Albergue Alto da Pena - Comentarios

Merece mucho la pena continuar un poco el camino y terminar en este albergue, no sólo por el tramo de más (que es precioso), sino por el trato que recibes aquí, ya podrían aprender muchos hoteles de estrellas. La comida es casera y espectacular. El bar abre muy temprano, por lo que no hay problema con el desayuno. El mimo al peregrino me ha sorprendido, da igual el pais, hablan idiomas.

Mucho cuidado con este sitio. Los dueños, una pareja mayor, intentan colarte lo que no pides para luego cobrártelo (comida y tipo de alojamiento). Si no queda más remedio que alojarse ahí, recomiendo pagar el servicio antes de que lo presten. Yo me alojé el 7 de abril de 2021. Me dijeron que había plaza de albergue, pero me llevaron a una habitación y luego quisieron cobrármela como pensión. Me pusieron con la bebida lo que no pedí ("tosta", en realidad medio sandwich mixto). Estas cosas intentantaron luego cobrarlas excusándose en que la empleada se había equivocado (cuando la dueña estuvo presente en las operaciones). Afortunadamente yo pagué antes, pues me pareció sospechosa la insistencia de la dueña en pagarlo todo al final, así que no lograron engañarme. Por lo demás, el sitio está limpio y es cómodo.

Una vez más, ha valido la pena estirar la etapa para acabar en este albergue a pie de camino: amplio, limpio, funcional, pero sobre todo el trato amable y atento de los hospitaleros con las necesidades del peregrino. Muy correcto y recomendable. Buena gente y eso hay que valorarlo porque el trato humano es lo que marca la diferencia. Unica nota negativa: me dijeron que el bar abriría a las 0730 para poder tomar un café, pero me me marché sin Poder tomar nada a las 0815 tras esperar 45 min.

Pues es una pena.... es mi tercer camino e finisterre, y las 3 veces he parado allí. La primera vez casi recién abierto, la segunda tambien nos trataron genial. Y la tercera.... ay la tercera.... No sé q les habrá pasado pero ya no es lo mismo, hemos comido regular tirando a mal, el trato ha sido cordial con el dueño, q enseguida nos reconoció de otras veces. El albergue como tal sigue como al principio, escasos servicios, pero todas sus carencias se suplian por sentirse como en casa. Ya no es asi.... el cuarto camino d finisterre, sintiéndolo mucho, no parare allí