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Este fue nuestro día 7 en Camino del Norte cuando caminamos por las montañas desde el pueblo de Mutriku hasta Markina Xemein.

Esa noche fue un infierno, estuvo lloviendo casi toda la noche y la mañana y dormimos solo un par de horas. Así que nos levantamos muy tarde a las 9 am y luego todo el día nos sentíamos con sueño.

Finalmente encontramos el gas de campamento que tanto necesitábamos mientras pagábamos por la noche en la recepción.

Bajamos al pueblo de Mutriku para ir a la oficina de turismo por el sello y decidimos no comprar alimentos para ir ligeros, porque sabíamos que teníamos que hacer más de 20 km ese día.

Teníamos un dillema delante de nosotros. Cuando nos dimos cuenta de que el Camino no iba a lo largo de la costa oceánica y se alejaba de él en las montañas, pero planeamos nuestra ruta y los lugares para acampar cerca de la costa. Y ahora teníamos que decidir si seguir nuestros planes, pero seguir el camino desconocido del automóvil o seguir el Camino y permanecer en los albergues o acampar. Porque no había sitios para acampar en ese lugar hasta la ciudad Bilbao. Y eso nos llevaría alrededor de 3 días para lograrlo.

Y, al dudar de qué camino tomar, tomamos el Camino y nos dimos cuenta de que va en dirección diferente a la carretera del auto, por lo que no tenemos oportunidad de verificar si era posible caminar allí.

Pero pronto nos alegramos con nuestra decisión de tomar el Camino. Caminamos por las hermosas áreas rurales que parecían las granjas ecológicas con pastos pacíficos y verdes praderas eternas. Las montañas estaban en todas partes y encontramos muchos manantiales naturales en nuestro camino ese día. Era una reminiscencia de nuestro hogar en las montañas y la ruta era muy similar a las que tomamos regularmente mientras vivimos en los Pirineos Orientales.

La ruta subía y bajaba constantemente, con vistas panorámicas de los picos de las montañas y el océano mezclado entre las cadenas montañosas. Los caminos estaban bastante sucios y resbaladizos después de los días de lluvia en algunos lugares, así que tuvimos que caminar con cuidado y observar el paso.

Toda esa distancia se pasa por las casas de la granja, los pastos y un par de restaurantes y solo al final del día se llega a la ciudad. Por eso es importante tener en cuenta que este día es bastante largo y desafiante.

La primera cuesta arriba fue la más difícil, aunque el resto del camino fue bastante suave, excepto por el camino de entrada a la ciudad, que cuesta abajo fue un asesino absoluto.

Nos reunimos con los primeros peregrinos que andaban en bicicleta cuesta arriba, pero debemos decir que es un camino difícil si lo hacemos en bicicleta. En general nos encontramos con menos peregrinos que los días anteriores.

El clima fue estupendo ese día soleado y cálido con las nubes que pasaban y la mayor parte de la ruta atravesaba el bosque, así que caminar fue un placer absoluto. Pero al final del día sentimos que hicimos demasiados kilómetros desde el dolor en los músculos y la fatiga general, pero en general fue porque no dormimos bien la noche anterior.

Así que llegamos a la ciudad de Markina Xemein bastante tarde a las 7 pm, así que nos apresuramos a comprar algo de comida y luego a encontrar un lugar para acampar. Sabíamos que todos los lugares en los albergues estarían ocupados y para no perder el tiempo salimos de la ciudad en busca de algún camino de tierra que nos lleve al campo o al bosque. Finalmente encontramos un lugar sobre la carretera en el prado cerca del bosque y casi en la oscuridad estabamos listos para ir a dormir.

Entendimos que todos los días no podemos hacer el mismo tipo de distancia durante mucho tiempo. Si no, estaríamos agotados y no podríamos continuar con nuestro camino. Y como no queríamos detener nuestro Camino, decidimos desacelerarlo siempre que fuera posible. Y también tratemos de comenzar la caminata temprano para llegar a los lugares más temprano, de modo que tengamos más tiempo para recuperarnos. Así que con todos estos pensamientos nos quedamos dormidos.

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