Etapa 9: Ferentillo - Spoleto | Al Loro

Distancia: 
25,3 km
Duración: 
8 h 30 min
Dificultad: 
4
Paisaje: 
5

En la subida hasta la Forcella de Castelmonte, además de rampas muy duras, existe algún tramo por sendas estrechas, por momentos vertiginosas al borde de precipicios. Sangre fría y mucha calma, y si el tiempo es desfavorable es necesario ser muy prudentes. Un bastón o bordón es más que recomendable.

El gran dilema de la jornada es decidir si dormimos en Spoleto, una localidad monumental de primer orden y por lo tanto turística, pero carente de albergues específicos de peregrinos en el centro, o si nos retiramos, nunca mejor dicho, al convento de Monteluco, un lugar equiparable a La Verna.

Conviene llevar alimento de Ferentillo, pues en Ceselli solo existe un bar con mini-tienda (en el B&B Il Ruscello permiten el uso de su jardín para descansar un instante y cargar la cantimplora). Hasta Monteluco nos esperan 13 km por el monte, unas 4 h, sin servicios ni fuentes.

De Ferentillo a Ceselli ningún problema, pero luego llega la cuesta, y cuando se acaba el asfalto nos topamos con un camino muy poco aconsejable, tanto por pendientes y firme como por estrechez y hasta peligro real de caer por un barranco. La alternativa que se propone no es la mejor, pues consiste en trazar un enorme rodeo al este por la SP209 y, ante la imposibilidad de cruzar el túnel de la Forca di Cerro, más vuelta por Castel San Felice, la SP395, y la SS395 por Grotti y el puente de la Caprareccia hasta Spoleto. En total 25,5 km en vez de 17 km, y con muchas más subidas y bajadas.

En la partida de Ferentillo se debe tomar la Via Mazzini, y no la carretera. Poco después de las últimas casas del barrio de Precetto no se va a la derecha por una senda que se mete en el bosque señalada en amarillo, sino que se sigue al frente junto al río.

La abadia de San Pietro in Valle, visible desde el camino a 2 km de distancia (30 min), fue fundada en el s. VII, sobre un templo romano, por los eremitas sirios Giovanni y Lazzaro. Con el tiempo fue favorecida por los duques lombardos de Spoleto, que aquí instalaron su panteón (colección de sarcófagos). La iglesia lombarda (ss. VIII-XI) acoge un importante ciclo de frescos románicos. Abre de abril a septiembre de 10:00 a 13:00 y de 15:00 a 18:00, en octubre hasta las 17:00, y el resto del año solo fines de semana.

Hasta Ceselli continuamos por la Valnerina (valle del río Nera), pero el parque fluvial protegido concluye con la provincia de Terni, poco antes de llegar a Ceselli.

En el despoblado de Sensati una leyenda dice que en su castillo, en 1318, tuvo lugar una asamblea secreta y muy numerosa de caballeros templarios. El objeto era decidir el futuro de la orden, suspendida por Felipe IV de Francia (1307) y perseguida por la Inquisición, que en 1314 había hecho quemar al gran maestre Jacques de Molay. Se desconoce el resultado de la supuesta reunión.

Aunque creamos tocar el cielo, en el ascenso al paso de Castelmonte transitamos entre montañas no excesivamente altas: al sur los montes Solenne (1.286 m) y Fionchi (1.337 m), al este el de Patrico (1.160 m) y al oeste Castelmonte (1.038 m). Bosques y praderas de altura alternan en el trayecto, ofreciendo una gran panorámica hacia el valle del Nera (al este).

Podremos disfrutar de las estupendas áreas de descanso instaladas en la localidad, y visitar el Bosco Sacro y el convento franciscano.

El Bosco Sacro de Monteluco (lucus, que dio origen a Lugo, quiere decir eso, bosque sagrado), protegido por la Lex Spoletina en el s. III (grabada en piedra) para evitar su profanación, hace referencia al culto en él desarrollado por los romanos a Júpiter. El lugar fue debidamente cristianizado por ermitaños sirios, y luego por benedictinos y franciscanos, todos los cuales mimaron aquel espacio natural compuesto por numerosas especies arbóreas, entre las que extraña la presencia de la encina.

La tradición repite el episodio de los benedictinos cediendo a San Francisco una capilla de su propiedad, la de Santa Caterina, para que fundase aquí un convento. Sabemos que por la casa pasaron San Antonio o San Bernardino de Siena, y se conservan las siete humildes celdas del primitivo cenobio, una gruta-oratorio y la iglesia del s. XVI (visita de 9:00 a 12:00 y de 15:00 a 17:00).

SOBRE SPOLETO:

Podemos utilizar las escaleras mecánicas que ascienden al casco antiguo (de 7:15/8:30 a 20:00/23:00). Con accesos a Madonna degli Orti, Duomo, Giro della Rocca y Rocca.

Entre tanto no se restaure el Ponte delle Torri nos vemos obligados a dar un importante rodeo para alcanzar la ciudad.

Ante el cierre, a causa del peligro de ruina, del escenográfico Ponte delle Torri, para acceder a la ciudad sugerimos dos alternativas: 1. Seguir completo a la derecha el camino panorámico que bordea el desfiladero del torrente Tessino (Giro dei Condotti), que da un considerable rodeo para superar el Fosso di Valcieca; y 2. A medio camino del Giro dei Condotti tomar a la izquierda el Camino de Santa Elisabetta, que es el recomendado y descrito, y 1 km más corto.

El Ponte delle Torri, de 230 m de longitud y 80 m de altura para salvar el Fosso Tessino, es una de las construcciones más elevadas del Medievo (ss. XIII-XIV). Su función era la de comunicar Spoleto con Monteluco, pero también la de traer agua a la ciudad por su acueducto. En su Viaje a Italia (1816), Goethe admiró sus 10 arcos de ladrillo, que resisten el paso de los siglos.

Del rico patrimonio histórico spoletano, que incluye ruinas romanas (anfiteatro), la Rocca Albornoziana y murallas, numerosos templos y palacios, fuentes y esculturas, sobresale el duomo de Santa Maria Assunta (s. XII). Precedida de un pórtico renacentista de Barocci, y con su fachada decorada con un mosaico de Solsterno (1207), posee una cripta del s. IX.

El camino pasa al lado de la basílica de San Ponziano, nacida para rendir culto a este mártir del s. II, y acompañada de un monasterio benedictino. El templo, de los ss. XI-XIII, fue reformada en 1788. Os recomendamos descender a la cripta, decorada con frescos bien conservados de los ss. XIV-XV.

La basílica de San Salvatore, Patrimonio de la Unesco por ser un edificio lombardo de interés, situada junto al cementerio y a la salida del camino, en sus tres naves destaca por el reaprovechamiento de materiales romanos (columnas, capiteles, cornisas).

La pasta tiene su protagonista genuino en los stringozzi alla spoletina, que se preparan con tomate y queso, aceite y peperoncino, o con tartufo negro.

De las carnes sobresalen el bracciolo di castrato allo scoddatito, que viene siendo unas chuletas de cordero cocinadas con manteca de cerdo y especias, y la coratella de agnello, o sea, asadura de vísceras troceadas de cordero.

De los dulces locales, los más típicos son la crescionda, tarta de tres capas que es sobre todo característica del carnaval, y la attorta, más propia de la Navidad y con forma de ensaimada mallorquina pero aspecto de roscón de Reyes.

Entre los vinos del gran valle que aquí comienza sobresale el Trebbiano Spoletino (DO), elaborado con esta uva blanca que ha sido recuperada hace unos años por las bodegas de Montefalco y Spoleto. Se trata de vinos frescos y afrutados, con un considerable grado de acidez y un toque de frutos tropicales.