Etapa 5V: Xinzo de Limia - Allariz | Al Loro

Distancia: 
20,5 km
Duración: 
4 h 45 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
4

Si por cualquier motivo no tienes más remedio que transitar, entre Xinzo y Vilariño das Poldras, por la carretera OU-531, extrema más que nunca las precauciones. Se trata de un vial muy peligroso, con tráfico intenso a primera hora de la mañana (ligeros y camiones), y al contar con largas rectas los vehículos suelen acelerar sin prestar mucha atención a ciclistas y peatones. ¡Piénsatelo dos veces, te queremos entero y en Compostela!

De Xinzo a Vilariño por las areneras (señalizada). Es 1,1 km más larga que la ruta histórica, pero la recomendamos sin dudarlo, por lo indicado en el punto anterior. En su tramo final se abre paso entre lo que fueron areneras, donde el milagro de la naturaleza está permitiendo la resurrección del valioso ecosistema, aniquilado al ser desecada la Laguna de Antela.

Aunque resulta evidente que estamos deseando salir de la carretera OU-531, a Vilariño das Poldras se sube por la segunda calle a la derecha, no por la primera.

Si no hemos hecho la compra en Xinzo, disponemos de tiendas en Couso de Limia y Sandiás. A partir de aquí, nada de nada hasta Allariz, a no ser que pasemos por Novaíño (restaurante con menú a 150 metros del camino, a pie de nacional; cierra los martes) o por Piñeira de Arcos (bar-restaurante a 800 metros del camino, a pie de nacional; cierra los lunes).

La etapa es ciclable, y aunque se avance más rápido por las carreteras, nadie debería renunciar a recorrer los tramos boscosos entre Sandiás y Allariz. En cuanto a las variantes, recomendamos que se opte por hacer, también, las alternativas a las carreteras, más largas pero mucho más seguras y atractivas.

Cerca del núcleo, en 1995 fueron encontrados tres miliarios de la Vía XVIII, uno de ellos dedicado al emperador Maximino. Resulta llamativo que tan solo de esta vía se han hallado ¡cerca de 300 miliarios!, una concentración sin parangón en todo el Imperio.

La iglesia de Santo Estevo posee una portada de inconfundible aire manuelino, pues no en vano fue construida por el maestro portugués Bartolomeu de Nosendo (siglo XVI). En el interior acoge un buen retablo manierista de Francisco de Moure (1607).

La salida de Sandiás es un infierno por la N-525: recomendamos una alternativa no señalizada (ver nuestro track), que alarga en 500 metros el camino oficial. Es más lógica y enriquecedora pues: 1. Se recorre el núcleo antiguo de Sandiás (por la Praza da Carreira y la Rúa da Igrexa), 2. Pasamos ante su iglesia manuelina, y 3. Nos aproximamos a la torre medieval al transitar por la aldea de Santa Ana, y todo ello sin soportar el tráfico ni el peligro de la nacional. ¿A qué esperan para balizarla? Ya están tardando.

A la altura de Santa Ana, no debemos seguir el arcén de la N-525 hacia Novaíño y Piñeira de Arcos; hay que tomar un camino boscoso a la izquierda de la carretera. Ambas opciones están señalizadas, pero no hay color.

Es una localidad turística, y en el casco antiguo la oferta de alojamiento es de buena calidad. Los peregrinos contamos con un gran albergue juvenil próximo al casco antiguo; también hay un par de hostales económicos en la N-525, más alejados del centro.

Para un café de tarde, contemplativo o de tertulia, nada mejor que la galería o las terrazas de A Fábrica, en la alameda.

Ocupando una curtiduría rehabilitada, funciona la sucursal de un famoso restaurante tradicional de Santiago, O Fogar do Santiso, con excelente terraza junto al río y precios razonables.

El conjunto histórico alaricano sobresale por su armonía y buen estado de conservación, y cuenta con templos románicos como los de Santiago, en la Praza Maior, y Santa María de Vilanova, que forma un bello conjunto con el vecino puente medieval; sin olvidar el dieciochesco convento de Santa Clara, con su enorme claustro y la Virxe Abrideira de marfil. Actualmente nadie quiere quedarse sin su foto ante el Monumento do Boi, que evoca la fiesta local del mismo nombre, con origen en una leyenda de supuestas injurias que los judíos hacían a la procesión del Corpus.

Molinos y curtidurías, testimonio del aprovechamiento histórico del río Arnoia, fueron rehabilitados para constituir un interesante parque etnográfico. Otros museos locales son los de iconografía sacra, el juguete en Galicia o la moda.

Al borde del río, en un espacio delimitado a tal fin, entre mayo y octubre se desarrolla el Festival Internacional de Jardines. Cada año está dedicado a un tema, y en él participan reputados paisajistas.

Encontramos restaurantes y tabernas de buen nivel, con sus platos centrados en las carnes de calidad, en gran medida con preparaciones tradicionales.

Famosa es la repostería tradicional, con especialidades como los melindres, las almendras de pico, las roscas de yema o la tarta real. En la Rúa Pardo Bazán se suceden las mejores pastelerías: Fina Rei y Luisa, y también la portuguesa Biquinho Doce.