Alar del Rey

Los orígenes de Alar del Rey remiten a la cercana peña Amaya, donde estaba la antigua capital del pueblo cántabro hasta su caída en manos de los visigodos, y último reducto legendario de éstos, que pasaría en el año 712 a poder musulmán; en este sentido, se tiene noticia de la existencia de un poblado bereber en el cercano núcleo de Nogales, destruido durante la reconquista y sobre el cual se edificó un convento, del cual no quedan restos. La villa de Alar del Rey fue fundada en 1657 por el rey Felipe IV a orillas del río Pisuerga, donde antes apenas había algunas casas aisladas. El rápido crecimiento de la localidad se produjo a raíz de la apertura al tráfico del Canal de Castilla, en 1791, y por la construcción entre 1852 y 1866 de una de las primeras líneas de ferrocarril que circularon en España, conocida como “ferrocarril de Isabel II” y también como “ferrocarril de Alar a Santander”, que atravesó la cordillera Cantábrica. Alar cuenta actualmente con una fiesta de Interés Turístico Nacional, el Descenso Internacional del Pisuerga, que se celebra cada 15 de agosto.