El caballo o la yegua.-

Es factible peregrinar acompañado de cualquier equino, sea de carga, de tiro o de silla. Esto NO quiere decir que cualquiera de ellos sea el apropiado. Por supuesto que el mejor es el que sea un rutero., los " sprinters " no son muy adecuados.

Si el animal no está acostumbrado a largas cabalgatas deberá entrenar de la misma manera que un peregrino a pie.

Es imprescindible que esté bien domado y que atienda muy bien a las ordenes que da el jinete. El transito rodado, los animales domésticos y otras causas pueden producir una espantada. Lo cual tendría consecuencias nefastas.

Las herraduras tienen que estar en perfecto estado, es fundamental. Si pierde alguna de ellas va a ser muy complicado encontrar un herrero que la reponga.

La utlima palabra la va a tener el veterinario. Obligatoria una visita antes de partir y respetar el dictamen del facultativo.

Absolutamente todos los papeles al día. Identificación, saneamiento, vacunas, etc. Es imprescindible contratar un buen seguro, los riesgos de que suceda algún percance son altos. Es imprescindible portar siempre todos estos documentos a buen recaudo e impedir que se humedezcan. Por lo tanto llevarlos en una bolsa de plástico con zip es lo ideal.

Todos estos consejos sirven tanto para propietarios como para peregrinos que alquilen o contraten un viaje organizado. A poder ser, mucho mejor ir con montura propia.

Entrenamientos previos.-

Una peregrinación a caballo parece cómoda y relajada pero están bastante lejos de la realidad. Es necesario que alguien experimentado asesore al respeto. Ir a caballo puede ser un suplicio si no se hace bien, se puede acabar como si te hubieran dado una paliza. Incluso pueden aparecer rozaduras en la entrepierna y la parte interior de las piernas. La espalada también suele sufrir bastante.

Para los legos en la materia es necesario comenzar a montar al menos un par de meses antes. No es necesario montar absolutamente todos los días, si hacerlo como debe ser. Primero paseos sencillos, aumentando la distancia poco a poco. Se pueden ir intercalando rutas y aumentando poco a poco la dificultad. Repito, con el asesoramiento de alguien experimentado y con un caballo que sea tranquilote.

La silla de montar y otros accesorios.-

Como las botas de un peregrino, que NO sea de estrena. Tiene que está muy bien sobada, tanto el jinete como el caballo lo van a agradecer en grado sumo. El cuero nuevo es mas recio y favorece la incomodidad. Por supuesto, debe ser una silla muy apropiada para rutas. Imprescindible asesorarse por alguien con experiencia.

Además de la silla, mantilla, sudadera, bocado, riendas, ramales, cabezada y trabas. Todo esto tampoco tiene que ser de estrena. Es de gran utilidad un cubo plegable para dar de comer o beber al caballo.