
Árbol español 2.020. En un Camino cualquiera
Reabro de nuevo el post de hace unos días:
Esta vez para contaros que en estos momentos, nuestra carrasca milenaria de Lecina va en primera posición para ser declarado Árbol Europeo 2.021. lo va haciendo por un escaso margen. Sería la primera vez que gane un árbol patrio, así que aquél que quiera darle el reconocimiento que sin duda merece nuestra mágica carrasca os pongo el enlace para votar.
https://www.treeoftheyear.org/Hlasovani?lang=es-ES
En parte fue casualidad compartirlo, en parte no.
El hecho de compartir la elección del candidato español a "Árbol europeo 2.021" pese a no reunir temática jacobea, tenía la intención de distraer un poco a los foreros en aquellos días en los que los anuncios de nuevas restricciones supusieron un nuevo impás para el peregrinaje al que aún nos vemos sometidos.
Uno de los árboles candidatos era la encina milenaria de Lecina, en la provincia de Huesca; mi provincia de residencia y uno de mis amores. Aquí a las encinas las llamamos carrascas.
Esta carrasca, verdaderamente milenaria aunque se desconoce su edad exacta, le dió nombre al pueblo junto al que se encuentra: Lecina, toponimia probable de la encina - el encinar. Cosas de los romanos, que también al parecer pasaron por aquí, trayendo entre otras cosas el olivar, con algunos ejemplares centenarios y majestuosos que compiten en el terreno con las encinas, miles, materia prima para carboneros, también sustento de otros tiempos.
Cuando compartí la noticia, fue dos días después de haber ido a incursionar el terreno de una futura -espero que no muy lejana en el tiempo- etapa de uno de los Caminos que estoy estudiando y que seguramente será el primero al que me enfrentaré en cuanto encuentre la ocasión.
Lecina será punto final obligado de una etapa. Su historia, su entorno, su encanto, así lo merecen, pero por encima de todo, está su encina milenaria...y su gente.
Finalizar una dura jornada cargada de emociones por el paisaje salvaje y natural que queda tatuado a fuego en la retina de la memoria; por los lugares aún habitados por los que discurre, donde en total no alcanzarán las 25 almas -sí, almas, porque aquellos capaces de resistir los avatares a los que su entorno y circunstancias se han visto sometidos tienen que albergar alma, y corazón-. Con sus pequeños templos románicos, casi tan viejos como la carrasca; sagrados los unos y la otra. La arquitectura tradicional intacta al haberse mantenido alejada, olvidada más bien, de la avaricia especulativa. Olvidada también por el progreso, a quien nadie interesó invertir en su futuro, pues resultó más barato fomentar la emigración que hacer una carretera por esa tierra de profundos y oscuros barrancos, pedregales infértiles y carrascas, milenarias o no, que solo alimentan jabalíes y llamas en los hogares en invierno ¡Qué buena leña la de la carrasca!
Todo ello se enmarca hoy en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara. En su interior, la meca del barranquismo europeo; cañones que agrietan su orografía como profundos zarpazos provocados por la fuerza del agua abriéndose paso entre la caliza. Escondidas en oquedades inaccesibles de las paredes de esos mismos cañones las huellas en forma de arte esquemático, enigmático e incomprensible para nosotros, del hombre neolítico, hoy patrimonio de la humanidad.
Un par de abrigos que las albergan serán accesibles por su proximidad al Camino en la siguiente etapa que, serpenteando por lo alto de los cortados del cañón del río Vero nos llevará hasta Alquezar, uno de los pueblos más bonitos de España, donde su estructura medieval nos callejea hasta lo más alto, allí donde su histórica y fortificada colegiata nos brinda su claustro trapezoidal, único en el románico peninsular.
Hoy he sabido que la carrasca de Lecina ha sido elegida árbol español 2020, y por lo tanto será nuestro representante para la próxima edición de árbol europeo. Ella ignora y le trae sin cuidado el certamen. Ha cobijado tantas alegrías y tristezas, guardado tantos secretos, confidencias y confesiones, en tantas lenguas y dialectos; crecido a fuerza de lágrimas y sequías, de risas y juegos infantiles cuando aún había niños en Lecina. Hoy no queda ninguno según me informaron, aunque se están reabriendo de nuevo desde la llegada de la pandemia puertas y ventanas de sus caserones, cuyas puertas magníficas enmarcadas en piedras casi tan antiguas como ella albergan el mayor número de blasones de toda la comarca, recuerdo del esplendor de otros tiempos. Tal vez sea verdad y se cumpla la esperanza de que de esta tragedia salgo adelante esa nueva humanidad que tanta falta nos hace.
Quizás ella se mantiene así, orgullosa y melancólica, esperando el regreso de los niños, de las confidencias y secretos bajo sus inmensas ramas protectoras. Quizá espera que algún peregrino se cobije y emocione bajo su grandiosa presencia, para transmitirle sabiduría y energía para proseguir su Camino. Por eso allí debo finalizar un día y atardecer junto a ella.
No hace mucho un forero al que le tengo aprecio sin conocernos me sugirió que escribiera algo sobre esos Caminos que no aparecen en las guías ni en las Apps más populares, que recorren estas tierras inabarcables, infinitas e indómitas.
Hay Caminos que el olvido no puede sepultar. Hay Caminos que permanecen para ser desenterrados; que albergan alma y poseen aquello que tantas veces buscamos y ya nos cuesta encontrar. Hay Caminos que no salen en las guías, ni falta que hace. Hay Caminos que uno elige desenterrar, porque algo le llama a ello. Quizás la carrasca de Lecina sea un hito importante en un Camino que ya no sabemos interpretar, un Camino que, como todos los Caminos, también nos llevan a Santiago.
Enlace a la noticia: https://arboleuropeo.es/
Buen Camino!
Ya que parece que el silencio de nuevo envuelve al mundo y al foro:
Por si alguien quiere participar en la votación, está en marcha la elección del candidato español a "Árbol europeo 2.021"
Solo ver los magníficos ejemplares que se proponen y conocer la historia que los envuelve ya vale la pena una visita.
No es tema para este foro, lo sé pero, a falta de pan, buenas son tortas, o árboles.

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Los robledales desde O Cebreiro hasta Sarria.
Para alguien del País Vasco, donde se arramplaron los bosques tradicionales para "transmutarlos" en pinares, los robles que se encuentran en Galicia resultan un milagro miraculoso, casi inconcebible.
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Pues sí, esos robledales que indica Fernando. Ya atardecido, o envueltos en niebla, en invierno y sin hojas, espesos y enmarañados, de ramas retorcidas, tenebrosos, que sumergen cada paso de lleno en el misterio de sus leyendas. No puedo evitar recordar alguna de las escenas de la inquietante película de animación "O Apostolo". En alguna de ellas, algún anciano de algún cercano pueblo escondido, se encuentra sentado junto a alguna señal que manipula para dirigir hacia el pueblo. Allí aguarda el paso de algún peregrino despistado. Es tarde, oscurece. Si alguno pasa le ofrece, amable y hospitalario, protección, parada y fonda, acompañando al incauto a la aldea, de donde no vuelve a salir, viéndose obligado a vagar cada noche eternamente por sus bosques. ;-)
Qué interesante ese aporte EngelAbel.
Lo buscaré por ahí.
Ay, esas leyendas galegas da Santa compaña. Por eso no me gusta eso de salir de noche por esas tierras
, ni con frontal.
Te comprendo, y comprendo a cuantos evitan cuidadosamente los recorridos nocturnos en el Camino. Sin embargo tengo que reconocer que soy un fanático de los madrugones y en consecuencia he recorrido infinidad de veces, solo y en plena noche, los Montes de Oca, los encinares entre Ayegui y Azqueta, la montaña leonesa entre Foncebadón y Manjarín, la subida de Cebreiro y por supuesto las tenebrosas corredoiras gallegas, muchas veces envuelto en niebla y también bajo la lluvia. La experiencia es para vivirla y quien se sienta capaz de ello no debe evitarla, por lo menos una vez y si es en otoño mucho mejor. Eso de caminar bajo los castaños, pisando las hojas empapadas y sintiendo de vez en cuando el golpe de caída de una castaña rompiendo el silencio tiene su emoción. Y el ver con dificultad el terreno a través del vapor de la respiración que enturbia el haz de luz del frontal también. Son experiencias que no recomendaría a nadie que no tenga experiencia de senderismo y conocimiento del Camino, pero para veteranos puedo asegurar que es algo inolvidable y que merece la pena vivir. Ah, y por más que he mirado no he visto el menor rastro de la Santa Compaña, probablemente solo se relaciona con los gallegos y los leoneses estamos al margen de sus actividades.
Buen Camino
En realidad es más respeto que temor, Bruno.
Prudencia por evitar accidentes tontos, o no tan tontos; aunque con cuidado y experiencia todo se evita, como bien dices. Pero más de una vez he tenido encontronazos inesperados en bosque cerrado, con jabalíes y otros bichos, y la verdad es que no lo he pasado en grande. Lo habitual es que se asusten más que tú y salgan pitando, pero una vez -no haciendo el Camino-, hubo un jabalí macho, de esos solitarios bien rechonchos, que a la vuelta de un recodo de un estrecho sendero se me quedó mirando fijamente y gruñó de tal manera que no hacía falta ser experto naturalista para saber que uno de los dos sobraba en el sendero y que yo tenía todas las papeletas. Cortado boscoso a estribor y talud boscoso por babor. La huída dándole la espalda no era una opción, y el rodeo impensable, así que tocó agarrar fuerte el bordón y gruñir más fuerte que él, emitiendo unos sonidos imposibles surgidos de la adrenalina, de esos que no eres capaz de creer poder emitir, que surtieron su efecto, desapareciendo el tocinón espesura abajo. Te aseguro que esos segundos de incertidumbre no se olvidan fácilmente. Como suele suceder, el miedo aparece después, una vez superado el peligro real; cosas de nuestra mente. Desde entonces, siempre que me aventuro por bosques o caminos cerrados poco transitados voy golpeando esporádicamente piedras o troncos de árboles, carraspeando, fingiendo tos, etc...para que, salvo que estén sordos, los bichos me escuchen o me olfateen con tiempo suficiente para evitar más encuentros inesperados.
Lo de las castañas cayendo en plena noche por esas corredoiras tenebrosas debe causar sobresaltos inimaginables, de esos que activan la imaginación en busca de lo peor. Muchas veces he salido en noche cerrada, pero siempre sabiendo que el alba acechaba inminente. Y en cortos recorridos, generalmente en busca del primer bar abierto que trapichee de madrugada con cafés con leche, o en busca de ese amanecer que irradie para siempre en la retina de la mente.
La verdad es que esas experiencias que citas deben culminar la experiencia peregrina total, pero yo de momento soy más de los de arribar a entremuros con el toque de campana, antes del cierre del portón, porque, como dice Martin en Juego de Tronos, "la noche es oscura, y alberga horrores".
No obstante, en compañía, sí me animaría. He salido a hacer raquetas de nieve en noche de luna y es inolvidable, pero el reflejo de la luna en la nieve circundante no es comparable en la psique humana a la completa oscuridad del robledal o castañar gallego en una noche otoñal brumosa. Podría confundir a una cuadrilla de trasnochadores coreanos con frontales última generación con la Compaña, e infartar allí mismo, sin ser gallego ni leonés.
Buen Camino.
La carrasca:
Andar de noche .... uno de los momentos que no olvidare en el camino fue andando de noche ( empece a medianoche, de Carrion a Terradillos ) El cielo de Castilla que me tiene el corazon robado de dia, de noche es.... aun mas inmenso. Lo recomiendo.
Indi, tientas mucho. Cuando se pueda me encantira compartir alguno de esos caminos tuyos.
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https://www.theguardian.com/travel/2020/oct/25/why-walking-at-night-dark...
Artículo en inglés sobre los beneficios ancestrales de andar de noche
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Hace tiempo se intento llevar adelante una iniciativa para que los peregrinos plantaran arboles a lo largo del Camino, se llamaba "pintemos el Camino de verde" o algo por el estilo. Consistia en hacer un banco de semillas en Logroño que se irian repartiendo entre los peregrinos para que estos las plantaran. Tuve alguna que otra discusion porque yo sostenia que era invialble y podia ser hasta peligroso, no se puede plantar cualquier cosa y en cualquier lado ya que pueden ser planta invasoras que cambien ecosistemas.
que las carballadas son magicas no es ningun descubrimento, pero no nos engañemos lo normal no es caminar por ellas ya que cada vez quedan menos, lo normal por desgracia, es caminar por plantaciones de eucaliptos.
Un abrazote y buen Camino.
Completamente de acuerdo. Otro ejemplo: el bambú en el Valle del Baztán. Una plaga.
Si se planta algo, ha de ser especie y variedad autóctona.
Me permito recuperar este hilo.
El mejor árbol de Europa del 2021 se levanta imponente en un pequeño pueblo de Huesca (lavanguardia.com)
El Árbol Europeo 2021 está en Huesca, tiene mil años y fue un nido de brujas (lavanguardia.com)
Ya que fui quien abrió el hilo te doy las gracias por recuperarlo. No quise pesadear más con el tema el día que fue elegido árbol europeo del año, pero te aseguro que fue una gran noticia para nuestra comarca. Un pequeño reconocimiento revulsivo que recompone un poco el orgullo casi perdido, una memoria que pronto hubiera seguido los pasos del orgullo, y que, ahora, al menos a corto plazo, no sucederá.
Es bonito que tenga que ser un árbol, uno solo, quien vaya a garantizar la supervivencia de todo un pueblo, asentando población y creando posibilidades de futuro.
Y es que ese árbol...ese árbol tiene magia.
Encina o carrasca, buena madera, buen carbón, buen árbol, buena sombra y si te das una siesta pegado al tronco, tendrás sueños de fantasía..
Bravo por ese árbol milenario y por el pueblo de Lecina..