
Intento de mejora del sistema "brunoleonés" (con respeto y cariño)
Lo intenté, de verdad que lo hice. Me agencié una botella de leche grande, trinqué las tijeras y me puse manos a la obra. Busqué un par de gomas y, como en la foto de Bruno, lo adapté todo para poder llevarlo en la botella de agua. No llovió...
Dando vuentas al tema, he visto algunos sistemas en el foro que son fundas integrales, es decir, con una suela propia de goma. No creo que funcionen, sobre todo en caminos difíciles. Otras fundas para "moteros" o "bicicleteros" creo que se desgarrarían iguamente.
No he dejado de estar atento a las paginillas orientales porque confiaba en ellos. Me decía: ¡seguro que inventan algo práctico! Bueno, no sé si es práctico o no, pero aquí van algunas sugerencias por si alguien se atreve. Posiblemente en el Camino Inglés de febrero lleve alguno de ellos, con las polainas, claro.
Pinchad en la imagen para seguir el enlace.
Primer "invento" (quizás la goma de la suela más retrasada...):
Segundo "invento":
Tercer "invento" (no sé la puntera, no sé...):
Cuarto "invento" (otra vez la puntera):
Saludos, y como decían en "Canción triste de Hill Street": cuidado ahí fuera... ¡Buen camino!
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Pues... no sé qué decir. No conocía ninguno de estos materiales, mi idea fue absolutamente personal y en línea con mi educación desde la infancia -"aprovechar lo mejor posible lo que te encuentres". Seguro que para un rato todo esto funciona de maravilla pero a simple vista se me ocurren dos objeciones. La primera es que no sé hasta qué punto el material es transpirable y desde luego se ve que no permite ventilación con lo que la acumulación de transpiración es algo a considerar. Pero el mayor inconveniente lo veo en el sistema de sujeción. Cualquier tejido que se coloque bajo el calzado puede aguantar un rato, pero no una etapa de veinte, treinta o cuarenta kilómetros como hacemos en el Camino. Sólo uno de los modelos sitúa la banda inferior en el escalón de la suela y puede aguantar más pero me temo que a la larga se terminará deshaciendo. No pretendo "defender mi invento" pero, eficiencia aparte, le veo una ventaja fundamental: es asequible y baratísimo. Una botella de leche, o de lo que sea, la encontramos en cualquier sitio y una banda de goma nos la dan en un taller de motos sin hacerse de rogar. Los que vivimos la España de los cincuenta y sesenta aprendimos a arreglárnoslas con lo que había, que no era mucho, y algunos arrastramos los reflejos de aquella época.
Biuen Camino.
Hola Anatoto, en mi humilde opinión, yo probaría el segundo "invento" pero cambiando la goma por un cable de acero fino como el que llevaban las polainas de montaña antiguamente, -desconozco si continuan igual- y el cable debe ir colocado justo donde empieza el tacón de la bota para evitar al máximo el contacto con las piedras.
Buen camino.