Si alguien ha pensado que nada puede ser peor que la llegada a Piacenza…, pues sí, puede ser: ¡la partida! Tanto es así que el tramo entre Piacenza y el desvío a Pontenure, incluido el tránsito por la congestionada SS9, puede ser calificado como el peor de toda la Vía Francígena, no es broma. A medida que nos alejamos de la ciudad, tráfico, polución, parques empresariales y edificios van dando paso a la campiña, territorio al que pertenecemos los peregrinos, con sus granjas, iglesias rurales y un par de castillos. La visión de los Apeninos, aunque todavía lejanos, nos reconforta; la llanura tiene los días contados. Fiorenzuola es una población interesante, con la acogida bien organizada desde la propia colegiata, que es una joya.