Desde los tiempos más primitivos uno de los distintivos del peregrino ha sido el bordón. Y en la actualidad si miras las fotos del Camino y las gentes que lo recorren verás que la mayoría lleva uno o dos bastones, los tiempos cambian y las tecnologías también así que el primitivo bordón grande y con punta herrada ha dejado paso al anatómico bastón plegable, ultraligero, con dragonera alrededor de la muñeca y mango adaptado a la forma de la mano. ¿Uno o dos? Cuestión de preferencias. Desde el punto de vista del rendimiento del esfuerzo sin duda mejor dos. El cuadrúpedo siempre es más eficiente en su desplazamiento que el bípedo. Ahora bien, el esfuerzo que se hace en el Camino no es tan grande como para hacer imprescindibles tales medios. Por si te sirve, yo llevo muchos años utilizando un solo bastón que en la actualidad me fabrico en casa con una buena caña de bambú a la que añado los elementos necesario para empuñarla con comodidad, no desgastar la punta y no hacer ruido al caminar. Pero eso ya son manías de antiguo.
En lo referente al saco cualquier peregrino con experiencia te dirá que es imprescindible en toda época. Eso sí, no es lo mismo un Camino en pleno invierno que uno de verano por lo que el peso y grosor del saco tienen que ser los adecuados. En la época en que vas a ir te vale uno de los más ligeros, pero no dejes de llevarlo, te sentirás mucho mejor.
Buen Camino.