Fernando Cristó...
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Ensoñación leonesa II

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Y de pronto, a la otra orilla del río, aparecen los restos de S.Martin de Alión. En un documento del 874 Alfonso III describe a Sisnando de Liebana el panorama desolador de las iglesias de la garganta del Esla destruidas hasta sus cimientos por las aceifas musulmanas. Y Sisnando repuebla, coloniza y fortifica los castillos de la zona.

Espera un momento ¿Quién es este Sisnando de Liebana? No tengo ni idea, leo lo anterior en un cartel explicativo junto a los restos de S.Martin. Pero el hecho de que a esta zona de León llegue en aquella época la influencia de alguna autoridad (¿ eclesiástica, civil?) del valle cántabro de Liebana, me fascina. No es la primera vez que percibo la extraña irradiación de Liébana, y mi ignorancia se llena de evocaciones.

El cartel explicativo no tiene desperdicio: San Martín de Alión era ya templo en época pre.cristiana, y su nombre “Martin" puede estar ligado al dios Marte, al que invocarían las tropas romanas enviadas allí a luchar contra los astures. Y no sólo eso: hay indicios de que previo a la peregrinación a Santiago ya se peregrinaba a este lugar.

Enterarse de estas cosas a la orilla del fragoso Esla, mientras camina uno durante kilómetros por la calzada romana, tiene una resonancia poderosa. El aire aquí no es tan luminoso como el de la tierra de campos, tiene una cualidad ¿metálica? que presagia ya los cielos del cantábrico. La tierra es negra, y las colinas se van convirtiendo en montañas: hay una densidad atmosférica que tinta la Historia de una gravedad especial.

Al día siguiente, mientras me voy acercando a Riaño, me pierdo, pregunto a un grupillo de paseantes, y mientras charlamos, uno de ellos extrae un fragmento de piedra del terraplén a su derecha y dice: “¿veis? Es hierro”. Sí, el fragmento está a medio camino entre piedra y metal. Y por alguna razón me hace pensar en algunas miradas y gestos “metálicos ” percibidos los días anteriores. Como no sabría explicarlo bien, pondré una comparación : por momentos, en León me da la impresión de que estoy en Hungría, o en Polonia, no sé, algo así como el bigote de Lech Walesa.

Y esa densidad como de país del Este europeo en época soviética se subraya al acercarme a Riaño. La verdad es que me tiembla un poco el pulso al pasar aquí mis impresiones y opiniones sobre esa zona - puedo ser bastante bocazas - Pero bueno, bah! Las impresiones de un viaje no son tesis doctorales.

Diré primero que aborrezco los pantanos artificiales. Osaré incluso decir que el diseño general de la política hidroeléctrica de España del siglo XX me parece uno de los errores más grandes de la historia del país. Diseño de salón de un grupito estudiantes de la escuela de ingenieros de Madrid en los años veinte, convertido en meta por la izquierda de la República, pero llevado a la práctica por Franco. Son esas politicas mastodonticas tan típicas del siglo veinte, en la soberbia de que si hay sobre la mesa una utilidad material a corto plazo, hay un ingeniero que lo firme, y un cemento que lo aguante, venga! Adelante con el plan. Cero de matiz, cero de atención a lo pequeño, cero de atención a la naturaleza.

El Camino va llevando hacia arriba por una carretera abandonada, luego por un túnel abandonado, luego por otro túnel con tráfico – deliciosa travesía durante 300 metros –, cemento sobre cemento. Uno intuye que pasa de un valle a otro, y de pronto aparece a los ojos el inmenso espectáculo del pantano artificial y las grandiosas cumbres calizas al fondo. Todavía no se ve el pueblo de Riaño, hay que ir andando por la carretera un buen rato, con lo que mi mala leche va creciendo…

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EngelAbel
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Va creciendo, va creciendo,... la mala leche,... y,... y,... ??? surprise

Muchas gracias por esos textos, Fernando !!!

Ma Teresa
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Bien bien bien,.....

comparto la sensacion de que el paisaje puede influir no solo en el caracter de ls personas sino tambirn en su fisico.

a por la III!!

Papadopou
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Hola.

Respecto al tal Sisnando parece que era autoridad eclesiástica. Procedia de Santo Toribio, nada menos. No solo debía ser el monasterio lebaniego un potente faro intelectual sino también un poderoso garrote temporal para que el rey delegara en ellos la expansión del poblamiento más allá de las montañas. Claro que gratis, entonces como ahora, no se hacia nada. Aunque repitieran que era para mayor gloria de Dios siempre ayudaba la perspectiva de mayores rentas sobre las nuevas tierras y sus pobladores.

http://exsurgecistierna.blogspot.com/2013/06/documentacion-alto-medieval...

Coincido contigo que resulta fascinante tanto eco histórico en cada paso que vamos dando en el Camino. Pateas una piedra y retumba el recuerdo de los siglos que lleva allí.

Respecto al reflejo de la geología en el carácter de los lugareños, implica tu apreciación que en las cercanias de un yacimiento de plomo los habitantes pueden ser inaguantables por haber absorbido el carácter plumbeo de dicho metal?

En fin, voy a continuar leyendo tu relato que he visto que nos has regalado un tercer capítulo. 

Buen Camino.

Fernando Cristó...
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Digamos que la ensoñación no es una ciencia exacta, pero es un primer pensamiento que estimula a ronronear la cuestión. Hay un precioso libro de J.J.Rousseau titulado "las ensoñaciones del paseante solitario" en el que hace apología del pensamiento libre, placentero, no sistemático que aflora en las caminatas.

¿Qué hay en el espíritu leonés herencia del hierro y del carbón? En el texto hablo del bigote de Lech Walesa, pero recuerdo que la última vez que pasé del límite de Palencia a Sahagún y vi  a un hombre en un bar con una chaqueta de pana marrón, no me digas por qué, pero pensé: " Ah, claro, ya estamos en León". Bueno, también ayudó ir al súper y ver cecina en la zona de charcutería. 

Papadopou
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Digamos más bien que se trata de un límite difuso entre reflexionar y soñar. Puede que se alcance dejando vagar libre el pensamiento, recitando un largo poema (quien escribió el otro día en el foro que caminaba recitando?), musitando mantras tibetanos o rezando un rosario tras otro. O también exponiendose uno al sol mesetario o de la montaña leonesa. Tal vez el paisano de la chaqueta marrón andará en ensoñaciones si esa pana era demasiado gruesa para el verano.  

Fernando Cristó...
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El otro día salía de Gradefes, hacia el amanecer, y después de un rato caminando empecé a sentir unas sensaciones que nunca antes había experimentado: era como si la mochila me pesara la mitad y un viento a mi espalda alentara mis pasos de forma que casi "tenía que" correr.

Ni iba cuesta abajo, ni hacía viento, pero durante una media hora esa sensación de ser llevado en volandas siguió empujandome, y realmente flipé. No fue meramente un estado de ánimo ni me había "fumado" nada. No era metafora ni símbolo de nada, sino algo literalmente sentido por mi cuerpo.

Es posible que en este rincón de internet tenga yo ya cierta fama de "tío con pedrada", pero yo sé lo cierto de mi experiencia. ¿Que es difícil demostrarla empíricamente? Desde luego. ¿Que no todo el mundo en el mismo lugar y en el mismo momento sentiría lo mismo? Mais bien sure. Pero que pasó, pasó.

Al llegar al siguiente pueblo,  en Villacidayo, pregunté por un bar - por un café- a unas mujeres que habían salido a caminar, y me dijeron que no había, pero muy gentilmente me invitaron a un Colacao en casa de una. Muy majas ellas, aún siendo del pueblo una vivía en Barcelona, la otra en Madrid y la otra en Suiza: las vueltas de la vida. Charlamos un poco de todo,  y en una de éstas les conté la sensación de ser llevado en volandas de un rato antes. Y una mujer me dice: " Ah!, pues eso debe ser por el santo que vivía en la ermita en esa zona". Nos reinos un tanto, y no dimos ya más relevancia al asunto. 

No podría hacer yo un tratado científico de lo ocurrido, y probablemente se me irá de la memoria en unos días, así que la única forma "fenomenologica" (¡toma palabro!) de recoger LA VERDAD de lo ocurrido es apuntandolo como una " ensoñación".

Cuando la monja Egeria va en el siglo IV de Galicia a Jerusalem en peregrinación y cuenta cosas flipantes que le ocurren por el Camino, yo "tiendo" a creerle. Cuando Sta Teresa habla de las sensaciones de sus extasis, yo "tiendo" a creerle. El mundo, la vida, es un misterio, y no siempre la ciencia es el instrumento más afinado ni más ágil para aprehenderlo. Un peregrino lo sabe por experiencia.

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Indi
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¿Sabes si las pedradas rebotan?

Yo no creo que lo olvides tan fácilmente. Esas experiencias tan íntimas obran el paso del escepticismo al estupor, de la duda a la fe, del negacionismo a la certeza...o no marcan nada. Dependerá de tu nivel de consciencia y autoanálisis.

Desconocemos tanto, tanto, tanto, y nuestras creencias son tan autolimitantes que somos capaces de dudar de lo realmente experimentado.

Al leerte se me ha erizado la cresta. Fue en otro lugar, camino de San Juan de Ortega, pero la misma sensación. No pude sino dejarme llevar. No busqué una explicación inmediata y todo culminó con una llorera que no era capaz de reprimir, ni quería hacerlo ¿Ensoñación? Tal vez. Alguien siempre encontrará la explicación científica, o como poco lanzará una hipótesis que le permita no salir de la burbuja. Siempre buscamos explicación a todo, y esta se ha de enmarcar en lo razonablemente entendible, no vaya a ser que algo se nos escape de control: la inquisición mental. La soberbia de nuestra especie.

No te excuses. No te justifiques. Eres un privilegiado por haber sido consciente de esa experiencia, tenga explicación científica o no la tenga, tengas una pedrada o hayas atisbado una rendija de luz, de algo que no conocemos, qué más da. Pero no lo olvides.

Seguramente alguien más podrá contar experiencias similares, no me cabe ninguna duda. No vamos a ser los "elegidos" laugh

Papadopou
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Vuestros relatos me recuerdan cosas que he leído sobre  las sensaciones y experiencias que debían sentir eremiitas y anacoretas en sus retiros  alejados del mundo. Podemos pensar que las visiones extaticas  las tenían por la proximidad que alcanzaban con su idea de Dios  o ... por una extrema debilidad propiciada por sus privaciones, de sueño, de alimento, alguna hierba o raíz con las que se hacían un caldito, una infusión o, directamente un peta, vaya usted a saber.

Esas experiencias vuestras  de extrema ligereza al amanecer, cuando la aurora con sus rosados dedos os lleva en volandas obviando la  pendiente del Camino, no tendrán que ver con el escaso sueño por lo temprano de la hora,  o tal vez con la frugalidad de un escaso desayuno a la espera de encontrar un bar abierto?

No quiero desmerecer la faceta espiritual del camino pero demasiadas veces tales experiencias tienen más que ver con lo que nosotros queremos que signifiquen que con su auténtico significado, si es que tal cosa existe.

Indi
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Pues no te voy a decir que no fuera algo de eso. Solo sé que, como dice Fernando, pasar, pasó.

 

Fernando Cristó...
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Pues... tú mismo sabrás por tu experiencia si todo lo que te pasa lo puedes explicar en términos puramente racionales/científicos, o no. O incluso, si el lenguaje analítico es el más eficaz según el caso para captar la ¿verdad? de lo que te está ocurriendo.

Yo tendría que invertir dos meses en pretender analizar lo "metalico" que percibí en León. Demasiado esfuerzo! Pero ahí estaba!!! Dudo que me haya hecho entender con lo del bigote de Walesa, pero te aseguro que esa atmósfera de minas + río Esla + calzada romana + Sisnando de Liébana tenía una química distinta al que uno se imagina de, p.ej, Miami Beach.

 

Papadopou
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No, si yo no pretendía analizar nada ni buscar ninguna verdad, tan sólo descartar opciones.

Los elementos que describes están ahí. Expuesto a ellos el caminante  se emociona con las sensaciones que percibe .  Que se pueda describir  con un lenguaje más metafórico o más material  no depende más que del bagaje de cada uno y de su habilidad con las palabras. En cualquier caso creo que tan de verdad son esos elementos del paisaje o de la historia, como las sensaciones que puedan provocar en cada cual. El significado de esa verdad está dentro de cada uno. Igual por eso seguimos caminando, para intentar entenderla.

O igual no. Miami Beach?  No me viene ningún bigotudo famoso en relación con Miami. Si hubieras dicho Hawai, me acordaba de aquel detective de la tele, Mágnum.

Un saludo.

Fernando Cristó...
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Me encantan tus toques de humor wink

Fernando Cristó...
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Fragmento de un artículo de The New yorker sobre la relación entre andar y pensar. (Lo he traducido con Google traductor, con sus consiguientes "sorpresas")

POR QUÉ ANDAR NOS AYUDA A PENSAR

Ferris Jabr

 

(...) Desde al menos la época de los filósofos griegos peripateticos ("paseantes" o  " itinerantes" en griego), muchos otros escritores han descubierto una conexión intuitiva y profunda entre caminar, pensar y escribir. "¡Qué inútil es sentarse a escribir cuando no te has levantado para vivir!" Henry David Thoreau escribió en su diario. "Me parece que en el momento en que mis piernas comienzan a moverse, mis pensamientos comienzan a fluir". Thomas DeQuincey ha calculado que William Wordsworth, cuya poesía está llena de vagabundos por montañas, bosques y caminos públicos, caminó hasta ciento ochenta mil millas en su vida, lo que equivale a un promedio de seis millas y media. un día a partir de los cinco años.

 

Qué tiene el caminar, en particular, que lo hace tan dócil para pensar y escribir? La respuesta comienza con cambios en nuestra química. Cuando salimos a caminar, el corazón bombea más rápido, haciendo circular más sangre y oxígeno no solo a los músculos sino a todos los órganos, incluido el cerebro. Muchos experimentos han demostrado que después o durante el ejercicio, incluso un esfuerzo muy leve, las personas obtienen mejores resultados en las pruebas de memoria y atención. Caminar con regularidad también promueve nuevas conexiones entre las células cerebrales, evita el marchitamiento habitual del tejido cerebral que viene con la edad, aumenta el volumen del hipocampo (una región del cerebro crucial para la memoria) y eleva los niveles de moléculas que estimulan la crecimiento de nuevas neuronas y transmitir mensajes entre ellas.

La forma en que movemos nuestro cuerpo cambia aún más la naturaleza de nuestros pensamientos y viceversa. Los psicólogos que se especializan en música de ejercicio han cuantificado lo que muchos de nosotros ya sabemos: escuchar canciones con tempos altos nos motiva a correr más rápido, y cuanto más rápido nos movemos, más rápido preferimos nuestra música. Del mismo modo, cuando los conductores escuchan música alta y rápida, inconscientemente pisan un poco más el acelerador. Caminar a nuestro propio ritmo crea un circuito de retroalimentación no adulterado entre el ritmo de nuestros cuerpos y nuestro estado mental que no podemos experimentar tan fácilmente cuando corremos en el gimnasio, conducimos un automóvil, andamos en bicicleta o durante cualquier otro tipo de locomoción. Cuando damos un paseo, el paso de nuestros pies naturalmente fluctúa con nuestro estado de ánimo y la cadencia de nuestro habla interior; al mismo tiempo, podemos cambiar activamente el ritmo de nuestros pensamientos caminando deliberadamente con más rapidez o disminuyendo la velocidad.

Debido a que no tenemos que dedicar mucho esfuerzo consciente al acto de caminar, nuestra atención está libre para vagar, para superponer el mundo que tenemos ante nosotros con un desfile de imágenes del teatro de la mente. Este es precisamente el tipo de estado mental que los estudios han relacionado con ideas innovadoras y golpes de comprensión.

A principios de este año, Marily Oppezzo y Daniel Schwartz de Stanford publicaron lo que probablemente sea el primer conjunto de estudios que miden directamente la forma en que caminar cambia la creatividad en el momento. Se les ocurrió la idea de los estudios mientras caminaban. “Mi asesor de doctorado tenía la costumbre de salir a caminar con sus estudiantes para intercambiar ideas”, dice Oppezzo sobre Schwartz. "Un día tuvimos una especie de meta".

En una serie de cuatro experimentos, Oppezzo y Schwartz pidieron a ciento setenta y seis estudiantes universitarios que completaran diferentes pruebas de pensamiento creativo mientras estaban sentados, caminando en una caminadora o paseando por el campus de Stanford. En una prueba, por ejemplo, los voluntarios tuvieron que idear usos atípicos para objetos cotidianos, como un botón o una llanta. En promedio, los estudiantes pensaron en entre cuatro y seis usos más novedosos para los objetos mientras caminaban que cuando estaban sentados. Otro experimento requirió que los voluntarios contemplaran una metáfora, como "un capullo en ciernes", y generaran una metáfora única pero equivalente, como "un huevo incubando". El noventa y cinco por ciento de los estudiantes que salieron a caminar pudieron hacerlo, en comparación con solo el cincuenta por ciento de los que nunca se pusieron de pie. Pero caminar en realidad empeoró el rendimiento de las personas en un tipo diferente de prueba, en la que los estudiantes tenían que encontrar la palabra que unía un conjunto de tres, como "queso" para "cabaña, crema y pastel". Oppezzo especula que, al dejar la mente a la deriva en un mar espumoso de pensamientos, caminar es contraproducente para un pensamiento tan centrado en el láser: “Si estás buscando una única respuesta correcta a una pregunta, probablemente no quieras todas estas diferentes ideas que brotan ".

El lugar donde caminamos también importa. En un estudio dirigido por Marc Berman de la Universidad de Carolina del Sur, los estudiantes que deambulaban por un arboreto mejoraron su desempeño en una prueba de memoria más que los estudiantes que caminaban por las calles de la ciudad. Una pequeña pero creciente colección de estudios sugiere que pasar tiempo en espacios verdes (jardines, parques, bosques) puede rejuvenecer los recursos mentales que agotan los entornos creados por el hombre. Los psicólogos han aprendido que la atención es un recurso limitado que se agota continuamente a lo largo del día. Una intersección llena de gente, plagada de peatones, automóviles y vallas publicitarias, llama nuestra atención. Por el contrario, caminar junto a un estanque en un parque permite que nuestra mente se desplace casualmente de una experiencia sensorial a otra, desde el agua que se arruga hasta el susurro de los juncos.

Aún así, los paseos urbanos y pastorales probablemente ofrecen ventajas únicas para la mente. Un paseo por una ciudad proporciona una estimulación más inmediata: una mayor variedad de sensaciones para que la mente juegue. Pero, si ya estamos al borde de la sobreestimulación, podemos recurrir a la naturaleza. Woolf disfrutó de la energía creativa de las calles de Londres, describiéndola en su diario como "estar en la cresta más alta de la ola más grande, justo en el centro y nadando". Pero también dependía de sus paseos por los South Downs de Inglaterra para "tener espacio para extender mi mente". Y, en su juventud, solía viajar a Cornualles durante el verano, donde le encantaba "pasar mis tardes en solitario pisoteando" por el campo.

Quizás la relación más profunda entre caminar, pensar y escribir se revela al final de un paseo, de vuelta al escritorio. Allí, se hace evidente que escribir y caminar son hazañas extremadamente similares, tanto físicas como mentales. Cuando elegimos un camino a través de una ciudad o un bosque, nuestro cerebro debe examinar el entorno circundante, construir un mapa mental del mundo, establecer un camino a seguir y traducir ese plan en una serie de pasos. Asimismo, la escritura obliga al cerebro a revisar su propio paisaje, trazar un curso a través de ese terreno mental y transcribir el rastro resultante de pensamientos guiando las manos. Caminar organiza el mundo que nos rodea; la escritura organiza nuestros pensamientos. En definitiva, mapas como el que dibujó Nabokov son recursivos: son mapas de mapas.

 

Papadopou
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Bueno, es una opinión. Es cierto que hay muchos ejemplos de filósofos o escritores que han puesto al servicio de su pensamiento el movimiento de sus piernas. Pero a veces caminamos sin rumbo fijo, vagamos abstraidos y sin atender demasiado al entorno circundante (quien no se ha comido en alguna ocasión una farola). Creo que es en ese contexto cuando la relacion entre caminar y pensar se puede mostrar más fecunda. Mejor dicho, es más bien la relación entre caminar y no pensar. Cuando dejamos de pensar. Cuando nos dejamos llevar a la ensoñación que tú nos has estado refiriendo últimamente. Por ejemplo, las sensaciones y experiencias de las que nos has hablado estos últimos días en León han sido mucho más sugerentes que lo que hubieras podido explicar sobre los kilómetros que habías recorrido o cuanto te había costado el alojamiento. La meditación me serviría como ejemplo de tal estado, mente vacia, ausencia de pensamientos conscientes. Entonces es cuando estamos abiertos a los cuatro vientos que nos traen impresiones y sensaciones que nos van a sugerir nuevas ideas u otros puntos de vista. Cuando volvemos a la conciencia mejor tener a mano un libreta y un lápiz para anotarlos y que no se nos olviden (eso creo que también lo recomiendan para recordar los sueños).
Todo el mundo parece de acuerdo en que esto sucede de forma más eficaz rodeados de naturaleza. Pero no se puede excluir cuando se camina por la ciudad (aunque igual acabas bajos las ruedas de un trolebús). Tal vez conozcas el término flâneur, que en francés significa paseante, en un sentido como de persona que vaga por las calles, sin rumbo ni objetivo, abierto a todas las sensaciones y momentos que surgen.

Fernando Cristó...
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Busco por Internet si hay diferencias entre el "flâneur" francés, y el " wanderer" anglosajón. El primero parece un perfil estrictamente urbano: vagar por las calles "sin rumbo ni objetivo" - como tú dices - pero con la atención abierta a todo lo que surja.

El segundo es un término más amplio e impreciso, e implica quizá una actitud vital de más calado: la del espíritu errabundo, sin encorsetamientos de clase o de destino premarcado, moviéndose por distintas comarcas.

Pero claro que al "flâneur" y al "wanderer" los ligan esa chispa que da la libertad de movimientos, el disfrute del ejercicio físico de andar, y la creatividad del pensamiento sin corsés.

Podría analizar diferencias y semejanzas de estos perfiles con el del peregrino, o con el del romántico ensimismado en la naturaleza... pero creo que en el fondo en todos ellos la base humana es muy parecida: el que sale de su encorsetamiento cotidiano siente una expansión corporal y de espíritu que resulta vivificante y creativo. Se da cuenta de que lo que siente/piensa es "difuso" - frente a lo muy concreto de las exigencias cotidianas - pero al tiempo estimulante y alegre, por lo que lo considera benigno.

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Papadopou
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Apartando todas las diferencias de contexto esa idea me gusta mucho (quiero decir lo de "..el que sale de su encorsetamiento cotidiano siente una expansión corporal y de espíritu que resulta vivificante y creativo") . La creatividad va por barrios, naturalmente. A mi la caminata no suele sugerirme pensamientos especialmente elevados, pero siempre ando atento a sensaciones que me provoca el paisaje y la luz (mi pequeña cámara descansa menos que mis pies). Pero si atendemos a las reflexiones de muchos compañeros del foro, en el camino, al caminar, se reinventan como personas. Así que, en cierto modo, si ven estimulada su creatividad. Me has hecho pensar que si Jack London hubiera nacido aquí seguramente para sus novelas habría elegido el Camino como marco de su vagabundeo. ¿Nunca has pensado en el Chaplin vagabundo al ver a un compañero peregrino jugueteando con un bordón, o un bastón, mientras camina junto a una carretera?

EngelAbel
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¿Ensoñación?

"Quiso volar igual que las gaviotas,
libre en el aire, por el aire libre
y los demás dijeron, ""¡pobre idiota,
no sabe que volar es imposible!"".

Mas él alzó sus sueños hacia el cielo
y poco a poco, fue ganando altura
y los demás, quedaron en el suelo
guardando la cordura.

Y construyó, castillos en aire
a pleno sol, con nubes de algodón,
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y construyó ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocó al duende de las cosas
que tiene mucho que ver con el amor.

En los demás, al verlo tan dichoso,
cundió la alarma, se dictaron normas,
""No vaya a ser que fuera contagioso...""
tratar de ser feliz de aquella forma.

La conclusión, es clara y contundente,
lo condenaron por su chifladura
a convivir de nuevo con la gente,
vestido de cordura.

Por construir castillos en el aire
a pleno sol, con nubes de algodón
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y por abrir ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocar al duende de las cosas
que tienen mucho que ver con el amor.

Acaba aquí la historia del idiota
que por el aire, como el aire libre,
quiso volar igual que las gaviotas...,
pero eso es imposible..., ¿o no?..."

"Castillos En El Aire". Alberto Cortez

Mariposa0826
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Creo que Proust tiene razón al decir que solo escriben los neuróticos.

EngelAbel
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¿Dónde dice eso Proust? Me da que ni el Sr.Proust, ni Alberto Cortéz, y ni mucho menos yo, hablamos en esos términos. Yo sí lo hago en aquellos otros de genialidad y,... como bien dicen otros foreros, cariñosos-arropadores. Por eso los signos de "¿?" al inicio a los que siguen esos versos geniales que solo es posible aprovechar entre líneas para no "perderse" en lo literal, que ni es el caso, ni viene a cuento.

Indi
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Pues a mí me da que Mariposa también lo hace en sentido cariñoso-arropador, mira tú. Aunque a su manera, escueta y misteriosa.

EngelAbel
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Seguramente,... vi cuanto escribió (bueno, no todo, algo) y no me cuadraba, no lo dudo lo que dudo es que Proust dijera eso... lo de las piedras y el tejado...

Saludos a los dos....

Papadopou
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Yo si he visto alguna referencia en una biografía del escritor. Desconozco si también lo escribió en algún sitio de su enorme novela Por lo larga digo, aunque supongo que si con ella pasó a historia de la literatura por algo será, no lo voy a cuestionar yo, ignorante de mi que, además, no la he leído todavía (como tantas otras obras para las que no encuentro el momento).

EngelAbel
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Pues sí dices que lo has visto no seré yo quien dude. A ver si nos saca de dudas Mariposa, sobre si él mismo lo escribió . El título de esa novela interminable desde luego da que pensar. "En busca del tiempo perdido". Tenía yo por ahí cierto conocido laboral que al volver de vacaciones siempre, siempre decía algo que me rechinaba y me ha rechinando siempre que lo he escuchado (afortunadamente no han sido muchas veces): "bueno, a recuperar el tiempo perdido" decía. Por ahí va la duda... Gracias Papadopou !

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

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Si algun@ entiende bien el inglés hablado, le recomiendo el siguiente video : https://www.youtube.com/watch?v=n8m7lFQ3njk&t=3389s.

Es sobre la analogía como uno de los motores básicos del pensamiento humano. Si yo enlazo la atmósfera del norte de León con el bigote de Lech Walesa, o si M.Proust en el sabor de una magdalena mojada en te a media tarde descubría los tesoros de su pasado, no es que se nos vaya la olla. No sé si nos damos cuenta que aquí lo que se pone en relación es por un lado la mente, y por otro lado, EL RESTO DEL UNIVERSO ( y al menos desde los tiempos de Calderón y Descartes tampoco estamos seguros de que en realidad haya ese "resto del universo", y toda la realidad no sea nada más que unos fuegos artificiales de nuestra propia mente/consciencia.).

¿Me he tomado un tripi? No. En el video citado se explica claramente que la mente produce analogías casi con tanta naturalidad  como los pulmones respiran. Esto no quiere decir que la consciencia tenga por cierto todo lo que se le ocurre , pero lo que sí inevitablemente hace todo el rato es un ejercicio de comparación/espejo entre la información interior (memoria, sensaciones...) y lo que la realidad exterior le provee. Y ahí es donde el proceso de ensoñación del Paseante/peregrino/wanderer/flaneur es tan rico en ese diálogo de analogías continuas, con un interlocutor priviliegiado: la naturaleza. ( o en el caso del flaneur: la ciudad, la arquitectura, el arte, la vida nocturna...).

Despreciar estos procesos intelectuales, tildarlos con jerigonza psiquiátrica es una de las formas de castración que sufre el espíritu humano por parte de la cultura fabril/utilitaria moderna.

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Papadopou
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Mi inglés, lo siento, no da para tanto. Por eso, me temo que me voy a quedar sin saber lo que explica el video. Sin embargo ese cara a cara entre la idea y la realidad viene, creo, de bastante más atrás.  Desde la filosofía del bachillerato recuerdo la caverna de Platon. Y sin salir de la cueva, seguro que hace miles de años también se lo plantearon mientras pintaban sus paredes y bóvedas con figuras de animales o, simplemente, imprimiendo las manos. Al intentar explicar la realidad no podemos evitar recurrir a imágenes semejantes a aquello que queremos  expresar. Tenemos que hacernos entender y, como dices, nuestro cerebro nos surte de ejemplos. Menos mal. 

Por cierto, ¿os habéis fijado en lo que ha dado de si el liviano aleteo de ... una mariposa?

Fernando Cristó...
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Bueno, el bigote de Walesa no era tan liviano, casi él sólo derriba el imperio soviético 

EngelAbel
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Ostras !!! Era lo que parecía ? surprise

Papadopou
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Hombre, depende de que parecía qué. O tal vez lo correcto sea qué parecía que. En fin a ver si vuelve a mover las alas y nos lo aclara.

Indi
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Pocas veces una frase y media dieron para tanta reflexión.

Cada uno lo interpreta según su procesador ha recibido el mensaje, iniciando el engranaje que pone en marcha la coctelera. Una mezcla de sueños, experiencias, conocimientos, deseos, dudas y certezas. 

Bien agitado, se vierte aquí lentamente.

A los que lo degustamos deja un regusto dulce y agradable, y esa sensación de creer saber qué ingredientes lleva, pero no en qué orden y proporción.

Mariposa0826
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¿Un escritor sin neurosis? Bueno, no te quería ofender. Al contrario, mi comentario iba mas como un elogio a todos los foreros. Muchas personas inteligentes e imaginativas también son muy neuróticas. Quizás para algunos campos, y durante ciertas etapas del proceso creativo, la rumia negativa puede ayudar a enfocar la atención y contribuir al pensamiento analítico.Gracias de corazón por este espacio…

EngelAbel
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Ofender? Jajajaja,... No. Me extrañaba habiendo leído otros comentarios tuyos. No escribo más que lo que hay en el foro y con mucho menos acierto y síntesis que otros ciertos destacados foreros. Y ahora tú que estás entre ellos.

Por cierto, ¿Proust dijo eso de sí mismo ? Yo siempre he visto la "rumiación" como algo negativo. Bueno, menos para los rumiantes que hacen la digestión dos veces,... Pero está claro que entiendes de esos temas.

Pues nada, bienvenida si no te lo han dicho ya !

Mariposa0826
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gracias EngelAbel !!! un abrazo grande...

Papadopou
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Te refieres a los chiflados?  Creo que Proust se refería a la relación entre los Grandes Escritores  y la neurosis. Pero de ser así la mitad de la gente escribiría obras maestras y lo cierto es que no es así, cualquiera puede escribir, solo tienes que echar un vistazo a cualquier foro de Internet (sic).

Fernando Cristó...
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Algunas terminologías son más empaticas y otras más "clínico.rasposas" con lo que nos pasa por la cabeza. Si "neurosis" es una "inflamación de las neuras" entonces todo homo sapiens lleva en su adn ser un neurótico. 

Pero se pueden ver las cosas con más cariño y arropo. Sabiendo en qué mundo vivimos, escribir yo lo veo, entre otras cosas, terapéutico: es relajante/higienizante soltar en un papel/pantalla ideas que te zumbaban por la cabeza. 

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Papadopou
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Yo lo de chiflados lo he dejado ir en el sentido cariño-arropador, que conste.

Indi
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Pues yo he copiado y pegado el adjetivo en el otro post. También en sentido cariño-arropador, claro.

Papadopou
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Lo he visto.

Mariposa0826
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Si, pero no solo en ese sentido, porque penetrar en la oscura dimensión de lo anormal puede ser arriesgado, pero sin duda, y ante todo, resulta necesario :)

Fernando Cristó...
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En realidad, es inevitable divagar cuando se hace el Camino de Santiago. Este verano, por Aragón y luego por Asturias o León me he dado cuenta de que cada vez que me sorprendía ante una casa, una iglesia, un tipo de tejado, un equilibrio entre acequia-huerta-muro, ante un acento al hablar o un léxico para mí añejo, lo que ahí se plasmaba era mi ignorancia de las cosas de España... y la ignorancia, ya se sabe, es muy atrevida, hasta en buen sentido: se pone a lanzar hipótesis sobre la realidad como una primera forma de "domesticar" lo que quiere conocer.

Por eso decía al principio de estas "ensoñaciones": "en mi ignorancia de hijo de las ikastolas de los años 70". Claro que esto tiene una dimensión política, pero ahora mismo no es el "jardín" que me interesa desarrollar. Otra ¿virtud? de la ignorancia es la capacidad de sorprenderse y admirar. Si me topo con un priorato mozarabe en el norte de León y se me mezclan las referencias de Liebana y del arte persa ¿Cómo mi cabeza no va a flipar? Si en Ruesta veo un castillo árabe, junto a él un pantano de la época franquista, y el pueblo está tomado por un sindicato anarquista, ¿Cómo no va a ver una explosión mental en busca de explicaciones? 

Parte del flipe de muchos extranjeros con el Camino viene de esta ignorancia que se abre, admira y quiere entender. Para alguien de Finlandia o de Australia, entender una catedral gótica o un monasterio benedictino debe ser muy difícil, y al tiempo muy atrayente. ¿Cómo no van a "inflamarse sus neuronas" al pasar en pocos kilómetros de unos muros de adobe a las vidrieras de la catedral? ¿Cómo no van a intuir que "aquí debió pasar algo gordo" al ver unos pueblos abandonados en Aragón con unas casas de sillería de quitar el hipo?

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Papadopou
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Yo he visto muchos extranjeros, y nacionales, que pasaban ante esos lugares y sus peculiaridades sin levantar la cabeza. Conectados a su propio contexto por los cables de los auriculares, sin atender a los paisajes o hitos historicos que los rodean e ignorando a algún paisano que resulta evidente que está esperando que alguien le salude para entablar conversación. Tal vez habían oido aquello de que la curiosidad mató al gato y deseaban prevenir dicho peligro. O tal vez, simplemente, no les interesaba. El ambiente puede ser estimulante pero si el individuo no es receptivo no hay nada que hacer, seguirá ignorante. Insensibilidad recalcitrante o ignorancia militante y autosatisfecha permiten ambas pasar por Ruesta y ver solo un  montón de piedras, sean árabes o de la CNT.  Pero también atravesar Finlandia y no ver más allá de los árboles que ocultan el bosque que cubre esas tierras (además porque allí no abundan las alturas para encaramarse a contemplar el panorama). En fin para recorrer el mundo como tú dices es precisa la mirada curiosa de un niño. También él es ignorante, pero por falta de tiempo vivido (recuerda que el diablo sabe más por viejo que por diablo). Si conservas esa mirada podrás dejarte ir en tus ensoñaciones, pero creo que no será por tu ignorancia sino por tu curiosidad. 

Indi
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Uno puede ser más o menos ignorante, llevar más o menos ajustadas las orejeras de burro pero, regocijarse en la ignorancia, y sin pudor alguno... Eso sí que me deja pasmado. Y pasa, ya lo creo que pasa, "a punta pala".

Ignorancia militante y autosatisfecha, como bien dices.

Mariposa0826
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Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”. Albert Einstein

Papadopou
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Afortunadamente, así nos lo podemos explicar unos a otros. Saludos de un ignorante con carnet. 

txetxa
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Qué gusto da leerlos. Este hilo es un lujo. Gracias!