Etapa 7: Tirrenia - Livorno | Recorrido

Distancia: 
15,8 km
Duración: 
4 h
Dificultad: 
1
Paisaje: 
2

0,0

12,4 km

Retomamos la marcha exactamente donde la habíamos dejado para desviarnos al centro de Tirrenia: en la Via dell’Edera, a la altura del acceso a las plazas dei Fiori y Belvedere.

Proseguimos hacia el sur hasta que concluye la Via dell’Edera, pasado el Grand Hotel Golf, en Via San Guido, por la que vamos un instante a la derecha. Llegamos a una rotonda y proseguimos a mano izquierda la rectilínea Via dei Biancospini, que se abre paso entre casas y las dunas con sus pinares, ocupadas en este sector por un invasivo campo de golf.

Tras un largo y monótono paseo desembocamos en el Vione del Vannini, un nuevo encuentro con la antigua vía del tranvía oxidada. En este punto giramos a la izquierda, y poco después a la derecha, para recuperar el tránsito por el bosque que ha poblado las dunas. Por él procuramos avanzar, en la sinuosa traza de tierra y arena, siempre al frente, aunque hay un par de cruces que se prestan a confusión (consultad Al Loro).

Al llegar a Via dei Porcari, quien lo desee podrá desviarse a la derecha hasta el centro de Calambrone, que fijamos en la iglesia de Santa Rosa, distante 700 m.

3,3 Desvío a Calambrone. Sin que en ningún momento veamos los edificios de Calambrone (salvo un camping y colonias), ocultos por la vegetación del bosque costero, pronto transitamos por una zona más abierta desde la que se divisa, al frente en el sentido de la marcha, el puerto industrial y comercial de Livorno, y una refinería. Malos presagios.

Entre prados nos dirigimos al puerto de ferris, y nos topamos con el gran canal de evacuación del río Arno (Fossa Nuova, con inicio en Pontedera), en el que con anterioridad ha desembocado el canal pisano dei Navicelli. Cruzamos el canal por el puente de Calambrone.

1,9 Puente de Calambrone. Superado el canal mayor, en el que suelen disponerse algunos pescadores con redes, pasamos junto a la dársena y obelisco pétreo de Marzocco, cruzando también el canal dei Navicelli, que fue cortado por el anterior pero se prolonga hasta el puerto de Livorno.

Comienza aquí un gran rodeo de las instalaciones portuarias e industriales de Spinelli, que nos fuerza a dirigirnos al este. Durante un trecho es posible caminar por una vía de tierra bajo los viaductos de la A11, autopista procedente de Pisa y Firenze. Muy cerca se sitúa la terminal Leonardo da Vinci, de la naviera Grimaldi, de donde parten los ferris que van, por ejemplo, a Sardegna (Cerdeña).

Cruzamos hacia el restaurante da Ivo y vamos hacia la derecha hasta una rotonda, tomando la Via Leonardo da Vinci ante la trattoria Armandino. En este punto cruzamos la avenida para seguirla ahora a la izquierda, en sentido opuesto al mar.

El tramo que viene es horrible, pues bordea una extensa área de depósitos de fuel y naves industriales; nuestro único consuelo es que por momentos aprovecha una pista ciclable. Va un buen trecho en paralelo a la vía férrea, y tras el Caffè da Vinci llega a una amplia rotonda con gasolinera y la recomendable pastelería-restaurante In Cateratte.

En dicha rotonda proseguimos a la izquierda por Via delle Cateratte, que ya no abandonamos hasta alcanzar el casco urbano de Livorno. Poco después de cruzar una vía férrea a nivel, en vez de seguir hacia la iglesia de Santa Maria Assunta giramos a la derecha por un parking para tomar la Via Andrea de Pazzi. Esta continúa junto al Canal dei Navicelli y alcanza la Dogana d’Acqua.

5,3 Livorno, Dogana d’Acqua. Cruzamos el canal por la puerta de la dogana (aduana), instalada en la muralla, para iniciar un pintoresco recorrido por el Quartiere Venezia, cuyo nombre alude a la abundancia de canales. La Via Scali Dogana d’Acqua, con pequeñas embarcaciones atracadas o surcando los canales, nos conduce a la Fortezza Nuova con su fosso, un canal que la rodea por completo.

La bordeamos un instante por los Scali del Teatro (parque), girando a la derecha por Via dei Floridi, y luego a la izquierda por Via San Marco, que nos aproxima a la iglesia de Santa Caterina. Ante su fachada recuperamos el tránsito junto al canal por los scali del Refugio y Rosciano, cruzando el puente de Via della Venezia.

El periplo prosigue a la vera de un canal por los Scali delle Ancore, rodeando el Mercato del Pesce (escaleras de metal) bajo el ponte Trinità de la ronda externa. Al otro lado del canal contemplamos la Fortezza Vecchia con la iglesia de San Francesco en su recinto.

El recorrido urbano, con un carácter bastante turístico, llega a la Dársena Vecchia, un referente para los peregrinos de antaño, que aquí se embarcarían hacia España. Sin embargo, a nuestra ruta le falta su última catedral, y para visitarla, desde la Piazza Italo Piccini es preciso recorrer la animada Via San Giovanni (palazzo del Governo e iglesia de San Giovanni) hasta la moderna Piazza del Municipio (Comune, Banca d’Italia y Cámara de Comercio), y girar a la derecha bajo soportales hasta la vecina Piazza Grande, que se encuentra presidida por el duomo.

1,9 Livorno, duomo.

12,4

3,4 km

Podría ser este el final de la ruta, pero el culto a Santiago nos impulsa a continuar la marcha por la ciudad. En primer lugar regresando al mar por la porticada Via Grande, que nos devuelve al puerto por Piazza Colonnella (fuentes alegóricas marinas de B. Cellini y P. Tacca) hasta el icónico monumento dei Quattro Mori.

A continuación no hay más que seguir el paseo marítimo hacia el sur por la Via Gaetano d’Alesio, que rodea nuevos rellenos portuarios en el área donde atracan los cruceros, hasta el Viale Italia. Por el paseo del ajardinado Lungomare de Livorno bordearemos algunos puertos deportivos, el edificio Scoglio della Regina y los baños Nettuno y Tirreno, hasta alcanzar el edificio circular del acuario (fuentes) y la emblemática terraza Mascagni con su suelo ajedrezado.

Todavía queda un trecho hasta la pieve de San Jacopo in Acquaviva, que pronto localizamos a lo lejos, al borde del mar, en el que sobresale la isla de la Gorgona. Hacia el templo nos dirigimos, ante los baños Pancaldi, para cumplir con el apóstol y obtener el testimonium. Su emplazamiento es un bello lugar para contemplar la puesta de sol, como se hace en Fisterra y Muxía, pero en el mar Tirreno.

Gracias por seguir Gronze, y no olvides dar tus recomendaciones en las páginas de los alojamientos.

15,8