Kiwis, ovejas y jabalíes
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Doce kiwis
Cuatro ovejas
Dos perros
Unas cuantas ovejas
Un marido
Y una hospitalera que atender.
La paisana ya tiene bastantes tareas
Da también conversación a algún peregrino despistado
Que descansa, al sol, en las escalinatas de su casa.
Y bueno, ¿para qué quiere más?
No se va a poner ahora
A cazar jabalíes
- aunque falta ya hace
Con el destrozo que causan
En los Manizales-.
El caso es que
Hay algo que sí le ronda
A la paisana de Lusío.
Mmmm....
No ha hecho nunca
El Camino de Santiago
Y eso que pasa
Por delante de su casa.
¿No tiene ella
Alguna promesa cumplida que agradecer?
¿No tiene algún error del pasado
Que le ronronea la conciencia?
¿No tiene, acaso,
Ganas de pasar a saludar a su cuñada de Portomarin?
Ay, pero
¿Cómo va a dejar sus probeciños kiwis sin podar?
¿A sus ovejas sin sacar a pastar?
- con lo tontas que son -
¿ Es que acaso puede dejar solo a su marido?¿a las gallinas?¿ ... o a " su" hospitalera?
En fin
Tampoco es que se les vea
A los peregrinos
Especialmente redimidos, bendecidos
O con otras santificaciones
... quizá esta primavera se anime
A emprender la marcha.
Son solo de cinco a diez días
Tampoco
Tampoco
Se va a matar andando.
Aprovechará a confesarse en Samos
Y a rezar a la virgen
en O Pedrouzo.
¿Llegar a Santiago?
¡Dios dirá!
De todo le han contado los peregrinos que han charlado con ella
Junto a la máquina de Coca.Cola pegada a su casa .
Mmm... quizá entonces esta primavera entonces sí
Pero vaya, ahora mismo, hoy
Tiene que acabar
De poder los Kiwis
Que estamos en luna menguante
Y si no hay que esperar hasta Febrero.
Le duele un poco el brazo y el cuello
Pero hay que acabar la faena.
A la paisana, en realidad, le gustan tanto sus tareas
Quiere tanto su pequeño mundo
Que se iría a Santiago
Solo por echarlo de menos
Y le palpitara el corazón
Al volver
Con sus gallinas
Sus ovejas
Su marido
Su hospitalera
Sus jabalíes
Y ¡claro!
Los kiwis.
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Poeta. ¿Al final la pobreciña irá o no irá?
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No creo que vaya ... la gente del campo está muy atada a tareas que no se pueden dejar de lado (animales...), que es una de los aspectos que quería reflejar en el texto. Por un momento pensé que la Xunta de Galicia les podía poner una persona por una semana una vez en la vida para esta peregrinación: toda la vida viendo peregrinos y sin poder lanzarse a la aventura... o algún tipo de campaña de sensibilización... pero, bueno, no era mi pretensión escribir algo reivindicativo, y además, imagínate el lío burocratico/político para poner en marcha algo así (no estamos en los "desprendidos" años ochenta de la socialdemocracia).
En fin, desde la orilla del Camino vemos siempre innumerables "paisanos" con sus vidas rozando las nuestras, y yo creo que me dan ellos más envidia a mí que la que yo pueda darles
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Ésa señora lleva años con lo de la máquina de la bebida, yo la conocí en 2019, y se saca unas perras por la bebida y algo de comida que vende, pues el magnífico albergue Casa Forte Lusio no tiene nada.
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La máquina de Coca.cola lleva años sin funcionar: era muy cara y le vendieron una de 2a mano que no chutó mucho tiempo, y ahora es un armatoste que ni siquiera vienen a llevarsela. La mujer esperaba sacarse unos dinerillos, pero vaya! El business no fue para tanto. Esto me lo contaba la paisana mientras yo tomaba un tímido sol de invierno en las escalinatas de la casa.
Lo que me encantaba de ella era la combinación de alegría, paz y osadía con que se lanzaba a sus tareas tan dispares: ¿Qué era para ella más importante, las ovejas o los Kiwis, los jabalíes o la máquina de Coca.cola, su marido o la hospitalera? Su dulce acento galego suavizaiba las aristas de su mundo hasta hacerlo parecer armónico.
En cuanto al albergue, sí, es magnífico, todo un descubrimiento, ahí escondidito, y fuera de las etapas convencionales.
Hoy me he puesto a charlar con un chico que trabajaba en un cultivo que yo no reconocía: "frambuesa!" y me ha contado cómo empezó a interactuar con los peregrinos que pasaban a su vera. Estos cogían algunos frutos a su alcance y les dejaban algunas monedas sueltas. Así que su familia empezó a ofrecer pequeños boles de frambuesas a un euro, y la cosa funcionó. Luego se animaron a hacer un licor de la misma fruta, y también funcionó... y todo esto me lo contaba el chico con esa discreción y suavidad típica de esta tierra... " bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra"...
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"Quiere tanto su pequeño mundo
Que se iría a Santiago
Solo por echarlo de menos
Y le palpitara el corazón
Al volver"
Ahí creo que lo clavas, Fernando.
Hace poco tiempo me tenté con hacer el camino. Ya tengo fecha de inicio y he empezado a visitar mucho esta página para informarme de cuestiones prácticas que son de mucha ayuda. El introducción anterior es para comentar que en estas búsquedas de información me encuentro con algunas JOYITAS como esta... es hermosa la pintura que hace Fernando de esta querida paisana, que si bien no tengo el gusto de conocer, le digo querida porque la identifico totalmente con personas de mi afecto, tan cercanas a sus cosas de todos los días, a las que brindan generosamente su atención, corazón y vida misma, y hacen que cualquier circunstancia, situación o experiencia que signifique alejarse de ellas en tiempo o espacio no atraingan en nada su interés. Me quedé pensando que lindo sería que se le prenda la chispita por lanzarse a la aventura de la que tanto ha escuchado de peregrinos que han tenido la suerte de cruzarse con ella, y que por supuesto el universo haga los arreglos necesarios para que sus cosas de todos los días no extrañen su atención y cuidado. Felicitaciones Maestro por su texto (quizá le genero incomodidad que lo llame así pero es lo que me sale)