Penedo
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MI CAMINO PORTUGUÉS POR LA COSTA

Hola a tod@s. Como lo prometido es deuda, y allá por el día 10 de este mes, en Viana do Castelo, dije que cuando llegara de este Camino Portugués por la Costa, escribiría, y una vez que me han confirmado, pasadas las pruebas pertinentes, de que estoy bien, sin virus mediante, me pongo a ello.

 

Lo que a continuación voy a comentar, ni pretende sentar cátedra, ni tiene intención de que nadie lo tome como consigna, simplemente yo hice lo que en su momento creí oportuno y sin más pretensiones, lo expongo.

 

Cuando uno se va metiendo en años, hay dos maneras de enfrentarse al paso del tiempo, poniendo remedio y amoldarse, o pasar, como si no fuera contigo el transcurso inexorable de los meses. Yo pretendo ser de los primeros. Pretender no quiere decir que se logre siempre.

 

Como dije en mi última intervención, cuando los días pasan sin solución de continuidad, cuando no hay un horizonte en donde fijarse, cuando en tus manos no está lo que más te gustaría hacer, no queda otra que amoldarse y procurar que los sucedáneos palien en gran medida lo original. Mi intención era continuar en Santillana del Mar el Camino del Norte, pero mi intención no tenía nada que ver con los planes del “bicho”. El sucedáneo fue caminar por los alrededores de casa, lo que es lo mismo, El Camino Portugués por la Costa.

 

Ni un albergue pisé. Sabía positivamente lo que supondría esa decisión, pero también sabía que tenía que tomar medidas y que aunque repercutiera en el “bolsillo”, que esa fuera la medida peor. El pagar, si estaba en mí mano.

 

Llevo en el Camino desde el año 2.007 y los Caminos se van acumulando en mis piernas con algún que otro “problemilla”, ora tendinitis tibial, ora sobrecargas varias, nada que muchos de los que me estáis leyendo no sepáis, hay que caminar más despacio y menos kilómetros. Punto. Aunque cueste, es lo que hay. Más cuesta no llegar. Y con esas premisas me tomé la planificación de este Camino. Yo soy de planificar, de los del Plan A, B, C y si me apuran el D, por algo se me “bautizó” como el Agonías, en este Camino no hizo falta. Hoteles sobran en la Costa.

 

No tengo la menor duda de que este Camino fue especial. En el primer tercio del Camino, más o menos hasta Viana, un peregrino adelante o atrás, era todo un acontecimiento. A medida que me acercaba a la frontera, en A Guarda, se atisbaban de manera más frecuente gente caminando, en su mayoría portugueses, como parece que es lógico, pero al llegar a Redondela, donde se juntan los dos Caminos portugueses, el Central y el de la Costa, ya había más gente, más peregrinos, pero por supuesto nada que ver con años anteriores, bien es cierto que yo en Septiembre caminé pocos años, yo los Caminos los empiezo en Abril.

 

Para no alargarme mucho y evitar un “ladrillazo” tremendo, voy a enumerar algunas conclusiones que he sacado. A saber :

  1. Haciendo el Camino, donde esté un buen Albergue, que se quiten los Hoteles con estrellas varias. No hay color. Lo sabía y no me extrañó, pero no quita que se añorara el calor humano, la convivencia con los demás peregrinos y ese largo etc. etc. que os podéis suponer.
  2. Como sucedáneo, y es lo que pretendía, me valió. Verme en mitad de la etapa, silbar y silbar, es sinónimo de que estoy en mi “salsa”. Como en un porcentaje altísimo de mis Caminos los hago solo, el caminar sin nadie a mi alrededor, no supuso ni el más mínimo problema.
  3. Como siempre y me gusta recalcarlo, caminar por Portugal es una delicia. Fuera desde Lisboa, desde Oporto en varias ocasiones, haciendo el Camino de Torres, el portugués es un excelente anfitrión. Reconozco, vaya por delante, que no soy aséptico en la apreciación, soy gallego, por ende primos-hermanos, pero es de justicia decirlo.
  4. En ningún lugar he sentido menosprecio, miradas fuera de lugar, ni comportamientos huraños, justo todo lo contrario. Nada nuevo en ese sentido.
  5. Como anécdota, acabar una etapa en tú ciudad, y al día siguiente, volverte a levantar para continuar a Redondela, me resultó, cuanto menos curioso. Buen “Hotel” en Vigo, je je.
  6. Dice el dicho o el Refrán, que no sabría decir si uno u otro, que “NO hay mal que por bien no venga.” Llegar a Santiago, ir a buscar el papelito, “Vicariae pro” mediante, (los compromisos familiares son inevitables) y en 7 minutos de reloj estar fuera, me pareció increíble. Gente había, pero si tenías cubierto en la web de la Oficina de atención a los Peregrinos los datos que se piden, Nombre, edad, etc. etc., te dan un papel con su número correspondiente y en un plis plas estás en la calle. ¡¡¡Increible!!!.
  7. Ya por último, y para que cada quién evalúe, un hecho significativo. Padrón. 7,30 de la mañana. Cafetería. Cafés, tostadas, etc. etc. Tres mesas en la terraza en la Carretera Nacional. Nueve peregrinos, tres por mesa y uno solo, que soy yo. Nos cubre un hermoso toldo. Cada cual dando cuenta de su desayuno. Una voz dice : ¡¡¡Está lloviendo!!!, nada hombre, contesta a su lado el compañero, son cuatro gotas. La chica que los acompañaba sentencia : Yo así, mojándome, no camino. Coger el teléfono del taxista y llamarlo. SIN COMENTARIOS.

Bo Camiño.

TRAINERA
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Felicidades PENEDO y gracias por el relato de tus vivencias por ese Camino. Razón tienes cuando dices lo del "problemilla" en las piernas al caminar. Eso quiere decir que vamos para mayores. AGUR, MANU.

Indi
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A cualquiera que le contamos que preferimos un albergue a un hotel, no hay más que verle la cara para saber que piensa que estamos como una cabra.

Y seguramente será eso, aunque ya no nos damos cuenta.

Felicidades Penedo. Qué más da un Camino u otro, lo esencial está en todos.

Sofía
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Muy bien, estupendo Penedo todo lo que caminamos nos enseña algo, sin duda. y si has podido irte pues genial. Apertas.

Bel.lita
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Hola Penedo!

Mira el lado bueno de caminar menos kilómetros y más despacio, te alarga el camino.

En cuanto al punto 7, pues eso sin comentarios.

Buen Camino!

João Batista Campos
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Saludos Penedo!!

Qué bien!!!

Un gran poeta brasileño (Paulo Leminski) nos dijo que:

"Um homem com uma dor
É muito mais elegante
Caminha assim de lado
Como se chegando atrasado
Andasse mais adiante"

Y vamos siempre, elegantemente, adelante!