Las Edades del Hombre en Zamora

En este templo románico del siglo XI, modificado con añadidos góticos y dieciochescos, destacamos dos de las obras expuestas:

1. El Salvador (El Greco). Procedente del convento vallisoletano de las Descalzas reales, donde permaneció resguardado en la clausura hasta 1982, es una seductora representación del rostro de Cristo, en el que se consigue un perfecto equilibrio entre la dimensión humana y la divina.

2. Anunciación de la Colegiata de Toro. Obra escultórica en piedra y polícroma del Maestro de Calva, data de comienzos del siglo XIV y muestra a la Virgen en Cinta y al arcángel mensajero Gabriel. Su modelo parece haber sido la Anunciación de la catedral de León, un par de décadas anterior.

Con la oportunidad de visitar la propia basílica, y contemplar su célebre cúpula gallonada con una iluminación especial desde el interior, así como otras piezas como retablos, sepulcros, pinturas o, de forma destacada, la sillería de coro, nos quedamos con las siguientes obras:

3. Santas Mártires (Gregorio Fernández y taller, 1613-1616). Desde la iglesia de San Miguel y San Julián de Valladolid llega esta colección de ocho bustos-relicario de populares santas y mártires: Catalina, Apolonia, Águeda, Margarita, Lucía, Inés, Cecilia y Bárbara, cada uno con sus atributos iconográficos. Impacta el montaje escénico en penumbra.

4. Cristo de las Injurias (Diego de Siloé, c. 1520). El Crucificado es una pieza impresionante, auténtica obra maestra de la imaginería aquí simplemente realzada, pues forma parte de la colección de la catedral zamorana. Su realismo anatómico, con todos los testimonios del proceso de la Pasión sobre el cuerpo, la convierten en una representación impactante y emotiva.

5. Cristo entre dos ángeles (Diego de la Cruz, 1485). Esta tabla, que se expone en el Museo de la Colegiata burgalesa de Covarrubias, sobresale por su excelente conservación, mostrando al Ecce Homo, sobre un fondo dorado, entre dos ángeles muy flamencos. Impresionan la paleta de colores del óleo y el juego de pliegues en las vestimentas.

6. Tríptico del Bautismo de Cristo, del círculo de Metsys. Tablas del Renacimiento que pueden verse en la Iglesia de São João de Tomar, en el Camino Central Portugués. Flanquean la escena central los episodios de las Bodas de Caná y la Tentación de Cristo por Satanás. Monumental.

7. Santa Cena (Juan de Juni, 1561). Nos ha maravillado este relieve, estofado y pintado, fechado en 1561 y procedente de la catedral de Valladolid. El autor demuestra su maestría en la composición y el movimiento, que anticipa el Manierismo. Judas, en un primer plano, solo está preocupado de proteger su bolsa de monedas, visible por el público, pero no por los restantes apóstoles.

8. Anunciación (El Greco). Del Museo de Bellas Artes de Bilbao llega este pequeño lienzo, palabras mayores, una delicada plasmación de la escena según un modelo repetido por el taller. El planteamiento es teatral, y el fondo nebuloso y sin profundidad moderno; los rostros, especialmente el iluminado de María, están cargados de poesía. De lo mejorcito de la muestra.

9. Gran Profeta (Pablo Gargallo, 1933). Esta escultura, que se estudia en los libros de historia del arte español, también está depositada en el Museo de Bilbao. Se trata de un bronce icónico, y probablemente la obra más ensalzada del autor.

10. Santiago Peregrino (Juan de Anchieta, 1565). Como colofón no podía faltar nuestro apóstol, muy humano, expresivo y miguelangelesco, que como consecuencia de la Contrarreforma aparece desprovisto de excesivos elementos de peregrino (quedan el bordón y el sombrero de ala ancha). Ha sido trasladado desde la iglesia de Cogeces del Monte (Valladolid).

Con la anterior galería esperamos haber despertado el interés por las Edades, una exposición que nunca defrauda y siempre sorprende al visitante, habiendo contribuido a crear un nutrido grupo de forofos. ¡Qué aproveche, y con ella Zamora!