Albergue de peregrinos de Puente Duero - Comentarios

Ha sido el albergue que más me ha gustado, tampoco he tenido la oportunidad de verlos todos de éste camino de Madrid, pero me ha parecido comodísimo. Tiene un patio que es más grande que la casa, con barbacoa y aparcabicis. Y la cama una DELICIA, en la que te entregan una funda para almohada y cama. No tuve la oportunidad de hablar con Arturo salvo por teléfono y me resultó una persona acogedora con ganas de facilitar la asistencia al peregrino. Sí tuve la ocasión de poder departir en el desayuno con Manuel, creo recordar que se llama el secretario del Ayuntamiento, con quien se me pasó el tiempo de lo agradable de la charla. No quiero dejar de citar una anécdota que me ocurrió: tuve un percance con el camarero de un bar y me marché a otro para poder cenar. Al acercarme a un par de bares de las inmediaciones pregunté a una señora si en dichos bares se podría cenar algo y me contestó que no había tapas ni cenas. Me volví al albergue para poder abrir una lata de sardinas que siempre llevo para éste tipo de casos de emergencia. A los 5´de llegar al albergue se para un coche en la puerta y sale la señora a la que había preguntado con anterioridad con una bolsa en la que sobresalía una barra de pan y una botella de vino, dentro había un chorizo y un melón. Se me saltaban las lágrimas, le dije que no debía haberse molestado y le agradecí enormemente el detalle. Al día siguiente hablé con Arturo y le expliqué la anécdota; "así son con el peregrino, aquí lo cuidan, pero es todo el pueblo ¿eh?" me respondió. Huelga decir que salí de Puente Duero más contento, por el trato que se me dispensó, que un cochino en un charco. P.S: el vino y el chorizo estaban DE ESCÁNDALO.