Los veteranos del foro recordaréis el viejo refugio de Burgos en el parque del Parral. Seguro que muchos de vosotros pasásteis allí alguna tarde y alguna noche de las que hicieron vuestro Camino inolvidable. Yo desde luego sí. Y recuerdo muy bien aquella mesa bajo el árbol, junto a la fuente, en medio del recinto acotado por esa simbólica y simpática cerca de madera. Sentados a aquella mesa había siempre unos excelentes hospitaleros que te saludaban con cariño y a la primera ojeada sabían si necesitabas o no usar las instalaciones.

En aquellos dos barracones de madera, que como todo lo provisional duraron años y más años, dormíamos un poco hacinados, a veces hacía calor, en ocasiones aparecían hileras de irrespetuosas hormigas pero no era normal oír quejas a nadie. Se disfrutaba lo que se tenía. En aquel lavadero al aire libre lavábamos nuestros trapos y los tendíamos en los alambres allí al lado. En aquel barracón apartado, de servicios, teníamos los baños y duchas y todos encantados. 

Quien llegaba tarde o quien era juzgado por los hospitaleros como no merecedor de plaza, ya que estas se reservaban para quienes llegaban cansados y necesitados de reposo, podía poner su poncho o su capa de lluvia junto a la valla que limitaba el recinto, colocar debajo su saco y su esterilla y dormir allí tan a gusto. Y por supuesto podía usar todos los servicios del albergue aunque no ocupara cama.

Algunas tardes aparecían por allí miembros en prácticas sanitarias de "Protección Civil" y dirigidos por sus jefes hacían prácticas de curado de ampollas y demás lesiones con los averiados peregrinos que se prestaban a hacer de conejillos de Indias ¡Qué ambiente! Aquello era austeridad, compañerismo, generosidad y vida de peregrinos.

Hoy tenemos en Burgos quizás el más lujoso de todos los albergues del Camino pero a la vista de cómo funciona y el estilo de la mayoría de sus usuarios me quedo con el viejo Parral. Allí nunca me habría quedado en la calle aunque hubiera ido desde Belorado o desde Tosantos. Al menos habría podido acomodarme y dormir bajo mi poncho. 

Como dicen los geniales Luthiers: "Cualquiera tiempo pasado fue ANTERIOR", no necesariamente mejor, pero a veces las mejoras del progreso no suponen precisamente ganancias. 

Buen Camino.