Relato del Camino Jacobeo del Ebro
Presentamos a continuación un detallado relato del peregrino Luis Bona, basado en su peregrinación por el Camino Jacobeo del Ebro en mayo del 2000.
Prólogo
En general, todos los trayectos procedentes de Levante y asomados al valle del Ebro, se consideran rutas tardías, pues la dominación árabe en estas regiones impedía el tránsito de peregrinos por estos lares, que serían utilizables a partir de mediados del siglo XII, tras la conquista de Zaragoza en 1118, Barbastro en 1148, Lérida y Tortosa en 1149 y la de Valencia, en tiempo de Jaime I “El Conquistador”.
Sabemos no obstante que las cambiantes relaciones entre los reinos cristianos y musulmanes permitirían el paso, mediante los oportunos salvoconductos de ciertas comitivas, pero este procedimiento estaba vedado a las masas.
El escritor árabe Massudi en su obra “Praderas de Oro” señala, según apunta Luciano Huidobro Serna, que desde antiguo era la vía que seguían etíopes, nubios y sirios para dirigirse a Compostela. Obviamente habrá que presumir que otros pueblos asomados al Mediterráneo transitarían igualmente por esta ruta.
Con el tiempo y para la protección de los peregrinos se crean en diversos lugares de este recorrido las Juntas o Hermandades, que hubo en lugares como Bujaraloz; Zaragoza y Mallén.
En la temprana fecha de 1068 Ramón Berenguer II en los ”Utsages” declara que:
... los caminos son del Príncipe, que los pone bajo la paz y tregua todos los días y todas las noches, para que los viandantes puedan ir y venir seguros y tranquilos con sus cosas, libres de todo temor.
(“securi et quieti et sine ullo pavore”).
Se conservan en el Archivo Histórico de la Corona de Aragón numerosos documentos concediendo salvoconducto a favor de ingleses, flamencos, alemanes y húngaros. Madame Viellard publicó un trabajo “Peregrinos de España a final de la Edad Media”, en el que recoge un pormenorizado estudio de los salvoconductos concedidos por la Cancillería Real de la Corona de Aragón (entre 1379 y 1422), en su mayoría para gente de condición noble y personas con influencia social.
Camino Jacobeo del Ebro
Desde la desembocadura del Ebro, en la proximidad de las importantes plazas de San Carlos de la Rápita (Principal punto de salida de este itinerario, aunque mi relato se inicie en El Muntell de Las Verges), Amposta y Tortosa, penetraba esta vía en territorio aragonés tras dejar atrás las localidades de Xerta, Gandesa y Batea, y ya en Aragón seguía a Fabara, Caspe, Chiprana y Escatrón. Continuaba el peregrino por Sástago, Alborge, Alforque y Velilla de Ebro, la antigua Julia Victrix, o Lèpida Celsa, colonia romana establecida en el 44 aC. Luego de rebasar Gelsa el camino conduce a Quinto de Ebro, Fuentes de Ebro, El Burgo, La Cartuja y Zaragoza donde el peregrino encontraba toda clase de provisiones y numerosos albergues.
La antigua Cesaraugusta, incorporaba al Camino del Ebro a los peregrinos que procedentes de la Vía Tolosana se dirigían a visitar el Pilar siguiendo el curso del Gállego (itinerario 32 de Antonino) y a los que procedían de Montserrat. Zaragoza, confluencia de caminos, era punto de larga parada para el peregrino que confortaba su espíritu en la basílica mariana, antiguo templo de Santa María, que según estima Labaña, “fue el primer templo construido en el mundo después de la muerte de Cristo”. Las visitas a Santa María del Pilar parecen estar documentadas a partir de 1299, año del que puede proceder un salvoconducto expedido por los Jurados de la ciudad de Zaragoza.
Saliendo de Zaragoza el peregrino se dirigía por Monzalbarba, Utebo, Casetas, y La Josoya a, Alagón, villa del rey, la antigua mansio romana “Alabona”, que tuvo dos hospitales, documentándose el paso de peregrinos e incluso algún fallecimiento. Seguían luego por Figueruelas a Pedrola, solar del duque de Villahermosa que acogió durante algún tiempo a Cervantes (probablemente en esta estancia idearía lo relativo a la Insula Barataria). Después de rebasar Gallur se entraba en Mallén, plaza templaria y luego sanjuanista que tuvo un gran hospital y dos albergues, siendo el último pueblo del territorio aragonés. A continuación llegaban a Tudela, importante hito en territorio navarro, y abandonando el antiguo reino se penetraba en Rioja, y por Alfaro y Calahorra, el peregrino arribaba a Logroño donde el Camino Jacobeo del Ebro se fusiona con el Camino Francés.
Otro antiguo Camino del Ebro, principalmente tras la conquista de Zaragoza por Alfonso I “El Batallador”, y sobre todo a partir de la de Mallorca por Jaime I, es el que se seguiría por vía fluvial que tuvo en Fayón, Mequinenza, Caspe, Chiprana, Monasterio de Rueda, Velilla y Zaragoza sus principales paradas. Remontando el río con sus chalanas, a remo y raramente a vela, continuarían hasta Tudela y quizá a Vareia, el antiguo puerto romano a las afueras de Logroño, viendo su paso localidades como Utebo donde se construyó su famoso “hospitalico”. De la singladura de esta vía, que comercialmente tuvo importancia, arruinada ya a principio del siglo XX, sólo queda un vago recuerdo.
1ª ETAPA: EL MUNTELL DE LES VERGES - TORTOSA, 28 km
Iniciamos este recorrido en un emblemático lugar próximo a la desembocadura del Ebro, entre la Isla de Buda, la Urbanización Riumar y el puerto de donde parten los catamaranes que realizan el descenso turístico del Ebro hasta su desembocadura en el Mediterráneo. En una duna que se eleva apenas cuatro metros sobre el nivel del Ebro se colocaron cuatro pedestales graníticos de unos dos metros de altura, rematados por cuatro vírgenes: El Pilar; La Cinta; Montserrat y La Fontcalda. Lamentablemente el sitio, muy cuidado al principio, ha sufrido el vandalismo incívico de cierta gente y hoy solo una de ellas es visible, otra la han decapitado y las dos restantes han sido robadas.
Caminando un corto trecho por una buena pista, aguas arriba del río, salimos enseguida a una carretera y cruzándola, en giro a la izquierda, tomamos una senda por la orilla del Canal del Ebro, continuando aguas arriba hasta llegar a
DELTEBRE
Situado a escasos 12 km de la desembocadura del Ebro, el pueblo apenas cuenta dos siglos de antigüedad.
El sector agrícola, grandes extensiones de arrozales, y una amplia oferta turística son la base de su economía.
A la llegada a la villa se gira a la izquierda para tomar la calle del Trinquet que nos lleva hasta el muelle de La Cava donde un trasbordador que cruza el Ebro nos sitúa a las afueras de
SANT JAUME D’ENVEJA
Situado a orillas del Ebro, en pleno Delta, cuenta con más de 3000 habitantes incluyendo los municipios menores de Balada y Els Muntells.
Terrenos pantanosos e inhóspitos donde comenzaron a instalarse en época medieval algunas pobres barracas cuyos propietarios vivían de la explotación de las salinas, poca agricultura y algo de ganadería. Hacia 1860 se construye el canal de la derecha del Ebro que permitirá el asentamiento humano, la desecación de las salinas y el cultivo del arroz, muy extendido por el Delta.
Hoy día la actividad agrícola, y el turismo que oferta bonitos recorridos por la zona, son el sustento de la población.
La parroquial, de moderna fábrica, se consagra a Santiago.
Continuamos camino y luego de bordear la entidad menor de Balada llegaremos a
AMPOSTA
La ciudad cuenta con unos 15000 habitantes y basa su economía en los sectores agrícola y turístico.
En el casco antiguo se conservan restos de una construcción medieval edificada sobre un asentamiento ibé- rico, que corresponde al castillo levantado por los musulmanes en el siglo X y que tras la reconquista por Ramón Berenguer IV fue donado a los sanjuanistas naciendo así la Castellanía de Amposta.
El símbolo de la ciudad lo constituye el puente colgante sobre el Ebro. Construido a principios del pasado siglo por el ingeniero Eugenio Ribera, se eleva sobre dos torres de 24 m de altura, y tiene una longitud de 138 metros. Se inauguró en 1921 en plena dictadura de Primo de Rivera. Bombardeado durante la Guerra Civil, se reconstruye totalmente en el trienio 1939-41 y sufre una nueva restauración al final de los años 50.
Interesantes son también las visitas al Mercado Municipal, edificado en el solar de una antigua fábrica de jabón, con magníficas vidrieras, y el Museo de Montsiá.
Salimos de Amposta, recuperamos el cauce del canal derecho del Ebro y en apenas 4 km pasamos junto a la Torre de la Carrova, bella atalaya gótica edificada en el siglo XIV desde donde se vigilaba el tráfico por el río. Continuamos caminando por la caja del canal sin entrar en la localidad de VINALLOP hasta llegar a
TORTOSA
Bella ciudad del Bajo Ebro, capital de la taifa mora de su nombre en la “Marca Superior” y cuya conquista por parte cristiana se demora hasta 1149 debido a sus buenas defensas, recia muralla y castilletes por doquier que rodeaban la ciudad haciéndola casi infranqueable.
Importante centro agrícola comercial e industrial.
Probable fundación ibera en territorio de los ilercavones, los romanos la denominan “Dertosa” Antiquísima sede obispal, posiblemente desde el siglo IV, conserva interesantes vestigios de su pasado histórico como la Catedral Basílica de fábrica gótica, edificada sobre el primitivo solar románico y cuya construcción duró varios siglos. El 21 de Mayo de 1347, el obispo Arnau de Llordat, en un ceremonioso acto, colocaba la primera piedra, y en tardía fecha de 1597 era consagrada por el obispo de Morella Gaspar de Montes. Los obispos de la catedral tienen la prerrogativa de usar el sólido bermell (al igual que los cardenales), por concesión del papa Adriano VI que fue obispo de esta diócesis entre 1516-1522.
Junto al edificio catedralicio se encuentra el Palacio Obispal, edificado sobre los restos del antiguo puerto romano. Es obra de los siglos XIV-XVI y cuenta con un maravilloso patio de estilo gótico catalán.
Otro edificio religioso de probada antigüedad es el Convento de Santa Clara que inicialmente fue fundación templaria, pasando a poder de la Orden Clarisa a finales del siglo XII. Destruido durante la guerra franquista, fue reconstruido en los años 50 del pasado siglo.
De la arquitectura civil destaca sobre todo la impresionante fortaleza de “La Suda” alcazaba levantada en el siglo X por Abderramán III sobre la acrópolis romana, que fue luego palacio real con Jaime I “El Conquistador”. Hoy día totalmente restaurado el entorno, se ha convertido en Parador Nacional.
Insigne conjunto de edificios forman la Iglesia de S. Doménech y los Reales Colegios, en cuyo maravilloso patio renacentista podemos admirar la labra del friso de la primera planta donde están representados condes y reyes con sus esposas, desde Ramón Berenguer IV a Felipe IV.
No podemos abandonar Tortosa sin recorrer su aljama judía, quizá la más importante del País.
Luciano Huidobro en Las Peregrinaciones Jacobeas (Tomo I, pág. 530-Nota 49) habla de un camino que desde Tarragona seguía la antigua Via Augusta y por el collado de Balaguer y Perelló llegaba a la vieja Dertosa.
Cerca de Perelló el actual pueblo de Hospitalet debe su nombre al hospital cuya construcción inició la reina Blanca en 1310 y finalizó en 1342 el infante D. Pedro, conde de Prades, razón por la que el pueblo añadió el apellido “del Infante”. Este hospital dependió de Santas Creus, luego de los Hospitalarios, y volvió a su primitiva propiedad en 1343.
Continúa relatando que Tortosa contaba a fines del s. XIII con iglesia dedicada a Santiago (tras su demolición una de nueva planta la sustituye hoy día) en recuerdo de su supuesta predicación, como en otros tantos lugares.
La ciudad conserva el Portal del Romeu por donde los peregrinos entraban a la urbe. Decora su interior con una imagen de Santiago Peregrino y frente a ella otra de S. Crisóbal, adosadas a los muros. Junto a S. Cristóbal en un pequeño templete se representa a la Virgen de La Cinta, patrona de la ciudad.
Apunta también el citado escritor algún ejemplo de los cantos peregrinos de estas latitudes, los “Goigs”, y por su belleza transcribo uno de ellos:
¡O Galicia fortunada.¡O sepulcre venturós
de las reliquias sagradas d’est Apóstol gloriós!
¡Quánt ditxosa es Compostela de tenir tan richs tresor¡
Als devot qui vos reclamen concedíulos tot favor
Allí presurosos venen a tropas los pelegrins
per visitarlas emprenen llargs y difficils camins.
En tota llengua se canten d’est tant gran Sant las llahors;
Als devots qui vos reclamen concedíulos tot favor.
(Cipriano M. Baraut, monje de Montserrat)
2ª ETAPA: TORTOSA – GANDESA, 31 km
Abandonamos Tortosa tras el periplo turístico y saliendo por el Barrio de Jesús recuperamos nuevamente el canal del Ebro siguiendo camino por la pista de servicio pasando al poco por las inmediaciones de Aldover donde los cultivos abandonan el arrozal para dar paso a huertas de frutales donde son abundantes los naranjos, llegando enseguida a
XERTA
De posible origen ibero-romano se la identifica con la ilercavona Osikerda.
Con el dominio árabe se crean numerosas canalizaciones para aprovechamiento de las aguas del Ebro y las procedentes de las montañas circundantes, y a este respecto se conserva un documento por el que en 1398 Pedro “El Ceremonioso” falla a favor de Xerta un pleito que mantenía con Pauls.
La base de la economía de sus más de 2000 habitantes es la agricultura, con amplias zona de secano destinadas al olivo, y naranjo y mandarina en regadío.
A principio del siglo XX se instalaban en la plaza hasta cinco fábricas de turrón y chocolates, que tras la Guerra Civil resultaron arruinadas, sobreviviendo sólo una que a la postre cerraría sus puertas años más tarde.
La Parroquial de los siglos XVI-XVII se consagra a La Asunción y otro pequeño oratorio se dedica a S. Zenón.
De la arquitectura civil se conservan dos casonas de final del s. XVIII; Casa Pau, y Coromines.
Después de la breve visita seguimos avanzando por la orilla del canal hasta llegar al azud del Ebro, de donde parten dos canales, a derecha e izquierda, cuyas aguas constituyen la principal riqueza del Delta. Llegados a este punto hemos de abandonar la compañía del Ebro para ascender a la carretera, cruzarla y continuar por la vía verde, trazado del antiguo ferrocarril de la Val de Zafán, que desde La Puebla de Hijar llegaba hasta Tortosa y cuyo desmantelamiento se produjo a finales de 1973.
Después de algunos años abandonado se ha recuperado felizmente, engravillando y compactando su trazado y dotando de electricidad a los varios túneles que horadan la montaña (hoy día carecen de luz puesto que el vandalismo incontrolado ha arrasado la instalación eléctrica). Nuestro caminar, tras rebasar varios túneles, en un recorrido muy agradable nos aproxima hasta el cauce del río Canaletas y siguiendo su curso montaña arriba descubriremos un precioso paraje,
LA FONTCALDA
El nombre del lugar se debe a la existencia de una antiquísima fuente, “Font dels Xorros”, en un estrecho congosto a la izquierda del curso del río Canaletas cuyas aguas minero-medicinales brotan a temperatura de 30º.
En este lugar se instaló en el siglo XIV una comunidad trinitaria que por lo aislado del lugar no tuvo continuidad. Con posterioridad, en 1753 se edificó una iglesia dedicada a La Mare de Deu que durante la Guera Civil sufrió serios desperfectos.
El lugar cuenta con una zona de merenderos, hostal y bar-restaurante, para servicio del numeroso turismo que lo visita.
Dejamos atrás este paradisíaco lugar ascendiendo por un tramo de escaleras que salvan la angostura y casi medio kilómetro adelante bajamos al cauce del río para tomar luego una senda a la derecha que entre formidable montaña asciende hasta el conocido “Bordón de la Peregrina”, formación rocosa que asemeja a un bordón, y luego pasamos por un área recreativa, La Fonteta, a escasos dos km de Gandesa a donde llegamos en bajada a,
GANDESA
El incierto pasado de la villa de casi 3000 habitantes puede tener su origen en el poblado ibero de “El Coll del Moro” situado sobre un cerro a la salida de la población, donde durante la Guera Civil Franco instaló su Estado Mayor en la Batalla del Ebro.
No obstante las primeras referencias históricas documentadas provienen de 1153 cuando Ramón Berenguer IV dona el castillo y su territorio a la Orden del Temple, y con posterioridad, en 1192 se le otorga Carta de Población.
En el siglo XIV toda la zona pertenecía a la Orden Hospitalaria de la Castellanía de Amposta.
En 1319 Jaime I se desposa aquí con la infanta castellana Dª Leonor, pero el matrimonio no llega a consumarse por lo que el hecho se conoce como “La Farsa de Gandesa”.
Durante la contienda franquista sufrió los rigores de la guerra en el frente del Ebro, y hoy día un museo se destina a rememorar aquellos luctuosos días.
La Iglesia de la que quedan vestigios románicos se consagra a Santa María con buena portada del siglo XIII.
De los edificios civiles visitaremos la plaza porticada; casa de los Barones de Purroy; Casa de la villa, siglo XV; Museo de la Batalla del Ebro, y la modernista cooperativa obra de César Martinelli, discípulo de Gaudí.
3ª ETAPA: GANDESA – FABARA, 29 km
Salimos de Gandesa cruzando un pequeño túnel por debajo de la carretera de Batea continuando por la derecha nuestro camino en dirección a unas naves industriales. Un trecho adelante, entre una pinada dejaremos por nuestra derecha el camino que se dirige a Villalba des Arcs, continuando recto para cruzar al poco entre viñedos y atravesar otra zona de pinar, encontrando luego a nuestra derecha una granja, y poco más adelante unas naves industriales y tras haber caminado unos 12 km por buena pista habremos llegado a
BATEA
De antiguo origen, la villa enclavada en la comarca catalana de “Terra Alta” se supone era la antigua población ilercavona Adeba. En su proximidad se identifican dos yacimientos arqueológicos de los siglos VIII y VII aC: Torre Madrina y Tozal del Moro.
Plaza rayana con Aragón, en buena parte de su recorrido el curso del río Algars sirve de frontera.
Tras la Reconquista la plaza pasa a propiedad de los templarios de Miravet por un documento de donación realizado por Ramón Berenguer IV. Con la desaparición del Temple, a partir de 1317 la villa será predio sanjuanista dependiente de la Castellanía de Amposta.
El devenir de la villa está marcado por continuos conflictos y en el siglo XV los seguidores de Juan II la incendian; en el XVII en el conflicto de “els Segadors” el marques de Hinojosa la toma al asalto y la saquea. Durante el reinado de Carlos IV todos los bienes de la bailía de Miravet y la Castellanía de Amposta pasan a propiedad de la Corona, y finalmente durante las Guerras Carlistas se reanudan los días de terror en la plaza.
De su bien conservado patrimonio destaca la parroquial de S. Miguel, neoclásica del siglo XVIII; la arquería de la Plaza de Cataluña o el Arco de la calle de los caballeros.
Abandonamos la bella localidad por la parte baja saliendo a una zona de granjas y luego seguimos por la carretera de Nonaspe hasta encontrar a nuestra izquierda un crucero, donde tomaremos el camino que arranca en este punto, remontando un cerro y por ligeros toboganes avistaremos luego una granja a nuestra derecha.
Sin llegar a su altura, giraremos a izquierda elevándonos suavemente a una meseta cruzando entre campos de cereal, viñedo y pinar hasta llegar en largo paseo a un panel indicador, lugar a partir del cual comenzamos una prolongada bajada por una barranquera que nos conduce al río Algars, frontera natural con Aragón. Cruzamos el río, ascendemos el alto y divisamos ya nuestra meta de hoy,
FABARA
Villa bimilenaria a orillas del Matarraña que a lo largo de la Edad Media fue posesión de la Encomienda de Alcañiz, logrando siglos después su total independencia, y en 1834, después del Ordenamiento Provincial se constituye como Ayuntamiento.
Hoy la pueblan unos 1300 vecinos que dedican su tiempo principalmente a la agricultura y algo de ganadería, sin que en modo alguno esté ausente el sector servicios.
La calle Mayor y la Casa Consistorial, junto con la parroquial de S. Miguel y el mausoleo romano son sus principales monumentos.
4ª ETAPA: FABARA – CHIPRANA, 30 km
Salimos de Fabara cruzando el puente sobre el Río Matarraña y girando a derecha nos encaminamos hacia el precioso mausoleo romano de Lucio Aemilio Lupo (siglo II), para retroceder luego unos pasos y tomar a la derecha una pista que sigue el antiguo camino de Caspe, y en ligero ascenso nos internamos en un altiplano de la sierra del mismo nombre. Un largo camino nos lleva a descender por un barranco hasta el valle cruzando seguidamente el río Guadalope girando seguidamente a la derecha, ascendiendo después a otra meseta y en un paseo de algo más de una hora, con alguna huella visible de calzada romana, llegaremos a,
CASPE
La Ciudad del Compromiso se halla muy vinculada a la peregrinación jacobea pues no en balde presume de ser la patria chica de S. Indalecio, uno de los siete varones apostólicos que acompañó a Santiago de regreso a Palestina tras su predicación en España.
Capital de su comarca, cuenta unos 8.000 habitantes, y la bañan los ríos Guadalope y Ebro, que a las afueras de la villa se represa formando el llamado Mar de Aragón cuyas aguas permiten el desarrollo de extensos regadíos dedicados fundamentalmente al cultivo del melocotón. En secano abunda el olivo y almendro.
De su pasado romano se conserva el Mausoleo de Miralpeix reedificado piedra a piedra para salvarlo de las aguas del pantano.
En 1169 Alonso II “El Casto” (no confundir con el asturiano de igual nombre y apelativo) aporta Caspe a la Corona Aragonesa, siendo posteriormente predio de la Orden Hospitalaria que lo mantuvo en su poder hasta la Desamortización de Mendizábal de 1835.
En Caspe tuvieron lugar las interminables jornadas de las que surgió el conocido ”Compromiso de Caspe” por el que Aragoneses, Catalanes y Valencianos designan en 1412 a Fernando de Antequera como rey de Aragón al haber fallecido sin descendencia Martín I.
Su oferta suntuaria se remite a la románica Ermita de Sta. María de Horta, la de S. Indalecio y la Colegiata de Santa María que custodia el conocido Cáliz del Compromiso. Junto a la colegiata se encuentran los restos del castillo medieval que fue sede de los compromisarios.
Abandonamos la villa caspolina cruzando la vía férrea, bordeamos el Mar de Aragón y luego de cruzar el arroyo Regallo, enseguida llegamos a
CHIPRANA
El camino que seguimos deja la villa al fondo de un altozano y si no es preciso no tenemos que entrar en el casco urbano cuya población de unos 400 habitantes se dedica a menesteres agrícolas con extenso regadío donde el cultivo principal es el del melocotón.
En su entorno se encuentran las lagunas endorreicas de “Las Saladas”. Formando parte de la Ermita de la Consolación se puede ver una arquería perteneciente a un mausoleo romano. La parroquial se dedica a S. Juan Bautista.
5ª ETAPA: CHIPRANA - MONASTERIO DE RUEDA, 22 km
Nos alejamos de Chiprana siguiendo la carretera que lleva a Escatrón dejando a nuestra izquierda las Lagunas de Las Saladas. Estamos atravesando una zona de suaves colinas, Las Lomas de San Marcos, que nos separan del Ebro, y por un monótono y rectilíneo camino con algún que otro tobogán llegaremos tras haber caminado unos 20 km a,
ESCATRON
Junto a la desembocadura del río Martín se han realizado importantes excavaciones arqueológicas que han sacado a la luz vestigios de vida humana anteriores al siglo III aC, y se documenta igualmente un importante asentamiento romano con puerto fluvial.
Sus regadíos eran ya aprovechados por los árabes que construyeron azudes y norias para regar sus huertas.
Salimos de la villa y cruzamos el Ebro para llegar al Monasterio de Rueda, importante cenobio nacido de la donación de Alfonso II al Cister de la villa y castillo de Escatrón, iniciándose enseguida la construcción del majestuoso monasterio, cuya fábrica no se concluirá hasta 1225, en tiempo del abad cisterciense Martín de Nogarol, consagrándose su iglesia en 1238, y acabando la construcción del conjunto en el siglo XIV merced al mecenazgo de D. Pedro Fernández de Híjar.
Las donaciones de Jaime I acrecientan considerablemente su patrimonio que mantendrá con apoyos reales, siendo significativo el de Pedro IV “El Ceremonioso”, y los de los papas Clemente VI e Inocencio IV.
Las epidemias pestíferas del siglo XIV, hambrunas, bandidaje, y sobre todo la guerra de los dos Pedros y la rivalidad de las familias Luna e Hijar, junto con la expulsión de los moriscos (Las 23 villas de Alborge, Codo y Lagata quedaron prácticamente desiertas) supusieron la ruina del cenobio, que en virtud de nuevas cartas de población para las descolonizadas villas moriscas, logra su recuperación, sobreviviendo hasta la invasión francesa.
José Bonaparte I ordena la exclaustración, y finalmente la Desamortización de Mendizábal supondrá el cierre definitivo del monasterio.
6ª ETAPA: MONASTERIO DE RUEDA - QUINTO DE EBRO, 25 Km
Salimos del Monasterio por una senda que en breve trecho atraviesa la carretera de Bujaraloz, y cruzándola, enseguida hacemos un giro a la izquierda volviendo a otra calzada por la que nos dirigimos luego de cruzar el Ebro hacia Sástago, cuya vista junto con los impresionantes meandros del río se domina desde un amplio y elevado mirador.
Desde aquí podemos seguir la carretera que por la izquierda baja a la villa, o girar a derecha por el altiplano para visitar la ermita de Nuestra Señora de Montler, y continuar después por una senda, luego camino, que desciende hasta la orilla del río y desemboca en la carretera para cruzar el Ebro, bajo la Torre del Tambor y entrar en la población de
SÁSTAGO
Población de 1600 habitantes dedicados fundamentalmente a la agricultura donde los cultivos principales son el melocotón, otros frutales, almendro y olivo.
Después de la reconquista por Alfonso I “El Batallador” en 1133, la tenencia de la plaza es entregada a uno de sus más nobles caballeros, Artal de Alagón, y un siglo después Jaime I entrega villa y castillo a Blasco de Alagón, convirtiéndose esta noble familia en Condes de Sástago a partir de 1511, por concesión de Fernando “El Católico”.
Su discurrir histórico está marcado por los numerosos pleitos que mantuvo con el Monasterio de Rueda al punto de tener que intervenir los monarcas para sancionar sus diferencias.
Con abundante población morisca, a partir de la expulsión de estos se resiente notablemente la pujanza de la villa.
Una pequeña industria artesana, reminiscencia de la actividad morisca, dedicada a la fabricación de objetos de nácar, principalmente navajas, complementa la actividad.
En su entorno se sitúan importantes canteras de Alabastro, próspera industria en épocas anteriores y hoy venida a menos.
La parroquial barroca se dedica a Nuestra Señora del Pilar.
A la salida de Sástago volvemos a cruzar el Ebro por otro puente, y por la margen izquierda, en un recorrido carretero llegaremos enseguida a
ALBORGE
Villa a orillas del Ebro que pueblan unos 130 habitantes dedicados fundamentalmente a la agricultura y algo de ganadería.
Lugar de población morisca dependiente del Monasterio de Rueda y en la que también tuvo posesiones la casa condal de Sástago.
En 1366 se produce un primer amojonamiento de la villa y posteriormente en 1745 el definitivo, mediante convenio entre el abad de Rueda y el Conde de Sástago. Inicialmente, en 1165, el rey D. Alonso había cedido el lugar a los monjes de Salz.
La parroquial de S. Lorenzo es barroca del siglo XVII.
Por un documento de 1681 el Monasterio de Rueda se comprometió a la construcción de un molino de aceite, con la obligación del vecindario de moler sus olivas allí bajo pena de incurrir en graves multas de hacerlo en otro lugar. El edificio pervive en la actualidad dedicado a usos lúdicos.
Salimos de Alborge por la parte alta de la villa y seguimos la carretera, despreciando el ramal que se dirige a CINCO OLIVAS y en un casi imperceptible altozano encontramos las ruinas de un castillo árabe, que junto con el más lejano, El Fortín, de la otra orilla del río vigilaban el tráfico fluvial. En este punto nos encontramos ya a la entrada de
ALFORQUE
Encaramado en un farallón sobre el Ebro, su población es de unos 100 habitantes que se ocupan en la agricultura.
La parroquial, gótico del XVI con profunda restauración a partir de la Guerra Civil que la asoló, se dedica a S. Pedro y en sus muros exteriores quedan grabadas tres fechas en las que el río Ebro, a su paso por la localidad, se heló: Enero de 1654, 1698 y 1894.
Al otro lado del río, en un altozano dominando el Ebro, se halla el castillo edificado durante la guerra carlista conocido como El Fortín.
Desde la iglesia descendemos una ladera para tomar un buen camino que por la margen del río y atravesando toda la huerta, en unos 6 km nos lleva a
VELILLA DE EBRO
En un cabezo a la entrada de la localidad se encuentran las ruinas de la próspera colonia romana Victrix Julia, o Lépida Celsa, fundada en el año 44 aC, cuya estrella comenzó a languidecer con el nacimiento y desarrollo de Cesaraugusta, abandonándola sus habitantes en tiempo de Nerón.
En 1118 Alfonso recupera la villa de los musulmanes entregándola a su caballero gascón Auger. La propiedad pasó mas tarde a la familia Torrellas y luego a los Luna; Funes de Quinto; Villalpando y marquesado de Osera.
Hoy cuenta con 300 habitantes.
La parroquial se dedica a Nª Sª de la Asunción, mudéjar del siglo XVII, y también es de ese siglo la ermita de S. Nicolás, que domina la villa desde un altozano desde donde apreciaremos excelentes vistas del valle.
La campana de la ermita tiene una curiosa historia:
“Se dice que procedente del mar remontó las aguas del Ebro sin que los intentos de rescatarla culminaran, pues cada vez que iban a echarle mano se sumergía reapareciendo aguas arriba, hasta que llegó a Velilla, donde se dejó atrapar.
Instalada en el campanario de una antigua ermita tañía sola anunciando alguna tragedia, como la invasión sarracena, el martirio de S. Pedro Arbués, la muerte de Fernando “El Católico”, o la de algún abad de Rueda”
Partimos de la villa por terreno muy llano siguiendo la huerta y ribera del Ebro para llegar en un agradable paseo de una hora a
GELSA
Villa fundada por los árabes, hoy cuenta con más de 1.000 habitantes dedicados a la agricultura. Tras el dominio musulmán, se incorpora a la Corona hasta que Pedro II la enajena, siendo propiedad de varios señoríos, incorporándose definitivamente al Condado de Sástago.
Parroquial de S. Pedro, siglo XVII; ermita de Nª Sª del Buen Suceso, del XVIII, y Ayuntamiento, son sus edificios más notables.
Atravesamos la población de Norte a Sur y tras cruzar el Ebro salimos a la carretera Zaragoza-Castellón para llegar inmediatamente a
QUINTO DE EBRO
Villa bien equipada que en la que viven más de 2000 personas.
De probable origen medieval y ciertamente romano (quinto miliario de la vía Cesaraugusta-Celsa) se constituye en villa a finales del siglo XVIII y ayuntamiento en el XIX después de que, tras la Reconquista, hacia 1118, fuese propiedad de diversos Señores, como Atorella Ortiz; Artal y Lope de Luna a cuya familia perteneció largo tiempo; Funes; Villalpando, barones de Quinto; Atarés...
Felipe V le otorga el título de “Leal Villa” por la adhesión a su causa en contra del archiduque Carlos.
Durante la Guerra Franquista ve asolado su caserío y particularmente su iglesia mudéjar de la Asunción “El Trinquete” que cerrada al culto y en lastimoso estado tuvo una mínima reconstrucción a mediados del pasado siglo, en tanto se construía la nueva parroquia. Afortunadamente su estructura se ha consolidado recientemente con una buena restauración.
El Portal de S. Roque, de origen medieval, era la entrada a la villa por Levante y otros portales, los arcos de S. Miguel y S. Antón cerraban la plaza.
7ª ETAPA: QUINTO DE EBRO - ZARAGOZA, 43 km
Salimos de Quinto cruzando la línea férrea que junto con la carretera acompañará nuestro caminar, por la izquierda, hasta Zaragoza, quedando el río algo más separado a nuestra derecha. Después de rebasar un viejo molino pasaremos junto a la ermita de Nª Sª de Bonastre, cuya visita nos obliga a traspasar nuevamente vía férrea y carretera.
La leyenda de esta ermita cuenta la aparición de la virgen a un pastorcillo mientras cuidaba su ganado en un lugar próximo, a quien entrega una talla suya en madera. Este comunica el hecho a los vecinos de Pina, de donde era natural, decidiendo llevar la imagen a su parroquia. Al otro día vieron con asombro que la Virgen había desaparecido, volviendo al lugar de la entrega, por lo que los de Pina avisaron a los de Quinto, que interpretando que el sitio era el deseado por la Virgen para su veneración, levantaron esta ermita.
Dejamos la ermita, retomamos el camino y tras andar unos 8 km por la llanura y después de cruzar nuevamente la vía férrea llegamos a
FUENTES DE EBRO
Pueblo de unos 3500 habitantes dedicados a la agricultura, sobresaliendo el cultivo de la famosa cebolla dulce que lleva el nombre de la localidad. Olivo, cereal y productos de la huerta complementan la oferta.
En su proximidad se encuentran los restos de un poblado ibero y el yacimiento romano de La Corona.
La parroquial de S. Miguel es un bello ejemplar mudéjar del siglo XVI.
La fachada renacentista de la casa-palacio de los Condes de Fuentes cuyo fundador fue Juan Fernández de Heredia; los restos del antiguo convento de los PP. Mínimos y la ermita de Santa Bárbara son sus monumentos mas representativos.
A la salida de la localidad cruzamos una vez mas ferrocarril y carretera para tomar un camino de tierra que bordea una acequia siguiendo recto entre las casas de Aladrén donde la acequia gira hasta su nacimiento en la cercana Presa de Pina. Pasamos luego junto a las instalaciones de la papelera Saica, a nuestra izquierda, y a la misma mano, más adelante, la urbanización de la Virgen de la Columna y la ermita para llegar a
EL BURGO DE EBRO
Pueblo de unos 2000 habitantes dependiente de la cercana Zaragoza de la que fue barrio. Su caserío se orienta a lo largo y ambos lados de la carretera Zaragoza-Castellón.
Aparte de la agricultura buena parte del vecindario trabaja en la vecina Zaragoza e industrias de los alrededores.
Tuvo importante población morisca hasta que el Decreto de Expulsión de 1610 despobló el lugar.
Una antigua iglesia mudéjar desaparecida se dedicaba a S. Pedro y en su lugar se levantó otra de moderna planta.
En las inmediaciones se halla el yacimiento La Cabañeta del que se ha recuperado cerámica ibérica y variedad de monedas.
Los romanos se instalaron en la zona hacia la segunda mitad del siglo II.
Dejamos atrás la villa siguiendo por un camino muy llano llevando siempre a nuestra izquierda por compañeros a carretera y vía férrea y unos 7 km llegaremos a
LA CARTUJA BAJA
Población nacida en el entorno de la Cartuja de La Concepción. Hoy cuenta con 2000 vecinos.
La Orden Cartuja se instala en este lugar merced a Alonso de Funes y su esposa Jerónima Zaporta iniciándose las obras en 1651, dilatando su construcción hasta el primer tercio del siglo XVII. En 1731 se consagra su iglesia, decorada con frescos de Bayeu. Sufrió serios destrozos durante la Guerra de la Independencia, y tras el Trienio Liberal, 1820-3 hubo de rehabilitarse el monasterio, consagrando nuevamente la iglesia en 1827.
Desde aquí, estamos en los arrabales de Zaragoza, no tenemos más remedio que continuar por el asfalto, en un tramo peligroso, sorteando las obras de los cinturones de ronda de la urbe, haciendo la entrada por el antiguo cementerio, cruzar la vía férrea por un puente y seguir por la avenida Miguel Servet hasta la intersección con el tercer cinturón, donde podemos girar a derecha para continuar por él bajando a la ribera del Ebro por el Puente de Las Fuentes y por la orilla del río seguir hasta El Pilar; o bien, continuar por Miguel Servet, Coso y calle Alfonso para llegar al templo.
ZARAGOZA
Industriosa ciudad de unos 700.000 habitantes asentada a las orillas del Ebro y en la desembocadura de los ríos Gallego y Huerva.
El primitivo solar, precursor de la moderna ciudad, fue de la ibera Salduie y con la llegada de los romanos Augusto funda en el año 14 aC Caesaraugusta poblándola con veteranos licenciados de las legiones IV, VI y X. Su privilegiada situación en el centro del valle del Ebro la convirtió en la capital de su convento jurídico y su rápido crecimiento eclipsó la estrella de Celsa hasta el punto de acarrear su desaparición.
No fue menor la importancia de la urbe en época visigótica y mas aún durante la dominación árabe en la que Zaragoza se convierte en la capital de la Marca Superior, y frecuentemente sus dirigentes actuarán como verdaderos reyezuelos al margen de los designios de Córdoba, para finalmente constituirse en Taifa independiente.
De su pasado romano son visibles el Teatro; Puerto; Termas y Muralla romana.
De tiempo visigodo es el sarcófago paleocristiano de La Asunción que se conserva en la iglesia de Santa Engracia.
Del dominio musulmán se perviven paños de muralla; Torreón de La Zuda y Palacio Real de La Aljafería, siglo XI.
En tiempos medievales, tras la conquista de la ciudad en 1118 por Alfonso I “El Batallador”, Zaragoza se convertirá en la capital del reino. En esta época que centra nuestro peregrinaje, afirma Méndez Silva, que la urbe tenía 15.000 vecinos y contaba con “14 parroquias, 23 conventos de frailes y 13 de monjas”.
Si importante era la vida espiritual no menos significativo era lo corporal, y aquí el viajero hallaba reposo para su cansado cuerpo en las muchas posadas y hospitales de la ciudad.
Después de la conquista de la ciudad por Alfonso I, la Aljafería fue durante algún tiempo albergue de peregrinos.
Durante los siglos XII, XIII y XIV no se encuentran indicios de hospitales generales en la plaza pero cada parroquia debía tener el suyo.
En el siglo XV se funda por Alfonso V el de Nuestra Señora de Gracia, donde encontraba acogida todo el que la solicitaba: pobres, peregrinos, enfermos, locos, niños, etc, de cualquier nacionalidad o creencia (Ana I. Falcón “Aragón en la Edad Media”).
El Archivo Histórico Nacional conserva memoria de que, todavía en 1723 había en Zaragoza un hospital de la Cofradía de Nuestra Señora de la Concepción, sito en la Plaza del Carmen, destinado a peregrinos.
De tiempo inmemorial se cuenta el Monasterio de las Santas Masas, levantado por el obispo Máximo (592-619) en memoria de Engracia y sus compañeros mártires de la persecución de Diocleciano (304).
Verdadera universidad, cuna del saber en tiempos visigodos, de su claustro surgieron importantes figuras como los obispos cesaraugustanos Juan, Frunimiano, Máximo, Braulio, Tajón, o el metropolitano Eugenio de Toledo. El abad Paterno, en el siglo XI, se entrega con la comunidad al obispado de Huesca con el que mantuvo frecuentes diferencias.
El cenobio se encontraba casi derruido en tiempo de Juan II, que, para intentar su recuperación, lo dona a la orden Jerónima. Fernando el Católico y Carlos V lo restauran, construyendo la iglesia plateresca. Una mina, en 1808, acabó con las dependencias conventuales.
El Hospital de San Salvador, fundado en 1152, dio servicio a los peregrinos hasta el siglo XV.
El de Santa María del Pilar atendía a los que visitaban El Pilar (Ricardo del Arco. “Estudios de la Corona de Aragón en la Edad Media”)
El de Santa Marta, próximo a La Seo, fundado por el médico zaragozano Guillermo de Fuert en1315, tenía doce camas para peregrinos.
Santa María del Portillo hospedó desde el siglo XV a pobres y peregrinos.
Si en tiempo pasado la ciudad tuvo gran número de hospitales y albergues, hoy el peregrino no encontrará ninguno, debiendo alojarse en pensiones, fondas u hoteles.
El recorrido por la ciudad ha de incluir necesariamente una visita a sus monumentos más representativos:
El Pilar, edificado sobre el antiguo templo románico dedicado a Santa María.
La Seo: Alfonso I, tras la conquista de Zaragoza ordena levantar el templo románico del Salvador que fruto de sucesivas ampliaciones verá sustituida su fábrica por la actual traza gótico-mudéjar y barroca.
Lonja, situada entre la Seo y El Pilar, es un bello edificio de finales del siglo XV.
Arco del Deán.
Restos del puerto y muralla romana y medieval.
Iglesias de S. Pablo; La Magdalena y S. Miguel, con bellas torres mudéjares. Santa Isabel de Portugal; Santa Engracia...
Torreón de La Zuda y Castillo-palacio de La Aljafería.
Puerta del Carmen.
Deambulando por el casco histórico iremos descubriendo interesantes caserones y palacios de bellas fachadas y sorprendentes aleros. En el moderno edificio de Ibercaja se encuentra el fabuloso Patio de La Infanta.
8ª ETAPA: ZARAGOZA – ALAGÓN, 25 km
Desde la Plaza del Pilar tomamos la ribera del Ebro y pegados al río salvamos sin cruzarlo el Puente de La Almozara continuando recto por un parque a la orilla del río siguiendo de frente hasta un meandro en el que encontraremos la elevadora de aguas del Ebro y el complejo deportivo. Subimos a la carretera, bordeamos el complejo en sentido Norte-Oeste continuando por una pista asfaltada que pasa dos veces sobre las autopistas y una tercera bajo ellas y sigue en derechura a Monzalbarba, haciendo la entrada por la ermita de La Sagrada.
MONZALBARBA
Barrio de Zaragoza desde 1201 situado aguas arriba del Ebro en medio de una fértil huerta, tiene cerca de 2000 habitantes que se ocupan en la agricultura e industrias de los polígonos vecinos.
Parece ser que el asentamiento de la población parte de una antigua villa romana de la calzada Cesaraugusta-Allabona.
Moros de tribus bereberes pueblan en el siglo X “Manzil-al-Barbar” de donde deriva el nombre de la población. Alfonso I “El Batallador” la recupera en 1118 a la vez que Zaragoza.
A la entrada del camino encontramos la ermita de La Sagrada, de inicios del siglo XVII y un grupo de casas de finales de ese mismo siglo.
La parroquial conserva de su primitiva fábrica del siglo XVI una capilla y la torre mudéjar.
Del mismo siglo se intercala en el caserío alguna casona.
Entre la villa y el barrio de Juslibol, al otro lado del Ebro, hay un humedal conocido como Galachos de Juslibol.
El camino cruza longitudinalmente el barrio por la Avda. de La Sagrada, Este-Oeste, hasta la salida de la población, y a la vista del campo de fútbol giramos a izquierda por una senda y después de rebasar dos casas de campo habremos llegado a
UTEBO
Ayuntamiento situado en la margen derecha del Ebro, a unos 9 km de Zaragoza. Tiene una población de unos 15.000 habitantes que mayoritariamente cubren puestos en la industria instalada en los polígonos que rodean la población. La agricultura, aun teniendo rica y amplia huerta, ocupa un lugar secundario.
El nombre de la población deriva de “Octavus”, por corresponder su ubicación con el octavo miliario de la calzada romana Cesaraugusta-Cascantun en la vía Narbona-León.
De su lejano pasado existe poca documentación y a partir de la Edad Media parece ser que la localidad contaba con alguna infanzonía, dependiendo siempre de la capital Zaragoza, hasta que en 1906 se declara municipio independiente.
Durante la invasión napoleónica la plaza quedó totalmente desierta, iniciando su repoblación unas décadas después.
Su patrimonio artístico cuenta con casas nobles de los siglos XVI-XVII, pero lo mas importante es la parroquial dedicada a La Asunción cuya torre mudéjar, siglo XVI, es una maravilla. Edificada por Alonso de Leznes, no verá acabada su fábrica hasta 1544 según reza una inscripción que se conserva.
Hubo en la villa un hospital de peregrinos conocido como el “Hospitalico” donde eran atendidos peregrinos en tránsito, tanto los que iban a pie como los que por medio fluvial remontaban en chalanas el Ebro.
Continuamos nuestro caminar por buena pista y en menos de media hora llegaremos a
CASETAS
Barrio de Zaragoza de la que dista 13 Km. Población superior a las 10.000 almas ocupados fundamentalmente en industrias de polígonos del entorno. Agricultura y ganadería son sectores secundarios.
Fue señorío de los Ximénez-Cerdán y luego propiedad de los duques de Villahermosa; Marqueses de Coscujuela; Condes de Fuentes, y duques de Solferino sobre cuya capilla se construyó la actual iglesia.
El camino pasa por la parte norte de la localidad sin adentrarse en el casco urbano, saliendo enseguida a campo abierto y en otra media hora, tras cruzar la autopista llegaremos a un coqueto parquecito a la entrada de
SOBRADIEL
Pueblo de unos 700 habitantes dedicados a la agricultura actividad que comparte con el trabajo en industrias de polígonos próximos.
Antiguo señorío que Ramón Berenguer IV dona a su vasallo Artal de Alagón en 1140, luego fue posesión de ilustres familias; Cerdán; Cavero... hasta que en 1945 los vecinos adquieren las tierras de su término.
La parroquial de Santiago es barroca del siglo XVII.
La Casa Consistorial se asienta en el antiguo palacio de los Condes de Sobradiel, solar del primitivo castillo.
Conserva también una atalaya.
En 1582 una gran riada del Ebro asoló totalmente el lugar.
Cruzamos la villa y salimos nuevamente al campo continuando en derechura los 3 km que nos separan de
TORRES DE BERRELLEN
El nombre de la villa tiene su origen en la agrupación de diversas casas de campo “torres” que los vecinos de El Castellar, a partir del siglo XII, comenzaron a levantar en la margen derecha del Ebro en la huerta denominada “Berrellén” para poder atender mejor sus posesiones de la otra ribera del río.
A la postre la villa matriz fundada por Sancho Ramírez, que llegó a contar con 6000 habitantes a finales del siglo XV y tan importante papel había representado en la conquista de Zaragoza, con el correr de los tiempos y tras algún enfrentamiento con la urbe acabó en despoblado en 1570 trasladándose sus habitantes a la pujante aldea de Torres.
Del lugar no resta hoy mas que algunos paños del castillo levantado sobre un farallón que se asoma al Ebro. Durante el conflicto matrimonial surgido entre los esposos Alfonso I “El Batallador” y Dª Urraca, los muros de este castillo fueron prisión, en 1111, de la castellana, hasta que favorecida por un noble aragonés logro evadirse.
Torres fue señorío y baronía hasta su extinción por decreto de las Cortes de Cádiz en 1812 época en la que el título recaía en los condes de Villahermosa que no obstante conservaron sus propiedades en la zona hasta que en 1969 fueron compradas por los vecinos de la villa.
Hijos ilustres de Torres fueron Juan Pablo Bonet y el general Mayandía.
La parroquial de S. Andrés del siglo XVI conserva una techumbre mudéjar de madera y bóveda de crucería estrellada. La torre es también del siglo XVI.
Se sale del pueblo y en menos de una hora de camino cruzaremos el río Jalón, próximo a su desembocadura en el Ebro, salvando nuevamente la autovía y un trecho adelante la vía férrea, para llegar a las derruidas instalaciones de la Azucarera y penetrar en
ALAGÓN
Se identifica la población con la ibérica Alaun, luego mansio romana Alabona situada en la calzada Astúrica-Cesaraugusta.
Los árabes se instalan en el 714 y Alfonso “El Batallador” reconquista la plaza en 1119 sin que ello acarrease la huida de la población musulmana que al igual que la judía pervivió durante siglos.
Población agrícola que desde tiempo inmemorial tuvo un sistema de regadío como lo prueba el conocido “Bronce de Contrebia” del año 87 aC. que recoge el pleito entre los vecinos de Alaun y Salduie por la construcción de una acequia, La Almozara, que subsiste hoy día. Tuvo una industria azucarera cuya desaparición acarreó pérdida de población, felizmente recuperada tras la instalación en su proximidad de una importante industria automovilística, la Opel.
En la parte alta de la villa encontraremos la ermita de Nuestra Señora del Castillo y la parroquial de S. Pedro que conserva en su campanario el alminar de la antigua mezquita árabe.
9ª ETAPA: ALAGÓN - GALLUR, 23 km
Salimos de Alagón al nudo carretero que forma la que se dirige a Remolinos y la autovía, cruzando sobre ella y el ferrocarril para continuar por la fachada de una gran nave industrial y por buen camino en poco mas de una hora llegaremos a
CABAÑAS DE EBRO
Pequeña población que baña el Ebro cuyos ancestros hay que buscarlos en los alrededores, donde se encuentran los restos de un poblado ibero-romano “Yacimiento Camino de los Moros”.
Tras la Reconquista tuvo diversas tenencias siendo la más reciente la de los Señores de Quinto.
Perteneció en el siglo XIII al Meridiano de Zaragoza; sobrecullida y vereda de Tarazona en el XV y XVII y corregimiento de Borja hasta 1833 siendo posteriormente ayuntamiento independiente.
Con importante población morisca, el decreto de expulsión significó el abandono de la villa de más de 200 vecinos, causando un enorme retroceso al pueblo. Aquí residió la heroína de los Sitios de Zaragoza Casta Alvarez.
La población de unos 600 vecinos es eminentemente agrícola aunque muchos de ellos comparten, como ocurre en otros pueblos de la zona, sus tareas agrícolas con el trabajo en Opel, instalada en la vecina Figueruelas.
La parroquial, barroca, se consagra a S. Ildefonso.
Para continuar el camino se cruza el pueblo pasando junto al depósito de agua y saliendo a la orilla del río por los diques de contención, unos 4,5 km adelante, tras pasar al lado de una piscifactoría se llega a
ALCALA DE EBRO
Pequeña población de unos 300 habitantes conquistada por Alfonso I “El Batallador” en 1118.
Tras sucesivas tenencias de su castillo devino la propiedad de la villa a la casa Luna; Pedro de Quesada y duques de Villahermosa, hasta que revirtió a favor de los pobladores. En 1833 se constituyó en municipio.
Junto al pueblo, frente a un meandro del Ebro se encuentra una isla que se identifica con La Insula Barataria cuyo gobierno encomienda D. Quijote a su escudero Sancho Panza, al que vemos en una escultura de bronce, asomado al río en actitud contemplativa.
Miguel de Cervantes tuvo conocimiento de esta zona y queda reflejado en su obra cumbre mientras fue huésped del palacio de los condes de Villahermosa, en Pedrola.
La parroquial de fabrica de ladrillo, del siglo XVII, se dedica a la Santísima Trinidad.
Abandonamos la localidad saliendo a la ribera del río que se irá apartando de nuestra ruta en los 4 km que nos separan de Luceni por camino totalmente llano.
LUCENI
El pasado del pueblo se remonta a la época romana, de cuyo tiempo se conservan abundantes monedas, al igual que de la posterior época visigoda.
Cae en poder de los musulmanes hasta que en 1110 fue reconquistado por Alfonso I “El Batallador”. La villa estuvo en posesión de nobles familias; Luna; Guillem de Alcalá; Fadrique de Aragón, a quien Alfonso V confisca todas sus posesiones por no aceptar los resultados del Compromiso de Caspe; luego es objeto de diferentes ventas hasta recalar en el siglo XVII en la casa condal de Fuenclara que será su propietaria hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX, constituyéndose en fechas posteriores en ayuntamiento independiente.
Buena parte de su vecindario, mas de 1000 comparte sus faenas agrícolas con el trabajo en la industria, principalmente en Opel, instalada a pocos kilómetros en la vecina Figueruelas y que ha venido a paliar la pérdida de puestos de trabajo que supuso el desmantelamiento de la azucarera.
La parroquial del siglo XIII se consagra a la Purificación de Nuestra Señora, con un retablo polícromo figurando la Presentación del Niño Jesús en el Templo.
En la plaza mayor hay una fuente de ocho caños.
Nos alejamos de la población saliendo por delante de la azucarera y siguiendo por buena calzada, con algún ligero accidente en unos 9 km llegaremos, tras cruzar la carretera Soria-Sangüesa, a
GALLUR
En los alrededores existieron poblamientos prehistóricos pero es con la dominación romana cuando surge la vida en la villa, derivando su nombre de Pagus Gallorum, al ser sus habitantes de procedencia gala.
Los musulmanes ocupan prontamente la zona y edifican un castillo, actual emplazamiento de la parroquial. Con la conquista del valle del Ebro son expulsados y repoblada la comarca con mozárabes andaluces.
Dependiente de la Encomienda de Mallén, fue priorato Hospitalario.
Plaza fronteriza con el Reino de Navarra, era importante lugar de tránsito, estableciéndose en la localidad las aduanas encargadas de los peajes.
De su patrimonio destaca la parroquial de S. Pedro, neoclásica del siglo XVIII; la casa del general Ortega, edificio renacentista del siglo XVII, y el Puente de las Arcadas por el que la carretera a Sangüesa cruza el Ebro.
La villa, tras la pérdida de población por el cierre de la azucarera, se ha recuperado y cuenta hoy con unos 4000 habitantes.
En la estación de ferrocarril se ha habilitado un albergue donde el peregrino puede pernoctar.
10ª ETAPA: GALLUR - TUDELA, 34 km
Desde la iglesia de Gallur en el casco viejo, se cruza la villa hacia occidente saliendo a una corona y descendiendo por buena pista entre la fértil vega y la caja del Canal Imperial de Aragón continuamos avanzando por terreno muy llano que en unos 8 km nos llevan hasta una harinera y en ese punto cruzamos el canal para cambiar de orilla y seguir en perpendicular a la vecina
MALLEN
La antigua “Belsinon” ibérica se localiza en el Cerro del Conveto, junto a la desembocadura del río Huecha, a casi un kilómetro del emplazamiento de la villa actual, siendo luego en época romana “Balsione”.
Alfonso I “El Batallador” conquista la plaza en 1119 entregándola a los Hospitalarios que en 1144, gobernados por el prior de Cataluña y Aragón Guillem Balmes, se asientan en su castillo.
En 1209 la plaza acoge a los monarcas Pedro II de Aragón y Sancho VIII, reunión en la que resuelven sus reclamaciones evitando la confrontación.
Felipe V le concede el título de “Muy Noble y Leal Villa” por la defensa de su causa durante las guerras carlistas.
Tomada por los franceses en 1808 se instaló una guarnición francesa en su castillo que acabó siendo destruido en 1813.
La villa perteneciente a la comarca Campo de Borja está poblada por unos 3000 habitantes que cultivan rica huerta regada por el Canal de Lodosa que rinde sus aguas aquí y por el río Huecha que desemboca en el Ebro. Cuenta con manufactura conservera, cooperativa vinícola, tejería y algo de industria.
Su patrimonio histórico lo componen:
La parroquial de Nuestra Señora de los Angeles es del siglo XIII con remodelaciones hasta el XVIII.
Tiene una ermita barroca del siglo XVII dedicada a Nuestra Señora del Puy de Francia.
Palacios renacentistas son los de Las Navas y Zapata y del siglo XIX el de Frontines.
Partimos de Mallén, último pueblo de este camino en Aragón y por carretera cubrimos algo mas de 2 km que nos separan del primer pueblo navarro
CORTES DE NAVARRA
Antiquísima villa de origen romano, puerta de entrada al antiguo Reino de Navarra. Tras la reconquista de la plaza en 1119 por Alfonso I “El Batallador” la entregó a Rotrou de Alperche.
Todavía a mediados del siglo XIV la población musulmana casi doblaba a la cristiana. Hoy la pueblan 3200 vecinos.
Por cesión de Carlos III “El Noble” a su hijo Godofre se crea el Condado de Cortes, hasta que a la muerte de su padre, el aragonés Juan II se la arrebata al príncipe, y con posterioridad será propiedad de los condes de Villahermosa, cuyo palacio aún se mantiene en pie.
Eclesiásticamente perteneció al obispado de Zaragoza hasta mediados del pasado siglo, y contó con ermitas, hoy desaparecidas, bajo advocación de Sta. Engracia, S. Miguel y Sta. Ana.
Del pasado peregrino de la villa se recoge que la reina Blanca de Navarra, camino del Pilar de Zaragoza, regaló al pueblo una imagen de la Virgen.
La parroquial se dedica a S. Miguel, siendo de fábrica gótico-renacentista.
Salimos de la villa para encontrarnos enseguida con la vía de servicio del Canal Imperial de Aragón y a lo largo de unos 10 monótonos kilómetros vamos dejando a derecha e izquierda de la ruta varios pueblos hasta llegar a Ribaforada donde salvando el canal por un puente penetramos enseguida en la población para tomarnos un merecido descanso.
RIBAFORADA
Villa reconquistada tardíamente por Teobaldo II de “Champagne” en 1274. Plaza templaria, con la extinción de la Orden sus bienes fueron donados por el francés Luis Hutin a los Hospitalarios.
Cuenta con 3500 habitantes.
La parroquial de S. Blas es del siglo XII, y otra iglesia se consagra a S. Bartolomé.
Proseguimos nuestro camino volviendo otra vez a la compañía del Canal y en unos 5 km nos hallaremos en su nacedero
EL BOCAL
Gil de Morlanes, en 1528 construyó una presa para remansar las aguas del Ebro y ser aprovechadas para regadíos. Ramón de Pignatelli elevó el nivel de las aguas con la construcción de una nueva presa que alumbraría el Canal Imperial de Aragón, en cuya obra participaron cientos de obreros por lo que fue necesario construir edificaciones para acoger tanto a obreros cuanto Oficinas, almacenes etc.
Presa, palacio de Carlos V, restaurante y un parque es lo que encontraremos en este lugar.
El camino salvaba la presa por las dependencias y compuertas, giraba a izquierda y cruzaba un puente sobre el canal de desagüe, volviendo hacia el Oeste para, tras atravesar la finca El Carrizal, después de caminar una hora entrar en Tudela por la Puerta de Zaragoza. Hoy este camino está vedado al peregrino pues hay una prohibición para cruzar las esclusas, por lo que, si hemos decidido visitar las instalaciones, 1,5 km hasta la presa, deberemos volver sobre nuestros pasos y a la salida girar a derecha salvando un puente sobre el canal continuando por carretera hasta la finca El Carrizal y de ahí a Tudela.
TUDELA
Industriosa ciudad de la Ribera Baja de Navarra poblada por más de 30.000 almas.
Fundada en año 802 por Amrus Ibn Yusuf-al-Muwalad, por mandato de Al-Hakan I, los árabes la convierten en una de las ciudades mas importantes de la “Marca Superior”.
La importante familia de los Banu-Qasi, descendientes del visigodo conde Casio dominaron la plaza durante largo tiempo y uno de sus descendientes tuvo tan gran poder que llegó a ser considerado el tercer rey de España.
Tras la conquista en 1119 por Alfonso “El Batallador” que la incorpora a la Corona Aragonesa, convivieron en la urbe durante más de 400 años cristianos, musulmanes y una importante judería instalada al sureste de la ciudad, a la orilla del río Queiles, donde levantaron hasta tres sinagogas. En 1170 Sancho VI “El Sabio” decreta su traslado al nuevo emplazamiento bajo los muros del castillo.
La expulsión de los judíos en 1498, más de 3000 abandonaron Tudela, y los decretos de expulsión de los moriscos de 1516 y 1610 ocasionaron un serio retroceso en el desarrollo de la urbe.
Sancho VI “El Sabio” a fines del siglo XII ordena levantar la catedral que verá concluir su fábrica gótica flamígera en tiempo de otro Sancho, VII “El Fuerte”. La portada del Juicio Final y su maravilloso claustro, al que se accede por el anejo Palacio Decanal, hoy Museo, son obras de incomparable belleza.
La iglesia de La Magdalena edificada sobre el solar de un anterior templo mozárabe es románica del siglo XII.
La de S. Nicolás que conserva un ábside románico sirvió de sepulcro a Sancho “El Fuerte”, antes de su definitivo traslado a su actual ubicación en Roncesvalles.
Otros templos se dedican a S. Pedro; S. Julián, o Santa María de las Dueñas, monasterio de monjas cistercienses.
La ciudad contó con antiguos hospitales, como el de San Lázaro, edificado en 1192, o Santa Eulalia que ya existía en 1195. El Hospital Viejo se edifica en el siglo XV, y el de Nuestra Señora de Gracia, perteneciente a la Orden de Alcántara en 1551. El de la Cofradía de Santiago sucumbió al ver disminuidos sus ingresos y donaciones haciendo imposible su sostenimiento.
La ciudad musulmana levantó su castillo en el Cerro de Santa Bárbara hacia finales del siglo IX, del que quedan exiguos restos.
Palacios como los renacentistas del marqués de San Adrián; Casa del Almirante; Marqués de Huarte, y el Decanal, ocupado por el Museo Provincial, son monumentos que no debemos dejar de visitar.
Hay albergue de peregrinos.
11ª ETAPA: TUDELA - ALFARO, 21 km
Abandonamos Tudela saliendo de la ciudad por la carretera que va a Castejón, que al cabo de 7/8 km se convierte en buena pista de tierra, terreno muy llano pues la única cota que se salva es un paso elevado sobre el ferrocarril situado hacia la mitad del recorrido, cruzando unos 4 km después bajo la autopista de Pamplona, y 2,5 km adelante llegaremos a
CASTEJON
Tras la reconquista, Alfonso I “El Batallador” pone la plaza bajo la jurisdicción de Tudela hasta que en 1453 se convierte en predio de los sanjuanistas.
De su pasado histórico conserva el Palacio de los Vizcondes, y nada queda de su castillo ni de un antiguo hospital de peregrinos.
La parroquial de S. Francisco Javier tiene un bello retablo manierista del siglo XVI.
Interesante es también girar una visita al Museo del Ferrocarril.
Hoy día la pueblan 3500 vecinos.
Salimos del pueblo junto a la estación de ferrocarril y enseguida pisaremos tierra riojana, pues la distancia entre Castejón y Alfaro es tan solo de 4 km.
ALFARO
Alfaro se autodenomina la Ciudad de las Cigüeñas, y a su llegada el peregrino entenderá por qué.
Gracurris (la ciudad de Tiberio Sempronio Graco) fundación romana en la confluencia de los ríos Ebro y Alhama, sobre el primitivo castro celta de Ilurcis, cuenta hoy con unos 10.000 habitantes ocupados en los sectores industrial y agrícola.
Con el dominio musulmán la villa, a la que siglos después Felipe IV concede el título de ciudad, resulta arrasada.
Alfonso I “El Batallador” la reconquista y reconstruye su muralla.
La parte monumental de la ciudad es obra en ladrillo, del siglo XVII, Convento de S. Francisco;Colegiata de S. Miguel; Nuestra Señora del Burgo y Convento de la Inmaculada.
La ermita del Pilar, siglo XVI, que el peregrino encuentra a la salida de la villa, ha sufrido fuerte remodelación en el pasado siglo.
Palacio Abacial, siglo XVIII y Palacio Saenz de Heredia del XIX completan la oferta turística de la plaza.
Hay albergue de peregrinos.
12ª ETAPA: ALFARO – CALAHORRA, 24 km
Salimos de la Ciudad de las Cigüeñas por la carretera de Logroño, y rebasado el polígono industrial cruzamos calzada y línea férrea que acompañará nuestro caminar, por pista de tierra, durante 10 km, hasta llegar a
RINCÓN DE SOTO
Sus 3500 habitantes viven de la extensa agricultura de su término. Población relativamente joven, hasta el siglo XVI era una aldea de Calahorra y es a partir de 1670 cuando Carlos II la convierte en villa de realengo.
Entramos en la villa, pasamos por delante de la parroquial que alberga una capilla dedicada a Santiago y tras haber cruzado todo el pueblo, siguiendo la flecha amarilla, saldremos del lugar retomando una pista que entre extensos regadíos y luego de cruzar una gran acequia del Canal de Lodosa, siempre con la vista puesta en su catedral, nos sitúa en Calahorra, luego de cruzar la vía férrea.
CALAHORRA
La antigua población celtíbera de Kalakoricos es conquistada por Roma hacia el año 187 aC pasando a denominarse Calagurris Julia Nassica importante ciudad del valle medio del Ebro.
Patria de Marco Flavio Quintiliano, el emperador Vespasiano funda aquí una escuela retórica cuya dirección encomienda a Quintiliano, y Domiciano le confía la educación de sus sobrinos. Otra notable figura de la antigüedad es Prudencio autor del Peristóphanon cuyos himnos se dedican a la exaltación de Sta. Engracia y los 18 mártires cesaraugustanos y los locales Emeterio y Celedonio patronos de la ciudad.
Tras el dominio árabe Garcia III “el de Nájera” conquista definitivamente la plaza en el año 1045 y verá alternar su posesión por navarros, aragoneses y castellanos.
Enrique II “Trastámara” es proclamado rey, en 1366, en esta ciudad.
Sus connotaciones jacobeas vienen de antiguo pues no en balde Ramiro I de Asturias instaura en la catedral de Santa María el conocido Voto de Santiago.
Sede obispal desde finales del siglo IV, en el lugar donde fueron ajusticiados Emerio y Celedonio se levantó una primera capilla que ampliada posteriormente y arrasada por los árabes, dio paso a la construcción románico-gótica que ha llegado a nuestros días.
Junto a la catedral se alza el Palacio Episcopal, obra de los siglos XVI-XVIII.
La iglesia de S. Andrés y el Convento de Carmelitas se construyen el el siglo XVI y la titular de Santiago es del XVII-XVIII.
Del siglo XVI es también el Humilladero sito junto al Convento del Carmen, por donde transitaban los peregrinos de la ruta del Ebro.
Desde la parte baja de la urbe, donde se encuentra la catedral, seguiremos un recorrido ascendente hasta llegar al albergue de peregrinos situado en lo más alto de la ciudad, pasando por el Palacio Episcopal e iglesia de Santiago.
13 ª ETAPA: CALAHORRA – ALCANADRE, 23 km
Saliendo del albergue tomamos la calle Santiago para descender hasta el Convento de Agustinos y rodeándolo llegaremos a una rotonda, siguiendo recto para pasar luego por delante de una gran bodega y en la siguiente rotonda tomaremos una carretera a nuestra izquierda y después de unos 200 m seguiremos la carretera de Murillo, cruzaremos la vía férrea y durante unos 8 km llevaremos el tendido ferroviario por compañero para acabar cruzándolo y mas adelante por un paso elevado de la carretera de Pradejón pasamos sobre la autopista, siguiendo por una pista en paralelo a ella durante 6 km, y al cabo volvemos a cruzar bajo la autovía continuando por una pista agrícola que nos lleva a
ALCANADRE
La población cuenta con unos 1000 habitantes y habilita la que fue vivienda del jefe de la estación como refugio para peregrinos.
Cuando yo hice este camino no había posibilidad ninguna de alojamiento por lo que tomé un tren a Logroño, durmiendo en el albergue de peregrinos y a las 7,20 de la mañana siguiente, en otro tren, volví a la villa para regresar andando a Logroño.
Antigua plaza templaria, la parroquial de Santa María, siglo XVI, atesora una talla románica del XII, La Virgen de Aradón.
En las inmediaciones se halla un acueducto romano del siglo I.
14ª ETAPA: ALCANADRE – LOGROÑO, 30 km
Vamos a iniciar la última etapa de este recorrido que nos situará en Logroño, y aunque carente de dificultad es la más dura del camino desde que días atrás abandonáramos Gandesa y la travesía de los altozanos de la Sierra de Caspe.
El camino sigue la antigua calzada romana de Briviesca a Zaragoza. Salimos de Alcanadre y por buena pista caminaremos por ligeros toboganes algo mas de 5 km encontrando luego un desvío de nuestra ruta que señala la dirección a la ermita de La Virgen de Aragón, lugar de peregrinación de los pueblos del entorno.
Seguimos de frente y al poco la ruta da un giro a derecha pasando luego por un corral, se cruza la vía y bordeamos la propiedad de la Finca S. Martín de Berberana, antigua mansio Berberiana, encontrándonos ya a las puertas de
ARRUBAL
De incierto pasado, entre el valle de los ríos Leza-Jubera se alza esta pequeña localidad de unos 500 habitantes.
Vestigios romanos son los sillares de un puente derruido sobre el río Leza por donde transitaba la calzada romana anteriormente citada.
La primera cita documental es de 1094 por documento de donación que Sancho Fortuniones y su esposa Blasquita realizan de la villa de Agoncillo, a la que pertenecía Arrúbal, a favor del monasterio de S. Juan de la Peña. Tras la coronación de Enrique II Trastámara “el de las mercedes”, en 1378 nombra a Juan Ramírez de Arellano Señor de Arrúbal cuya familia la poseerá durante generaciones acabando la propiedad en manos del marqués de Santillana quien en 1941 la venderá a los colonos por precio de 2.300.000 pts.
La llegada del ferrocarril y la creación del polígono industrial El Sequero dinamizará la zona.
La parroquial del Salvador es del siglo XVI.
AGONCILLO
La probable antecesora de la villa, antes de la dominación romana se cree que fue la celtíbera Agon. Los romanos dejaron su impronta en el lugar, enclavado en la vía romana que unía Briviesca con Zaragoza.
La parroquial venera a Nuestra Señora La Blanca y en su interior conserva dos columnas romanas encontradas en los alrededores de la población. La torre de la iglesia, del siglo XVIII, sustituyó a una anterior derribada por amenazar ruina.
El Castillo de Aguas Mansas, de los siglos XIII-XIV perteneció a los Calatravos y su blasón preside la puerta principal de acceso a la fortaleza. Recientemente ha sido restaurado y ocupado por el consistorio.
En 1132 es ejecutado en la villa por mandato de Alfonso XI de Castilla el último señor de la plaza, Juan Alonso de Haro señor de Cameros, acusado de alta traición, entregando el rey la plaza a Sancho Sánchez de Rojas, y en 1368 siendo propiedad del navarro Carlos II “el Malo” lo vende a los castellanos, siendo en el siglo XVI propiedad de los condes de Siruela y después de los Frías de Salazar.
La villa cuenta con unos 1300 habitantes y en su término se instala el polígono industrial El Sequero y un campo de aviación, base de helicópteros.
Abandonamos la villa, cruzamos el río Leza y salimos a un peligroso espacio con abundante tráfico, la carretera de Logroño. Continuamos por la calzada , rebasamos la base de helicópteros de Recajo y encaminamos nuestros pasos hacia el antiguo puerto romano de Vareia, hoy barrio de Logroño, a donde llegaremos tras cruzar el río Iregua.
LOGROÑO
Algunos historiadores hacen derivar esta voz de la latina grugnum y no falta quien sostiene que su antecedente proviene del celta gronio que significa vado, en clara referencia a un paso por donde debía cruzarse el Ebro.
De cualquier forma el antecedente más lejano de la ciudad lo constituye el actual barrio de Varea, el antiguo puerto romano Vareia.
Asolado por Leovigildo, próximo a la ciudad, a izquierda de la entrada del camino de la ruta de Roncesvalles, se encuentra el cerro de Cantabria donde se ubicó una antigua población.
El Cid arruinó la ciudad que, por medio del fuero de su nombre otorgado en 1092 por Alfonso VI y la construcción de un puente sobre el Ebro atribuido a S. Juan de Ortega, recobró su anterior pujanza.
Juan II de Castilla le otorgará rango de ciudad, y con la Constitución de 1982 la región se constituirá en Comunidad autónoma con capital en la urbe.
Hoy cuenta con unos 150.000 habitantes y es lugar estratégico en el Camino de Santiago con interesantes monumentos religiosos para rendir una detallada visita, como la concatedral de Santa María La Redonda; Santa María de Palacio; S. Bartolomé; la pequeña capilla de S. Gregorio Ostiense y Santiago el Real en cuya plaza se halla la fuente del peregrino y su suelo se adorna con el conocido mosaico del “Juego de la Oca” donde se representan los más emblemáticos lugares del Camino.
De la arquitectura civil podemos señalar el antiguo Ayuntamiento o Palacio del Chapitel; el de Espartero, o la Puerta del Revellín.
Ciudad dotada de todo tipo de servicios, pudiendo disfrutar de una cuidada gastronomía y degustar los excelentes caldos de Rioja, sobre todo si se dan un garbeo por la conocida “Senda de los Elefantes”, conjunto de callejuelas del casco viejo abarrotadas de restaurantes, tascas y bares.
Hay un excelente albergue sito en la calle de la Rua, junto a la iglesia de Santa María de Palacio.
Cumplido nuestro periplo caminero en Logroño, donde el Camino Jacobeo del Ebro se une al Camino Francés, la continuación hasta Compostela es objeto de estudio en otros libros del autor.
Este itinerario fue realizado en compañía de la, veterana peregrina Remedios Jiménez, perteneciente como yo a la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Zaragoza, en Mayo de 2000.
FIN
Luis Bona - Septiembre 2006