Etapa 28: Vidouze - Morlaàs | Recorrido

Distancia: 
28,9 km
Duración: 
7 h 30 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
2

0,0

11,4 km

Desde la encrucijada de la iglesia el Camino se dirige hacia el sur; dejando partir a la derecha el desvío al albergue A la Vie Douce, baja por una vereda a la aldea de Lacoume. Aquí pisa un instante la D48 para continuar por las pistas agrarias del valle de Le Louet, que desembocan en la D48 a las puertas de Arriagosse.

3,3 Arriagosse. Rodeando el núcleo, al lado de una gran casona de 1741 ascendemos por el bosquete que acompaña el regato de Peyroulet, muy húmedo y compuesto por robles, castaños y grandes helechos. Tras él aparece una penillanura cultivada con cereal, desde la que contemplamos a lo lejos el pueblo y la iglesia de Luc-Armau, que forma parte del itinerario histórico y contó con una encomienda sanjuanista.

Por una ancha pista de tierra, escoltada por algunos robles, entramos sigilosamente en la región de Nouvelle-Aquitaine (departamento de Pyrénées-Atlantiques); lo advertimos porque a partir de ahora encontraremos carteles azules con las distancias y tiempos hasta los próximos pueblos; para quien desee saberlo, faltan 5 horas a Morlaàs.

Al llegar a la D47 vamos por ella 450 m, divisando en el valle el pueblo de Sérée, para dejarla a la derecha bajando con rapidez por el denso y sugerente bosque de Bouey; en su robledal se sitúa un gran palombière, con su jaula de palomas y la camuflada torre de metal. El tobogán concluye en el valle del Petit Lées, arroyo que cruzamos por una pasarela de madera bien armada. Una maltrecha pista asfaltada prosigue a Lucarré.

4,0 Lucarré. Antes de entrar a la aldea, el GR gira de nuevo hacia el sur y vuelve a cruzar el río entre las granjas de Roux y Haurie; en la zona, dominada por los pastos, en los que se alimenta el ganado vacuno, abundan cerezos y nogales. Poco después, deja la carreterilla para entrar en un bonito tramo, pues rodea la cola del embalse del Petit Lées, en todo momento por un ancho camino de hierba y rodeados de árboles (robles, abetos) y aves; al lugar vienen a beber otros animales (ciervos, jabalíes), por lo que no será raro cruzarse con alguno. Los amigos del Camino de los Pyrénées-Atlantiques plantaron aquí abedules y frutales de antiguas variedades.

Dejamos el embalse por una pista, cuesta arriba, que se encamina a Momy. Antes del pueblo hemos de tomar la D224, procedente de Lucarré, al lado de una gran casona y una humilde capilla, y cruzar la D295. Sin darnos cuenta, las cubiertas de teja árabe han ido dando paso a las de pizarra. Recorremos el pequeño y disperso caserío hasta la iglesia de Saint-Jacques, con curiosa torre forrada de láminas de pizarra.

4,1 Momy.

11,4

2,6 km

Dejamos la D224 para tomar una senda de tierra que baja rápidamente por el bosque (nuevo palombière), regresando a la carretera para pasar junto a un roble centenario y superar los dos brazos del río Lées. En suave ascenso proseguimos hasta Anoye.

14,0

8,0 km

A través de la localidad, también dispersa y en posesión de algunos edificios de los s. XVII al XIX, desembocamos en la D604, que poco después abandonamos para iniciar un duro ascenso, entre prados, castaños y robles, hasta la granja de L’Honoré, y luego entre cultivos hasta la D207. Por ella continuamos 100 m hasta encontrar la pista que baja suavemente al borde de un bosquete, aproximándose al disperso poblado de Abère, compuesto por varias granjas (la iglesia se sitúa 600 m al norte). Poco después pasamos por el quartier (barrio) de Hourcade.

3,7 Hourcade (Abère). Por el enésimo bosquete, poblado con enormes robles, descendemos un trecho hasta cruzar el Grand Lées, para volver a subir a Salabert, aldea atravesada por la D42. Siempre al frente avanzamos entre cultivos, por caminos agrarios, hasta la D7, que nos hace circular por las inmediaciones de Marthou, donde recibe a la D286.

Es preciso caminar por el primer vial 200 m (peligro), hasta encontrar una senda que baja por un bosquete hasta el río Gabas (bonita área de recreo), que cruzamos. Enseguida dejamos de nuevo la D7 para rodear por el sur Gabaston, quedando su iglesia de Saint-Jean-Baptiste 400 m a la derecha.

4,3 Gabaston.

22,0

6,9 km

Desde aquí y hasta la antigua capital bearnesa, por un terreno sin desniveles, entre campos de maíz y prados, la marcha se acelera. Tras cruzar el río Souye volvemos a contemplar, cada vez más próxima, la barrera rocosa de los Pirineos. Una pasarela de madera nos ayuda a cruzar el regato Biarré, y otra similar el Hagède, continuando por la extensa llanura, moteada de robles, hasta la doble pasarela, la segunda con escaleras, del arroyo Luy de France.

Por un pequeño bosque ascendemos a la D943, circunvalación de Morlaàs, que cruzamos; 400 m al N existe un supermercado Intermarché. A partir de aquí se terminó la paz de los campos, pues ya proseguimos por una zona urbana, sobre las aceras de la D62, hasta el casco antiguo y la iglesia de Sainte-Foy.

28,9