Etapa 3: Póvoa de Varzim - Marinhas | Al Loro

Distancia: 
24,5 km
Duración: 
6 h
Dificultad: 
2
Paisaje: 
2

Al final del paseo marítimo de Póvoa nuestro camino vuelve a las pasarelas de madera sobre las playas. Como podéis imaginar no las han construido para los peregrinos, sino para encauzar el paso de todos sus usuarios: así se evita el deterioro de las dunas y de su vegetación, que constituyen un ecosistema protegido.

Las señales en este tramo del Camino Portugués de la Costa son pequeños pictogramas, ya sea troquelados sobre placas de acero pre-oxidado, o bien en un material composite muy resistente que combina los colores azul y amarillo. Un diseño sencillo y práctico.

A la entrada de Fão se incorpora a nuestro Camino de la Costa un ramal de enlace que proviene de São Pedro de Rates, localidad que se halla a pie del Camino Portugués Central. Los más puristas defienden que el trazado originario del Camino de la Costa pasaba por São Pedro de Rates

Durante la jornada, tanto en las playas como junto a los campos, seguramente veamos unos montones extraños, parecidos a balas de paja: son sargazos, unas algas gelatinosas de color amarronado que se extraen del mar y se utilizan aquí para el abono de los cultivos.

Hoy nuestro recorrido frente al mar pasa junto a varios molinos de viento, utilizados durante siglos para moler el grano. Las aspas eran varas con velas triangulares –algo diferente a la imagen típica de los molinos de La Mancha– y la cubierta era rotatoria, girando en función de la dirección del viento. Algunos molinos están abandonados, si bien la mayoría han sido reconvertidos en casitas de veraneo.

Veremos tramos de pasarelas donde se permite el paso de bicicletas, pero éstas deben circular despacio y con suma precaución, pues los paseantes tienen preferencia.

Si el tiempo acompaña os recomendamos pasar la tarde en la playa de Cepães, que está a apenas 1 km del albergue de Marinhas, siguiendo la Rua da Praia en dirección contraria a la que llegamos. Un lugar tranquilo y con una excelente terraza a pie de  arena, con sofás, hamacas y música al atardecer.