Siempre pienso lo mismo: el sentido común es que debemos de llevar en nuestra mochila.

Todos tenemos capacidades pero también limitaciones. Es necesario hacer un esfuerzo por conocerlas y ser consecuentes en lo posible. Tener sobrepeso es una limitación y he visto muchos peregrinos que caminaban con un peso enorme y no lo pasaban bien pero seguían como podían. A veces adecuaban su ritmo y conseguían disfrutar del camino, otras veces no. He visto personas muy mayores avanzando con grandes dificultades pero con una fuerza mental inaudita. También encontré grandes deportistas que se imponían retos sobrehumanos y sucumbieron, desconcertados, a ellos. No hay normas ni consejos generalistas, somos únicos en nuestro físico, nuestra mente, nuestro espíritu. Siempre la prudencia ha de guiar nuestros pasos.