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En el Recuerdo para siempre.

Hola camino, hola foro.

Ya no sera igual la entrada a Logroño, faltara un trocito de historia, que empezo con su madre Felisa (higos y amor.)

Maria su hija, continuo en su puesto, todos los dias para dar, un buen camino peregrino,  informacion, charla y si querias sello y la voluntad.

Maria nos dejo aller, malogradamente, y año santo.

Descanse en paz.

TRAINERA
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Hola, soy MANU, de DONOSTIA, conocí a la madre, FELISA, hace muchos años, y como dices, higos en la temporada y charla con ella, sentado, recuerdo, en un banco de madera, entonces eran otros tiempos, donde no había prisa para llegar a LOGROÑO. También recuerdo que la subida por la ladera, antes de llegar a LOGROÑO, la pista era de tierra, ahora está asfaltada, creo, en un color rojo. A la hija la conocí bastante después, cuando en otro de mis caminos, al acercarne a saludar me dijo que su madre había muerto, y que ella seguiría con la misma tradición de sellar la credencial y sentarte un rato para descansar y poder charlar con ella. Mi más sincero pésame y que descansen en paz. Cada día, mes o año, nos quedan menos mitos tradicionales del camino. AGUR, MANU.

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Toda la razon Manu, la historia del camino, estan escritas por personas como Felisa y Maria, 

Buen Camino

 

Edu soñador de ...
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La recuerdo...otro NOMBRE del Camino....descanse en paz.

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Si asi es, Edu 

Nombres que ya no estan con nosotros y que a los noltagicos, nos hicieron un poquito mas facil y agradable el Camino.

Ultreia 

Núria MV
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Tuve la suerte de charlar con Maria durante unos minutos antes de cruzar el famoso puente de piedra a la entrada de Logroño. Gracias por recibir a peregrinas y peregrinos con un buenos dias y una sonrisa sincera y cariñosa.  EPD 

Papadopou
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Un recuerdo para la madre y para la hija. En paz descansen.

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Si nuria, asi era maria, y lo hizo todos los dias en invierno y verano, lluvia viento y frio.

Ultreia

Faraco
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Descanse En Paz

capi
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Caray, eso es un maravilloso recuerdo.

Una vez le dije que con los higos el agua no ivan muy bien y me dijo, cuando llegais aqui el orden es diferente sobre todo con calor.agua higos y amor.

Me hizo reir.

Bel.lita
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La recuerdo! También tuve mi parada con charla incluida.

Que la tierra le sea leve

MontseP
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Conocí a Felisa hace más de veinte años. No estaba haciendo el camino. Andaba por Estella y fui en bus. Mientras contemplaba el paisaje desde un mirador pregunté si se podía ir andando a Logroño y me sugirieron que siguiera unas flechas amarillas. Así lo hice. Mientras caminaba con mi compañero surgió de una casa una señora que nos decía " Peregrinos, queréis que os selle la credencial? " Nos detuvimos sorprendidos y Felisa nos preguntó " Sois Peregrinos?" Íbamos sin mochilas, de paseantes y le dijimos que no pero nos quedamos un ratito, nos explicó que por allí pasaban y ella les proporcionaba agua, fruta y un lugar de descanso. Conocía la historia de la ruta Jacoba pero no tenia conocimiento de que siguieran pasando Peregrinos. 
Llegamos a Logroño, tapeamos  por el Laurel y regresamos en bus a Estella. 
Más de una década después empecé mi primer camino y volví a pasar por allí desde Viana, pero era demasiado temprano y no pude ver a Felisa. 
Años más tarde volví a pasar pero ya no estaba y conocí a su hija María. Pasamos un buen rato de conversación y relax antes de llegar a Logroño. Ahora leo que tampoco volveré a verla. Otro vacío más , otra pérdida. 
Quedarán en nuestra memoria agradecida, en nuestras huellas, en la milenaria historia del camino 

Isidro García
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  En los primeros días de junio de 2018 comencé a caminar porprimera vez hacia Santiago, sin tener una idea clara de lo que me esperaba en los próximos 800 quilómetros.

 En la noche anterior a lo que sería mi primer hospedaje en un albergue jacobeo maldormía en el autobús que me llevaba a Pamplona, o pensaba que mis siguientes semanas serían un reto físico, por los 25 quilómetros diarios, y un reto logísitico, por la incertidumbre de encontrar sendas, bares y albergues. Esas dos urgencias inmediatas estaban desplazando en esas horas el batiburrillo de sentimientos que durante años llevaba acumulando al columbrar lo que sería mi peregrinación en el Camino de Santiago. Durante el previo mes de mayo, ese caos de sensaciones las había simplificado en una sola definición, lo bastante ambigua para dar sitio a todas juntas. Veía mi futuro Camino como un proyecto épico.

 Y ya en Pamplona, cuando a la llegada, a las seis de la mañana, la última mañana antes de todas las mañanas de las siguientes semanas, en las que tendría como único objetivo "prendre le chemin" y "aller plus loin" (como dice el himno francés); en Pamplona, decía, cuando una muchacha, tras indicarme donde podía desayunar en la ciudad, me despedía con el primer "Buen Camino", la sensación épica de las últimas semanas se agigantó.

 Durante la tarde, en el albergue de Ostabat, reconocí a otras nueve almas gemelas. Dos, como yo, comenzaban al día siguiente la peregrinación (todavía mantengo contacto con estas dos personas italianas a la espera de coincidir de nuevo por los caminos jacobeos). Los restantes ya llevaban jornadas por los caminos de Francia, y cada uno con su meta marcada en diferentes lugares: había quien dejaría la peregrinación al día siguiente en Saint-Jean; quien llegaría a Pamplona, o más lejos;  quien esperaba poder abrazar al apostol; o quien simplemente no tenía ni idea dónde se detendrían sus pasos.

 Esa noche, en la litera, las sensaciones eran todavía más caóticas. Las preocupaciones técnicas de la noche anterior en el autocar, se mezclaban con los estímulos, ya todos relacionados con la peregrinación, que había tenido durante la jornada. Tenía ya el primer sello del albergue en mi impoluta credencial, y por tanto, formalmente había iniciado mi primer Camino de Santiago.

 Al cabo de los días, cuando en mi ya varias veces sellada credencial, añadía el prmer sello de La Rioja, el que me puso María, (aunque el nombre que dejaba marcado era el de su madre, Felisa), lo que había vivido hasta el momento había cambiado completamente mi percepción del Camino. Las preocupaciones logísticas de comidas y camas desaparecieron en el primer día y la de encontrar el sendero a hollar el segundo día, en cuanto me abrazaron las flechas amarillas (en francia la señalización de los GR's, siendo correcta, hace necesario estar atento a las marcas). El esfuerzo físico, no resultaba tanto esfuerzo (exigente la etapa cruzando los Pirineos, y algo difícil los descensos de Erro, y del alto del Perdón). Y la sensación épica que había afianzado en la compañía de los diez peregrinos de Ostabat, se había estrellado con la realidad de los que día a día caminaban a mi lado: altos y bajos, gordos y delgados, niños y ancianos, guapos y feos, .... Los caminantes jacobeos no eran diferentes a cualquier persona que uno se cruza cualquier día en cualquier ciudad. No había nada heróico en el Camino de Santiago. Cuando llegué bajo la higuera de Maria, ya había alcanzado la certeza de que el Camino era otra cosa diferente. Más etérea, pero más intensa.

 El Camino, ya lo sabemos todos, puede ser una caminata deportiva, una ruta de senderismo, un trayecto histórico, una excursión cultural, unas jornadas gastrónomicas, un periodo de convivencia social o de recogimiento introvertido, .... y muchísimas otras cosas que se pueden añadir. Y siendo ciertas todas ellas, no serían más que imágenes de una percepción superficial, que dan pistas y te acercan a descubrir lo que el Camino guarda en su interior. Al llegar al primer sello de La Rioja había empezado a comprender algo de lo que es la peregrinación (Tras mi segunda peregrinación por el Camino de Madrid alcancé la certeza intuitiva, pero todavía no he podido definirlo racionalmente).

 Siendo peregrino te haces enorme y mínimo a la vez. ¿Qué eres tú, humilde peregrino entre los millones de caminantes compostelanos, que a lo largo de cientos de años han pasado por alguno de los miles de quilometros de las sirgas jacobeas? Y sin embargo, tu presencia, peregrino, es indispensable para dar continuidad a esta magia milenaria: en años, en quilómetros, en personas. (En estos tiempos de pandemia se comprende mejor lo que digo: el Camino de Santiago sigue ahí. No desaparece. Pero el único peregrino que lo recorre en un día le da visibilidad).

 Maria, como antes su madre Felisa (yo no la conocí), podrían parecer poca cosa en aquella cuesta, junto a su casa baja, y a la sombra de su higuera. No sé el concepto que tendrían de ellas mismas, pero adivino que no se hacían justicia en lo importantes que eran. No eran imprescindibles, pero con ellas a su vera, auxiliando al peregrino, el Camino era aún más. Los hospitaleros del albergue de Los Arcos (belgas, ¿cierto?), los de la ermita de San Nicolas de Puente Fitero (vienen de Italia), las hospitaleras de Calzadilla de los Hermanillos (creo que son alemanas), .... todos ellos, aunque no recordemos el nombre de ninguno, con su presencia en lugares tan aislados hacen más grande el Camino.

 Todo eso ya lo intuía, mientras bebía un trago de agua y pegaba la ebra con María. Fueron pasando otros peregrinos: algunos se detenían breevemente a ojear los recuerdos que tenía en el puesto, otros se hacían una foto, y todos sellaban su credencial. Pero entre todos pasó presurosa una pareja, guiris, que no mostraron señales de notar la presencia de María, y no puede reprimirme. Les abordé para explicarles lo que María, y antes Felisa, representaban en la peregrinación.

 Ahora, mientras lo recuerdo, me pregunto cómo entenderían ellos, que un loco les detuviera cuando estaban deseando llegar a Logroño, y que les contara en un mal inglés, cosas sobre esa señora que no era diferente a otros lugareños con los que se venían cruzando en cada momento, y que en opinión de ese loco debía de ser alguien muy importante.

 

 Higos, agua y amor. Cosas de poca importancia parecen y, sin embargo, bastan para sentir todo el espíritu del Camino al peregrino. (Parafraseando a León Felipe).

 Ultreia.

capi
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Hola Isidro, Dios mio, no sabés bien la cantidad de personas que empezamos el camino sin saber donde nos metemos, y sin saber porque,

si tenemos mas claro los motivos, varios.

Pero la mayoria ha cambiado todo su esquema objetivos y motivos cuando llegamos a Santiago, escepciones, por supuesto.

Pero son las personas como maria o felisa y muchos mas los que te dan las señales para cuando llegues a Santiago tu viaje haya tenido un sentido diferente.

Alla por los años 2001 empece yo el mio, y no lo he dejado desde entonces, cada año,  y cada año es diferente, cualquiera de los caminos que he repetido o hice nuevos.

Lo resumo,

es tanta la alegria de llegar como la pena por haber llegado.

Ultreia esuseia.

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

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He encontrado en Vimeo un pequeño documental escocés, muy bien hecho, sobre Felisa y María. Aquí  va la referencia:

https://vimeo.com/31699881

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Indi
Imagen de Indi

No sé cómo lo haces para encontrar esas joyas.

Gracias

capi
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Hola Camino, hola foro.

Gracias Fernando, por este video de Maria y  su madre Felisa, 

Ha sido un autentico regalo, un dia de camino estatico de una persona que no caminava, pero que hacia el camino con valores que como demuestra este video no todo el mundo comprende ni entiende.

Repito un muchas gracias grande fernando.

Ultreia esuseia

TRAINERA
Imagen de TRAINERA

Eskerrik asko, FERNANDO, he disfrutado mucho con esa aportación que nos dice mucho sobre los valores del Camino. La verdad es que se me han puesto los pelos como "escarpias". Gracias. AGUR, MANU.

Mauro Sala
Imagen de Mauro Sala

Hola Fernando, gracias por ese video; sepas que para mí no tiene precio, ya que estoy muy feliz de verlo

MontseP
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Gracias Fernando por compartir esta joya que nos trae a la memoria y al corazón a las personas que entregaron parte de su vida a un sueño, a una entrega a veces incomprendida. Quede en nuestro recuerdo para siempre Felisa y María