He escuchado el 54. Mi primer camino fue desde Astorga a Santiago. En Triacastela empecé con una tendinitis que me duró hasta la misma Plaza del Obradoiro. Esos seis o siete días fueron muy dolorosos. Recuerdo que los cinco o seis peregrinos que nos conocimos acabamos juntos el camino. Mi caminar era demasiado lento pero allí estuvieron. A la entrada a Santiago me tuvieron que llevar casi en volandas. Una vez en la catedral, los abrazos, besos, etc., hasta que alguien dijo de ir a tomar algo (la calle que baja de la plaza hacia la actual oficina del peregrino). Me di la vuelta para ir hacia allá, ya no cojeaba. Una semana cojeando, dolores de tendinitis, ni rodillera ni pomadas. Diez minutos viendo la fachada de la catedral y desapareció todo dolor y cojera. Mis compañeros quedaron tan sorprendidos como yo. Cada vez que lo recuerdo sigo sin darle una explicación a lo ocurrido . . . .

Buen camino !!!