Etapa 21: Tui - Redondela | Al Loro

Distancia: 
31,9 km
Duración: 
8 h
Dificultad: 
3
Paisaje: 
3

Sobre Tui:

El albergue de la Xunta da prioridad de plaza a los peregrinos que llegan caminando de Portugal. La ciudad también cuenta con varios albergues privados, además de otros alojamientos a buen precio.

Es el punto de partida de muchos peregrinos, sobre todo españoles; distante de Santiago en algo más de 100 kilómetros, permite conseguir la Compostela.

Fue una de las siete capitales de provincia del antiguo Reino de Galicia. Su monumento más importante es la catedral de Santa María, de estilo original románico (siglo XII) aunque con numerosos elementos góticos de reformas posteriores (información para la visita en el sitio web de la catedral).

La gastronomía en Tui está marcada por la proximidad de las Rías Baixas y el río Miño, así que los mariscos gallegos son una buena apuesta de las cartas en los restaurantes. Aun así, la angula, o meixón en gallego, es el producto más cotizado de la zona. Tui le dedica una festividad anual a este producto de lujo, una buena oportunidad para degustarlas a precio más asequible, aunque no barato.

Las monjas del convento de Santa Clara elaboran el dulce más conocido de la población: los pececitos de almendra.

Sobre la etapa:

A quienes empiecen en Tui y tengan la tarde libre, les recomendamos visitar también la Fortaleza de Valença do Minho, que está a poco más de 3 km; para ello deben cruzar el puente internacional sobre el río Miño.

La etapa, bien señalizada, transcurre en conjunto en un entorno intensamente urbanizado y con excesivo asfalto. El "rururbanismo" tan característico de amplias zonas de Galicia se nos manifiesta hoy con rotundidad.

La etapa es prácticamente llana, a excepción del ascenso a la capilla de Santiaguiño; desde el albergue de Mos ganamos 147 metros de altitud en 3,1 km.

Afortunadamente, la Xunta de Galicia y la AGACS (Asociación Gallega de Amigos del Camino) abrieron y señalizaron en 2013 un itinerario alternativo que evita el engorroso polígono industrial de O Porriño (el mayor de Galicia); la alternativa es magnífica, a través del espacio natural de As Gándaras y río Louro. Ahora ambos caminos son oficiales y tienen prácticamente la misma longitud.

Hay bares y/o restaurantes en todas las localidades.

Aunque el pan en Galicia es extraordinario en cualquier pueblo, el de O Porriño es muy conocido y valorado. Horneado en horno de leña y con miga esponjosa y una corteza semidura, aguanta en muy buenas condiciones varias jornadas. Hay algunas panaderías que aún lo elaboran con el modo tradicional.

Se celebran festividades anuales de exaltación de algunos productos o platos, como los callos o los cogomelos en época de setas.

Sobre Redondela:

El albergue de peregrinos se encuentra en la Casa da Torre (siglo XVI), un edificio señorial que, entre otros, fue casa consistorial. Además del albergue, acoge una biblioteca y una exposición permanente de piezas de loza de Sargadelos, la cerámica más representativa de Galicia. La iglesia de Santiago (siglo XV), en lo alto del casco histórico, y el Convento de Vilavella (siglo XVI), a la entrada de la villa, completan los principales sitios de interés arquitectónico.

Dos imponentes puentes ferroviarios le han valido a Redondela el sobrenombre de villa de los viaductos, no en vano se consideran símbolos del patrimonio local. Construidos a finales del siglo XIX, de los denominados viaductos de Madrid y Pontevedra solo sigue en funcionamiento el último.

Si caminamos a mediados de mayo, puede que nos sorprenda el Festival Internacional de Títeres de Redondela, una concurrida y consolidada muestra creada y organizada por la Asociación Xente Titiriteira que sin duda nos amenizará la tarde, con un animado ambiente para todas las edades.

Junto a la fuente de Santiago Apóstol en la plaza homónima, al arrullo del río y en pleno centro, la Alameda de Castelao es el corazón verde de Redondela, con agradables zonas de descanso entre árboles centenarios, rosales y camelios.

La gastronomía viene influenciada por la Ría de Vigo, que baña la población con la ensenada de San Simón. De estas rías proceden los mariscos, especialmente los centollos, mejillones o zamburiñas, y pescados de alta calidad, como el rodaballo, el congrio o la merluza.

Como plato destacado de la localidad podemos degustar los chocos en su tinta, con arroz o hasta en empanadas.