Conviene en esta etapa comenzar por el final, dado que el eremo de San Pietro in Vigneto, atendido por la Confraternita de San Jacopo, con sede en Perugia, es uno de los albergues más icónicos del camino de San Francesco, y por lo tanto cita ineludible para todo peregrino que se precie. Un bello enclave aislado del mundo, con hospitaleros voluntarios, buena acogida, cena comunitaria…, ¡inolvidable! Por lo que atañe al recorrido por las montuosas tierras eugubinas, sentiremos por una parte que estamos en plena montaña, pese a que en ningún momento superaremos los 600 m de altura, y que no paramos de dar rodeos, esto sí es cierto, alrededor del embalse de Valfabbrica. Duros repechos, ausencia de servicios y, a cambio, paisajes sublimes, bosques y una sucesión de solitarios templos.