17-02-25 Monasterio de Oseira-Rodeiro 18,98 kms. distancia acumulada 215,06 kms.

Me levanto a las 4,15 para asistir al primer Oficio de los monjes, es una paz la que se transmite que es imposible describir, una vez terminado, vuelvo a mi habitación, una ducha bien caliente, pues hace un frío que pela, preparar la mochila y dejar un poco arreglada la habitación, que es lo que suelen hacer los huéspedes en el Monasterio. 

A las 7,45 es el siguiente oficio seguido de misa,  a los cuales también asisto, a continuación un buen desayuno y toca despedirse de ellos, de mis Amigos, en nada volveré otra vez por ahí.

Dejo el monasterio a mis espaldas y empieza una subida de 6 kms aprox. por carretera, sin apenas tráfico, al no ser un Camino, es lo que hay, chupar carretera todo el trayecto, la subida por momentos tiene buenas rampas, pero se suben sin más y después hasta casi Rodeiro es todo bajada.

Voy por la parte de atrás del monte Faro, muy cerca de los aereogeneradores, pero sin llegar a pasar por debajo de ellos.

Esta vez, solo un par de lugareños me preguntaron si estaba perdido, y ya les decía que no, que iba a Rodeiro.

¡Como cambian los paisajes! esta parte casi todo por el rural, vacas, caballos (bien bonitos, por cierto), cultivo de maiz, patata, todo diferente a los días anteriores.

En Rodeiro me alojo el Hostal-Albergue Carpinteiras, 30 pavos, alojamiento y desayuno, tienen cerrado el albergue por lo que me quedo en una habitación individual, un poco caro para lo que ofrecen, la habitación era un auténtico congelador, bajo a decir lo del frío y me dicen que la calefacción la encienden de 7 a 7... No creo que vuelva a ese hostal. Para cenar voy a la taberna Cabalos do Faro y por dos buenos platos y una cerveza 13€.

Hay cenando un chaval que me tiene pinta de ser peregrino, pero se retira pronto, mañana lo descubriré. 

Una infusión en el hostal y pa cama, que mañana quiero llegar a A Laxe, parando en Lalín a comer el cocido, ahora es la fiesta de ese manjar.

Buenas noches.

18-02-25 Rodeiro-A Laxe 28,16 kms. distancia acumulada 243,22 kms.

Efectivamente el chaval de anoche es un peregrino, el segundo que me encuentro en este camino, desayunamos juntos, pero cuando subo a recoger la mochila y bajo, ya se había pirado. 

Etapa bonita, un poco larga, pero nada complicada, un terreno ondulado, con amplias zonas de cultivo y granjas de vacas. El olor a purín a veces se hace insoportable, se mete en la nariz y no hay forma de que salga. 

Que distinto es todo de un día para otro, como cambian los paisajes, pero el color predominante, el verde, no cambia, solo la gama, verdes brillantes. 

Cruzamos varias veces el río Arnego, por cierto, uno de los puentes está casi caído, como no lo arreglen pronto, los peregrinos tendrán que cruzar el río a nado. 

El sendero es muy bonito, pasamos por varias aldeas, en A Penela, hay un museo por el que yo pasé de largo, nada más ver las fotos que había en la fachada, deberían de derribalo para cumplir con la ley de Memoria Democrática, pero en fin, yo al camino. 

Pasamos por A Eirexe de Pedroso, donde hay una bonita iglesia con su peculiar cementerio, fuente con un agua riquísima y en frente hay una casa que tiene máquina de bebidas, café y un sello muy bonito. 

Pasamos por algunas aldeas más, todo ello con algunas subidas que se hacen sin complicaciones y rodeados de un paisaje bastante bonito.

Llegando a Lalín, se continúa todo recto, yo paré en Peregrinus Dezae, para que me pusiera un sello de los que hacen ellos y la verdad es que quedaron bien bonitos, yo también les dejé un detalle. (Gracias Antelo por tu disposición). 

Tenía pensado comer un buen plato de cocido, pero me lo replantee, pues aún tenía que llegar a A Laxe y con la barriga a tope me es imposible caminar, por lo que tomé un plato combinado, con unos huevos caseros, que color más rico tenían esos huevos. Menú y café 12,10€

Un cafélito y a seguir caminando. La salida de Lalin es muy bonita, se hace por un inmenso parque, en el que te encuentras de todo, caballos, vacas, ovejas, gente corriendo, andando, leyendo, con un continuo riachuelo, bastantes puentecillos y muchos molinos de agua.

Y a qui acaba el camino de invierno y se une con el Sanabrés, pero para mí, hasta Santiago será el Camino de Invierno. 

Y nada, ya en el albergue de A Laxe, que para mi, muy bien, la chica que estaba, súper amable y dispuesta a ayudar en todo y de pronto apareció el otro peregrino, se llama Yuri-Lorenzo, es de Génova pero vive en China. 

Nos fuimos a cenar a Casa Maria José (yo solo me tomé una ración de queso, pues estaba aún sin hacer la digestión de la comida), no puedo decir lo que costó porque se empeñó en pagar el, con la condición de que yo mañana, pagaba los desayunos. Tuve la sensación de que no sería un problema caminar juntos, hubo buen rollo durante la cena y posterior tertulia. 

Volvimos al albergue y a dormir, solo eramos los dos.

Una etapa sencilla, pero muy bonita para mi gusto, solo me crucé con bastantes vacas, que me miraban extrañadas...

Esto se va acabando, que pena.

20-02-25 Outeiro-Santiago 16,75 kms. distancia acumulada 293,49 kms.

Como era una etapa no demasiado larga, habíamos hablado la noche anterior de no salir muy temprano y llegar a Santiago tranquilamente, ya que Yuri estaba un poco "tocado" de la etapa de ayer, aunque ya le avisé que esta última etapa, a pesar de ser corta, no es ningún cómodo paseo. 

El otro italiano salió a las 6,30 (sigo sin entender esos madrugones para caminar de noche y no poder disfrutar de las vistas que nos ofrece el Camino, pero vaya, cada cual tiene sus preferencias). El español salió sobre las 8 y nosotros después de desayunar bien y tranquilos, salimos sobre las 9, con una bruma que hacía muy bonita toda la zona, que por cierto estaba muy embarrada. 

Caminamos por pistas de asfalto y de tierra, por el tráfico ya se va notando que estamos llegamos a una gran ciudad. 

En Lestedo paramos a tomar un café en el bar-restaurante Via da Prata (ya aproveché para hacer una reserva, pues en nada empezaré otro camino y pasaré por ahí...) 

Pasamos por debajo de la vía del tren, pistas de tierra, de asfalto y llegamos a la capilla y arroyo de Santa Lucía, donde paramos un momento, es como si no quisiéramos que se acabara. Le dije que aún faltaba una buena subida, pero que la bajada y posterior llegada a Santiago iba a merecer la pena esa última subida y continuamos. 

Pasamos por el fatídico Angrois (me preguntó el porqué de las flores, carteles, fotos..., al igual que me preguntó por esos edificios que se veían a la lejanía (El Gaias), le expliqué todo lo que pude y cuando empezamos a bajar por la Calzada do Sar, le dije que solo mirara para delante ¡las torres de la catedral!, no os podéis imaginar con que emoción lo dijo, aunque le avisé que aún quedaba un cómodo y bonito paseo. 

Nos acercamos a la Colegiata do Sar, pasamos por el puente y enfilamos a la Catedral, más bien, a la plaza del Obradoiro, pues la misa ya estaba empezada y quería recoger su Compostela. 

Nos dimos un gran abrazo y noté como empezaba a llorar y no quería, yo le dije, llora lo que quieras, no te avergüences, hay que sacar los sentimientos, yo soy más duro, no insensible, pero como me hablaba y como miraba para la Catedral y para mí, hizo que yo también acabara emocionado. En mis Caminos, nunca los había acabado así, siempre emocionado, si, pero no tan sensible. 

Una vez repuestos, nos fuimos a por las Compostelas, nos acercamos a Martín Pinario para dejar las mochilas, ducharnos y disfrutar de Santiago. 

Santiago es maravilloso, poca gente, pudiendo disfrutar de casi todo, le lleve a la iglesia de San Paio de Antealtares y flipó con el órgano en directo, pagué para encender el altar y los dos disfrutamos como enanos. 

Le quise llevar a comer a La Cueva (que es un bar de toda la vida) y estaba cerrado por vacaciones, entonces decidimos ir a la Taberna do Bispo, donde dimos buena cuenta de varios pinchos. A la salida nos encontramos con el otro italiano y nos fuimos a tomar un café, después a descansar y a las 7 quedamos para ir a la Misa del Peregrino.

Se quedó maravillado de la catedral, no pudo contener la emoción en la Cripta ni cuando le dio el abrazo al Apóstol. Yo disfruté mucho, viendo como el disfrutaba, no sé, son esos sentimientos extraños. 

Nos sentamos para oír la misa y pidieron voluntarios para leer, a mi me da mucha vergüenza hablar en público, pero en un acto de valor me ofrecí a leer

¡Qué mejor fin de este maravilloso Camino de invierno, leyendo en la Catedral de Santiago! 

Después dimos una vuelta por Santiago y tomar unos vinos y a descansar. El, al día siguiente el se iba a un tour (Fisterra-Muxía) y yo me volvía para casa, quedamos para desayunar y así poder despedirnos, como así hicimos. 

(La historia tiene otro final, pero no viene a cuento el relatarla por aquí) 

Y hasta aquí, este retomado Camino de invierno. 

De nada, chicos, cualquier duda me podéis preguntar, aunque a partir del 20 de este mes me volveré a calzar las botas y volver al Camino, esta vez será el Mozárabe desde Almeria, acabando, si puedo claro, en Fisterre (de cabo a cabo), un gran reto para mi.

(De este Camino me será imposible hacer diario, pues serán muchos días y la cabeza, psicologicamente, tiene que estar donde debe de estar)