Elías Valiña
Hola. Una de las conversaciones que suelo tener en el Camino es la historia del origen de las flechas amarillas y su creador, y siempre que llego a O Cebreiro acompañado por otros peregrinos les llevo a ver el busto de Elias Valiña y a rendirle un pequeño homenaje.
No conozco en profundidad la historia de este sacerdote, y doy por sentado que hubo otras muchas personas que jugaron un papel fundamental en la revitalización del Camino de Santiago en estas últimas décadas hasta convertirlo en lo que es hoy. Tengo entendido que algún colaborador de Gronze sí lo conoció y trató bastante.
Dicho esto, entre las miles de personas que han contribuido a hacer del Camino lo que es hoy y entre las miles a las que el Camino ha cambiado la vida, entre tantas y tantas historias maravillosas que han acaecido todos estos años, creo que la figura de Elías Valiña guarda un puesto central.
He estado buscando por Internet y no he encontrado gran cosa sobre él, al menos no tanto como esperaba, salvo alguna biografía antigua y algún documental.
Digo todo esto porque me llama la atención que a una vida como la de él, y siendo una figura de consenso como pocas (supongo que tendrá sus detractores, como todo el mundo, pero no muchos), con todo lo que representa, no se le haya dedicado una película importante o un libro/biografía superventas. Y más siendo el Camino un marca tan potente y reconocible a nivel mundial.
Por supuesto, la película y el libro deberían empezar con la anécdota (¿leyenda?) del encuentro con la Guardia Civil en Navarra.
Dicen que España no sabe reconocer a sus talentos ni a los personajes importantes de su historia, y quizás aquí tenemos un ejemplo.
Buen Camino
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Hola Pilgrimm.
Las dos veces que pasé por O Cebreiro paré un buen rato en el lugar donde se le homenajea, al lado de la parroquia. Y sentí un agradecimiento y una conexión especiales. Yo tampoco conozco mucho de don Elías Valiña, pero me resulta un personaje entrañable y digno de admiración. Lo percibo como una especie de figura paternal de los peregrinos modernos.
Un saludo a todos.
No esta mal visitar el busto de D. Elias Valiña.
Pero¿cuántos visitan su tumba que se encuentra en el lateral izquierdo de la nave de la iglesia?
Varias veces he pasado por O Cebreiro, y siempre la he visto con algún ramo de flores. Incluso con alguna flecha amarilla. de esas que fabrica "un tal Flechitero" (saludos Edu) depositada frente a ella.
Item mas, y para curiosos, en el altar del lateral derecho de la iglesia, se encuentra la versión de O Cebreiro de El Santo Grial-
Pero , claro, estas cosas, tumba y cáliz. no forman parte del Camino.
En fin....., ¡Vivan los turigrinos!
¿Pero la peregrinación del Camino de Santiago no iba de visitar la tumba del Apóstol Santiago?. ¿Pretenden algunos que se extienda ésta a la tumba de Elías Valiña?. En O Cebreiro está su tumba y varias placas de reconocimiento bien visibles que cualquiera puede leer, en Sarria un mural pintado gigante con su cara, en otros lugares se ven murales pintados con su nombre, etc luego reconocimiento a su figura en el Camino lo hay otra cosa es que alguno quiera una canonización al estilo moderno con película incluida.
Cada vez son más los peregrinos que depositan sus exvotos sobre la lápida de Elías Valiña en Santa María de O Cebreiro. Cierto es que esto de los exvotos suele hacerse con Santos, Vírgenes, o en iglesias y lugares sagrados, siendo así desde el principio de los tiempos.
Son objetos con un significado concreto, especial, para quien lo deposita, y el motivo de hacerlo es para agradecer un favor recibido o por el cumplimiento de una promesa.
¿Es Elías Valiña un Santo? ¿Debería serlo? En cualquier caso fue una persona que con su "visión" ciertamente ha originado un revuelo considerable que facilita la búsqueda espiritual y remueve interiores, aunque sean pocos hoy los que abiertamente reconocen una motivación cristiana en su peregrinación. Esto es como una nueva corriente espiritual, cada uno con la suya y a la vez todos con la misma. Más universal es difícil de encontrar. Así que para la iglesia podría ser considerado Santo, milagros no le faltan. Yo creo que los verdaderos creyentes en su obra y milagro somos a la postre todos los que hacemos el Camino y obtenemos el beneficio y gracia de la transformación que en él observamos en nosotros mismos y en los que nos acompañan.
La primera vez que me planté ante su tumba no había nadie más en Santa María —tal vez otro milagro siendo mediados de octubre—. Antes de acudir a la llamada del Camino, o mejor dicho, hasta los preparativos de mi salida, apenas sabía nada de él, que era uno de los precursores del nuevo Camino y poco más. Tras casi un mes de caminar y plantarme ante él ya tenía motivos para agradecer su obra, pero no fue hasta llegar a Santiago donde vislumbré la verdadera dimensión de lo que significaba el Camino.
Después hubo otra visita, más fugaz y menos íntima, y no deposité un exvoto. No necesité hacerlo aunque razones no me faltaban: agradecimiento por un favor recibido y por el cumplimiento de una promesa, el kit completo.
Pero la pregunta que me hago es, si se convierte en una moda ¿convertiremos con nuestros exvotos su tumba en una especie de tómbola llena de cachivaches de todo tipo al estilo de la Cruz de Ferro?, seguro que sí.¿Realmente cumpliría las premisas del exvoto cualquier excentricidad del primero que pase por allí sin saber tan siquiera lo que está haciendo y ante quién?, pues ahí tampoco lo veo.
No sé, tal vez siendo esta lo que parece una nueva religión o corriente espiritual sí que proceda, pero, en esencia, un recinto sagrado como aquel y el hallarse ante una tumba merece el respeto y la honestidad por parte de quien accede de si siente agradecimiento sincero y quiere rendir un sencillo homenaje. En ese caso un pequeño exvoto cumpliría su función.
En cualquier caso, unos minutos de meditación y recogimiento en su interior, y dejar fluir el agradecimiento para que siembre su semilla me parece suficiente, aunque es muy bonito ver una flor y una flecha amarilla sobre la lápida, todo hay que decirlo.
Un saludo a todos.
La vida de Don Elías fue menos "emocionante" de lo que podamos pensar. Fue un sacerdote inteligente, con letras y carácter, que revolucionó un pueblo ciertamente en decadencia, implicándose en las tareas cotidianas de la gente. También se empeñó, como tantos curas de la época, en entretener a la juventud para evitarles distracciones nocivas.
Era un enamorado de la historia y, quizás por eso, unido a su impulso evangelizador (él vio el Camino como una oportunidad evangélica y cultural) se empeñó tanto en rescatar al viejo y olvidado Camino de Santiago. Como bien se suele decir, fue un visionario. Fruto de su trabajo es la famosa guía roja del Camino de Santiago (Everest, creo recordar), cuya siguiente edición ampliada preparaba cuando falleció.
Y la historia de la Guardia Civil es verdadera: se puso a pintar, con sus sobrinos y otra gente el Camino. Y lo de las flechas amarillas... no fue por un excedente de pintura, sino porque el amarillo se veía en horas de poca claridad.
Añadiré que la familia sigue viviendo allí y que son responsables de las flores sobre su tumba, aunque también los franciscanos, especialmente Paco, consciente de lo que significó Don Elías para O Cebreiro y para el Camino, cuidan mucho su memoria.
No sé, para mí lo importante de todo esto es darse cuenta de cómo una serie de pequeños "síes" dejan un legado maravilloso, de lo bonito que es fomentar, cuidar y desarrollar una pasión, en este caso por el Camino y su recuperación. Y deberíamos pensar una cosa muy importante: qué huella dejamos nosotros en el Camino, que no hace falta que sea reconocida, sino que, más bien, será casi siempre oculta y humilde. A toda esa labor, en parte, le debemos lo que nos une a todos los que estamos aquí: el amor por el Camino (que ya encontramos casi todos muy bien rehabilitado cuando lo hicimos por primera vez). Y pensemos en si acaso no habrá otros peregrinos que se hayan beneficiado decisivamente de nuestro paso por el Camino... qué bonito, ¿verdad? En mi caso, desde luego, que hay personas que he ido conociendo en el Camino a lo largo de los años y que han sido decisivas en mi vida.
Para acabar este popurrí de cosas, diré que no creo que su memoria esté siendo olvidada ni mal tratada, sino, afortunadamente, todo lo contrario. Dicho esto, y con el gran cariño que, personalmente, tengo a su memoria, creo que, efectivamente, debemos huir de las "canonizaciones" modernas.
Salud,
vaya por delante el reconocimiento a Elías Valiña y a los precursores del resurgir del Camino, sin matices, pero soy más partidario de dejar las cosas como están o, si me apuráis, mantenerlas en discreto segundo plano y medio de estranquis, vaya a ser que suceda como con los otros "puntos de interés" del camino y se llene de exvotos y de colas de grinos haciendo los selfis de rigor. Somos gregarios, qué le vamos a hacer, y tenemos cierta tendencia a hacer el imbécil grupalmente, así que me parece más interesante mantener cierta discreción y el que se quiera enterar que se entere y haga su reconocimiento como se reconoce a los precursores, con sinceridad, honestidad y discreción, no vayamos a convertir Santa María de O Cebreiro en otro circo.
Me temo, Blenques, que no has interpretado bien mi mensaje.
O eso, o que yo no me he expresado lo suficientemente bién.
No he dicho. o no he pretendido decir, que la visita a la tumba de D. Elias sea el "leit motiv" o el final de la peregrinación , sino uno de los hitos merecedores de una parada y reflexión sobre la historia del renacer de El Camino.
De otro lado, no considero que depositar unas flores o unas flechas amarillas, sea depositar un "ex-voto", sino un reconocimiento a la figura de D. Elias.
Por nada del mundo quisiera que su tumba se convierta en una nueva Cruz de Ferro.
José Manuel tienes que entender mi comentario desde la ironía que me caracteriza aunque tal vez he sido un poco mordaz en la contestación, no es mi intención molestar. Yo es que cada vez soy más iconoclasta y eso de ir a visitar bustos y tumbas de personas aunque fueran ilustres cada vez le veo menos sentido, prefiero el recuerdo y el sentimiento sincero interior que las muestras de fervor externo. Cuando comienzas por ir a visitar el busto de un personaje, a ponerle flores, a añadir objetos en su tumba, etc empiezas a crear un mito y a mí que soy un descreido turigrino no me gustan esas cosas. Y luego donde uno pone una flecha amarilla el otro crecido querrá poner una piedra, los que vengan empezarán a apilarlas formando pequeñas columnas, uno pondrá una foto, otro un crucifijo y ya la tenemos liada porque los de la Xunta viendo la oportunidad de poder gastar fondos FEDER te plantarán un obelisco conmemorativo de su nacimiento con un doloroso empedrado masivo que lo circunde. El asunto se reflejará en alguna guía de uso internacional y hordas de peregrinos acabarán trayendo piedras desde los confines del mundo a modo de ofrenda, agradeciemiento de promesas cumplidas, pidiendo algun favor, etc.
Muy interesantes vuestras intervenciones.
Muchas gracias a todos.