Depende de varios aspectos: en qué época harás el Camino, qué camino harás, etc. Lo que yo hago es llevar el recipiente de camelback, y lo voy completando a lo largo de cada etapa. Salvo cantadas etapas, siempre encontrarás pueblos cada 5 y tantos kilómetros, o bares o fuentes. Lleva al menos 1 litro contigo y trata de jamás quedarte con menos de 300 ml como reserva. Naturalmente cada persona tiene sus propias necesidades y condiciones. Si haces la Meseta en verano, pues toma previsiones mayores porque pudieras requerir más hidratación. Buen camino!

Salud Victor Manuel2,

has sacado un tema interesante y, como todos, con diversidad de opiniones. Yo también soy de sales, en mi caso llevo un bidón de 750cc con sales solubles del decatlón -o repongo en farmacia- y ya está, no suelo llevar más agua. Relleno en cada fuente y bebo a lo camello, como dice Blenques, en toda fuente que encuentro, y para etapas concretas, como la de los Hospitales cargo 400cc más en el termo (también llevo...) o pillo una botella plástica de medio litro. Otra cuestión importante es la FRUTA, hidrata y aporta glucosa -y más cosas-; un par o tres de piezas mientras caminas (manzana, naranja, mandarina...) nunca están de más, y sobre todo me parece importante la hidratación AL TERMINAR LA ETAPA, tanto de agua, agua con sales, fruta, ensalada y comidas con mucha agua (pasta, arroz, verduras, sopas...), y rehuir del alcohol fuerte (orujo) o abundante, pues deshidrata. La cerveza de final de etapa no cuenta!!! (ni el vino de la cena...).

La parte "opuesta" también es importante, procurar sudar lo mínimo: andar a ritmo suave -y si se suda, se baja el ritmo- y con la ropa / protección contra el sol adecuada (sombrero, paraguas...) hará que necesites menos hidratación. La hidratación insuficiente también incide de manera directa en la aparición de tendinitis.

Saludos

tanto en deporte, como en el camino hay una metrica, bebe cuando no tengas sed y come cuando no tengas hambre, es decir poco a poco, sorbo a sorbo, pero mantente hidratado y con energías... cuando te da mucha sed puede ser que estes ya deshidratado y de ahi te puede venir calambres, o alguna tendiditis o contractura.... asi que desde que se pueda un sorbito, y rellenar la cantimplora

Pobre chico, os hace una pregunta y le soltais un rollo sobre beber poco o beber mucho, es evidente que los excesos son tan malos como las carencias, pero esa no ha sido la pregunta. Así que si, Víctor, en la mayoría de pueblos tienes fuentes y bares, incluso entre medias puede que te encuentres alguna fuente de manantial, según el camino, también la mayoría de pueblos suelen colgar el letrero de "no potable" para no pagar impuestos por agua que hab bebido toda la vida, leyes modernas de la sociopolitica. Aún y así, ante la duda pregunta a los lugareños, ellos mejor que nadie conocen su agua. Calcula el agua que llevas y bebés para que te dure entre etapas y ni hay problema.

Hay otro problemilla que no habéis hablado, en esas etapas sin ningún tipo de servicio de 35 kilómetros, ahí con llevar sore 3 litros aunque haga calor debe bastar, el agua se calienta y a las dos está asquerosa por no decir otra cosa, la úinica solución sería congelarla pero en muchos albergues eso no se puede.

En invierno se puede hacer etapas con medio litro

Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera.
Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición).
La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un magnifico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.
El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
- Buenos días.
- Buenos días - Respondió el guardián.
- ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
- Esto es el Cielo.
- ¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!
- Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera.
Y el guardián señaló la fuente.
- Pero mi caballo y mi perro también tienen sed...
- Lo siento mucho - Dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
- Buenos días - dijo el caminante.
- El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
- Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo
- Hay una fuente entre aquellas rocas - dijo el hombre, indicando
el lugar. Podéis beber toda el agua como queráis.
- El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron
su sed.
El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
- Podéis volver siempre que queráis - Le respondió éste.
- A propósito ¿Cómo se llama este lugar?- preguntó el hombre.
- EL CIELO.
- ¿El Cielo?
- ¿Sí?
- Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello
era el Cielo!.
- Aquello no era el Cielo. Era el Infierno - contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo.
- ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! - advirtió el hombre.
- ¡De ninguna manera!-increpó el hombre - En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.

Se puede llevar algo de aquarius cero que en parte va sustituyendo la pérdida de sales o bien tomarlo en los bares que vayamos parando y por supuesto agua y rellenando botella en cada fuente y no olvidarnos de llevarla llena sobre todo en verano . Buen Camino

Amigo Victor Manuel: Planteas un problema en absoluto absurdo, es más, te diría que haciendo un Camino serio, de los de etapas largas llevando el equipo y pocos apoyos, el de la adecuada gestión del agua es uno de los problemas más importantes y que más atención merecen. Las necesidades a este respecto son tan variadas como las circunstancias que se nos pueden presentar en una peregrinación, en absoluto se pueden dar soluciones para todo tiempo y lugar. Intentando responder a tu pregunta te diría que en ningún momento te debes de quedar sin agua, en la provisión que lleves ten siempre una reserva, no en todas partes hay fuentes, no todas las fuentes del Camino funcionan y no todas las que encuentres son de agua potable. La necesidad de agua varía muchísimo en función de la época del año, del recorrido que hagamos y desde luego de la hora del día. En invierno y a primera hora apenas vas a necesitar agua, tu cuerpo no habrá perdido casi nada y la temperatura no te habrá hecho transpirar. En un recorrido de tarde en verano, por un tramo sin sombra y a temperatura propia de la estación irás necesitando más de un litro por hora de recorrido. Entre esos extremos debes de situar tu cálculo. Las distancias entre punto de reabastecimiento y punto de reabastecimiento son enormemente variables. En Caminos como la Vía de la Plata, el Camino de Madrid, y algunos tramos del Camino Francés puedes muy bien recorrer más de quince kilómetros, casi cuatro horas, sin encontrar una gota de agua. Es preciso estudiar bien el itinerario sobre todo cuando las circunstancias de temperatura y fatiga nos hagan prever una necesidad mayor de la habitual. Por si te interesa te diré que para circunstancias extremas, que son las que hay que prever en este tipo de asuntos, yo llevo siempre una botella de titanio de 750 CC en su funda aislante y fija al cinturón de la mochila para poder beber en cualqier momento. Y para los casos en que preveo que pueda no ser suficiente llevo también una botella de plástico plegable de algo más de un litro. Esa botella auxiliar, que lógicamente sólo lleno en casos especiales, ha sacado de apuros a más de uno y más de dos compañeros en algun lugar inhóspito una tarde tórrida de verano. En lo referente a puntos de abastecimiento ya sabes, hay fuentes en la mayoría de los pueblos, en algunas áreas de descanso y a veces en medio de la nada. Además se puede pedir agua en las viviendas de los vecinos, que normalmente te atienden con toda amabilidad, aunque en mi caso particular ese es un extremo al que recurro sólo en casos desesperados.
Y mejor no compres botellas de agua en chiringuitos o tiendas de temporada, los precios pueden llegar a sorprenderte. Espero haberte orientado.
Buen Camino.