Castuera

Su fundación se remonta a principios del siglo XIV, y el origen de su nombre sería probablemente una deformación de castrum o castrum erat (“fue castro”), en referencia a algunas de las fortificaciones que había desde la antigüedad en los cerros que dominan la localidad, pues se han encontrado en la zona numerosos restos prehistóricos y de época romana. Tras la reconquista, sus tierras pasaron a propiedad de la Orden de Alcántara; una muestra de ello es que la fachada de la iglesia de Santa María Magdalena está presidida por el escudo de dicha orden militar. Esta es una de las 18 villas que constituyeron la Real Dehesa de La Serena, organismo administrativo y de gestión tributaria dependiente del Consejo de Castilla. 

En el barrio antiguo del Cerrillo, en lo alto de la villa, destaca la plaza de San Juan, rodeada de casas solariegas con escudos nobiliarios, así como alguna portada y alféizares góticos; en una de dichas casas nació y residió Pedro de Valdivia, conquistador y colonizador de Chile, frente a la cual se ha erigido una escultura en bronce. El crecimiento de la población fue constante, alcanzando el máximo a finales del siglo XIX con más de 7000 habitantes. Durante la Segunda República se produjeron grandes tensiones sociales en la comarca, que estallarían de manera incontrolada a partir del año 1936. Al acabar la Guerra Civil, las autoridades franquistas habilitaron en las proximidades de Castuera un campo de concentración que llegó a alojar entre 6000 y 7000 prisioneros, que sobrevivían en condiciones infrahumanas en barracones de madera; los restos de dicho campo, así como la aledaña mina de La Gamonita fueron declarados en 2007 Bien de Interés Cultural.