Etapa 7: Markina-Xemein - Gernika | Al Loro

Distancia: 
25,4 km
Duración: 
6 h 45 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
4

Otra etapa larga y que discurre mayoritariamente por monte, alejados del mar y con incesantes subidas y bajadas. Para nuestra fortuna, los paisajes siempre verdes del interior de Vizcaya compensan el esfuerzo.

La bajada a Munitibar, el tramo más agreste y umbrío de la jornada, ha sido acondicionada con pasarelas de madera a través del bosque, a fin de evitar las zonas embarradas. Ahora caminar por allí, además de bonito, resulta muy cómodo.

Una buena opción para quienes deseen llegar mañana a Bilbao sería alargar la etapa varios kilómetros y pernoctar en los caseríos de Pozueta, Gerekiz o Eskerika, albergues privados situados en un entorno idílico.

Hasta Munitibar disponemos de servicios de restauración en cada localidad; más adelante, en Olabe, hay una taberna-restaurante. Desde allí no encontraremos nada de nada hasta Mendieta, muy cerca ya de Gernika.

Pueblo de los antepasados de Simón Bolívar (1783-1830), héroe y libertador de varios países americanos (las actuales Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá); a pie del camino veremos un busto, un monumento y un museo dedicados en su honor. El museo cuenta también con una sección que ilustra sobre el origen de la villa y sus actividades en época medieval.

En la colegiata de Zenarruza, cuya fundación se remonta al siglo X, destacan la iglesia gótica, su porche con vigas de madera (fijaos en los símbolos solares y en alguna figura zoomorfa) y el pequeño claustro anexo, de estilo renacentista. Forma parte de la lista de bienes Patrimonio de la Humanidad vinculados a los Caminos de Santiago.

Se dice que el día de la Asunción del año 968 unos feligreses estaban de entierro en una iglesia cercana, cuando un águila irrumpió en el cementerio, cogió un cráneo que había sobre un sepulcro y voló para arrojarlo en un lugar del monte; tomaron esto como una señal, y decidieron edificar allí la colegiata de Zenarruza. Desde entonces el águila con la calavera en sus garras ocupa el escudo del municipio.

Los monjes del monasterio elaboran una cerveza artesana bajo la denominación Ziortza, con variedades tostada, rubia y negra. Se puede adquirir, junto con otros productos locales, en la pequeña tienda que hay a la salida del patio.

Estamos junto al estuario de Urdaibai en la desembocadura del río Oka, espacio natural declarado Reserva de la Biosfera y un paraíso para los ornitólogos. La mejor manera de recorrerlo es tomando el Euskotren hasta Mundaka y Bermeo, preciosos pueblos de pescadores.

Durante el ataque aéreo de la Legión Cóndor el 26 de abril de 1937, llevado a cabo con bombas explosivas e incendiarias, el 70% de la ciudad quedó arrasado y perdieron la vida más de 1.000 vecinos, en uno de los episodios más cruentos de la Guerra Civil española. El gobierno de la República encargó a Picasso un gran lienzo denunciando dicha atrocidad, pintura conocida como el Guernica y que se ha convertido en símbolo universal por la paz.

Os recomendamos visitar la Casa de Juntas, donde los señores y reyes de Castilla venían a jurar los Fueros —las libertades— de Vizcaya. Lo hacían bajo un roble conocido como Árbol de Gernika, que aún podemos ver en el jardín, aunque de hecho hoy coexisten dos: el tronco sin vida del Árbol Viejo (1742-1892), que substituyó al Árbol Padre del siglo XIV, y un nuevo ejemplar plantado en 1979, que de momento parece gozar de buena salud. La visita es gratuita, pero hay que reservar.

La gastronomía de estas tierras se basa, sobre todo, en el producto de proximidad. Entre los cultivos propios de la zona destacan las alubias pintas y los pimientos de Gernika, una variedad que no pica, de carne fina y suave.

Aunque estos días caminemos lejos de la costa, el pescado a la brasa, el bacalao al pilpil o a la vizcaína, o las kokotxas en salsa verde continúan siendo platos muy comunes en las poblaciones del interior.