Etapa 57: Aosta - Châtillon (Italia) | Recorrido

Hemos de atravesar todo el casco histórico, con su centro en la Plaza Émile Chanoux, regionalista y mártir de la resistencia valdostana en 1944, para pasar bajo la romana Porta Pretoria y alcanzar la Piazza Arco d’Augusto, con el arco triunfal romano en el centro. Luego cruzamos el torrente Buthier para, sobre un puente romano, tomar la Via M. Zerbión y, cruzando la ronda de la Vía Roma ascender a la Via L. Vaccari (Hospital Beauregard), provista de aceras.

Desde La Cretaz divisamos la gran mole oxidada de la acería Cogne con su barrio obrero. Dejamos atrás los arrabales de Meysattaz y Chaussod para subir hasta el atrio de la iglesia de Saint-Christophe, con característica torre valdostana del s. XII provista de reloj.

Ante el Comune, entre viñedos y nogales pasamos por Gallesio y Bagnères (fuente). Una dura rampa asciende junto al torrente Bagnère y prosigue por caminos paralelos al canal o ru Souverou et Prévôt, que deparan panorámicas sobre el valle.

Al lado del monasterio de la Madre della Misericordia, donde acogen peregrinos, proseguimos por un camino arbolado hasta el castillo de Quart, colgado de la ladera del monte en un roquedal (fuente).

3,8 Château de Quart. Desde su mirador contemplamos los montes que rodean el valle, muchos de ellos de más de 3.000 m., y el aeródromo de Aosta. Un terreno muy quebrado entre robles nos conduce a las aldeas, con sus casas dispersas y sus huertos, de Chantignan y Seran (fuente).

2,1 Seran.

Una pequeña carretera sinuosa da un giro en el valle, lo que nos proporciona la visión sobre un nuevo grupo de montañas. Podemos tener la sensación de estar en un gigantesco callejón sin aparente salida.

Superado un vertedero de materiales de construcción, la senda vuelve a contar con la compañía de un canal, que deja de arrullarnos cuando bajamos a Nus. Lo hacemos por el arrabal de Les Faverges, con posterior subida hasta la iglesia de Sant’Ilario y Saint-Barthélemy. Desafortunadamente, todos los servicios se encuentran en la zona baja, a unos 500 m del templo.

A media altura por la ladera, la ruta se torna amena entre prados, viñas, nogales y castaños. En la orilla opuesta del río Dora Baltea vemos el requintado castillo de Fénis. Para alegrar nuestra marcha alguien con vocación de couch ha creado el Sentiero de Sorrise (Senda de las Sonrisas).

Desde la aldea de Roatte se indica que todavía faltan 3 h 30 min a Châtillon. Poco después pasamos ante la capilla, con su fachada pintada, de Rovarey.

Una sinuosa pista entre arbolado, luego camino de tierra, nos aproxima a la ya visible iglesia de Diemoz, aunque antes es preciso pasar por Chevencé Dessous, Lavasé y la Grand Maison. En la pared de la casa parroquial admiramos un fresco del s. XV que representa a los santos Martín y Mauricio.

2,3 Iglesia de Diemoz. Por una empinada senda bajamos al valle, abierto y esplendoroso en este sector, ante el B&B Au Coeur.

Junto a la casa de un ceramista, que ha dispuesto algunas de sus obras mirando al camino, vamos a atravesar un rosario de aldeas: Montcharey, Ollieres, Tercy, y La Poya, tal cual, con su capilla y fuente. El siguiente núcleo, algo decadente pero con su nítida estructura de burgo viario, es Chambave, que a juzgar por la emblemática parece volcado con los peregrinos de la Francígena.

3,7 Chambave.

Ante la capilla de Notre-Dame de Pitié descendemos hasta la estación abandonada de tren. Una pista sube a Pilliolet y de aquí a Chandianaz, uno de los lugares más especiales del Camino por la acción de un artista local.

1,4 Chandianaz. Por un bosque mediterráneo de rebollos, en una interminable y fatigosa montaña rusa, transitamos por las aldeas semiabandonadas de Bedeugaz y Barma. Tras una nueva cota, a la que llegamos por una bonita senda, se localiza la de Frayan.

Sobre las tuberías de un aprovechamiento hidroeléctrico, ya por carretera y con aceras recorremos el extenso arrabal de Cret de Breil, con el Castello Gamba 100 m a la derecha.

Un paso subterráneo nos permite superar la SS26, y poco después atravesamos el puente sobre el torrente Marmore, a la vista de lo que resta del romano, y ante el ayuntamiento subimos al atrio de la iglesia de San Pietro. Estamos por fin en Châtillon.

3,9 Châtillon.