Manuel Moralo
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Nuestra primera vez en el Camino: cómo fue

Hola a todos.

Abro hilo para que todos aquellos que ya nos iniciamos en su momento en la andadura del Camino podamos contar por aquí cómo fue aquella primera vez: preparativos, condiciones, temores, anécdotas, historias, etc.

Y así, de paso, quizás animemos (si es que falta hiciera) a los que están pendientes de inciiarlo próximamente.

Un saludo a todos y animaos a participar.

Manuel Moralo
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Mi primera experiencia fue hace siete años, en verano, el Camino Francés entre Astorga y Santiago en las 11 etapas clásicas.

Me había pasado desde el invierno anterior preparándolo. Me leí 15 libros (y medio) sobre el Camino: novelas, libros de viaje, libros de historia, guías... Intenté prepararme físicamente, pero no andando, sino corriendo (incluso llegué a hacer una media maratón en primavera).

Me compré el mapa del IGN, más una guía (en libro de papel). Los mapas y la guía aún los conservo y los he llevado en todas las ocasiones que me eché al Camino. Me aprendí de memoria todas las localidades desde Astorga hasta Triacastela, listado que recitaba a mis amigos (obviamente, me tenían por loco).

Como todavía guardaba un rescoldo de timidez, me preocupaba ir solo y no contactar con nadie; esto en seguida se demostró como un temor infundado, en el Camino nadie camina solo (salvo que quiera hacerlo así), y es muy fácil conocer a gente e incluso hacer amistades.

Me preocupaba también la posibilidad de que me salieran ampollas; me salieron, claro, pero entonces descubrí que se puede seguir caminando incluso con ellas.

Dudaba entre reservar albergues o no; las dudas las mantuve hasta el mismo momento de salir, pero, afortunadamente, decidí lanzarme a esa pequeña "aventura" y descubrí la libertad del caminante. Y también que, en última instancia, en el Camino es muy difícil que te quedes sin sitio dónde dormir. Asi le cogí el gusto a los albergues públicos, con su ambiente único, aunque excepcionalemnte durmiera en alguno privado.

En fin, como creo que nos habrá pasado a muchos, el Camino me pareció el mejor periplo que había hecho hasta entonces.

Un saludo a todos.

Blenques
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Mi primer Camino fue en bicicleta allá por 2015 y pernoctaba en hostales y hoteles. Así que por decirlo empleando un símil que todo el mundo entienda, mi primera vez fue en un coche y de mala manera. También fue sin amor porque venía del mundo de las rutas de varios días en montaña así que para mí eso de transitar por caminos y carreteras de pueblo en pueblo no me atraía demasiado. Eso sí, el asunto me gustó y le ví posibilidades futuras prometiéndome que lo haría más veces, pero andando. Aún así mi primera llegada a Santiago, aunque en bici, no la cambio por ninguna de las llegadas posteriores. Creo que en realidad a Santiago sólo se llega la primera vez, así que los que me leáis y no lo hayáis hecho nunca, que la primera vez sea a lo grande. Esperad lo que sea necesario a encontrar el momento y los días necesarios y no mancilléis esa primera vez tan especial saliendo desde....... Sarria. Y sobre todo no tengáis esa primera vez pagando .........el transporte de equipaje.

¡Salud y buen Camino!

JSMartos
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Era el día 31 de julio de 2014 y me dicen... ¿Te vienes mañana a hacer el Camino de Santiago desde Rocesvalles hasta Santo Domingo de la Calzada? y voy yo, sensato y previsor que es uno, y respondo... ¿A qué hora salimos?

Pues así fue mi primer contacto con el Camino. Pero, una vez llegado a Santo Dominog de la Calzada, las cuatro personas que íbamos nos dimos cuenta que lo que empezó como algo sin importancia se convirtió en casi una necesidad de cada verano: dedicar buena parte de las vacaciones a seguir nuestro Camino.

Así, tras llegar el año siguiente a León y un tercero hasta Sarria, en 2017 llegamos a abrazar al Apóstol y fue cuando realmente me di cuenta que entonces es cuando realmente comenzaba mi Camino. 

Después vino el Camino Sanabrés y posteriormente el Camino del Salvador y parte del Primitivo, que hubiera termindado en 2020 si la pandemia no se hubiera atravesado en el camino.

Así que ansioso estoy por seguir el próximo verano en mi Camino y así, año a año hasta que las piernas sean capaces de llevarme por ese nuestro Camino.

¡¡¡Ultreia!!!

Penedo
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Hola a tod@s. Mi primer Camino fue en el Año 2.009. Camino Francés desde Roncesvalles. Como buen Agonías que era y sigo siendo, me había preparado concienzudamente. Meses antes viajé a Barcelona para imbuirme de Camino y de postre, Manifestación incluida, desde Los Santos de Maimona a Villafranca, en La Plata, para protestar por la Intención que se tenía de poner una Refinería en pleno Camino de La Plata. Ejercía de Peregrino pero no había hecho ni un solo Camino.

 

Es fácil de suponer que lo llevaba todo "atado y bien atado" y como a uno que yo me se y de cuyo nombre no quiero acordarme, el Camino se encargó de desatar todo lo habido y por haber. Todo apuntado, Albergues, lugares donde comer, que ver y ese largo etc. etc. que todos sabemos. Para daros una idea, de los Albergues, llevaba apuntado incluso el número de duchas e inodoros que tenía, en un pequeño desplegable. Vivir para ver a día de hoy. ¡¡Quién me lo iba a decir a mí!!.

 

Llegar a Roncesvalles, bufff, fue una desilusión. Tanto oír hablar, tanto leer en el foro amarillo que si Roncesvalles por aquí, que si Roncesvalles por allá, en mi mente me "monté" un pueblo pequeño y resultó que eran tres Casonas y una Iglesia. ¡¡¡Cosas de la mente!!!. Cuando llegué estaba todo nevado, lo había hecho días anteriores y aquello predisponía a pensar en un inicio complicado. Como así fue.

 

No pegué ojo en toda la noche y menos mal que no se me ocurrió dormir en el Albergue de los Holandeses, porque quien lo hizo, según me contó un novato como yo llegando a Zubiri, pasaron un frío aterrador. Evidentemente no era el Albergue de hoy, era el que había por entonces, donde la Iglesia acondicionada.

 

Recuerdo ir en grupo hasta Azofra, éramos unas seis o siete personas, con alguna de ella aún mantengo contacto, y las inclemencias meteorológicas no fueron precisamente favorables. Mucha niebla, lluvia y algo de frío, que llegado a Burgos, según la gente de la ciudad, se convierte en "fresco". Desde luego bien pasado por agua.

 

Caminé solo prácticamente desde Burgos hasta Villar de Mazarife, donde un grupo de italianos, con sacerdote incluido, muy despistados, me preguntaron algunas cuestiones del Camino, sobretodo referente a León. Je je, yo en mi primer Camino y la gente preguntándome, el "chute" de autoestima fue considerable.

 

Con los italianos caminé hasta Santiago, bien es cierto, que por incompatibilidad de caracteres, que diría Sabina, mi trato con el sacerdote era testimonial, de guardar las formas y la educación. No estaba yo con la intención ni por la labor de rezar Rosarios, ir a Misas ni practicar ninguna Religión, quedé sobresaturado en mi niñez, infancia y juventud.

 

Tuve bastantes problemas físicos, como un derrame linfático en la pierna derecha y un inicio de tendinitis tibial en la misma pierna, me enteré de ella entrando en el Obradoiro. Con el tiempo supe, porque así me lo dijo algún que otro médico amigo y el fisioterapeuta de turno, que el derrame fue por no estirar después de una etapa tremenda en Montes de Oca, todo el barro allí para mi y la tendinitis fue por querer ir en kilometraje con los italianos, que llevaban los días contados y en algunas etapas fueron excesivos kilómetros. Del derrame linfático se encargó una peregrina catalana con nombre vasco, Ainhoa, el clásico Ángel disfrazado de Peregrina. Sin su masaje en Calzadilla de la Cueza, ni en broma podría seguir caminando. Aprendiendo estaba. Musculatura fuerte pero poco flexible. A seguir aprendiendo.

 

A nivel emocional fue muy duro este primer Camino. Entrar en Burgos fue una prueba de fuego y creo que fue buena idea no quedarme a dormir en la ciudad y alargar la etapa hasta Rabé, aunque mi primera intención era Tardajos. Conocedor de la ciudad y alrededores (estudié allí) sabía que entrar por Fuentesblancas, pegado al río, iba a ser a nivel emocional muy muy duro. Allí vi crecer a mis hijos y era consciente que los recuerdos se amontonarían. Era el 14 de Abril, su cumple y su ciudad, de alguna manera, así lo pretendía, era mi particular homenaje. Roncesvalles – Santiago para quién unos años atrás era Campeón del Mundo de sillón-ball. Más sorpresas.

 

En León supe de manera inmediata que yo volvía al Camino. Hacía un frío que pelaba. Había dormido en Las Carvajalas. Noche para recordar. Muchas personas, poca ventilación y una sensación de que si me destapo paso frío (estaba cerca de las ventanas apaisadas) y si me abrigo me ahogo. Aún no había luz y ya estaba en la calle. Allí aprendí a dejar todo preparado para no molestar y respetar el sueño del prójimo y según caminaba hacia La Virgen del Camino, me di cuenta, que este cúmulo de sensaciones, experiencias y motivaciones, sería ideal para dar sentido a mi vida. Volvía.

 

Llegar a O Cebreiro fue muy especial. En la cima, esperando, estaba mi hijo el mayor, sentado en el muro de mampostería previo a llegar a la Iglesia y fue un momento muy especial. Buen cocido nos pegamos y si, como habéis adivinado, seguía lloviendo.

 

No me da ningún apuro decir que a medida que me acercaba al Obradoiro lloré sin consuelo. Mi homenaje estaba acabándose y fui capaz de terminarlo. Me sentía henchido de satisfacción y a la vez con una tristeza infinita. Tuve que pararme donde el “Gaiteiro”, reponer la compostura y hacerme el “peregrino”. La familia esperaba.

 

Al año siguiente volví a Roncesvalles y al siguiente a Sevilla y así, fui completando una serie de Caminos, que sin su preparación y el caminarlos, no tendría sentido mi vida. Cuando trabajaba, uno al año, ya jubilado, uno en Primavera y otro en el Otoño. La espera era muy larga y las ganas de irme al Camino se acrecentaban. Así lo hice justo hasta este año. Demasiada gente en el Camino, sobretodo llegando a mi tierra, creí conveniente no irme para así acumular fuerzas, motivación y ganas para afrontar el Camino del año que viene.

 

El foro amarillo en su momento y este de Gronze más tarde, actuaron como cordones umbilicales para seguir caminando desde un teclado y un sillón. A seguir contando los días para poder volver otra vez y seguir pesando la mochila porque a lo mejor le puedo sacar unos 100 gramos de nada.

 

¡¡¡Bendito Camino….!!!.

 

Bo Camiño.

Lupiss83
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Me ha gustado mucho tu primer camino.

carapau
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En unos dias de vacaciones en Aragon vemos a dos peregrinos con sus mochilas por el arcen de la carretera entre Jaca y Puente la Reina (de Jaca)  .

Alguien pregunta "porque no hacemos el camino de Santiago" y yo contesto  " porque no" . 

Pocos dias despues coche a Pamplona y autobus a Roncesvalles.  Recuerdo que un peregrino argentino comento que quedaban un millón de pasos para llegar a Santiago  y que no pege ojo en toda la noche.   Era la primera que dormia en un albergue con otras 60 personas en la misma habitación .

Primera etapa Roncesvalles - Trinidad de Arre , segunda etapa Arre - Puente la Reina .  

En aquel momento yo estaba trabajando en varios turnos . Mañanas, tardes , noches ,turnos partidos , guardias ...  Mi camino frances lo hize entre Abril y Junio de 1999 en 5 tramos diferentes . 

Me dio mucha rabia tener que estar encerrado en el albergue de Arca la noche de San Juan todavia con luz mientras el pueblo celebraba una sardinada . 

Despues ... 

Jaor
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Pues mi primera vez fue en el año 1999 el  28 de Febrero, día de la Comunidad de Andalucía, que junto a otros tres compañeros, dos José Antonios y dos Rafaels nos decidimos a emprender el camino a Santiago desde la puerta de nuestras casas en Córdoba hasta Santiago de Compostela. Para este evento se contó con una nutrida concurrencia de familiares y miembros de la Asociación del Camino Mozárabe de Córdoba que se creó hace unos años y pretendía que algunos de sus miembros culminase la peregrinación hasta la tumba del Apóstol. Hubo seguimiento por un medio de prensa cordobés, solemne misa de despedida en la Iglesia de Santiago, imposición de insignias de plata, audiencia con el Sr. Obispo de Córdoba, y agasajos de peroles y chocolatadas para amenizar nuestra marcha.

Íbamos pertrechos con la ineludible esterilla y el saco de dormir, en los que descansábamos y dormíamos en innumerables lugares que las autoridades eclesiásticas y municipales nos facilitaban en el suelo de alguna sala de iglesia o municipio. Ni que decir tiene que no existía el teléfono móvil y la señalización o no existía y donde había era muy precaria. Nos dirigíamos por intuición y mapas, llamábamos a la familia y amigos a través de las cabinas telefónicas de monedas de los bares. En muchas ocasiones nos duchábamos con agua fría e incluso en situaciones comprometidas, así en Espiel nos duchamos en un lugar que era preciso pasar por el altar de la iglesia e íbamos ligeros de ropa y con los accesorios de aseo y toallas.

Así nos alojamos en escuelas, sacristías, salones parroquiales, hogar de transeúnte con indigente, pensiones, hogar de personas desahuciadas y deficientes mentales, colegio de los padres Salesianos, instalaciones de Ayuntamientos: teatro, naves, pasillos, centro médico, polideportivo, anexo y desván de bares, hostal. En Fuenterroble dormimos en esterillas donde hoy se facilita la cena a los peregrinos e incluso tocamos las campanas de la Iglesia.

La fotografía en la que salimos en el Diario de Córdoba plastificada nos sirvió como salvoconducto para confirmar nuestra peregrinación por los lugares que pasábamos, puesto que en esta época era una novedad ver pasar a peregrinos. Tal era esta situación que a un compañero en la puerta de la Iglesia una feligresa le dio un donativo para que se comprara un bocadillo, también el director de una entidad financiera al vernos tras el escaparate del banco su director salió despavorido y procedió a cerrar el banco.

 Tras treinta y tres días ininterrumpidos de peregrinación llegamos a Santiago de Compostela, asistimos a misa e incluso pudimos introducir nuestras manos en el pórtico de la Gloria.

Esta peregrinación ha dejado tanto poso en mí que todos los años voy desde mi casa en Córdoba a Compostela desde el año 2013, este año 2022 en dos ocasiones. Así ya son 14 las veces que he tenido la oportunidad de andar desde mi casa a la tumba del Apóstol. También he emprendido innumerables caminos distintos. Y espero, que si la salud me lo permita proseguir en muchas más. 

 

Cristineta87
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Una amiga mía y su tía se fueron a Astorga en pleno febrero para hacer el Camino de Santiago, yo y el resto la pusimos de loca para arriba... Pero sentimos mucho orgullo por ellas, les pilló un mal tiempo de narices, por poco no los pilló nieve y de albergues estuvo justo y escaso.

Al año siguiente, en 2015 algo me hizo click y quise lanzarme a esa locura. Empecé a mirar foros, blogs, guías... todo internet, para poder buscar información. Solo tenía 10 días y yo no me veía capaz de empezar en O Cebreiro, así que a finales de abril viajé de Barcelona a Sarria teniendo 10 días por delante (no confiaba que pudiera caminar +15km diarios).

Llegué a Sarria con los pies destrozados de ampollas, por haber estado caminando mucho días atrás... la gente me preguntaba si es que había venido de Barcelona caminando xD recuerdo la primera etapa muy muy hermosa, recuerdo como me peleaba con el poncho, como iba coincidiendo con la gente... Llegué a Portomarín destrozada y a rastras jajajajajaja me metí en el primer albergue y creo que dormí como 3-4h seguidas, unas señoras estaban preocupadas porque apenas reaccionaba!

Fui sin haber reservado nada, pero me sabía las etapas, los pueblos, los kms, los servicios... Lo llevaba todo estudiado. Fue un reto, porque en esa época estaba en muy baja forma, nunca había caminado tanto, ni llevado mochila, ni poncho, ni viajado sola... Pero fue una experiencia inolvidable, el orgullo, la satisfacción, la plaza del Obradoiro, la Catedral, la gente que conocí, los paisajes, la comida, la camadería en el Camino... Sé que fueron pocas etapas, pero para mi fue un antes y un después. He vuelto al Camino cada año, excepto en 2018. Y mi familia ya sabe que necesito volver cada año, aunque sean pocos días... Y así seguiré!

Buen Camino!! PD: me encantan vuestras experiencias... gracias!!

Núria MV
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Me enamoré de la idea de peregrinar a Santiago un dia del 2003 viendo y comprando un libro de JM Somavilla que "me llamó" de entre otros libros, en una tienda grande de material deportivo donde no recuerdo que fui a comprar... En 2012 por fin pude colgarme la mochila y viajar a Pamplona en bus y luego hasta Roncesvalles. Lo llevaba todo calculado, teléfonos de albergues, un libro magnífico de A.Pombo con magníficas indicaciones y, aunque sabia que todo iria bien, el dia que salí de casa hacia la estación de autobuses se me hizo extraño que hubiera tomado la decisión de dejarlo todo atrás para irme andando hasta Santiago. En mi largo camino al Obradoiro aprendí muchísimo, de mi misma (miedos y fortalezas) y del mundo y de la vida. Llegar al Obradoiro peregrinando fue una de mis mejores vivencias. Y el Camino me transformó y me transforma cada vez que lo ando. 

 

Sulli
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Septiembre de 2012. 

Ya estaba decidido a irme a Santiago desde casa, habiendo leído previamente todo lo que cayó en mis manos sobre El Camino. La página bicigrino me ayudó mucho. Por entonces desconocía más. Antes de salir, un amigo hermano me preguntó donde cojones iba solo. Y le dije que a Santiago. Se quedó pensando y me dijo "me voy contigo". No teníamos mucha idea de a qué exactammente nos enfrentábamos, ni la motivación última que nos empujaba, pero armamos las bicis con las alforjas, y partimos desde Santiago de Cartes en Cantabria, hasta Santiago de Compostela. Cruzamos la cordillera, y en Boadilla del Camino enlazamos con el Francés, y de ahí todo al oeste.

Quedamos hechizados, prendados de eso que no se puede definir y que te atrapa, conocimos gente variopinta... y repetimos. 5 veces, todas en bici. Ahora, después de leer y aprender de todo lo relacionado con el peregrinaje, y después de abortar el intento de éste año por circunstacias personales, creo que ha llegado el momento de coger la mochila y aparcar la bici. Dios mediante, en junio haré la intentona desde Roncesvalles hasta donde sea que me dén los días de vacaciones en el trabajo. Prometo informar.

Buen Camino.

Lupiss83
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Todo empezó en el año 2021, viendo una serie, decidimos mi marido y yo que haríamos el camino. Él se encargó de elegir camino, eligió el INglés, desde Ferrol, y yo fui la encargada de ir buscando donde dormir (decidimos dormir en hostales y pensiones, y una de las noches en un albergue privado). Ya iba a ser muy precipitado, asi que decidimos hacerlo en septiembre de 2022. Tenía algunos hostales reservados desde noviembre del 2021, y en abril del 2022 ya tenía todo el alojamiento cerrado. 

El 2 de septiembre salimos desde Úbeda hasta Santiago, una paliza de viaje, y como llegamos a las 03:00 de la madrugada, aparcamos en un parking del hospital por el que pasamos e intentamos dormir algo en el coche. A las 06:30 ya no podíamos dormir y fuimos al parking en el que dejaríamos el coche durante esa semana. A las 09:30 iríamos en bus hasta el Ferrol. Ese sábado lo echamos todo el día allí y el domingo día 4 comenzamos a caminar. Poco antes de salir de Ferrol nos encontramos un "matrimonio" (eso es lo que pensábamos que era), que venian de Roma y nos dijeron que si podían caminar con nosotros, no teniamos problema ninguno. Al llegar  a Neda, ellos se fueron a su hospedaje y nosotros al nuestro, con una lluvia que caia tremenda. 

La segunda etapa bien, llegamos a Pontedeme (no coger el alternativo, se nos hizo muy pesado) y por la tarde vamos a visitar una iglesia y nos encontramos al "marido" en la iglesia, nos saludamos , nos preguntamos que tal había ido, etc.. 

La tercera etapa hasta Betanzos, se me hizo algo pesada al final, llegamos, comimos y vinieron a recogernos  el dueño de dónde nos íbamos a hospedar, que nos trataron genial, ya que nos recogían, luego nos llevaban a cenar, nos volvian a recoger y a la mañana siguiente nos volvian a dejar para comenzar a caminar. (estaba a 3 kms. de Betanzos), nos dijeron al llegar que descansaramos y que después nos invitaban a una cerveza en el jardin tan bonito que tenían, y nada, allí conocimos a 2 chicas canarias, y un chico de Mérida, que junto a un gallego que conocimos al dia siguiente y dos chicas de Elche, son de lo mejor que me ha podido pasar.  

En la cuarta etapa, no nos olvidaremos del primer bar en el que paramos, regentado por una señora mayor que como ya estaba jubilada no tenia prisa ninguna, y dejaba de atendernos para atender a la gente de su pueblo que estaban jugando a las cartas. Desde luego que no se estresaba. La siguiente parada fue en Casa Avelina, dónde estuvimos un buen rato, y una de las chicas canarias me estuvo poniendo tiritas en el pie (no olvidaré el gesto). Seguimos hasta Bruma y alli en el albergue nos encontramos al "matrimonio" que dormiían allí también. Al terminar de cenar, una de las chicas canarias nos dijo:

Esa pareja no es matrimonio, él es cura.

Y Nosotros; Anda ya, 

Y ella: Que si lo es. 

La cosa quedó asi.

Bruma - Sigüeiro bien, muy pesada la final, pero bien.

Sigüeiro - Santiago, mi marido y yo comenzamos a caminar antes porque cómo yo tenía ampollas e iba más despacio para no entorpecer el ritmo de los demás acompañantes, al final llegamos dos horas antes que ellos y ya por la tarde nos vimos allí en la Catedral. Nos quedamos en la misa del peregrino por la tarde mi marido, las dos chicas de Elche que conocimos (ellas llegaron el día de antes porque hicieron el camino en 4 etapas) y yo. Y sorpresa, cuando salieron los curas a dar la misa, ahí estaba el "marido". No se equivocó la canaria al decirnos que era cura, jajajajja.

Bueno, han pasado dos meses, y echo tanto de menos el camino, ha sido el primero y sé que no el último, me quedo con la gente tan maravillosa que he conocido, cada uno con motivos diferentes, pero la misma meta. Abuelo caminando con su nieto, gente con los pies destrozados, y luego los ves allí en Santiago y te alegras tanto de volverlos a ver. Además es curioso, te acostumbras a ver a la misma gente, y el día que no los ves te preocupas y todo. 

ÉSte ha sido mi primer camino. No tengo muchos días, asi que el próximo será el POrtugués desde ValenÇa .

Un saludo.

Ma Teresa
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En un pueblo del Pirineo catalán, donde veraneamos, por las tardes salía a pasear con una vecina. Un día me comentó que estaría ausente un par de semanas porque se iba a hacer el Camino. Hacer qué?. Le pregunte.

A su regreso contó poco. Pero me dijo que no tenía nada que ver con caminar. Que todo en su conjunto era una experiencia vital y que no se podía comparar con otro tipo de viaje. Sembró la semilla y además estaba en un momento en que necesitaba reorientarme.

Organizar que desapareciera una semana o dos fue complicado: familia, trabajo, compaginar las vacaciones familiares,… El único que me apoyo desde el principio fue mi hijo. El resto, de loca para arriba, y además iba sola. Se enumeraron todas las desgracias que podían pasar. Todos en contra y yo absolutamente decidida.

Comparto con vosotros una parte del relato de mi primer día de mi primer Camino, que escribí hace ya bastantes años.

Ma Teresa
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Hay un texto anterior que no estoy incluyo. No es relevante.

En ese estado de relax y semi consciencia sus pensamientos empezaron a retroceder, a los meses anteriores para revivir como empezó todo. Había leído muchas opiniones, artículos, comentarios, historias. Y todo convergía en lo mismo, la magia del Camino, que te atrapa, te revela, te sitúa en la vida. Sí, necesitaba hacerlo, quería dar un punto de inflexión a su vida, a su rutina. Encontrar un sentido a su vida interior.

El Camino de Santiago y la peregrinación en general dicen, brinda una experiencia extraordinaria de aprendizaje emocional. Allí reside la magia. Pero no hay aprendizaje real, significativo, sin transferencia de lo vivido. Es decir, aplicar a tu regreso todas las vivencias vividas.  Quería encontrar certidumbre a su incertidumbre

Durante semanas había estado preparando la mejor combinación de tren a Pamplona, autobús, y llegada a Roncesvalles. A partir de allí, nada estaba cerrado, nada concreto. Iría viendo qué deparaba el día, el cansancio, lluvia, calor, albergues, hostales. Planes de futuro no más allá de un dia.

En su estado de semi vela, ese estado de semi conciencia, donde su cuerpo estaba vivo con todos los sentidos en alerta, pero era incapaz de moverse, le llegó el sonido de una alarma que le pareció el aviso de salida del tren, pero por el contrario no había movimiento. Volvió a oír el pitido y entonces sí, se incorporó sobresaltada. Era el despertador que avisaba.

Pies al suelo, se vistió deprisa y bajo a la cocina para desayunar algo de fruta. La casa estaba en total silencio. Lo agradeció ya que en ese momento no le apetecía ni ruidos, ni preguntas.

Encontró a su pareja ya vestido y preparado para llevarla a la estación. Partieron y durante todo el trayecto a la estación de Sants el silencio más completo ocupó el espacio en el coche. Ella seguía en un estado de ánimo que no quería hablar, solo sentir.

Llegó a la estación y la despedida fue rápida, una abrazo apretado, cálido y reconfortante. Con un llámame cuando estés ya en el tren para saber que todo va bien.

Entro en la estación y se dirigió a las ventanillas. De las cinco ventanillas disponibles, solo dos estaban abiertas. Se acercó a la de la izquierda que estaba más cerca y allí le pidió al funcionario un billete, solo ida, en el tren a Pamplona que salía a las 6:05 de la mañana.

El funcionario, relativamente joven y con cara de sueño todavía, tecleo un par de segundos y le dijo sin mirarla siquiera: “el primer tren a Pamplona es a las 15:05”. “Como”!! dijo ella. “No puede ser. Hay un tren ahora. Lo he visto”. “De lunes a sábado, sí. Pero hoy es domingo. Los domingos el primer tren es a las 15:05” le confirmó.  Seguía sin mirarla, seguía atento a la pantalla que tenía a su izquierda.

El ruido de la estación desapareció, el entorno, la gente, el olor también. Solo estaba ella allí, plantada, con su mochila a la espalda, y mirando al funcionario. Lo había previsto casi todo en ese primer día, eso pensaba, pero había confundido el día. ¿Y ahora qué? Pensó.

“Hay alguna forma de que hoy pueda llegar a Pamplona antes de las 16:00? Debo estar allí para coger un autobús”. No iba a llorar, no no no, pero la voz era todo menos voz.

El funcionario siguió mirando la pantalla, y empezó a teclear rápidamente. A ella le pareció un tiempo eterno, muchos minutos, esperando alguna respuesta que la hiciera salir del estado de confusión en que se encontraba.

Se oyó el rapapa de la impresora y el funcionario recogió unos papeles y los puso delante de ella. Y le dijo, “ahora rápido anden 3, tren destino a Campoo, de allí, tren a …..”. Ella oía, pero casi no entendía lo que le decía. Puso su mano encima de los billetes, 3 en total. El funcionario seguía con su mano allí, encima de los billetes y sus dedos quedaron muy cerca de los de ella. Muy cerca casi rozando. ¿Ella le preguntó “Pero llegaré allí a las 4?” y el funcionario ahora sí la miró, ojos azules, acerados, socarrones, intensos. Escudriño su cara y sentenció “Sí, llegarás”.

¡Y llegó!

 

antonio santiesteban
Imagen de antonio santiesteban

Salí de Logroño, donde vivo. Parada en Nájera.Albergue municipal. Casi 100 peregrinos. Ducha agua fría. Para salir del dormitorio, puerta estrecha. Ventanas en el techo. Voluntarios cantando Clavelitos. Eso sí, la voluntad.

Por poco me vuelvo. 

Después la cosa mejoró, hasta llegar a Burgos donde en su espléndido albergue, recobré la fe en la humanidad 

 

 

Javier Bermúdez
Imagen de Javier Bermúdez

Mi primer camino fue en julio agosto de 1999.

 

Había oído hablar a una amiga que se iba a hacer el Camino de Santiago, no tenia ni idea que era eso. Por suerte o por desgracia, mas bien por lo primero, me quedé sin trabajo en junio y empecé a interesarme por lo del “Camino”.  En aquella época no había ni internet ni móviles ni nada parecido. Un día pasando por la calle Carretas en Madrid, en un portal al que fui a hacer una entrevista de trabajo, vi un cartel que decía Amigos del Camino de Santiago de Madrid y allí entré. Me citaron para una pequeña charla. Donde éramos unos pocos interesados. Nos contaron un poco en que consistía el Camino de Santiago, lo de los albergues, las credenciales, el equipamiento, etc. Me compre la mochila y La Guía del Camino a píe de El País Aguilar.

 

Y el día 9 de julio empezó mi primer camino. Saliendo de Madrid en tren hasta Pamplona, luego en bus hasta Roncesvalles y en taxi hasta Saint Jean Pied de Port.

La primera noche en un albergue fue una experiencia. Jamás en mi vida había dormido en un albergue, éramos cuatro personas, y tuve el primer contacto con los ronquidos.

Tuve la suerte de conocer a personajes que ya son leyenda del Camino, como Santiago Zubiri, alcalde de Larrasoaña. Pablito el de “Las varas”. La Sra. Felisa, Higos, Agua y Amor, al párroco de San Juan de Ortega, que nos dio unas ricas sopas de ajo. Creo recordar también a Casti, no recuerdo bien el nombre, de Castrojeriz. También a Tomas, el último Templario. A Jato, en Villafranca del Bierzo. Prada a Tope. Y seguro que a alguien más, que ya no recuerdo.

Los albergues eran pocos y en la mayoría era la voluntad o 500 pesetas. Había pueblos que no tenían donde alojarte. Todo era mas autentico, sin prisas, los caminos solitarios. La masificación empezó en Astorga, donde nos mandaron dormir en unas tiendas de campaña facilitadas por el ejército.

Pero donde empezó realmente la masa de gente, fue en el O Cebreiro. No sabíamos de donde había salido tanta gente. A partir de allí, ya nos tocaba dormir en pabellones de deporte, por la gran cantidad de gente que había, porqué además de ser aó santo lo anunciaba “El Corte Ingles”.

Llegamos, el grupo de amigos, al Monte del Gozo el día después de que estuviera Juan Pablo II y actuaran los Rolling Stones. Y el día 10 de agosto llegamos a Santiago. En la catedral no entraba ni un alfiler. En la misa del peregrino estaba todo el equipo del Real Madrid, de aquel año.

Fue toda una experiencia que no es necesario relatar, por que todos la hemos vivido.

No volví al Camino hasta enero de 2007. Que comencé con una amiga en Villafranca del Bierzo. Imaginaros lo que es en invierno subir al O Cebreiro. A la mañana siguiente salimos con una gran nevada y la nieve hasta los tobillos. La bajada a Triacastella me parece de las partes del Camino mas bonitas. Los albergues estaban vacíos, solo para ella y para mí, en alguno si coincidimos con algún peregrino. Llegamos a Santiago solo cuatro,(dos coreanos, ella y yo) y en la misa del peregrino éramos dos, que tuvimos la suerte que nos nombraron por nuestros nombres. Fue muy emotivo.

En 2022 hice el del Norte y en 2022 el Primitivo.

Este año volví al Frances, para acompañar a una amiga que conocí en mi primer camino del 99. Me uní a ella en Logroño y llegué hasta León. Tengo previsto continuar en León en marzo.

Todo ha cambiado mucho, todos vamos con los GPS, con nuestros móviles. Tienes la opción de ir reservando, para que no te quedes si sitio en los albergues. Hay albergues para elegir por todo el Camino. Te llevan la mochila en taxi, etc.

En mis anteriores caminos, iba reservando, en este medio Francés que he hecho en este año, no he reservado, y me he dado cuenta que la gente reserva en los privados y que los públicos casi siempre hay sitio.

Y bueno, mas o menos esta es mi experiencia.

Javier Bermúdez
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Perdón, creo quie lo he subido dos veces

Xalic
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Fué en 2008: estaba a punto de cumplir 60 años y pensaba que cuando los superara ya sería demasiado mayor para hacer el Camino. Sin experiencia en senderismo (ahora ya sí) andamos, con mi mujer, 15 quilómetros de ida y 15 de vuelta por el "carril bici" que pasa cerca de nuestra casa; distancia (30 kms) de una etapa de las largas según leí en algún sitio de internet.
A pesar de llegar a casa super cansados, nos autoengañamos decidiendo que ya éramos capaces, y a los pocos días ya estábamos en Roncesvalles (en coche desde nuestro pueblo en la costa de Girona). Caminamos dos días hasta Pamplona con unas mochilas "de estar por casa"  y regresamos a Roncesvalles en bus para recoger el coche, constatando que eso era una gilixxxxxxx. Así que decidimos dejar el coche en Pamplona y seguir con lo mínimo unos días más hasta Santo Domingo de La Calzada (teníamos el tiempo limitado, ya que aún estabamos trabajando).
La mochila inadecuada le provocaba a mi esposa un fuerte dolor en el hombro, y en el hotel de Puente la Reina (dormímos en pensiones y hoteles) vimos un anuncio de “traslado de mochilas” que fué la solución.
Después de unas primeras etapas que terminamos cansadísimos, llegamos a Santo Domingo de la Calzada en ocho jornadas, con la tristeza de despedir a otros peregrinos que seguían a Santiago (años después descubrí que nosotros fuímos turigrinos ...) y nosotros teníamos que regresar a casa. Ya no estábamos cansados y nos hacía ilusión seguir, pero los días de vacaciones se habían agotado.
Al año siguiente completamos el Camino Francés, vino la jubilación y han venido varios Caminos más, dejando siempre el coche en casa (utilizando tren, avión y bus) y también regularizamos lo de turigrinos comprando mochilas adecuadas que siempre más hemos transportado en nuestras espaldas, y durmiedo en albergues, o alternándolos con hoteles sin reserva previa (excepto en la pandemia).
Este próximo 2023 habrán pasado 15 años desde que cumplí los 60 y me inicié (o nos iniciamos) en esto del Camino y, si todo va bien, la idea es hacer el Lebaniego-Vadiniense (antes de que sea demasiado mayor ...)

asdenn
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Hay tantos caminos de Santiago como pares de pies que pisan los senderos marcados. Y ruedas, que no falten ni las bicis ni las sillas de ruedas que también hacen su particular peregrinación. Comenzamos en febrero del 2019 en Roncesvalles. No íbamos preparados físicamente. Unas ganas inmensas de hacerlo en el corazón, una mochila hecha por primera vez con mucha ilusión y 60 kms por delante en cinco días de peregrinación. Vendrán después otras tres veces más. Cuatro viajes del sur al norte para retomar desde el último pueblo al que habíamos llegado: Roncesvalles, Puente la Reina, Santo Domingo de la Calzada, Terradillos de los Templarios y Villafranca del Bierzo. Han sido los hitos logrados. Nos falta llegar a Galicia, cruzarla y arrodillarnos frente al Obradoiro. Así habrá culminado nuestro camino.   Una peregrinación afectada y retrasada por una pandemia mundial que separó las etapas por dos largos años.

Con menos peso en la mochila, con las botas ya usadas y adaptadas a nuestros pies y con la ilusión intacta, volvimos a atravesar campos y pueblos sumando día a día hasta los seiscientos kms que llevamos ya en nuestra credencial.  

Es un camino en el que nos ha madurado el alma, de forma distinta a cuando los peregrinos inician su viaje interior durante algo más de un mes. Muchas vivencias lejos de las flechas amarillas en estos años. Cosas buenas y no tan buenas. Cuando vuelves a caminar acarreas pesos distintos en tu interior. Ya sabes cómo hacer para no tener ampollas y que no debes llevar más ropa que la imprescindible. Pasas los meses entrenándote para estar en forma y acudir fuerte a tu cita. Estás en tu ciudad imaginando que caminas con el sol a tu espalda en dirección al campo de estrellas. Y cuando llegas comprendes que el camino siempre es un reinicio, que no importa ni lo que has vivido ni lo que experimentarás. Solo poner atención al pie que se adelanta para acercarte centímetro a centímetro a Santiago.

Ma Teresa
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Bravo!!! Si señor. Nada mas a añadir.
Abrazo!

José Antonio Gi...
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Hola Manuel.
Mi primera experiencia en el camino de Santiago fue en octubre del año 1996, desde O Cebreiro.

Recuerdo como buen novato que llevaba en la mochila un par de pantalones vaqueros y otro de pana, camisetas de algodón, un par de camisas de leñador y un jersey de lana, además de la cámara réflex. También recuerdo que el primer día conocí a una chica de Navarra que venía desde Roncesvalles y llevaba ya tres semanas caminando. Para mí era una superhéroe.

Cuando llegue a Santiago necesitaba repetir la experiencia y hacerla completa, como la peregrina navarra.

No fue hasta 8 años después cuando pude volver a repetir desde Ponferrada, y al año siguiente por fin desde Roncesvalles.

Y a partir de ahí fue un no parar, hasta ahora.

Un saludo.