nos toca poner las capas porque está lloviendo, es en constante subida hacía el col de Otxondo, siendo por terreno que tendrá entre un 10 y un 15% de desnivel todo el rato, durante 5 kmts, por un camino embarrado en ocasiones con vueltas a la ladera de la montaña, en las que voy el último, por mis problemas de válvula en subida, hasta que a la hora más o menos se corona en una zona de mesas de piedra, parrillas, y unos aseos en los que espero a Reyes y Gloria que no han visto en un giro difícil, una señal, y los he llamado para decirles que se la han pasado.

A los 2 minutos reaparecen y tras cruzar la carretera nos toca una bajada que han mejorado desde la anterior vez que pase ya que es más llevadera y sin tanto helecho ni verjas cómo hace años, llegando a las 9:17, tras 2h2’ a Amaia-Maiur, donde “Murphy”, hace una primer aparición y nos muestra los dos bares cerrados, con lo que no podemos desayunar.

Seguimos bajo la lluvia, y como recuerdo que ahora era un entrar y salir constante de diferentes pueblos del final del baztán, con corredoiras que tienen barro, vamos por la carretera que también tiene marcas en los pretiles y llegamos a Elizondo a las 11:02, tras 3h50 de andar, hasta el bar Domi, dónde nos está esperando Santi, desayunando, tras haberse bajado del taxi hace un buen rato.

Santi, está muy cansado y sabe que a las 14 horas tiene un bus que le dejará cerca de Lantz, justo en el cruce hacía Olagüe, con lo cual no va a andar, sí no que nos esperara en el albergue.

Gloria que al no llevar peso, está fuerte y en forma, ni se plantea subir con él al bus, y a las 11:35 tras un buen desayuno, arrancamos de Elizondo, dejando atrás, la ciudad que recrea en sus novelas Dolores Redondo, verde, verde, donde las haya.

Para el que no conozca esta zona, decir que parece cómo sí a la naturaleza, le hubiera sobrado un poco de color verde, y la hubiera puesto toda aquí, ya que es totalmente verde, no sólo en lo que llevamos andado sí no en lo que nos queda, que es aún más precioso y bucólico en su parte final como luego describiré.

A la salida de Elizondo, pasamos por Irurita, dónde comienza un repecho que al llevar ya en las piernas el de Otxondo, nos empieza a poner en silencio, yendo los tres cómo mejor podemos, ya que es el aquí temido repechón en dos “escalones” del Alto de la Ziga, por el cual se accede a Berroeta.

En el alto de la Ziga, hay una casa rural, que para algunos es o bien el final y punto de dormir de la etapa o lugar al que bajan a comer o cenar, cuando se instalan en el albergue de Berroeta, que está en lo alto de un frontón, en un pueblo que no cuenta con ningún comercio y al que o bien se lleva de todo o hay que recurrir a la amable y fenomenal gente de la casa rural Posada de la Ziga.

Desde Berroeta, en menos de dos quilómetros hay una dura y abrupta bajada hacía unos tubos bajo la autopista por la que se pasa al otro lado de la misma, para llegar a la zona de Almandoz.

Las zetas o revueltas de Almandoz, son de esas que te acuerdas, sí o sí, ya que salvo que sean al comienzo del día, son de las que se enganchan en las piernas, aunque poco a poco y con paciencia, se llega al final de la aldea-pueblo de Almandoz, tocando aún subir algo más, para pasar otra vez por debajo de la autovía, cerca del pueblo y empezando una de las zonas más bellas de toda la etapa, cómo es la llegada a la zona de la Venta de Blas.

La Venta de Blas, es un punto que a nosotros nos hubiera venido de perlas para hacer de final, pero entre que es “algo caro”, y que además está relativamente cerca Lantz, no nos ha llevado a plantearlo como definitivo, sobre todo al ser ahora cuatro.

Llegamos a la Venta de Blas, en mi caso algo justo ya que ha sido todo el día en constante subida y bajada con lluvia, y tras dar dos vueltas al bar, logro que nos abran y nos tomamos unos refrescos que nos vienen de maravilla, así como agua.

Son las 14:45 y llevamos 2h10 desde Elizondo y 6h1 desde que hemos empezado en Urdax, con lo cual se empieza a notar la distancia y el recorrido.

Charlando con la señora, que intenta a toda costa que nos quedemos, nos rectifica lo que pone tanto gronze.com, cómo otras páginas sobre la distancia a Lantz y que es más de 12 kmts, no los 8 ó 10 que en algunos puntos aparece, asimismo nos indica que han partido de allí tres chicas hace unas tres horas que iban hoy al albergue de Lantz, pero que no tendremos suerte ya que el bar-mesón famoso de esa localidad hoy cierra y no habrá para comer ni cenar.

Además para intentar hacerse el “cartel”, nos cuenta que el albergue de Olagüe, está ahora desatendido y sin hospitalera, por lo cual lo tenemos crudo para hoy.

Cuando planificamos esta etapa, para que mañana nos quedarán sólo los 29 para poder llegar a tiempo al tren a Pamplona, ya sabíamos que hoy eran 40-42 kmts pero entre unas y otras cosas, la distancia va en aumento.

De una anterior ocasión, conocía el “paño o percal” de este sitio, y en ningún momento lo pensé como final y ante lo indicado en anteriores párrafos, vosotros valoraréis, pero en mi opinión, es como los señores del albergue en lo alto de San Vicente de la Barquera, “algo evitables”, pero ojo eso es sólo mi opinión, a cualquier otro le pueden parecer maravillosos, pero que preparen la tarjeta.

Continuando con nuestro “etapón”, en ese instante llamamos o mensajeamos a Santi para que nos “pille” sitio, ya  que aparte de las tres peregrinas, creemos que han pasado otras dos personas, con lo cual esperamos llegar y tener plaza.

El tramo siguiente a la salida de la Venta de Blas, es de esos de película, ya que son por terreno con hayas y robles con musgo en los troncos, así como piedras cubiertas con hojas y casi alfombrado hasta el alto de Belate, incluso con una calzada romana, menhires, etc, vamos de lo más impresionante y bonito de todo el Camino del Baztán, sí es que puede significarse algo, ya que todo es precioso, parece terreno de Elfos.

Tras coronar el alto, y viendo abajo a nuestra derecha la autovía, toca un descenso a izquierdas, hasta aparecer en la ermita de Santiago en medio de la nada y dónde hay que poner un especial cuidado para ver una flecha hacía la izquierda, en una zona en bajada, ya que sí no se saldría hacía la autovía andando mucho más.

Haciendo caso de esa flecha, en una especie de muro de piedras, se entra en otra de las zonas que antes era un ir y venir de constantes flechas entre troncos tanto de pie, cómo tirados, pero que ahora, al estar haciendo una entre-saca de árboles muertos y pinos, robles, etc, en la zona, han pasado camiones y han despejado la zona, aunque la tienen hoy embarrada por lo de la lluvia de ayer y hoy.

El caso es que esa parte que la recuerdo con dolor en los pies por tener que ir aparte de muy atento a las flechas, subiendo y bajando troncos, está ahora mejor, ya que es una especie de avenida de unos dos metros de ancha, bajo una gran capa de hayas y robles, por la cual vamos avanzando deprisa y en medio de la cual vemos paradas en unas piedras, dentro de sus capas rojas y azules a las “elfas” o tres peregrinas que nos ha relatado la “avispada” dueña de la Venta de Blas, que están tomándose el día con pausa.

Gloria, que va segura de llegar y comerse los 46 kmts, sobre todo al no llevar la mochila, va tirando del trío, llevándonos a Reyes y a mí en último caso, en fila india, cosa que a la tarde nos comentarán las tres peregrinas, que son profesoras en Pamplona y que alucinaron con mi sobrina que iba “escopetada”.

Después de otros 15 minutos de bajada entre robles, hayas y troncos caídos, por fin aparecemos en la localidad de Lantz, a las 17:15, tras 7h54 para 46 kmts, con dos refrescos, un café, y dos bollos por todo alimento en esa etapa, siendo recibidos por Santi, que nos ha pillado sitios, en el albergue y que nos comenta que desgraciadamente el mesón o restaurante de la localidad, cierra de domingo a media tarde hasta el martes, con lo cual lo vamos a tener crudo para reponer vituallas.

Sin pensar en eso en dicho momento y exultantes por el etapón que acabamos de andar, sobre todo por el perfil y la lluvia que nos ha ido mojando en muchas ocasiones, procedemos a las tareas pertinentes de ducha, lavar, tender, etc, ya que ha parado de llover e incluso a lucir el sol.

A eso de las 18 horas llegan las tres “elfas”, profesoras navarras, de lo más agradables y simpáticas, con las que congeniamos bastante, y además de nosotros están un francés y un peregrino español que va de prepotente y de los cuales nos cuentan cosas las tres chicas, que nos hacen calarlos en seguida.

Media hora más tarde viene la hospitalera, la cual nos ratifica que efectivamente el mesón está cerrado, pero que ella nos puede ayudar y facilitar algunas cosas, con lo cual, la solicitamos nos venda, sí es tan amable, pasta, tomates, latas de atún, unos huevos y en mi caso un filete de pescado que tiene descongelándose que no lleva sal, así como unos sobres de café y leche para el desayuno de mañana.

Agradeciéndole enormemente el gesto, procedemos a prepararlo para cenar, ya que estamos casi en ayunas los tres, no así Santi que aparte de no haber andado, se ha tomado algo más en el día.

Las tres profesoras navarras, se brindan amablemente, ya que van a venir parte de su cuadrilla de Pamplona a buscarlas para ir a cenar, a traernos algo, y nos compran unos bollos y fruta que tomaremos tanto al final de la misma como mañana.

A las 21 horas y tras prepararnos la cena, procedemos a dar buena cuenta de ella, así como a comentar tanto lo acaecido en la etapa, cómo lo que ha vivido Santi por su cuenta.

Cómo último, hay un detalle, que “Murphy” nos hace pasar, y es que en un momento dado Gloria ha dejado su billetera en la sala-cocina, dónde sólo estaban el francés, que ha sido revisor de tren en su vida laboral, como el español prepotente, que está “tirándose el pisto” con él, sobre su trato con embajadores, y ……. le han volado un billete de 50 euros.

Por más que buscamos y rebuscamos, Gloria, tiene la seguridad que ha sido en un momento que se ha dejado la billetera en la cocina, estando ellos dos allí, y que a la vuelta no estaba, cómo la había dejado y que ha tenido que ser alguno de los dos.

Aunque Reyes, con cierta mano izquierda les pregunta, si han podido ver un billete que han perdido, se hacen los locos y a los 2 minutos se van a dormir, con lo que sin tener las pruebas de que hayan sido ellos, al menos un poquito sospechosos, sí que lo parecieron.

A las 22 horas, vuelven las navarras y amablemente nos facilitan lo que nos han comprado, y a los 5 minutos nos acostamos, quedando en ver sí mañana Santi, podrá caminar en su última etapa.

Sobre el recorrido de hoy, indicar que es espectacular, aunque se suele partir y hacer de diferente manera, pero a nosotros por lo del tren de mañana, nos ha cuadrado así, y estamos los tres muy eufóricos, sobre todo Gloria, por la hazaña realizada.

Gloria está en una forma física que tanto Reyes como yo sabíamos que podría con la etapa y perfil, pero el hecho de no llevar la mochila, le ha dado la seguridad para andarla y casi en cabeza, todo el rato, ¡ahhhhh, los años!.¡Santi a entrenar!.

21ª etapa, martes 30 de agosto de 2016, Lantz a Pamplona, 24 kmts en 4h15’ para unos y 30 kmts en 5h30 para otros

4 peregrinos dos recorridos por circunstancias físicas

A las 7 desayunamos tanto lo que nos vendió ayer la amable hospitalera como lo que nos trajeron las “maestrillas navarras” y a las 7:15, haciéndoles algo de “vudú” Gloria a los dos listos del billete, empezamos a andar los cuatro, teniendo presente que hoy hay que aligerar para tratar de llegar al tren que mejor nos viene desde Pamplona a Madrid, que es a las 15:30, que en tres horas llega al “foro” y sí no el siguiente son casi seis horas parando en media España.

Al principio vamos los cuatro en un grupo animado, hasta pasar por Olagüe a 5 kmts de Lantz, siendo después asfalto hasta Leazkue y Etuläin.

A la salida del siguiente pueblo que es Burutain, Santi empieza a quedarse, por lo que me voy para atrás, y veo que el muchacho va cojeando algo, por lo que dándole conversación, le propongo que hagamos el recorrido alternativo que ya había pensado, y es que aparte de tener que llegar con algo de tiempo para comer en Pamplona y llegar sin prisas al tren, ahora el recorrido, recuerdo que era un ir subiendo y bajando, así como entrando en diferentes pueblos por la margen derecha del valle, a la izquierda de la carretera a la que vamos a llegar en breves instantes.

Casi a la entrada de Ostíz, viendo el panorama, y cómo ya lo he andado hace tres años, les propongo a Reyes y Gloria, que sigan las flechas, que van todo el rato a media ladera por la derecha de la carretera, pasando por diferentes pueblos y que en un terreno que les va a castigar algo la rodilla a Santi, con el que yo me iría por la carretera que es ancha, y llana, hasta Arre y Villava, puntos en donde se une al camino francés, y donde incluso podemos pillar bus urbano a Pamplona.

Acordando los cuatro que es lo mejor, sobre todo por las circunstancias de Santi, nos despedimos y poniéndome de liebre le voy dando palique y apoyo al “lesionado” para que no se me venga abajo y aguante lo más posible.

A la entrada del polígono industrial de Oricaria, antes de Arre, no puede más y se tiene que sentar un rato en una isleta con sombra para reponerse de la rodilla así como del cansancio.

A los 10 minutos volvemos a empezar a andar, y unos dos-tres quilómetros algo angustiosos en los que le tengo que llevar “con el gancho”, por fin entramos en Arre y Villava, donde se une con el camino francés, por dónde voy indicándole que vaya contando peregrinos, pero el pobre, ante la presencia “del tío del mazo”, va tan mal, que ni los ve.

A las 4h15 de haber empezado a andar, y tras 24 kmts estamos en la salida de Villava y justo en una parada de bus, le animo a subir a uno, que nos deja por 1,20 euros en menos de 15 minutos en el cogollo de Pamplona, concretamente en la plaza del Castillo, circunstancia de la que les doy cuenta a Reyes y Gloria, para quedar los cuatro para comer, en pleno corazón de la ciudad.

A las 12:15, entramos en la calle Estafeta y a los 10 minutos localizo un restaurante, donde me informan que a las 12:30 nos puede ya dar menús, con lo que les llamo a los dos expedicionarios que vienen andando todo el camino, del punto en donde estamos que es el bar El Mentidero en la calle mercaderes, 15, donde el menú es de 13 euros y en el que aparecen a las 12:50, con una sonrisa de oreja a oreja, porque han venido volados habiendo andado todo.

Felicidades a Gloria y Reyes, porque han hecho otro pleno de un 100%, a la primera que ha intentado el del Baztán, lo han andado entero y tres etapas, poniendo una sonrisa de circunstancias Santi, que no ha recorrido algún tramo, aunque se ha portado como un jabato y ha hecho lo que ha podido.

Muy relajados y contentos porque es muy buena hora y vamos a poder ir con tiempo suficiente a la estación de tren, procedemos a comer el menú, del cual Gloria se pide de primero ensaladilla rusa y a continuación solomillo al queso así como pastel vasco.

Santi, que ha llegado algo justito, pero contento por haber podido andar hoy, toma Queso mozzarella con tomate, pollo asado y pastel vasco, Reyes por su parte pide una ensalada de pimientos, merluza, más brocheta de fruta, mientras que a mí me dan una ensalada estándar y solomillo a la plancha sin sal, más sorbete de limón.

A las 14 horas nos vamos hacía la parte baja de la ciudad y la estación de Adif, llegando a tiempo para poder comprar los billetes que al no haber en turista, son en preferente, pero entre que ellos dos tienen carnet de familia numerosa y que cogemos mesa de cuatro, nos salen por 129 euros, en total.

El tren arranca a las 15:30 y a las 18:35 estamos ya en Madrid-Chamartín, y en mi caso a las 19:20 en mí casa, tras haber acabado este nuevo desafío en dos partes de los caminos de Tours y del Baztán.

Conclusiones Finales y resumen

Bueno si has aguantado hasta aquí leyendo, gracias y pedirte disculpas si te he aburrido, si empiezas aquí debes leer un poquito de la introducción previa y este final.

Aparte de lo narrado en cada apartado, indicar por sí se quiere mirar algo que aparte de las páginas facilitadas al inicio, hay algo más en internet, eso sí la mayoría en francés o alemán.

En la página de gronze.com, hay alguna opinión, y versión más sucinta que ésta de la vía de Tours, desde Orleans, pero no da muchos detalles y aunque intente que me re-dirigieran a la persona que lo había escrito, no fue posible.

Aunque está presente en algunos párrafos o finales de día, subrayo nuevamente que esta Vía de Tours, me ha parecido de momento el Camino en Francia, menos bonito de los que he andado, ya que tanto el Podense, como el del Piamonte-Pirenaico, así como el GR-34 en Bretaña, son recomendables y con puntos muy notables, pero la Voie de Tours, es eminentemente llana, para entrenar en asfalto, andarla con zapatillas, aunque entre arena de playa en las etapas de Las Landas, y con poco relevante.

Imagino que las personas que decidan hacerla desde París, tendrán, bien los que vayan por Chartres u Orleans y Blois, esas como ciudades “grandes” dignas de mención, pero en el resto, sólo sobresalen, en mi opinión, Saint Jean d´Angely, Pons,  Saintes, Poitiers y Bourdeaux.

Sobre la parte final que no andamos, ignoro cómo serán los 60 kmts entre Dax-Arrayade y Garris, pero desde está última a Saint Jean de Pied du Port, al menos encontrarán algunos peregrinos.

En la vía de Tours, según unos y otros con los que pude comentar el tema de la afluencia, nadie llego a indicarme que pasarán más de 200/300 personas al año, pero es algo sin confirmar, por lo que lo dejo en el “aire” y sin corroborar.

Sí os tocará caminar en Francia el puente del 15 de agosto, ojo con el tema de la comida, cena, etc, de ese día.

En lo relativo a la Vía del Baztán, poco más que lo que mucha gente ha indicado en distintos sitios, que es un camino precioso, verde, verde, verde hasta decir basta, que incluso en verano con sol, se va muchas horas en sombra y que haciéndolo en cuatro o cinco etapas, es muy fácil, ya que los desniveles no se acumulan.

Es importante señalar que salvo en Bayona, dónde sale un poco más caro, en todos los albergues de Navarra, en el año 2016, el coste era de 4 euros por dormir y los menús, parecidos a lo que hemos pagado.

Incidir nuevamente en agradecer a las gentes que tan magníficamente nos han tratado, sobre todo a los hospitaleros de Poitiers, Burdeos, Saintes, Saint Sauvant, St.Jean d´Angely, Melle y cómo no a la acogedora familia de Escource que nos abrió las puertas de su casa de par en par y la dueña del bar OH Vilabord de Margaux.

Aunque está plasmado en las diferentes etapas, indicar que aunque está marcado el camino de una forma más o menos aceptable, reiterar que a veces es más práctico seguir las señales del GR, que las de las otras asociaciones, sobre todo en lo relativo a la parte de Le Plan Medoc.

Buen Camino a todos y perdonad por el rollo o los errores.

P/d: en primer lugar ¡suerte con los libros o indicaciones que os den!, en segundo lugar, sí podéis llevar algún sistema de navegación, porque la señalización tendría que ser complementada o completada y por último no recordamos ni Reyes ni yo en los distintos caminos en Francia en la misma época, haber pasado tanto calor, cómo en algunos de los días descritos.