La razón de una etapa tan corta se sustenta en dos motivos: el primero, por ser Castel di Tora un pueblo precioso, merecedor de una estancia que facilite la visita, la cual puede incluir un baño en su embalse o un paseo hasta la cascada delle Vallocchie; el segundo, que justo después se sitúa el puerto más exigente del Camino, e incluirlo en esta etapa nos obligaría a completar un trayecto agotador, hasta Pozzaglia Sabina, algo factible pero no recomendable. Por lo tanto, pensemos en disfrutar del espectacular paisaje del valle del Turano, tanto en el sector inicial por su boscoso cañón —donde se localizan el precioso pueblo medieval de Posticciola y un puente románico—, como en el que bordea el lago o embalse, en todo momento rodeado de montañas.