24/06/2023
Alcañices/Quintaniha
24.35 kms 05:18:34

Ayer en el amplio y confortable albergue de Alcañices, estuve yo solo alojado entre sus laberínticas habitaciones y pasillos. Una pena que no tenga un uso superior, aunque en 2010 recuerdo que había una familia alojada, algún desahucio o problema en vivienda. 

Hoy sobre las 06:30 he comenzado mi etapa hasta la población de Quintanilha, ya en Portugal, en donde nunca me he alojado. Ayer con el agobiante calor de las 15 horas traté de averiguar la salida, que comprobé que iba por carretera hasta un puente, según me comentó un vecino que se desligaba de la misma. Pues sí que vi la señalización pero indicaba seguir por carretera, así que otro día de asfalto, a mi no me preocupa, sino más bien me proporciona seguridad, pues no deambulo por caminos con precaria señalización y que por mis circunstancias por el asfalto camino mejor. Ya en Sejas de Aliste entre en el pueblo pero no vi a nadie y continue mi marcha por arcén de carretera. En Trabazos tomé un refresco en el restaurante Los Castaños y de igual manera me indicaron que carretera hacia delante para ir a San Martín del Pedroso, en la circunvalación antes de seguir por la autovía a Bragança. Ya en las inmediaciones del pueblo aparecen algunas señales que me indican que marche fuera de la carretera, por la que no pasa ningún vehículo, terreno deslizante y con la mala suerte de cuando paso por un panel, no acacho la cabeza y me propino un buen golpe en la misma, en otra ocasión fue preciso insertarme algunos puntos de sutura y eso que llevaba gorra y una buena melena. Paso por el único bar, saliéndome al encuentro dos perros, pero estaba cerrado, aunque luego me percaté que era un puticlub. Ya paso el puente internacional y entro en Portugal, con sus significativas casas de aduanas, desvencijadas por el tiempo. Me indica una flecha que descienda al río Manzanas, por donde sigo mi deambular, por lugares preciosos, pero con la mano por delante de la cara para evitar que las moscas y mosquitos se posen en mi tez. Hago una subida importante y al pasar la igresa paso junto a un bar/tienda y más adelante al albergue de Quintanilha. En el bar hay un señor que me abre el lugar de acogida y me deja las llaves. Es un albergue que dispone de dos zonas: la de arriba como dormitorio, baño y lugar de descanso y la de abajo con cocina, frigorífico, microondas y una inmensa sala de reuniones para los vecinos del pueblo.

Aquí en Portugal es una hora menos que en España. Compro en la tienda los alimentos necesarios para mi manutención y me dispongo a relatar la crónica. El sofocante calor no invita a pasear, además todo son cuestas y bastante he caminado hoy, más tarde antes de la cena procuraré ver la salida de mañana hacia Bragança. Saludos.