Fernando Cristó...
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Bucólico San Xil (et in Arcadia ego...)

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Por San Xil o por Samos?

Hace dos años ya pasé por el monasterio benedictino, así que me decido a ir por la primera opción.

Queriendo “crebar" albores están los gallos cuando salgo de O Cebreiro. El misterio del paso de la noche al día me sobrecoge como siempre. Intuyo el ganado en sus establos, los pájaros en sus nidos, a los monjes de Samos cantando el “Benedicite omnia opera…”.

Cuando se empieza a ver me dejo embelesar por la danza entre la niebla, el bosque y el monte, no sabiendo dónde empieza o acaba cada uno. La taberna de siempre está ya abierta y entro con ganas al ambientillo cálido del lugar. Una pareja francesa dudan aún entre las dos opciones del camino de hoy, y me hago el listo aconsejándoles ir por Samos.

- ¿ Y tú por dónde vas?

- Por San Xil jajaja!

Se dice pronto, pero hace ya dieciocho años que pasé la ultima vez por esa vía. El recuerdo del recuerdo era encantador, aunque temo que esta vez me decepcione, como ha pasado con alguno de los tramos los días pasados.

Pero ay! Qué va! Pronto me doy cuenta de que otra vez caigo rendido a las fascinantes vueltas de este sendero. Sigue intacto ese duende en el aire, esos robles y castaños intemporales, esas praderitas como  idílico lugar ameno, ese trabajo de la piedra y de la pizarra, música celestial de un pueblo de sabios artesanos. 

Por kilómetros y kilómetros me dejo embaucar en ese aire de hadas. Supongo que alguien del campo percibiría sin esfuerzo los mil detalles de labor humana que favorecen ese ambiente tan especial, pero un urbanita como yo juraría que estas tierras fueron creadas por Dios así y que nada ha cambiado desde entonces.

En todo caso, es tan discreta y sutil la labor,  que uno no puede sino alabar el secular espíritu gallego, esa sensibilidad que tantas veces no entiendo o se me escapa, pero que aquí se contempla en su obra magna.

¿Qué le ha pasado a nuestra sociedad en el siglo XX para ser, en contraste con lo que aquí se respira, tan ruidosamente chabacana, tan estridentemente egocéntrica, en fin,  tan poco armónica y sutil?... ésta es la pregunta que me sugieren estos bosques fascinantes, pero que ya en Castilla o León me insinuaban ciertas casas, ciertas esquinas, ciertas amplitudes. ¿ Qué fue de la finura Castellana, de la leonesa, de la gallega, o ya puestos, de la vasca? O Dios! Este mondongo de gasolina, cemento, electricidad y soberbia moderna que es nuestra vida actual ¿Cómo podríamos deconstruirlo?

Camino y camino y camino ebrio por tanta belleza y casi sin notarlo estoy ya en Sarria ¡37 km hoy!. Debe ser verdad aquello que le leí a un peregrino australiano: que la belleza nos altera químicamente, nos coloca en otro estado de conciencia.

En fin, con un profundo sentimiento  de agradecimiento me pongo a escribir estas líneas, aunque sé que no podré trasladar sino pobremente lo vivido.

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Manu78
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La variante de Samos...que tendrá que tendrá...que me resulta espectacular. Buen Camino.

Indi
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Lo trasladas en el título: esa Arcadia idílica y paradisíaca, platónica,  en la que todos querríamos morar eternamente, que en ocasiones creemos encontrar en el Camino. No es que éste nos altere la conciencia, es que somos consciencia, y allí, donde surge ese instante en el que nos sumergimos por entero sin existir "nada" más, es cuando lo descubrimos. Es eso que ninguno acertamos a explicar cuando se nos pregunta. Los más escépticos no lo admiten pero no dejan de querer volver una y otra vez. Es nuestra Arcadia, y en esa Arcadia estabas.

Pero tiene trampa. O el relato es un trampantojo o lo es el título.

Tu entrada en Sarria da sentido al título, entendiendo metafóricamente Sarria como el fin de Arcadia: la muerte.

Et in Arcadia ego. "También en Arcadia (estoy) yo", es un recurso utilizado en literatura y el arte que incide en la idea de la fugacidad de la vida frente a la presencia inevitable de la muerte. 

Saber conjugar estar en Arcadia sabiendo que moriremos, y que este hecho no condicione nuestra existencia es consciencia. Lo contrario nos aleja de nosotros mismos: de Arcadia. Lo que da respuesta a los interrogantes que planteas.

¿Cómo lo deconstruimos?: Individualmente, colectivamente no es posible.

Buen Camino, aunque sé que regresaste hace días a este valle de lágrimas.

P.D. como parece que me has acusado en otro post de no haber comentado en este, lo hago ahora. He hecho trampa también, y he tenido que consultar para descubrir la trampa  cheeky 

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

Ah! Lo que es un buen lector! Me decido a cambiar el título del texto: yo no estaba pensando en connotaciones mortuorias, sino en lo bucólico de la Arcadia según Virgilio. Y como no quiero proyectar una larga sombra fúnebre sobre Sarria, mejor será quitar el proverbio (Y de paso hacemos más accesible el texto).

Indi
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Pues ya has fastidiado mi argumentación...laugh

Con que hubieras quitado el nombre del pueblo, evitando suspicacias, creo que hubiera sido suficiente. Al fin y al cabo, como metáfora de paso de la Arcadia de Virgilio al infierno de Dante, queda, que ni pintado. 

 

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

Lo que no se pueda arreglar en este mundo....