Oscáride
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Labruja

En abril de 2018 junto con mi esposa, hicimos el camino portugués desde Oporto. Casi todo el camino fue bajo una lluvia por momentos tenue y otros un poco más intensa, pero estábamos preparados y lo hicimos. Los únicos días con sol fueron los dos últimos cuando llegamos a Santiago, lo que nos sorprendió porque en esos lugares siempre llueve. Los paisaje son hermosos y la caminata se hace casi sin problemas. Digo "casi" porque saliendo de Ponte de Lima comienza la subida de Alto de Portela Grande de Labruja. Según la información que teníamos, ante de la subida en sí había un lugar para comer algo y prepararse para la subida. Nos encontramos el lugar cerrado, el dueño se había ido a almorzar, por lo que decidimos continuar bajo una lluvia cada vez más intensa, lo que provocó que el agua bajara en cascada, si bien no muy intensa, que hacía muy difícil y peligroso trepar por el sector de rocas "escalonadas" y el posterior descenso. No hay indicaciones sobre una alternativa, si bien cruzábamosa un camino cada tanto que parecía ser una opción menos peligrosa, ante el temor de perdernos seguimos por las rocas. LLegamos al albergue empapados y muy cansados con la idea de que a ese sector le faltan indicaciones que lo hagan más seguro. Creo que el camino es para disfrutar y afrontar senderos largos, agrestes, difíciles pero no peligrosos. quedé impactado por los paisajes y sobre todo por los viejos puentes romanos, que después de 2.000 años siguen cumpliendo su función: salvar obstáculos y unir a los pueblos. Para los que llegamos desde el "nuevo mundo" vale la pena ver.