Saludos desde Ponferrada.

El Camino de Santiago NO es una casa de citas, por no decir otra palabra peor y mal sonante. Se acerca el peirodo vacacional del la población en edad escolar. La primavera la sangre altera, por ende también altera a las hordas de chavalitos ( también no tan chavalitos ) que se ponen a la caza de ligoteos varios y comer algo caliente como el " perro del afilador que comía las chispas de los hierros ". Unos cuatos pensarán eso en ohhh, ahhh el Camino de Santiago, a reventar te tiarronas extranjeras y nacionales mas buenas que el pan. En este mundo el ser humano debe y tiene que realicionarse. Peregrinando se puede llegar a conocer personas especiales pero el amor no se busa, el amor se encuentra. Siempre desde el debido respeto, educación, buenas maneras, sinceridad, honestidad y amabilidad. Nunca babeando, molestando, faltando al respeto, mintiendo, atacando a todo lo que se mueve y absolutamente nunca cometiendo abusos o delitos. Incluso se puede acabar con los tristes huesos en la cárcel, cuidado y respeto por favor.

El Camino de Santiago NO es un bar de copas. El que quiera fiesta despendolada que se vaya a Ibiza o cualquier otro destino turístico de pandereta chundachunda y similares. Ni tanto ni tan calvo. Ni se va rezando por los caminos como si fuera una procesión de frailes, ni tampoco se debe ir con la botella en la mano empinando el codo y con la música a volumen ensordecedor. De verdad, hay veces que algunos albergues parecen el local de moda de la población. Una de las mayores bajezas de un peregrino es llegar borracho a un albergue, montar escandalos varios, molestar e incluso no dejar dormir a nadie. Sencillamente es dejar que el Camino fluya por nuestro interior y el alcohol por el exterior. 

Ultreia!!!