Es la Etapa Reina del Camino del Salvador y una de las más bellas y orográficamente más complejas de todas las rutas jacobeas: hoy cruzamos el eje axial de la Cordillera Cantábrica. Actualmente la ruta está bien señalizada y no presenta pasos peligrosos; aún así, debemos tomar las precauciones propias de un recorrido solitario de media montaña, y tener en cuenta que el desnivel de subida acumulado alcanza los 875 metros. En invierno, o con malas condiciones meteorológicas, debemos optar por la variante de Villamanín, que transcurre por una cota más baja y siempre cerca de la nacional.