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El recorrido fue: Málaga-Antequera-Córdoba-Mérida-Cáceres-Salamanca-Zamora-Sanabria-Orense-Santiago Esta bien, con deficiencias de albergues en algunas zonas. Las zonas de Extremadura son las más abandonadas, hablo de las que están a cargo de ayuntamientos, concretamente "Aldea Nueva del Camino", estaba totalmente reparada, pero al mismo tiempo desvencijada y lo peor que tenía chinches, se veía los intereses privados y ayuntamiento. Esto no quiere decir que fuesen iguales todos. Porque donde no había albergue nos dejaba el ayuntamiento los polideportivos. Pero sí que tuvimos que utilizar...

Por motivos de trabajo y lesiones he tenido que hacer el Camino por tramos. Empecé el 9 de diciembre de 2012 y finalicé el 21 de noviembre de 2014.
La experiencia ha sido mucho mejor de lo que esperaba. El tramo del Camino Mozárabe entre Córdoba y Mérida está perfectamente señalizado. Atravesar Sierra Morena (etapa Villaharta-Alcaracejos) es sensacional, aunque es muy delicado en esta etapa cruzar el arroyo Guadalbarbo y el río Cúznar, al que me caí y estuve a punto de ahogarme. La dehesa extremeña en noviembre es una maravilla, una sensación inesperada por la belleza del entorno y...

La experiencia fue buena aunque al hacerlo en solitario. Los primeros días se hicieron largos y duros pues no está señalizado, a partir de Sevilla seguí las flecha del camino de la plata haciendo uso de los albergues y servicios del camino.

Ha sido un camino que ya he emprendido por 5º vez. Por lo que lo conozco muy bien.

Ha sido una gran experiencia puesto que ha supuesto un nivel de dificultad mayor a otros caminos dado las fechas de la peregrinación y los pocos servicios disponibles, las pocas horas de luz, el mal tiempo, etc.
El paisaje es mayoritariamente olivares, hay mucha intimidad y soledad, muy poco asfalto y se pasa por pueblos preciosos, con mucho encanto y mucho pasado.

Tenía ganas de hacer caminos menos transitados que el Francés o la Vía de la Plata. Así que elegí éste porque me apetecía andar entre olivos. Y en soledad. Dos cosas que se vieron cumplidas con creces. Al ser en plena Semana Santa, había más gente de la habitual... en los pueblos. Por la misma razón, había menos gente, nadie prácticamente, en el campo. Esto, para mi, era un plus.
A cambio, y puesto que la de los albergues es la parte más débil del Camino Mozárabe, encarecía el forzado alojamiento en pensiones y hostales.