Así es, Blenques. El caso es que creo que Arrés no necesita de ningún reclamo. Su fantástico albergue llevado por hospitaleros voluntarios no soporta más de 20 peregrinos, que si bien no se suele llenar salvo algunos días en temporada alta, la capacidad es justita si aumentara mucho la demanda, y en el pueblo solo hay un negocio, el bar, que también ofrece habitaciones, y que es un placer tomarse allí las cervezas o lo que sea, con una atención formidable hacia los peregrinos por parte de las chicas que lo llevan. Claro que queremos que ese Camino resurja de sus cenizas y se le reconozca la importancia que tuvo, y tiene, en el devenir histórico Jacobeo, y que más peregrinos se sumerjan en sus beneficios. Ello aseguraría su futuro y crearía oportunidades, pero no desmedidas ni especulativas.

Que yo sepa no hay más negocios que puedan requerir de turismo masivo por allí. Eso lo podemos extrapolar a Santa Cilia (un albergue y un bar), Artieda (un albergue y un bar), Undués (un albergue-bar) y Ruesta (Un albergue-bar). 

Excepto la etapa Somport-Jaca, que está plagado de establecimientos, el resto del Camino hasta Sangüesa tiene lo justo justito. Lo mismo pasa de Sangüesa a Puente la Reina.

Yo soy un enamorado y defensor del Camino Francés por Aragón, nada que ver con la otra entrada, pero creo que aunque las autoridades locales y regionales quieren visibilizarlo y relanzarlo, no tienen ni idea, o no quieren tenerla, de cómo hacerlo sin basarlo todo en la pasta y la especulación, cuando su futuro reside en su potencial espiritual, Jacobeo, auténtico; cuando la clave está en la autenticidad de ese Camino, la semisoledad necesaria para descubrir el silencio, la atención plena que se adquiere casi sin querer, la Historia viva por la que pisamos y pasamos, la esencia del Camino primigenio que aún podemos presentir y descubrir en muchos lugares, oler incluso, y palpar. Allí aún podemos poner nuestra mano en la columna de la puerta de entrada a la Catedral de Jaca, desgastadísima por miles y miles, o millones, de manos peregrinas que lo hicieron antes que nosotros, justo bajo el enigmático tímpano que encierra su famoso crismón. No es el Pórtico de la Gloria, pero es la Puerta de inicio a la Gloria que nos espera al final del Camino, donde cargamos las pilas, donde empezamos a presentir que vamos a interiorizar algo muy grande que aún no alcanzamos a comprender, donde dice la leyenda que se proyectó para albergar el Grial, cuya pista nos la da un capitel de su pórtico sur. Grial que, dicen, se custodió durante tres siglos en San Juan de la Peña, cuya visita peregrinando merece un capítulo aparte.

Toda iniciativa para recuperar peregrinos será buena, argumentos para hacerlo no faltan, y equilibrando la balanza Roncesvalles-Somport, el que gana es el Camino. Pero si lo que se busca es más turistas, flaco favor le hacen.

Ultreia!

Gracias por el aporte, Bruno. En mi caso fue mi quinta noche en Camino, y segundo albergue tras el de Jaca. Pero Arrés fue el que me convirtió en peregrino también. Fui el último en llegar, como casi siempre, y casi me quedo sin cama... pillé la última.

El recibimiento del hospitalero con un vaso de agua fría con limón esperándome en la puerta y una sonrisa para poner paz en mi ansiedad.

- ¡Bienvenido a la casa de las sonrisas, tu casa, peregrino! Quítate la mochila y siéntate aquí conmigo. Cuéntame un poco cómo te ha ido y luego ya podrás dejar las cosas y ducharte ¡Aquí no tenemos prisa!

Cómo olvidar aquello, la primera vez que me llamaban peregrino. Era como un sueño cumplido. Después llegó el paseo guiado, el cerveceo, la puesta de sol, la primera cena comunitaria...los primeros ronquidos y parte de arriba en la litera, levantarme y salir el último tras desayunar sin prisa con aquel hospitalero, que me dio los mismos consejos que hoy doy yo. Arrés me dio aquello que yo buscaba sin saber cómo sería. Hoy sigo siendo peregrino y, tal vez, algún día, hospitalero. Se llamaba Tasio.

Hola, Sofía ¿Por qué has quitado la foto de la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós? Aportaba un punto fantástico al hilo. 

Saludos!

Ayer se me pasó y no lo vi ! Muchísimas gracias Sofía! Sí, otra manera de recuperar ese Camino, que no su alma, que permanece intacta, puede venir por el Camino Catalán, otra maravilla. Tal vez un buen albergue en Santa Cruz de la Serós, o un espacio de acogida a peregrinos en la hospedería del monasterio nuevo de San Juan, sería un aliciente más para la unión de ambos Caminos en un lugar privilegiado a los pies del monasterio viejo. Eso frenaría la "vagancia" de desviarnos en un duro rodeo viniendo desde Jaca, y posibilitaría pernoctar en Arrés la siguiente jornada a quien así lo desee. 

A veces no hay que inventar soluciones cuando las tenemos delante de nuestras narices.

Como siempre tus aportaciones resultan interesantes y abren una puerta al debate, aspecto que no se prodiga mucho por aquí.
Al final conseguirás que frecuente el Camino forum, pero confiaremos en aprender y replicar esa buena costumbre de profundizar en temas jacobeos en este otro gran forum, más nuestro, donde estamos como en casa.
El tema da para una trilogía pero, dentro de las causas que han dado preponderancia indiscutible a SJPP como inicio o puerta de entrada, además del decisivo triunvirato que has citado, podríamos encontrar otras, por ejemplo, en la creciente influencia de las redes sociales, con Youtube y sus realityes camineros chabacanos e intrascendentes por fascículos, e Instagram, a la cabeza; la publicidad de los touroperadores "profesionales del Camino" con toda su red de infraestructura, pero, sobre todo y además, creo que influye mucho el miedo a lo desconocido, el canguelo a sentirse solos, el "quiero y no puedo" ante el reto de enfrentarse a uno mismo y a la incertidumbre, contra la "seguridad" de seguir sobre el escenario habitual y conocido del teatro en el que actuamos a diario, con nuestra zona de confort a un paso, todo planificado, sin sorpresas, sin riesgo, donde es peligroso y está mal visto salirse del guión. Por lo mismo que existe ese temor (terror incluso) a despistarse de las flechas y salirse del Camino, como si hacerlo significase una fatalidad irresoluble y catastrófica, cuando en realidad es hasta deseable porque nos muestra mucho de nosotros mismos. El refrán al revés: "Más vale mal acompañado que sólo". Esa...sí, ¿por qué no? falta de personalidad, o cobardía ante lo desconocido, o desinformación, también, pesan a la hora de elegir. Aunque es evidente que elegimos por fe y convencimiento, por supuesto, por tradición también, que unido a la facilidad para plantarse allí (salvo que seas español, claro), hace que SJPP se lleve el gato, el bordón, la mochila y los euros, al agua.
En el caso de los peregrinos extranjeros sí puede haber además un factor cultural, subjetivo, de última frontera, de épica al creer que están cruzando algún coloso pirenaico (bien lejos todos ellos de aquel puerto), y quizás en algunos de nosotros también, pero creo que el hecho de que el 90% o más de los peregrinos españoles de largo recorrido también opten por SJPP o Roncesvalles nos deja un poco en evidencia.
Debería sonrojarnos dejar languidecer a su suerte el Camino donde todo se inició. No se trata de crítica ni de reproche, más bien decepción, tristeza. De haber más interés entre nosotros en conocer ambas puertas de entrada, tan distintas como parecidas, tan distantes como cercanas, no se habría llegado a este punto.
Queramos o no, los peregrinos españoles abrimos Caminos al resto del mundo. Si vamos al Primitivo, detrás vienen los demás, si al del Norte, lo mismo, y así poco a poco con todos los Caminos. Si aumenta la afluencia aumentan los servicios, por básicos que sean. ¿Por qué, antes de la pandemia, buscábamos Caminos no masificados? Parece que lo hemos olvidado. No tardaremos en recordarlo.
Mientras tanto puede que desaparezcan esos servicios básicos tan necesarios que vertebran y hacen posible un Camino asequible a todos, o que aparezcan, en un intento desesperado de evitar la caída y obtener ganancia a cualquier precio, iniciativas tan alejadas de la esencia del peregrinaje como las que se están viendo.
No todo vale, pero, como dice Mauro, a veces nosotros no hacemos todo lo necesario para evitarlo.
Disculpad el sermón! Buen Camino!