Anónimo
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Atrapado en el barro

Como tributo a los testimonios peregrinos que leo en este foro y que tanto me reconfortan, me lanzo a exponer una batallita de caminante.
Salí de L'Ancien Carmel, en Moissac, no demasiado temprano. Estaba lloviendo a mares, como diría Álvaro Lazaga, pero yo me encontraba fuerte, con ganas, feliz, nada me podía parar. Tanta era mi confianza que, a pesar de la fuerte lluvia, tomé la decisión de recorrer el camino oficial, en vez de caminar cómodamente junto al canal del río Garoña. Tenía ganas de aventura. Sentía la gamba de los ciclistas. Los primeros senderos estrechos llenos de charcos los transité con agrado. Me gusta que el camino presente dificultades porque ello me obliga a estar concentrado. Y cuando la única manera de avanzar era metiendo el pie debajo del agua, lo hice resignado como si de un aprendizaje iniciático necesario se tratara. De repente la lluvia cesó. Pero el camino ya estaba súper embarrado. Mi cerebro analizaba cada palmo de tierra candidato a ser pisado por mi planta. Mi instinto trabajaba para llegar a Boudou. Me sentía vivo. Estaba disfrutando. Pero el Camino decidió ponerme una prueba interesante. Me encontré una cuesta, bastante empinada, de unos 50 metros. Pero la cuesta tenía un barro que se pegaba a la suela de mis botas de manera que era imposible no resbalarse. Tampoco se podía rodear el camino. Pronto me di cuenta de que subir la cuesta gateando era la única solución, pero además tenía que quitarme las botas. Caminando con calcetines sí que pude, poco a poco, penosamente, ir trepando esa cuesta que se había convertido en una pista de patinaje. Y tras un largo rato trepando con mis pies y con mis manos, pude finalmente llegar arriba y, cosas del camino, descansar en un banquito y recomponer mis armas. Y entonces me alegré todavía más de no haber elegido el camino fácil, el camino que elige casi todo el mundo. Y llegué a Auvillar sintiendo que lo que estaba haciendo tenía un significado y me proporcionaba un aprendizaje. Finalmente terminé ese Camino en Aire-sur-l'Adour y fue una experiencia maravillosa.

TonyValero
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Eso es decision y entereza, al final de la etapa una satisfacción de gladiador y una anécdota para tu camino interno .. salud y fuerza buen camino en tu vida .. 

Indi
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Ese no se qué que nos pasa en determinados momentos y que nos hace peregrinos es lo que nos diferencia de otros.

En la montaña las puedes pasar canutas pero hay algo que hace extremadamente diferente la experiencia. No sé si es la manera de afrontar una aventura o una actividad deportiva concreta, que lo haces de una forma y con un objetivo claro y cercano, o la manera de afrontar esa misma o parecida dificultad sabiendo que solo has dado un paso más en un largo, incierto e ilusionante Camino cuya meta o final ni siquiera te planteas de inalcanzable que parece. Superar obstáculo tras obstáculo, ya sea este físico, geográfico o mental, junto a esa dosis de locura, misticismo, fe, espiritualidad, o lo que quiera que sea que nos mueve, convierte ese barrizal de un simple "¡me cago en la p...!", en una humilde sonrisa de triunfo y satisfacción, aunque no te queden calcetines secos. En un pasito más, tan anónimo que solo quedará escondido dentro de tí para siempre.

Hoy ha salido de ahí. Y has querido compartirlo con nosotros, gracias. Pronto, todos al barro.

 

 

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

Moissac, Auvillar, Air sur l' Audour! Qué recuerdos!... y en calcetines jajaja!!!