Etapa 30: Portomarín - Palas de Rei | Al Loro

Distancia: 
24,8 km
Duración: 
5 h 45 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
3

El camino sigue hoy la misma pauta de ayer, avanzando por zonas rurales y cruzando pequeñas aldeas. Aunque los desniveles son moderados en general, en la primera mitad de la etapa ascendemos de los 350 a los 725 metros de altitud.

Los peregrinos que pernoctaron en Gonzar pueden hoy alcanzar Melide. En cambio, la etapa de Portomarín a Melide, de 39,2 km, es excesiva para el común de los mortales.

Gonzar, a casi 8 km de Portomarín, es la primera localidad intermedia con servicios de restauración (a la entrada, en la Hostería). Luego, buena parte de las aldeas por las que pasamos tienen, al menos, un bar.

A la salida de Castromaior, a 500 m del camino, podemos visitar un castro —habitado desde el s. IV a.C. hasta el I d.C.— de uno de los mayores asentamientos galaicos de la Edad del Hierro en el noroeste peninsular. A pie de camino se ha construido un singular Centro de Interpretación, una caja de hormigón, sin puertas ni ventanas y con iluminación cenital, al que preveemos mal futuro.

A la salida de Portos, a 200 metros de la aldea, tenemos la posibilidad de tomar un desvío a la derecha para visitar el interesante monasterio de Vilar de Donas (2,3 km fuera del camino). Perteneció a la Orden de Santiago. Un vecino tiene las llaves y hace de guía.

Cuenta con dos albergues de la Xunta, además de los privados. Uno de ellos (Os Chacotes) está a pie de camino 1 km antes de Palas; en temporada alta es el último en llenarse.

En la localidad hay unos cuantos locales de racións destacables, la Pulpería a Nosa Terra y la Pulpería Casa Camino, entre otras.

Empezamos a adentrarnos en territorio de queso. El queso Arzúa-Ulloa se elabora en algunas poblaciones de esta jornada y la siguiente; es un queso de pasta blanda de leche de vaca, de sabor suave. Lo podremos llevar en la mochila o degustar en ensaladas y postres, especialmente con membrillo.