Papadopou
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Ideas peregrinas en un Camino desde Sevilla (XI)

En Lubian, por la mañana, la lluvia seguía allí. Todo indicaba que tendríamos un nuevo día de paraguas. Se me habían pegado un poco las sábanas, o mejor dicho el saco, y solo pude tomarme un café rápido porque el bar abría únicamente durante media hora para atender los desayunos y luego volvía a cerrar. Un horario bastante peculiar. Antes de marcharse el dueño nos recomendó no seguir las flechas para subir a La Canda porque había un arroyo que bajaba crecido y sería complicado de cruzar. Como en este camino ya he cubierto el cupo de atravesar ríos, arroyos y demás cauces decidí atender su recomendación. Seguí la carretera comarcal que atraviesa la localidad y, a cambio de un modesto rodeo, alcancé el alto sin mojarme los pies. Caminé bajo la lluvia al abrigo de mi paraguas. El aire se dedicó a jugar conmigo y ahora el agua llegaba por la derecha ahora por la izquierda, alternándose según yo cambiaba la orientación de mi cobertura. Incluso parecía llover desde abajo lo cual resultaba inexplicable a menos que, tal como comprobé que pasaba, el paraguas empezará a hacer aguas. Me temo que será su último camino.

Después del alto de A Canda aparecieron los mojones que marcan el camino en Galicia con su cargante y machacona cuenta atrás hasta Santiago. Volé en busca del bar de guardia en Vilavella. Hacía días que no conseguía andar sin pensar si me dolía el pie o no. Volvía a fijarme en esos detalles que me emocionan cuando camino. La senda estaba fantástica. El piso era de tierra, cedía ligeramente en cada paso empapado por la lluvia que había caído y no había piedras sueltas que maltrataran mis plantas. El agua bajaba a través del bosque por cada regato y menos mal de las pasarelas dispuestas para salvar los vados porque todos los arroyos bajaban con abundante caudal. Estaba contento y los robles de blancas barbas  que guiaban mi camino lo veían. Antes de Pereiro pasé ante una ermita y la cadena que bajaba del campanario me invitó a tirar de ella. El metálico tañido de la campana abrió una brecha en el silencio del valle y se elevó como una exigencia: hoy también puede salir el sol. Si, pero todavía no. Antes de Gudiña todavía cayeron un par de aguaceros. Pero antes atravesé un monte cuajado de brezo florido que inundó mi olfato de su fragancia floral. Cualquiera desearía ser abeja ante esa promesa de abundancia.

En el flamante albergue de Gudiña tuve que reorganizar el itinerario previsto a causa de un claro ejemplo de lo que puede provocar el lejano aleteo de una mariposa. No hubiera supuesto yo que la guerra que se libra en la otra punta de Europa pudiera alterar el rumbo de mi viaje. Sin embargo pretendía alcanzar Orense pasando por Verin y Allariz, y resulta que el albergue de esa población está dedicado a acoger refugiados del conflicto y no recibe peregrinos por el momento. En pleno periodo vacacional resultó imposible encontrar una alternativa razonable. Por tanto decidí dirigirme a Laza.

Le pregunté a la hospitalera por el nombre del albergue. Resulta que el edificio, conocido en el pueblo como la Casa da viuva (viuda), ha acabado teniendo este uso actualmente pero antes de la guerra de Aquí fue residencia familiar de un dirigente político local represaliado por el régimen vencedor del conflicto. Vueltas que da la vida.

Tras tantas jornadas de soledad me ha salido un compañero de viaje. Se trata de un peregrino portugués que decidió que, ya que tenemos previsto llegar el mismo día a Santiago, iba a acompañarme el resto de las etapas que restan. Durante la primera parte de esta jornada he hablado más que durante estos últimos treinta días. Temo que el esfuerzo me pueda provocar algún tipo de tendinitis en la lengua a causa de la falta de hábito. Tendré que ser precavido.

La ruta desde A Gudiña en dirección a las montañas deparó una bonita jornada con una luz matinal tamizada por la niebla enganchaba en las cimas. El embalse abajo en el valle se encontraba significativamente vacío de agua.  Fue una etapa montañosa pero pisando mucho asfalto, intenté hacerlo más llevadero buscando los márgenes herbosos para amortiguar las pisadas.

En Laza está muy presente el entroido, la fiesta del carnaval. Mas que el Camino. Parece una de esas villas que viven para una celebración que justifica su existencia. En el restaurante donde cenamos tenían unas curiosas fotografías y pregunté. Me explicaron que allí se celebra una batalla con trapos sucios de fango y que se arrojan hormigas vivas y rabiosas sobre los asistentes. Pero los reyes  son los Peliqueiros, que con sus peculiares indumentarias y sus máscaras recorren el pueblo al son de sus cencerros. Allí mismo pude ver dichos cencerros y el traje ceremonial, que presidian el comedor.

Al dia siguiente la subida a Alberguería resultó exigente pero fue el inicio de una jornada muy variada paisajísticamente. Cerca de Vilar de Barrio, iba por una vereda encajada entre muretes de piedra cubiertos de musgo verde, de pronto un capricho, una portilla pintada de azul. Más adelante otra más y con unas letras de forja enmarcándola que ponía: a Santiago voy. Yo también, pensé.

Muchas gracias y buenas noches.

Indi
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Mientras no te salga tendinitis en el dedo de teclear estamos de suerte. 

Te has mojado un poco, pero parece que te has librado de las hormigas vivas y rabiosas y de los zurriagazos de los Peliqueiros, que no es poco.

Después de tanta soledad puede venir bien la compañía del peregrino portugués...o tal vez no.

Ultreia!

Papadopou
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He descubierto que al chisme este se le puede dictar. Así hay que teclear menos.

La compañía está bien. Además ha crecido.  También nos acompaña desde Xunqueira un alemán . Hoy lo hemos pasado bien aquí en Oseira  smiley

SandraCamina
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Buenas noches o buenos días ya cuando lo leas Papadopou,

Como siempre, darte las gracias por tus maravillosos relatos de tu Camino, la forma de narrar que tienes, casi hace que estemos allí contigo. Me alegré el otro día al leerte, se notaba que te ibas encontrando mejor y que el "bache" quedaba atrás. Comparto también lo que supone entrar de nuevo en la "civilización", demasiados estímulos que te hacen salir de la tranquilidad en la que uno se encuentraba al caminar entre poblaciones.

Me encanta eso que dices de "un peregrino portugués que decidió que, ya que tenemos previsto llegar el mismo día a Santiago, iba a acompañarme el resto de las etapas que restan."  Ahora falta saber qué opinas tú de eso, pero supongo que si nos lo cuentas, será que te resulta grata su compañía wink

Una cosa sí que es segura: la nueva compañía y la posible tendinitis lingual, no te dejará pensar tanto en tu pie.

Buen Camino Papadopou!

Papadopou
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Hola. No resulta una compañía nada invasiva. Cada uno avanza a su ritmo y en los ratos que coincidimos la conversación va fluyendo porque habla buen español. Saludos.

Aurelio Garcia
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Dios mío, Papadopou. Eres un "puto genio". Me acabas de revivir mi experiencia del camino, un par de meses atrás, con mis inefables compañeros, don Manolo y don Víctor, atravesando los montes zamoranos y gallegos, camino de Santiago... Como lo disfrutamos, pese al frío, a la lluvia y los dolores de pies!! Que gran crónica, Compañero. Gracias, de corazón, por revivir esos grandes momentos!!! Es duro, pero intenta disfrutar. Y piensa en la  botella de albariño que te vas a tomar cuando llegues a Santiago!

Por cierto, la subida a la Canda, por el camino, es una de las experiencias más bonitas en los caminos que hice. Disfruté de Hospitales, disfruté de El Palo, de Las Palancas, pero llegar a Galicia por A Canda, fue poner una sonrisa en mi Camino!!!!

 

 

Buen Camino, Peregrino!!!

 

Papadopou
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Gracias. Debo ser el genio de la lámpara y al parecer te he concedido un deseo: rememorar wink

Una botella de albariño ya cayó ayer en Ourense, pa que esperar a Santiago. Hoy otra de las que hacen aquí en Oseira. En Santiago  Dios dirá. Saludos y gracias, Aurelio.

 

jordisud
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Estaba yo tomando mi cafe mañanero y me has provocado un escalofrio. Tenia olvidadas las puertas azules y el " a Santiago voy"; tu texto ha reactivado en algun rincon de mi cerebro el recuerdo del dia en que pase por ahi, incluso el olor y la sensacion en la piel,hacia calor y brisa que venia del lado de las puertas. En algun lugar tengo fotos de esa puertecilla. Gracias compañero.

Papadopou
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De nada, Jordi. A ver si mañana te pongo la foto que hice que aquí no resulta fácil manipularla para que quepa. Saludos.

jordisud
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La encontre pero no me deja subirla pese a comprimirlo hasta 700 k. 

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

Por mi zona no se nos ocurriría en la vida pintar esa puerta con ese tono de azul. Una de las cosas geniales de peregrinar (bueno, viajar en general) es qué concienzudamente te rompe una y otra vez los estereotipos sobre "el otro".

jordisud
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Ala ahora que le he puesto texto si......en fin. Es esta?

 

Papadopou
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Casi.

jordisud
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Siiii! La recuerdo pero fotografie la otra. Buen Camino !

Ma Teresa
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Con tu relato Tambien me has sumergido en este mar de brezo y escuchado el tañir del campanario. Estos ultimos dias, ir en compañia, estara bien. Abrazo!

Papadopou
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Saludos, MaTeresa.

carapau
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Sentimientos encontrados  .

La etapa de A Gudiña a Laza es preciosa .  Mucho tiempo por el cordal de los montes . Valle a la izquierda , valle a la derecha  . Siempre tienes la duda de si has cogido el camino correcto.   La otra parte que va hacia Xinxo de Limia es un escandalo con todas sus huertas , los frutales  , mil tonos de verde .

Justo cuando empieza la bajada de Campobecerros , entre lajas de pizarra me rompi el menisco. Como estaba caliente baje hasta Laza . 

Solo llevaba 28 dias andando y unos 840 kilometros . 

Pocos meses despues cogi un autobus a Verin , taxi hasta Laza y termine mi via de la Plata.  Recuerdo la picota en la plaza de Laza  

Ya te queda nada . Las termas de Orense tienen propiedades medicinales . Pueden curar todo tipo de tendiditis . 

Buen camino . 

 

Papadopou
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Pues eso pensaba yo pero la de Las Burgas siguen cerradas y las del rio me dió pereza ir. El trenecito iba lleno de turistas porque al ser vacaciones Ourense estaba petado. Saludos Carapau y gracias.

MontseP
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Hola Papadopou, he vuelto a revivir ese tramo desde Lubian hasta  A Gudiña. Fui sola todo  el día y tuve dudas a montones. En mi diario leo...

En muchas ocasiones me detengo dudando  pues los caminos se han convertido en arroyos. Cuando compruebo que las flechas van por ellos me resigno a que el agua rebose las botas. ¡Qué fría está!!
Además hay arroyos de verdad, más hondos, sin puentes, muy complicados de cruzar por las piedras y voy muy despacio para no resbalar.Hoy entro en GALICIA!!

Llego a Vilavela a las 12h. hay bar, pero no me detengo.
 El siguiente pueblo es O Pereiro, que consta de dos partes: una, por donde transcurre el camino y otra por la carretera Me siento a deliberar mientras me quito los calcetines pestilentes y chorreantes. Los pies no pueden estár mas arrugados, me cambio de calzado y con unos calcetines secos ya es otro cantar. De hecho paso un buen rato cantando a pleno pulmón.Decido abandonar los caminos enfangados y me acerco a una carretera. 

Veo una pensión-restaurante: Don Pepe. Allá voy. Hay dos comedores. Uno ya rebosa comensales y me instalan en el otro, junto a una larga mesa con 16 policías que dan buena cuenta de un cocido. Menú 10€. Gambas cocidas, merluza a la gallega ( con patatas y pimentón)
Salgo recompuesta. Me quedan 8,4 km por una carretera con poco tráfico. Sigo en plan cantarina, con buen ánimo.
LLego a A Gudiña a las 17:30 h. El patio del albergue (6 €) parece una guardería. Hay dos niños correteando que no llegan a los 2 años. Van en las bicicletas de sus padres. Son rusos. Veo a Antonio y vamos a cenar juntos. El dormitorio está en el piso superior pero me pido la habitación de discapacitados que está en el piso inferior. Es muy fría. Veo que lo usan de almacén y no es la primera vez. No hay mantas y el radiador fue arrancado. Sólo hay una cama. Los rusos están hasta tarde en la salita contigua bebiendo y conversando hasta las once de la noche. 

 

Papadopou
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Hola Montse. Veo que tu etapa fue toda una odisea. Yo esta vez lo solvente con bastantes menos inconvenientes y no necesité cantar para espantar los males. Pero recuerdo que la otra que subí por ahí  pisé agua y que al pasar un pequeño regato veía una piedra con la flecha amarilla pintada que indicaba el camino que estaba bajo cuatro dedos de agua. En el nuevo albergue en Gudiña hubieras estado más caliente porque ahora parece que instalan calefacción por suelo radiante y resulta bastante cómodo. Saludos.

MontseP
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Fue una odisea pero los parajes eran de una belleza solitaria que te embargaban. El reto del camino-arroyo me hizo andar con mil ojos y  finalmente di gracias por no caerme. 
Me alegro que haya un albergue nuevo y cómodo en A Gudiña. Falta hacia! 
Sigo tus andares y me deleito con tus narraciones. Mil gracias

Xalic
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Yo también "sigo tus andares y me deleito con tus narraciones" (MotseP dixit), pero es que además lo hago -deleitarme- con algunos de los comentarios. A ver si me inspiro y me sale alguno a la altura ...