Adiós a José Ignacio Díaz, pilar del renacimiento jacobeo contemporáneo

Esta mañana recibimos la triste noticia del fallecimiento, en el hospital de San Pedro de Logroño, de José Ignacio Díaz (Ausejo, 1954), párroco de la iglesia de Santiago el Real de la ciudad y, desde los años 80, gran valedor de la peregrinación jacobea.

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José Ignacio Díaz, junto al papa Francisco.
José Ignacio Díaz, junto al papa Francisco.

Hemos tenido la fortuna de tratar a esta gran persona y sacerdote, amigo solícito que me casó en 1999 y con quien colaboré en varias iniciativas, entre ellas en la primera Redacción de la revista Peregrino. Coincidí con él por vez primera en el célebre Congreso Internacional del Camino de Santiago celebrado en Jaca (1987), considerado un suceso fundacional de la moderna peregrinación.

En aquel entonces José Ignacio era párroco de Hervías, pueblo próximo al Camino Francés pero no a pie de ruta, pero su interés por la peregrinación compostelana ya era manifiesto, tanto que el mismo año de su llegada a esta sede, procedente de la parroquia de Cirueña, fue nombrado delegado diocesano de La Rioja para el Camino de Santiago. De hecho, había sido uno de los sacerdotes presente en el encuentro de párrocos del Camino de Santiago (1985), convocado en la ciudad del apóstol por el arzobispo Rouco Varela, en el que Elías Valiña fue nombrado comisario del Camino.

Por lo tanto, José Ignacio es miembro de esta generación que sucedió a la de Valiña, que nos dejó en 1989, esforzándose por desarrollar su legado adaptándolo a los nuevos tiempos. En este sentido, al unísono con la incipiente Coordinadora de las Asociaciones de Amigos del Camino, se convirtió en el primer director de la revista Peregrino, heredera del humilde boletín de Valiña.

José Ignacio colaboró en la acogida de peregrinos en el Hospital de la Cofradía del Santo (Santo Domingo de la Calzada), donde recuerdo que le echamos una mano un lejano verano, y desde 1992 actuó como coordinador de los hospitaleros voluntarios, esa institución que tantos beneficios ha proporcionado, y sigue proporcionando, en el campo de la acogida.

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José Ignacio Díaz.
José Ignacio Díaz.

Muchos conoceréis a José Ignacio por uno de sus logros más emblemáticos: la apertura del albergue parroquial de Grañón —pueblo en el que ejerció como rector de 1991 a 2005— en el interior de la iglesia de San Juan Bautista. Fueron aquellos unos tiempos felices en lo personal, en contacto permanente con los peregrinos, y también para los vecinos, que merced a sus iniciativas, entre ellas la restauración y puesta en valor del soberbio retablo mayor renacentista de los Santos Juanes, realzado con un festival de Luz y Sonido, conocieron una reactivación de la vida local.

El José Ignacio implicado en el movimiento jacobeo experimentó un cierto desencanto poco después de haber sido trasladado a su sede definitiva en Logroño. Santiago el Real se presentaba como un perfecto lugar para desarrollar la pastoral con los peregrinos, algo a lo que nunca renunció, e incluso puso en marcha, en las dependencias parroquiales, un austero albergue de acorde con su filosofía de la acogida incondicional y el sistema del donativo. Sin embargo, el hiperactivo párroco de Grañón, que al igual que Valiña recorría constantemente el Camino Francés de cabo a rabo, se recluyó en su destino, con una dimensión más espiritual, participando cada vez en menor medida en los encuentros jacobeos. Pese a que en estos tiempos ya era un personaje clave de la reciente historia del Camino, con frecuencia rehusó hablar o ser entrevistado, evitando cualquier tipo de protagonismo. «Lo hecho, hecho está —me confesó en una ocasión—, que lo valoren los peregrinos».

Durante la inesperada y rápida evolución de su enfermedad, la misma que padeció Elías Valiña (vidas paralelas de principio a fin), José Ignacio ha dado muestras de una gran entereza humana sustentada en la fe, tranquilizando en todo momento a los desolados amigos que lo visitaban.

Quien desee dar un último adiós a José Ignacio y el pésame a su familia, en el tanatorio Mémora de Logroño podrá hacerlo el miércoles 5 de julio de 10:00 a 14:00. El funeral tendrá lugar, de cuerpo presente, en la iglesia de Santiago el Real, de la que fue párroco, a las 18:00, y el entierro en el camposanto de Ausejo, su pueblo, a las 20:00.

Descanse en paz quien tanto trabajó por los peregrinos, y que su memoria permanezca, con sincero agradecimiento, entre todos nosotros. ¡Gracias, José Ignacio, y que Santiago te acoja!

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador