Hola a tod@s. Estoy totalmente de acuerdo con el texto del post de Solitario, es más, no añadiría ni quitaría una coma. Pero dicho lo anterior, me gustaría decir que soy terriblemente pesimista al respecto.

Es más que evidente que en los Albergues Públicos, son casi siempre los más baratos, cuestión más que suficiente para que proliferen gente que menos peregrinos son cualquier cosa, turigrinos incluidos, lo que supone un trabajo extra para el Hospitalero, ya no solo por acogerlos, que es su cometido, también negarles sus solicitudes totalmente inadecuadas para lo que se considera un Albergue (Horarios, quejas como si el Albergue fuera un Hostal, Pensión o similar, etc. etc.), con el consiguiente desgaste a todos los niveles.

Evidentemente, en un colectivo tan amplio, hay Hospitaleros de todos los calibres, y se que dentro del citado colectivo, si hay un denominador común, es la PACIENCIA y hasta la Paciencia se agota.

Bo camiño.

Gracias por los ánimos, Enmanuelem y Solitario, espero que todo vaya bien. Ya tocaba dedicar unos días a cuidar a los Peregrinos después de lo bien que me han tratado todos los hospitaleros voluntarios que he conocido por estos andurriales.

Sayonara, baby

Menos en lo que dices de los senderistas, estoy bastante de acuerdo en líneas generales. Hay senderistas que también hacen de voluntarios en refugios de montaña en lugares duros que tela marinera lo que se lo curran también.

Absolutamente de acuerdo y absolutamente pesimista al respecto. Llevo veinte años haciendo Caminos y he visto cómo caía en picado el espíritu peregrino de los primeros tiempos. El éxito del Camino, y su consiguiente explotación comercial, ha llenado las sendas -todas- de excursionistas que de peregrinos no tienen más que la credencial. Aquel ambiente de gente que llegaba cansada y alegre a los albergues y disfrutaba de esas cuatro paredes y esa ducha de agua caliente cuando la había, esa fraternidad en que se compartía todo porque todos habían pasado por la misma experiencia, se fue terminando rápidamente con la moda de "hacer el Camino y conseguir la Compostela" con el menor esfuerzo posible. 

Y cuando el ambiente se deteriora hasta desaparecer prácticamente la idea inicial, no se puede esperar que los hospitaleros se adapten a un estilo que tan poco tiene que ver con el que ellos han ido a mantener. En el albergue de Foncebadón, uno de mis favoritos hasta aquel nefasto día, fui tratado como si fuera un colegial de quince años por una hospitalera voluntaria completamente sobrepasada por la situación. En el momento me enfadé, recogí mi equipo y abandoné el albergue. Más adelante comprendí que aquella hospitalera había sido víctima de un mal momento motivado por la avalancha de turistas low cost que estaba intentando atender. Y como esa las que se quieran.

El problema no tiene arreglo. El espíritu peregrino era el resultado de la superación de dificultades en común, el esfuerzo, la generosidad, la idea de estar viviendo una experiencia de mil años y recuperando una preciosa tradición que nos llega de la Edad Media. Ahora no hay más que echar un vistazo a las cosultas del foro para ver la cantidad de aspirantes a "peregrino diplomado" que no buscan más que bonitos paisajes, cómodos albergues, medios que les ahorren esfuerzo y precios ajustados a su presupuesto. Y con eso no podemos pretender que se mantenga el Camino, así, con mayúscula. Insisto, la situación se ha deteriorado hasta el límite y no se va a volver atrás, es el signo de los tiempos. Hay demasiados negocios, demasiados intereses y demasiado dinero invertido como para esperar un retorno a los orígenes. Resignémonos.

Buen Camino

Por lo que comenta el GR11 carece de albergues no? 

Volviendo al tema, llevas razón, por lo que vale un albergue público no se puede/debería exigir. 

Saludos