Etapa 7A: Guadix - La Peza | Al Loro

Distancia: 
22,2 km
Duración: 
6 h
Dificultad: 
2
Paisaje: 
3

Nos espera una etapa variada y muy entretenida: hoy tendremos numerosas subidas y bajadas, caminos de tierra, senderos, tramos por bosque, un desfiladero, una rambla, un tramo final muy paisajístico por una carretera local, y pueblos blancos formados por centenares de casas-cueva.

Disponemos de tiendas, alojamientos y bares en todas las localidades. En La Peza tenemos albergue de peregrinos, un par de bares, una tienda con horario incierto, varias panaderías artesanas y una casa rural.

Hoy atravesaremos barrios y pueblos enteros formados por casas-cueva, como es el caso de Purullena, Marchal o Graena, muchas de ellas habitadas por familias de ascendencia gitana, con un habla, tradiciones e idiosincrasia propias.

Atención a la salida de Guadix: nuestra ruta pasa ante las iglesias de Santo Domingo y de La Magdalena, para superar acto seguido la ermita de San Antón; apenas 300 metros después arranca un camino de tierra por el cual abandonamos el casco urbano.

Destacaremos la sucesión de cárcavas de camino a Purullena, con un paso estrecho y profundo a través de un desfiladero excavado entre las peñas, uno de los lugares más bellos e insólitos de todo el Camino Mozárabe. Fijaos, si todavía no lo han quitado, en un poste de madera que pende de los hilos, suspendido en el vacío sobre el desfiladero.

Estas cárcavas o badlands (que significa malas tierras) son fruto de millones de años de erosión por la acción del agua y del aire: a finales del Paleozoico, hace 250 millones de años, todo el sureste peninsular se hallaba bajo las aguas de un mar; tras el gran plegamiento que dio lugar a las montañas de Sierra Nevada, el mar desapareció y quedaron lagos en cuyo fondo se acumularon capas de sedimentos; cuando se desecaron, dichas extensiones de arcillas y yesos fueron socavadas por la corriente de ríos y arroyos, durante miles y miles de ciclos de lluvias torrenciales, dando lugar a los barrancos que ahora vemos.

En Purullena muchos se despistan durante el recorrido por la calle principal; debemos dejarla por la izquierda, siguiendo las indicaciones de las flechas y azulejos.

Como su nombre indica, la localidad ha tenido desde la antigüedad una importante actividad termal, con fuentes y balnearios donde las familias venían a tomar las aguas. El actual balneario se levanta sobre los restos de unos baños árabes, ya mencionados en un tratado médico escrito hacia el año 1000, y que a su vez ocuparon el espacio de unas antiguas termas romanas; durante las excavaciones se han hallado restos de cerámica, capiteles, lápidas funerarias e incluso monedas con la efigie del emperador Nerón.

El tramo final de bajada a La Peza discurre por un sendero en fuerte pendiente, difícilmente ciclable y menos aún con alforjas; la alternativa para los bicigrinos es continuar por la carretera, sin apenas tráfico, dando un pequeño rodeo hasta el pueblo.

Desde 1580 se celebran encierros de toros durante las fiestas del Cristo de la Misericordia, en el mes de octubre. El encierro arranca a las afueras del pueblo y acaba en la plaza rectangular (plaza de España), donde los astados son toreados por la tarde; en esta misma plaza, junto al ayuntamiento, hay un monumento que recoge una escena de este festejo.

A pesar de ser un pueblo pequeño, aquí todavía funcionan tres hornos artesanales de pan, todos con venta al público, donde se elabora a diario pan a la manera tradicional y con ingredientes de proximidad. Son muy típicos los roscos de pan, de vino y de manteca, así como los nochebuenos, panes de aceite con pasas que reproducen alguna escena navideña.

La economía de la comarca está repartida entre la hostelería y la producción de vinos ecológicos, fruto del esfuerzo de varias micro-bodegas que han recuperado antiguos viñedos a gran altura.