Me permito lanzar este tema de debate al foro, ya que en Junio de este año formulé una queja a la Consejería de Cultura de la Xunta de Galicia y en especial a los responsables de controlar la calidad de los servicios que los establecimientos asociados prestan a los peregrinos del Camino de Santiago y trás las comprobaciones oportunas, por cierto en el tiempo record de una semana, no encontraron en el establecimiento ningúna práctica anómala. 

En la queja felicitaba a los gestores del Camino por lo que han conseguido gracias a un trabajo bien hecho a lo largo de los años. Personalmente, pude comprobar la calidad de los servicios, la señalización del camino, los albergues y lugares que ofrecen los mejores servicios a los cientos y cientos de peregrinos. El ambiente es de concordia, solidaridad, compañerismo, etc. El acontecimiento Cultural es de tal envergadura que es una experiencia muy enriquecedora tanto para creyentes como para agnósticos. Conocí a peregrinos de América, Europa y Asia y compartí experiencias y buenos ratos.

Desafortunadamente, no todo puede ser tan perfecto como he comentado. Siempre hay algún establecimiento que se sale de la norma y en mi opinión ensombrece y mancha el prestigio que tiene el Camino. Este es el motivo por el que me puse en contacto con la Xunta. Suponía que para que un establecimiento pudiera prestar sus servicios de alojamiento y restauración a los peregrinos habría una evaluación previa para comprobar que se cumplían unos requisitos mínimos de calidad. Además, en el caso de conseguir dicha acreditación, el establecimiento debería ser inspeccionado periódicamente para comprobar si seguían cumpliendo los criterios necesarios.

Además de las inspecciones periódicas, gracias a los portales de internet (Google, TripAdvisor, etc), es posible conocer las opiniones de los usuarios (peregrinos) que visitan estos establecimientos. Por lo general, si el servicio funciona correctamente, normalmente no se hará ninguna reseña del lugar. En cambio, si el servicio no funciona como debiera, un pequeño porcentaje de los usuarios reseñaran su queja.

Personalmente, el viernes 16 de junio en la etapa del camino que realicé en compañía de mis cuñados desde Portomarín hasta Palas de Rei, tuvimos la mala suerte de parar a comprar agua en el ALBERGUE ORTIZ, situado en la localidad de Castromaior (Portomarin). GPS: 42°49’49.5″N 7°42’16.0″W / 42.830412, -7.704440.

En el Albergue atendía el Sr. Ortiz y una señora algo más joven, sin empatía alguna a los peregrinos y a la filosofía del Camino. No comento lo hechos que ocurrieron, pero me pareció que este señor no nos trató de buenas maneras, aunque no fui el unico. No había peregrino que se acercara al que no dedicaran algún reproche o mala cara. Todo ello sin olvidar, que custodian el sello con más fervor que si fuera el sepulcro del Apóstol.

Cuando nos estábamos marchando del establecimiento comentando el trato deplorable de estos dos individuos, salió detrás de nosotros y fue insultándonos y amenazándonos en presencia de los clientes. Me arrepiento de no haber llamado en ese momento a la Guardia civil, concretamente a su servicio de atención al peregrino y haber denunciado en el momento a aquel energúmeno. No era el momento ya que entre los peregrinos había un matrimonio ingles que llevaba tres niños de menos de 10 años.

Cuando terminé la etapa y descansaba en el Albergue me metí en Google para hacer una reseña del lugar y mi sorpresa fue mayúscula cuando comprobé que cientos de peregrinos habían dejado en Google sus comentarios sobre el modo de actuar de este señor.

No es nada casual que cientos de personas puntuen con una estrella al establecimiento. Os invito a que dediqueis un tiempo a comprobar que lo que afirmo no es puntual, sino que es una práctica habitual.

Tambien podeis consultar las opiniones que aparecen en el portal TRIPADVISOR, sin duda el portal más valorado para comprobar la calidad de un establecimiento. Tampoco es nada normal que de un total de 33 opiniones, 31 de ellas tengan una puntuación de PÉSIMO.

En la carta que envié a los responsables de la calidad del Camino les invitaba a que se tomasen interés por el tema, que comprobaran lo denunciado y si procedía, cerraran el local. También, les animaba a que periodicamente visitaran y analizaran las opiniones de los usuarios. Son cientos los establecimientos vinculados y siempre podría haber alguno que sea indigno de pertenecer a este proyecto cultural que tal vez sea el de mayor calidad a nivel mundial. Ningún viaje merecía ser recordado por una desacertada parada.